POR QUÉ?
-esta es la última advertencia que te manda, caballero de leo, tienes que dirigirte al templo principal ahora mismo.-aioria ni siquiera miraba a shaka, tan solo permanecida sentado en el suelo agarrándose las rodillas y mirando por una de las ventanas.
-me escuchaste caba…-
-¡NO! mi respuesta va a ser la misma NO!.- Aioria volteo a verle furioso.-no pienso ir ante ese hombre y tampoco me importa un bledo sus amenazas, por mí se puede ir al demonio.-shaka lo miro asombrado, parcia ser otra persona, no, la persona que tenía en frente y que le hablaba de esa manera llena de odio y rabia, no podía ser el mismo aioria que él conocía.
-ya lárgate, no quiero verte, no quiero ver a nadie, y si tu amado patriarca quiere verme pues que el mismo venga aquí. Porque yo no pienso ir.-aioria no dijo más, solo volteo a ver en otra dirección.
-pero tu… -
- ¡déjame en paz!-grito aioria furioso, shaka se quedó tieso ante su comportamiento.
-Solo… solo vete.- aioria bajo la mirada.
-como digas, caballero.-shaka le dio la espalda y salió del templo aun sin poder creer lo que paso.
Tras verle salir, aioria respiro fatigado y cansado, estaba harto la amenazas que recibía por medio de los mensajeros que mandaba.
Sabía que ese hombre no quedaría satisfecho ni conforme con su respuesta, pero no le importaba en lo más mínimo. No quería verlo nunca más, y si pudiera lo mataría con sus propias manos por lo que le hizo aunque sabía que moriría al siquiera intentarlo.
-maldito. – dijo mientras se tocaba el cuello, apenas se recuperaba de sus heridas. – no tienes idea de cuánto te odio.-
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Volteo a ver el templo de leo, sentía el aura de aioria muy perturbada y ensombrecida, eso no le gustaba en lo absoluto.
-Aioria…por qué tu…-shaka solo respiro resignado y volvió su vista hacia el templo principal, donde el patriarca aguardaba su respuesta.
Lentamente y sin ánimos comenzó su ascenso.
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-así que aún se reúsa a venir.-saga estaba furioso, aioria lo desobedecía, era una gran ofensa para alguien como él.
-así es su santidad.-shaka permanecía postrado delante suyo, arrodillado.-esa fue su escueta respuesta.-
-está bien shaka, retírate, ya puedes retomar tus labores.-shaka hizo una leve reverencia y salió del templo.
Tras la salida de shaka saga se quitó el casco, y volteo su mirada hacia la armadura de leo que yacía en el suelo del templo, sonrió con malicia.
-así que piensas que puedes desobedecerme, jaja ya veremos cuanto tiempo te dura el gusto.-saga se puso en pie, quería probarlo nuevamente quería tenerlo otra vez y hacerlo sufrir. Sabía que aioria se reusaba, que lo odiaba y detestaba, pero eso solo aumentaba su ira y sus ansias de tenerlo nuevamente.
- si no vienes, entonces yo iré a por ti.-se relamió los labios con lujuria. – Ya veremos quien se sale con la suya.-saga sonrió para sí mismo, estaba logrando lo que se propuso, destruir y hacer que aioria se arrepintiera de todo.
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Aioria se encontraba en su templo, hace dos semanas que no había salido de él, no después de lo ocurrido. No quería ver a nadie, no quería que nadie lo molestara más, tan solo quería estar asolas refugiado en su templo.
Miraba con pesar y melancolía, el collar que su hermano le había regalado, ya no se sentía digno de portarlo así que se lo quito y lo deposito en uno de los cajones, tampoco quería verlo, pues le traía muchos recuerdos, recuerdos dolorosos.
Respiro con pesar mientras se apoyaba en una pared, no tenía ánimos para nada ya ni siquiera comía bien, estaba tan decaído y debilitado que la muerte parecía ser su única salvación; para salir de tal depresión, amargura y tristeza.
-por qué… por qué a mí…-aioria no paraba de hacerse esa pregunta una y otra vez, hasta que sintió una desagradable presencia en su templo, había logrado evitar su presencia antes, pero esta vez no tuvo tanta suerte.
-vaya, ya había visto esa mirada antes.- death lo miro con una enorme sonrisa; disfrutaba el molestar a aioria.-al perecer el patriarca se divirtió mucho contigo, es una lástima, yo quería ser el primero jajaja supongo que él es quien manda aquí.-aioria volteo a verle con un odio y desprecio inmenso.
-me dijo que gritabas peor que una niña.- .death se acercó a aioria.
-la verdad no te culpo, pues he oído lo impetuoso que es y también lo bien dotado que esta.-aioria abrió los ojos asombrado, sentía mucha indignación y coraje, acaso ese despreciable hombre tuvo el descaro de hablar y contar lo que le hizo, como se atrevió?- apretó los puños furioso y lleno de rabia. –Debió de suponerlo, ese hombre era en verdad un completo infame y desgraciado.
-apuesto que en el fondo lo disfrutaste, te gusto, admítelo.-death se posó detrás de a aioria.- no eres más que una perra—aioria no se contuvo más y lo golpeo en el rostro con todas sus fuerzas haciendo que cayera al suelo.
-¡CALLATE!-aioria lo sostuvo del cuello con fuerza.-cállate y deja de decir estupideces.-death se limpió la sangre que corría por la comisura de su labio y le sonrió.
-solo digo la verdad, -aioria lo aprisiono con más fuerza, preso de la ira, rabia e indignación que sentía.-te lo merecías te mereces todo lo que te pasa.-
-cállate, cállate no quiero oírte. –aioria derramo un par de lágrimas, unas de completa rabia y odio. – Deja de hablar maldito
-lo odias, verdad? Sientes odio y desprecio total hacia ese hombre.-hablo death nuevamente.
-¡dije que no quiero oírte!- aioria lo condujo a la salida del templo a empujones.
-lárgate, y no vuelvas a dirigirme la palabra o te juro que lo lamentaras.-death lo miro y sonrió indiferente.
-yo puedo ayudarte.- aioria se detuvo al escucharle, death sonrió y se acercó a aioria sin importarle sus amenazas.
-se todo sobre el patriarca, lo conozco y sé que es lo que más le molesta, incluso sus debilidades, si tú quieres podría ayudarte a que te vengaras de el por lo que te hizo, por todo.- aioria retrocedió un par de pasos asombrado, como se atrevía a decirle eso, después de todo, no tenía vergüenza.
-¡lárgate! No me interesa nada de lo que digas, no quiero tener nada que ver con alguien tan despreciable como tú, vete y no me molestes mas.-aioria se alejó de él molesto.
-bueno, de todas maneras piénsalo, ya cuando te decidas me avisas, cuídate jaja.-death sonrió y salió del templo de leo rumbo al suyo, aioria lo miraba con desprecio.
-como se atreve a decirme eso, está loco… está completamente loco y desquiciado.-aioria se dirigió su habitación aun sin terminar de creer lo que ese hombre le dijo.
Lentamente y completamente exhausto se acercó a su cama para descansar. Se quitó el peto, dejando al descubierto su pecho.
De imprevisto, sintió como alguien le tapaba la boca y lo sujetaba con fuerza por detrás; del cuello.
-así que eres tan estúpido como para pensar que no puedo venir hasta aquí.-aioria intento soltarse, pero saga lo aprisionaba con más fuerza.
-si te portas bien y complaciente, perdonare tus agravios y hasta olvidare tu falta de respeto hacia mi.-saga comenzaba a tocarlo por debajo de la ropa que aun portaba, aioria no podía defenderse, estaba tan debilitado que sentía ganas de gritar y pedir por ayuda, pero lo pensó, quien iría a en auxilió?
-esta vez no grites tanto o los demás se sentirán algo incomodos.-saga lo condujo hasta su cama, aioria sentía una rabia, un odio y dolor inmenso. Quería defenderse golpearlo y alejarlo de sí, pero no podía usar su cosmos era como si ese hombre tuviera el poder de restringir todas sus defensas con suma facilidad.
Saga le rompió la ropa que aun vestía aioria y también se quitó la suya estaba ansioso y desesperado, por tenerlo de nuevo y eso era obvio.
-no…no quiero.-aioria sentía completo pavor y miedo, un temblor se apodero de su cuerpo no quería sufrir ese dolor y humillación nuevamente.
Saga lo beso, beso sus labios con ansias, aioria sentía tanta repulsión que le mordió el labio inferior con fuerza, hasta hacerlo sangrar, saga se alejó de el totalmente furioso. Se limpió la sangre que corría por la comisura de su labio.
-maldito, imbécil.-saga le dio un fuerte puñete en el rostro y lo sujeto de los cabellos preso de una ira y furia incontenible.
– ¡te matare! – aioria tan solo le sonrió, y lo miro a los ojos desafiante.
-entonces que espera! MATEME! prefiero la muerte a tener que soportar sus sucias manos sobre mi cuerpo de nuevo, me da asco. –saga lo miro furioso, era como si tuviera la misma visión; cuando aioros lo rechazo y lo trato de la misma manera, apretó los puños molesto. Esos hermanos se atrevían a despreciarlo de tal manera y eso no podía permitirlo, no de nuevo.
–¡vamos hágalo!– le grito furioso. Saga solo le sonrió con vileza mientras sus ojos se volvían rojos y su cabello tomaba un color gris.
. – no, no te matera aun. –saga lo sujeto del cuello, sentía ganas de golpearlo hasta que le pidiera perdón y suplique por su vida, pero antes de eso quería disfrutarlo quería que sufriera y pagara sus palabras con sangre y con su deshonra. – pagaras, por todo.-
Clavo sus uñas en su cuello. La sangre comenzaba a drenar de la herida y para saga esa era una visión magnifica y deleita dora, se acercó a su cuello para beber su sangre, por una extraña razón le gustaba, ese sabor metálico, lo enloquecía y lo disfrutaba.
Se acercó a su oído y lo lamió. Para luego decirle de manera vil y cruel.
-nunca debiste de hacerme enfadar, mocoso. –. Aioria respiraba con dificultad, saga al verlo sonrió, lo cogió de los cabellos para luego depositarlo en la cama.
-puedes gritar lo que quieras, no me detendré. – aioria no tenía fuerzas para nada tan solo veía impotente como ese hombre lo poseía nuevamente, le quitaba nuevamente la honra y la dignidad.
Dolía, le dolía demasiado, por un momento pensó que al ser la segunda vez no sería tan doloroso, pero se equivocó, era igual, lo sentía igual.
Esta vez logro reprimir el dolor ahogándose en su llanto, no quería gritar, por más que saga lo lastimara y ultrajará, no le daría la satisfacción de oírlo gritar de dolor de nuevo, por más desgarrado que estuviera.
saga dejaba en claro que el si lo disfrutaba y sus gemidos daban cuenta de ello, también la manera brusca y desenfrenada con la que lo embestía.
-te duele? –le pregunto son cinismo, aioria no dijo nada tan solo deseaba que terminase, que todo terminara de una vez.
– Todavía no acabo.- saga volvió a besar sus labios, esta vez fue el quien le mordió el labio y junto con ese sabor metálico de la sangre profundizo y hondo el beso por unos minutos, disfrutando de sus labios y saboreando su sabor.
Tras ultrajarlo, saga lo cogió de los cabellos y lo tiro al suelo y lo miro detenidamente.
- aun no es suficiente. – ahí mismo comenzó a patearlo y a golpearlo descargando todo la furia e ira que lo invadía.
Luego de desahogar su furia, recogió su ropa del suelo y ante la oscuridad se la puso nuevamente.
-No te preocupes por tu armadura, mandare a alguien para que te la traiga, ya que no #pudiste# ir por ella ante, mucho menos podrás ahora.-Tras dejarlo, en el suelo totalmente lastimado y demacrado. Sonrió y se fue satisfecho, era tan glorioso sentirse el ganador. –Claro. Solo si llegas a sobrevivir esta noche.-
Aioria estaba deshecho, no podía creer que ese hombre lo hubiera deshonrado nuevamente, no, se sentía tan miserable.
Parecía su fin, sentía su vida apagarse, pues los golpes y heridas que tenían eran muy graves y de consideración, tanto que su cosmos era insuficiente para curar sus heridas. Ya no podía más, quería darse por vencido, quería abandonar ese mundo del que solo recibió humillaciones y decepción, quería morir. Cerró los ojos.
Cuando ya no tenía más fuerzas y estaba a punto de darse por vencido, sintió un cosmos rodearle, un cosmos cálido y agradable, uno que lo llenaba de vida y lo reconfortaba. Lo sentía tan extraño y a la vez tan conocido, una leve sonrisa se formó en su rostro, luego cayó desmayado.
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A la mañana siguiente, shaka decencia del templo patriarcal en dirección al quinto templo, pues el patriarca le pidió que le devolviera la armadura dorada de leo a aioria, el acepto sin cuestionamientos, aunque tenía muchas incógnitas, pero él no tenía derecho de preguntar nada.
-caballero de leo, preciso tu presencia.-shaka no recibió respuesta alguna eso se le hiso muy raro.
Al depositar la armadura en el suelo, sintió el olor a sangre y sin pensarlo mucho se dirigió al cuarto de dónde provenía dicho olor.
Al ingresar abrió los ojos asombrado, aioria yacía en el suelo, tenía golpes y heridas muy profundas por todo su cuerpo, shaka se acercó a él y cuando intento tocarlo, aioria lo detuvo y lo sostuvo de las manos con fuerza, ante la sorpresa de shaka.
-no te atrevas a tocarme.-aioria aparto a shaka de si y poco a poco se puso en pie, shaka sentía un temblor recorrerle el cuerpo, jamás aioria le había hablado ni tratado de tal manera, con un desprecio y odio inmenso.
Lo miro alejarse y cuando le dio la espalda quedo más sorprendido al ver las marcas en su espalda.
-pero…que fue lo que te paso?-aioria lo miro de reojo y le sonrió.
-en verdad quieres saberlo shaka, quieres que te diga que fue lo que me paso?-aioria se acercó a shaka.
-yo… - por primera vez en su vida shaka no sabía que responder y el tener a aioria tan cerca suyo y semidesnudo le producía un escalofrió y un temblor muy inusual en él.
aioria poso su mano en una de las paredes y lentamente acerco su rostro al de shaka; este estaba muy desconcertado por su actuar, solo cerro los ojos con fuerza, al ver esto Aioria sonrió con amargura y lentamente acerco sus labios a su oído.
-si quieres saberlo, ve y pregúntaselo a su ilustrísima, estoy seguro que te complacerá saber lo que tiene que decir. –le susurró Aioria, Shaka no dijo nada; estaba tan desconcertado ante tales palabras y la manera fría y sombría con la que las dijo.
Aioria se separó de él y poco a poco retomo su caminata.
Shaka lo veía caminar, cojeaba, eso fue lo que llamo su atención, porque cojearía? Evito el preguntarle.
Aioria volteo a ver su armadura, su semblante se volvió sombrío y melancólico.
-ya hiciste lo que debías…ya… no tienes por qué permanecer más tiempo aquí.-Aioria intento caminar hacia la armadura, pero un dolor punzante le recorrió el cuerpo y cayó al suelo. Shaka al ver esto se acercó a el rápidamente e intento ayudarlo, pero Aioria lo detuvo.
-¡NO!- aioria se reincorporo por sí mismo con dificultad, Shaka lo miraba atónito y con preocupación.
-no necesito de tu ayuda.-aioria negó con la cabeza lentamente.- ya no, Shaka.-Aioria volteo a verle a los ojos.
Entonces shaka visualizo por primera vez sus ojos, los ojos de aioria, esos hermosos orbes verdes denotaban: dolor, odio y rabia por igual.
Retrocedió un par de pasos desconcertado y sin decir nada se dirigió a la salida del templo, sin comprender lo que le pasaba a aioria.
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Tras su partida aioria solo se recostó en una pared y se dejó caer al suelo, sentía una opresión muy grande en el pecho, shaka no era culpable de lo que le pasaba, pero él estaba del lado del patriarca, el haría todo lo que le pidiese. Y por eso lo odiaba por eso odiaba a todos a los que le servían a todos.
-juro que pagaras por lo que hiciste. Lo juro. – aioria se puso en pie y dirigió su mirada hacia el templo de cáncer.
– lo pagaras, no me importa cómo, pero lo pagaras. sentirás el mismo dolor que yo siento, maldito.-aioria estaba harto de sentirse la víctima, harto de ser la muñeca de trapo, harto de ser quien era, y por eso, por eso estaba dispuesto a hacer lo que sea para que los demás sufrieran lo que el sufrió.
– -nunca más volverás a utilizarme, ni a lastimarme, no, esta vez serás tú el que será mancillado y el que terminara destrozado y yo…-trago con un nudo en la garganta. – y yo seré el que disfrute con tu dolor. – sonrió para sí mismo. – ya lo veras.-
CONTINUARA…