Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A TU LADO por run4fun

[Reviews - 105]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Epero les guste este cap.

ya llego con más caputulos. ( ahora que tengo mas tiempo libre, podre postear el siguiente antes de que acabe el año).  sii

 

 

!MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS!

 

 

TAN CERCA

 

 

Ya todo había retomado su curso normal.  Los caballeros dorados permanecían en sus respectivos templos, cumpliendo con el cuidado y protección de su diosa, su deber, como caballeros atenienses.  

Así los días transcurrían y  la vida poco a poco volvía a tener algún sentido y se veía muy prometedora para todos,  menos para una persona, aquella, que solo pensaba que su existencia en ese lugar no era para nada necesaria pensaba que todos estarían mejor sin él.

-sigues lamentando tu suerte, hermanito. – Kanon ingreso por la puerta del templo, mientras se acercaba a su gemelo, quien permanecía recostado en un pilar, con los brazos cruzados, mirando en dirección a la casa de leo. – se nota que te derrites por el león de nema. – sonrió insinuante, saga solo rodo los ojos fastidiado.

-déjame en paz. – fue su respuesta.

-vamos, así es como tratas a la única compañía que tienes, ya que, aparte de mí no hay nadie que te soporte. – Kanon le sonrió cínicamente. – mira que parece que a pesar de que todos dijeron haberte perdonado de “corazón”, no parecen sentirse muy cómodos con tu presencia, es más, cuando tu estas cerca se crea un aura muy perturbadora y el habiente se vuelve hostil. –

-¿en serio? No lo había notado. – hablo sarcástico saga mirando a su gemelo de reojo, Kanon solo se encogió de hombros pretendiendo parecer desinteresado e indiferente.

-ya hablando en serio. – Kanon se paró a su lado, Saga lo miro por sobre el hombro.

- me preocupa tu actitud, sé que no debería, pero al fin de cuentas, con todos los defectos que te cargas y todo tu pasado, no dejas de ser mi hermano, así que solo te diré una cosa. – saga volteo su mirada interesado y perplejo. Era la primera vez que Kanon se dirigía a el de esa manera (fraternal).

 Kanon hecho un hondo suspiro antes de aventurarse a hablar.

-solo habla con él. – Soltó - tal vez no te sientas mejor pero…al menos así te quitaras un enorme peso de encima. -Le sonrió de lado mientras le daba la espalda para alejarse, mas saga  lo detuvo, posando su mano en su hombro, Kanon giro su vista para míralo.

- gracias.- agradecía que Kanon tratara de apoyarlo y apreciaba que intentar ayudarlo.

 Le sonrió de nuevo. - Como sea. – Se fue alejando.-si con eso dejas  de lamentarte y causar tanta lastima.-ingreso a su recamara dejando a saga solo.

Saga se quedó pensativo, sin apartar su mirada del quinto templo. Tenía que admitir que por primera, su hermano tenía razón. Necesitaba hablar con Aioria, decirle como se sentía aunque esto le resultara  muy complicado y difícil. Pero por otro lado, deseaba tanto verlo de nuevo, tenerlo cara a cara, ver sus ojos esmeraldas fijos en los suyos, si, se conformaría con eso.

 

 

<<<<<<<<<<.>>>>>>>>>>>

 

 

Dos figuras, muy parecidas, sostenían una pela en el campo de entrenamiento, frente a algunos espectadores quienes presenciaban la escena muy entretenidos.

-¡vamos, eso es todo lo que tienes! – grito uno de ellos.

-¡dame lo mejor que tengas, Aioria!- Aioros se puso en pose defensiva  mientras Aioria se limpiaba la sangre que corría por la  comisura de su labio, manteniendo una leve sonrisa.

- si eso es lo que quieres, te demostrare de lo que soy capaz. –

Aioria se puso en pose ofensiva. Intentaba propinarle un golpe a Aioros mientras este esquivaba los golpes con agilidad y rapidez. Hasta que no vio venir un golpe que se incrusto en su vientre haciéndolo retroceder unos cuantos pasos hasta posar una mano en el suelo.

Aioros alzo la mirada para sonreírle. – Me sorprende tu mejoramiento, en verdad, eres un caballero fuerte. – Aioria se acercó y le tendió la mano para ayudarlo a ponerse en pie.

- estoy muy orgulloso de ti.- le dijo sonriente, Aioria sintió una alegría tan grande al oír esas palabra dichas por la persona más importante en su vida.

 Se iban apartando del campo de batalla dejando que otros caballeros ocuparan su lugar.

Decidieron acercarse a las tribunas para relajarse mientras  observando la nueva batalla.

-¿cómo van las cosas? – pregunto de repente Aioros sin apartar la mirada del combate entre milo y mu.

Aioria giro su vista para mirarlo, enarcando una ceja.- ¿a qué te refieres específicamente? –

-¿pues…a tu relación con Shaka, está todo bien?-

-sí, de hecho, íbamos a ir a Rodorgio  mas tarde.- le sonrió. - Shaka desea conocer el pueblo mejor, así que   saldremos a dar un paseo, juntos. –

-me alegra.- lo miro de reojo.-  Se ve que Shaka te ama en verdad. –

-lo sé. – dijo Aioria bajando la mirada, Aioros no apartaba la mirada de él, no quería hacer esa pregunta pero tenía que  estar seguro.

- ¿y…tú lo amas? –le pregunto a secas.

Aioria se quedó pensativo, parecía meditarlo.

-la verdad…he llegado a quererlo  y  apreciarlo de manera significativa, es una gran persona y a su lado tengo paz y tranquilidad, me siento amado y…deseo corresponderle de la misma manera. –

Aioros se puso  en pie, Aioria alzo la mirada. – El amor y la amistad son dos cosas muy diferentes, Aioria.- entonces bajo la mirada para verlo. Aioria percibió el semblante de su hermano, serio y preocupado, desvió su mirada algo confundido.

– sabes que sin importar nada, siempre contaras conmigo. – lo miro por sobre el hombro. - te quiero y lo único que deseo es que tú seas feliz. – El silencio se hiso presente, entonces, Aioros decidió que ya era hora de partir a su templo.

-Aioros…- este se detuvo ante el llamado de su hermano.

-tú quieres mi felicidad.- se puso en pie. – yo también quiero la tuya. –

Aioros sonrió con amargura. -yo estoy bien. – le respondió tratando de sonar seguro.

Aioria quería decirle tantas cosas, pero no quería inmiscuirse en su vida privada, en parte se sentía muy raro y no lo consideraba apropiado, pero también veía su sufrimiento aunque  Aioros tratara de ocultarlo.

-hasta mañana. – sin decirle más se dirigió hacia su templo.

Aioria observaba  en silencio como su hermano se apartaba de su lado.

 

<<<<<<<<<<<.>>>>>>>>>>>

 

Aioria se dirigía hacia su templo, estaba exhausto, los entrenamientos con su hermano eran muy agotadores y desgastantes; sin embargo,  lo hacía gustoso pues así en parte recuperaba un poco del tiempo perdido y eso lo hacía muy feliz.

Alzo la mirada, su semblante se endureció, siempre que pasaba por ese templo todo se volvía tan oscuro. No deseaba encontrarse con saga y este parecía ser consciente de ello pues casi nunca estaba en su templo, bueno, por lo menos así aprecia pues no sentía su presencia.  Aun así, atravesaba lo más rápido posible ese templo. Esta vez, al igual que las demás  ocasiones, esperaba que ni saga ni su gemelo estuvieran presentes, para  así poder pasar por ese templo tranquilo.

Estaba a punto de poner un pie fuera de ese templo cuando…

-veo que iniciaste una nueva vida. –se sobresaltó al escuchar esa voz  a sus espaldas. En todo el tiempo que llevaba vivo no había volteado ni a mirarlo, pero ahora lo tenía justo detrás de él, no sabía cómo reaccionar, lo único que sabía era que lo quería lejos, lejos de su nueva vida.

-me alegra ver que eres feliz...en verdad…  te lo mereces y créeme que te deseo lo mejor– Aioria solo escuchaba a saga sin mirarlo, su voz le traía recuerdos, tan dolorosos como confusos.

-tengo que ir me. – hablo serio mientras se alejaba.

-Aioria…-lo llamo saga casi sin pensarlo.

-No te preocupes, saga, no hace falta que te disculpes.- respondió casi en automático Aioria, sabía que si seguía  la conversación con saga, no podría controlar sus emociones.

-no eso. –

Aioria apretó los puños molesto. Saga percibió su gesto, entendiendo sus propias palabras. – quiero decir, si, pero en realidad yo…- saga se veía muy confundido y nervioso algo muy inusual para un caballero como el, quien se mostraba siempre frio y serio ante todo.

Entonces Aioria tomo acopio de todo su control mental y su valor para voltear y ver a ese hombre de nuevo cara a cara. No permitiría que sus miedos ni dudas lo acosaran por más tiempo. Si tenía que confrontarse con saga para liberarse de  él, de una vez por todas, entonces así seria.

-¿Qué es lo que en realidad quieres, saga?- su pregunta sonó más a una amenaza y su rostro de seriedad y molestia no le hacía nada fácil a saga el hablar.

-no lo sé, yo solo deseo que tu….que tú me puedas perdonar, que algún día dejes de percibirme y verme como un enemigo, sé que no te he dado ningún motivo  para que confíes en mí y me perdones, pero…pero yo realmente quisiera que  fuéramos…-

- los somos, Saga. –interrumpió mirándolo de reojo. – somos compañeros, ambos tenemos una misión en común pues ambos somos caballeros de Athena. - 

 Saga solo agacho la mirada.

– Así que no te compliques  más por lo pasado, saga, al fin de cuentas, está en el pasado y…y no hay nada que puedas hacer para cambiarlo…-se dio media vuelta. - con permiso. – sin decirle más se fue alejando rumbo a su templo.

Saga se quedó petrificado, no sabía cómo interpretar sus palabras y además Aioria no  deseaba ni siquiera mirarlo a los ojos. Percibía lo hostil en el ambiente y sabía que su presencia tan solo lo perturbaba, y a pesar de aparentar tratarlo como a sus demás camaradas, había algo en su mirada y en sus gestos que le decía que el aun sentía rabia y dolor al verlo. Eso le dolía, deseaba tanto que fuera diferente pero para su mala suerte, Aioria nunca olvidaría el pasado.

Además sentía que el amor que algún día sintió hacia el poco a poco desaparecía, Shaka, ya cada vez ganaba más terreno y que el tan solo sería recordado como el hombre que lo destrozó y que lo uso sin piedad. Sin importa las circunstancias y el pasar del tiempo, eso sería así.

Arrugo el entre cejo, debería dejar el pasado ahí, tal y como Aioria lo dijo, ya no podía seguir martirizándose, lo mejor era seguir su vida.

<<<<<<<<<<<.>>>>>>>>>>>

 

 

Aioria respiro agobiado, hablar con saga lo perturbo de alguna manera. Poso su mano en su frente mientras ingresaba a leo.

-Aioria. – Shaka lo llamo al percibir su presencia.

-¿Shaka? – le pregunto sorprendido mientras se acercaba a él. Este solo esbozo una leve sonrisa.

- vine  a buscarte para que fuéramos al pueblo. – le dijo mientras tomaba la mano de Aioria y lo guiaba  a la salida del templo, mas Aioria se quedó quieto, sin intenciones de moverse.

-perdóname Shaka, pero ahora no me siento de humor para salir. – le dijo mientras agachaba la cabeza, Shaka solo enarco una ceja mientras soltaba su mano.

-bueno… si no quieres salir, está bien. Pero dime si te pasa algo, te sientes mal? – se acercó a él, algo preocupado.

Aioria se sonrojo al tenerlo cerca.- no, estoy bien, es solo que… me siento un poco agotado, es todo, pero podemos ir mañana, ¿si te parece? –

Shaka no era ningún tonto, algo le sucedía a Aioria. Pero prefirió ignorarlo, tal vez era algo sin importancia.

-está bien, mañana temprano estoy aquí. – dijo  mientras se acercaba para  darle  un suave beso en la mejilla. –Descansa. – tras decir eso, Shaka se fue alejando rumbo a su templo.

Aioria se apoyó en un pilar cerrando los ojos, sintiéndose culpable y desgraciado. lo más natural hubiera sido cumplir con la  cita que tenía con Shaka, pero el hablar con saga, verlo de nuevo, tenerlo tan cerca…lo dejo muy perturbado; simplemente estaba abatido. – no de nuevo, por favor no…-

 

<<<<<<<<<<<.>>>>>>>>>

 

-¿y cómo te fue con el minino? – Kanon miraba a su gemelo, saga solo resoplo agobiado.

-¿cómo crees?-

-¿te mando a la chingada? – le sonrió, el ver a su hermano en esa situación se le hacía muy divertido.

-no solo eso, su indiferencia me dijo  mucho más. -

- y que esperabas, - se sentó a su lado. – después de todo lo que le hiciste, deberías de estar agradecido de que no te hayan recluido en una celda pestilente y oscura. –

Saga no hiso caso de lo que dijo su hermano, solo podía pensar en lo que había hablado con Aioria.

-no sé qué hacer…- admitió posando sus manos en su rostro. – quiero dejarlo libre, quiero olvidarme de él, dejar de pensarlo, pero…

-lo amas. – finalizo Kanon desganado.

-como no tienes idea. –  se recostó en el espaldar. Kanon lo imito.

-como yo veo las cosas, solo tienes dos opciones. – saga lo miro de reojo muy interesado.

- alejarte de él para dejarlo vivir su vida, sin importar cuan doloroso te resulte o… ir al todo por el todo y…arriesgarte.-  .- saga lo miro muy confundido. Kanon no hiso más que ampliar su sonrisa, se puso en pie rápidamente.

– piénsalo bien, tu felicidad está en juego. – saga vio como la figura de su hermano desaparecía. Sin comprender por completo a lo que su hermano se refería con arriesgar el todo por el todo.

 

 

<<<<<<<<<<<.>>>>>>>>>>>

 

Aioria permanecía en su recamara recostado en su cama, no paraba de pensar en la conversación que sostuvo con saga.

-por qué…porque me es tan difícil olvidarte. – poso su mirada esmeralda en el collar que su hermano le había regalado. - Creí que con tal solo ignorarte, sería suficiente, pero…- apretó su puño.

Daba vueltas en su cama, inquieto, no lograba conciliar el sueño así que se puso en pie de un solo movimiento. Se vistió  para luego salir de su templo, descendió  lentamente, ocultando su cosmos  para no ser notado

 Solo había algo que lo relajaría.

 

<<<<<<<<.>>>>>>>>

 

Saga no estaba mejor que Aioria, hasta podría decirse que estaba peor.

La cabeza le dolía y su cuerpo tenía un calor muy incómodo. Tomo un vaso de agua para refrescarse, pero nada, seguía igual.

Para su suerte, Kanon dormía placido y tranquilo en su recamara.

- suertudo, tu si puedes dormir cómodamente, mientras yo…-

Tenía que admitir que en esos momentos envidiaba a su hermano. Él tenía una forma de ser tan despreocupada y relajada, además, su forma de ver la vida era tan diferente a la suya que a veces deseaba tanto ser él, así  no se complicaba tanto la vida. –

Sonrió ante su pensamiento, si Kanon  supiera que  lo envidiaba, de seguro se  mofaría de él hasta cansarse.

Salió del templo, necesitaba relajarse y pensar. Camino por los alrededores, hasta que sus propios pasos lo guiaron hacia un lago, era muy pequeño, sonrió al recordarlo.

Todo estaba en silencio y aparentemente vacío, se acercó al agua.

– tal vez si me tomo un baño, este calor desaparezca y destense mi cuerpo. – pensó, mientras se quitaba la parte superior de su vestimenta. Los baños eran lo suyo, hacía que se relajara y dejaba flotar todos sus problemas.

Ya, solo vestido con una prenda se acercó a la orilla. Se metió de lleno, era su imaginación o el agua estaba  helada.  Poco a poco su calor disminuía,  su cuerpo estaba cada vez más relajado. Al intentar  moverse hacia la otra orilla, sintió los pasos de alguien más, aproximarse.

-genial- pensó molesto, no deseaba ver a ninguno de sus compañeros, así que decido que lo mejor era salir. Estaba por tomar todas sus pertenencias y largarse. Hasta que vio  de quien se trababa. Las orbes se le abrieron de sobre manera, ahí tenía en frente de el a la persona que no podía sacar de su cabeza la razón por la cual estaba despierto a las 3 de la madrugada tomando un baño.

Lo vio acercarse a la piscina, para su suerte,  estaba tan distraído y el lugar oscuro que no había notado su presencia.

Se sumergió, retrocedió un par de pasos hasta chocar contra la una roca de gran tamaño, ahí se resguardo junto son la oscuridad para no ser notado.

Aioria se quitó el peto, dejando ver su torso, la luz de la luna le permitía a saga visualizar su cuerpo y no perderse ningún detalle. Lo siguiente fue su pantalón. Saga trago en seco, tenía a Aioria a unos metros de él, casi desnudo. Deseaba tanto acercarse tocar su piel tersa y suave, regodearse con su aroma, como lo había hecho en el pasado. Si,  Estaba perdido en el deseo.

Aioria ingreso al lago lentamente. sintió todo su cuerpo estremecerse al contacto con el agua, hecho un gemido, el agua estaba fría, demasiado, pero,  su temperatura, poco a poco se adecuaba.  Se recostó, cerró los ojos  se metió de lleno, permaneciendo en el agua por unos segundos y volvió a salir. Nado un poco, a saga por poco se le sale el corazón. Unos cuantos metros más y lo encontraba.

A saga le latía el corazón desenfrenadamente, si Aioria lo descubría estaba perdido, no solo se ganaría el deprecio total por su parte, sino que muy probablemente sería considerado un caballero indigno de la orden, podía hasta ser expulsado, pero en esos momentos, no pensaba en ello, más era el hecho de  tener a Aioria a unos cuantos metros de distancia lo hacía inmensamente feliz. Aunque no pudiera tocarlo, se imaginaba a si mismo acercarse a él acortando la distancia que los separaba. El recordar  las veces en las que ambos se metían en esa laguna  y se amaban dejando rienda suelta a todos sus deseos y paciones no lo estaba ayudando.

Inconscientemente  y sin saber cómo saga ya tenía una de sus manos en la parte baja de su cadera, entre sus piernas.  Se mordió el labio inferior con fuerza, si dejaba salir un solo sonido de sus labios, Aioria notaria su presencia, y más que eso, sabría  lo que estaba haciendo mientras lo espiaba.

 Se repetía mentalmente que eso estaba mal, que no era correcto, pero al mismo tiempo se sentía tan bien  tan liberador y placentero. Su respiración estaba acelerándose  cada vez más y no podía dejar de apurar el ritmo aunque quisiera parar, así que  dejo rienda suelta a sus instintos, los cuales  estuvo ocultando y reprimiendo desde que lo perdió desde que se aleje de él.   Todo esto, mientras admiraba su cuerpo, el cuerpo adolecente que conocía, había dejado de existir para dar paso a algo mayor, el cuerpo de un hombre, tan bello, tan maduro, tan deseoso.

 La sangre caía por la comisura de su labio, tras morderse los labios con mayor fuerza al sentir como se venía, terminaría, y con tan solo mirarlo, no se imaginaba de lo que era capaz si  tendría  su  cuerpo por completo.

 Escuchaba los latidos de su corazón retumbarle en los tímpanos y su respiración era algo errática, pero  para su suerte, Aioria no había notado nada.

Pues estaba muy ensimismando en sus pensamientos. En sus orbes se reflejaba preocupación, la incertidumbre, y sobre todo, la confusión.

-- no tiene sentido…-por qué…por qué a pesar de todo, sigo pensándote…- arrugo el entere cejo y apretó los puños, furioso consigo mismo.

Golpeo el agua frustrado. -te olvidare, te arrancare de mi piel, de mi corazón, de mi alma sin importar cuanto me cueste. Así será, lo juro. –se dijo asimismo seguro, endureciendo su mirada.

Saga lo escucho, no sabía que pensar, si se estaba refiriendo a él, eso quería decir muchas cosas, como que  Aioria aun sentía algo por él, un poco de amor, eso representaba para él un dejo de esperanza. Pero, sus palabras era claras, Aioria,  solo quería olvidarlo y odiaba el que le resultara difícil, eso no  sonaba nada bien, pues a pesar de seguir en sus  pensamientos, lo odiaba.  Saga  bajo la mirada pensativo.

De repente, Aioria se puso en pie, para salir del agua. Sus pasos eran lentos y se veía muy confundido y frustrado. 

Camino hasta donde estaba su vestimenta, tirada en el suelo, se secó, luego se vistió. Camino en dirección hacia el santuario, pero se detuvo al ver una prenda tirada en el suelo. Extrañado, se acercó  a esta,  indeciso, la recogió del suelo. – Esto es….-dijo en un susurro mientras sus orbes de abrían por completo.

-ahora si estoy jodido. – Saga hecho una maldición, había visto su ropa. Solo se limitó a cerrar los ojos y esperar lo inevitable. Pero tras no escuchar nada, abrió los ojos.

Aioria, aun, sostenía su  ropa, se veía muy confundido, miro a los alrededores por unos minutos. Hasta que finalmente decidió  seguir su camino llevándose consigo una prenda de saga.

Saga agradecía a todos los dioses no haber sido descubierto. También,  por haberle regalado ese magnífico momento,  poniéndolo en ese lugar.

Espero a que la quietud y el silencio volvieran. Ya, al no percibir ninguna presencia, salió del agua y  rápidamente se vistió, solo la parte de abajo ya que Aioria se había llevado su quitón .

Camino por los lugares oscuros, sigilosamente. En primera instancia, pensó en abrir un portal hacia el tercer templo, pero eso llamaría la atención de sus compañeros, al usar su cosmos, así que sin ánimos y a toda prisa ascendió por Aries y posteriormente tauro sin ser notado.

 

Al llegar a su templo respiro aliviado. Estaba a salvo o por lómenos eso era lo que pensaba.

-¿esto es tuyo?-  casi se le sale el corazón al oír esa voz.

Estaba en shock, Aioria estaba en frente de él, reclamándole con su quitón en mano.

Se quedó callado, conteniendo la respiración y sin saber que responderle. Si decía que si, solo admitiría que  estuvo en el mismo lugar que él y probablemente Aioria sacaría  muchas conclusiones al respecto. Por otro lado,  si lo negaba, entonces tendría que dar la explicación de porqué  no traía nada puesto, tapando su pecho y además de el hecho de que el usaba ese quiton  casi siempre.

Aioria lo miraba muy molesto y estrujando la prenda con rabia, al suponer algo de lo que había pasado. Saga estaba por responder y aceptar las consecuencias, cualquiera que fuera.

-no, esa cosa es mía. – los dos volvieron la vista hacia donde estaba Kanon, quien  permanecía en la oscuridad con los brazos cruzados y de igual manera vestido que saga. ( sin nada cubriendo su torso).

-así que… si me permites. – Kanon se acercó y le arranco el quitón  de las manos a Aioria, este, solo veía a ambos gemelos molesto y muy confundido, estaba seguro que ese quiton   era de saga, pero también cabía la posibilidad de que fuera de Kanon ya que ambos usaban una igual.

-gracias por traérmelo. – hablo Kanon, mientras se paraba al lado de su hermano. – es que a veces olvido ciertas cosas. – le sonrió con cinismo.

Aioria, sin decir más, dio media vuelta rápidamente  en dirección hacia la salida, molesto,  algo avergonzado y confundido.

 Saga miraba como Aioria dejaba su templo, sin comprender aun como fue que se “salvó”.

-me debes una. –

 Saga Giro su vista al escuchar la voz de su hermano.- de no ser por mí, ahora tendrías a Aioria haciéndote un montón de preguntas y odiándote y  también a su querido hermano golpeándote. – sonrió ante la idea.

-yo…no…-saga aún tenía la boca abierta, analizando y procesando lo que acababa de pasar.

-descuida, ya veré como me las vas a pagar. – le sonrió  mientras ondeaba su quitón  Al aire y se lo llevaba consigo a su recamara.

Saga solo se recostó en la pared, llevándose una   mano al corazón, el cual latía desenfrenado.

Después de reponerse al susto, se dirigió a  su recamara, recostándose luego en su cama. 

Esbozo una leve sonrisa, al recordar  lo que había visto y experimentado. Sabía que Aioria no había creído por completo la versión de Kanon, pero eso ahora no importaba.

 El solo recordar a Aioria sin nada puesto, lo hacía desvariar y soñar despierto. Lo deseaba y lo quería solo para él, aunque tal vez eso sea difícil y  hasta imposible.

-Aioria…-dijo en un susurro.

Pensar que una vez lo tubo y que ahora ni siquiera podía acercarse a él, lo devastaba y martirizaba de sobre manera.

-          Tienes dos opciones, alejarte de él para dejarlo vivir su vida sin importar cuan doloroso te resulte o ir al todo por el todo y…arriesgarte.- las palabras de su hermano retumbaban es su mente.

-tal vez lo mejor sea respetar tu decisión, después de todo yo no puedo ofrecerte nada, a mi lado solo tendrías más dolor, así que debo dejar de ser un maldito egoísta, el dejarte seria la cosa más madura y correcta que pudiera hacer ahora.- trato de convenceré de ello, más el recuerdo de Aioria no se alejaba ni los deseos de tenerlo.

 

-a quien engaño. – cerro los ojos, cada vez estaba más perdido, sus pensamientos se contradecían, estaba muy confundido. Por un lado quería dejar a Aioria en paz y olvidarse de el por completo, pero por otro, sentía que aún había algo por hacer que el amor que sentía era tan fuerte que lograría hacer que Aioria volviera a quererlo, pero eso era engañarse asimismo y hacerse falsas ilusiones, ¿o no?

 

CONTINUARA…

Notas finales:

gracias por leer, espero lean el que viene.

posdata: ( si no entendieron bien lo que es un quitón es  la clasica tunica que va en la parte superior de la vestimenta griega, que usan tanto saga como kanon, cuando estan sin su armadura, ese, con un cinturon en medio. Espero me dejo entender.)

Adios y hasta el siguiente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).