Sandeul y Jinyoung se encontraban solos en el departamento,los demás miembros habían salido a hacer las compras. Jinyoung estaba ocupadoen su estudio componiendo, por lo cual decidieron no molestarlo y dejarlo, que su creatividad siguiera fluyendo. Y Sandeul, bueno a él no lo llevaron por la simple razón de que querían regresar con las compras completas y no con bolsas y más bolsas llenas de golosinas, panquesillos, frituras, en fin, demás cosas llenas de azúcar y calorías.
-¿Sandeul, y los demás? -pregunto el líder al notar que no había nadie más en el departamento. A excepción de ellos dos. Al fin había salido de su cueva y encontró a Sandeul recostado en la sala mirando TV.
-Fueron al supermercado- se levantó de su lugar y siguió a Jinyoung que ahora estaba en la cocina-,¿Y sabes qué? no me quisieron llevar –dijo con indignación- habla seriamente con ellos ¡¡me discriminan!! - Jinyoung escuchaba atento todo lo que el joven decía mientras servía agua en un par de vasos, puso uno de ellos en las manos de Deul, el otro lo puso sobre la mesa y se sentó frente a su bebida.
-Ya, lo comentare con ellos. Que tú harás las compras la próxima vez – termino de decir y bebió un poco de agua. Sandeul, siendo tan simple, esa respuesta le basto para estar de ánimo otra vez, sin analizarla ni pensarlo mucho acepto. Aunque sabemos que esa decisión era un arma de doble filo, pues si Sandeul se encargaba de las compras podría al fin entender que no siempre “alcanzaba” para cumplir con los antojos de su caprichoso estómago y por supuesto si Sandeul se encargaba de ir al supermercado existía la gran posibilidad de que todo el mes la dieta de los 5 jóvenes estuviera basada en galletas y yoghurt.
Sandeul dejo su vaso ya vacío sobre la mesa y se dirigió con emoción sobre exagerada al refrigerador, dio un ligero salto al estar frente al aparato electrodoméstico, tomo el mango de la puerta y abrió por completo, metió su cabeza hasta el fondo mientras buscaba lo que más le gustaba, mermelada. Saco la cabeza y se quedó estático, volteo su rostro y miro incrédulo al pelirrojo. El susodicho lo miro expectante.
-Jinyoung-hyung…
-mmm - emitió solo un sonido gutural
-¿Quien se terminó la mermelada y metió el bote vacío al refrigerador?- pregunto Sandeul mientras turnaba su vista entre su hyung y el refrigerador.
-¿La mermelada? … Sandeul - Jinyoung guardo silencio por un momento, sonrió, y continuó diciendo: - Deul, tú te la has acabado.
-¿Yo? -se autoseñaló con su dedo índice, cerro el refrigerador y, aun con el bote vacío de mermelada en la mano, dio un paso a donde se encontraba sentado su hyung
-Sí, TÚ -enfatizó la última palabra - recuerda que antier querías empanedados de mermelada y terminaste comiéndote todo el paquete de pan junto con toda la mermelada- El líder explico amablemente al joven castaño.
-¿Y porque me dejaste hacerlo?- se quejó Sandeul, un poco decepcionado por no contar ni con una cucharada de su dulce mermelada y porque su hyung no lo detuvo, no pensando en él, en Sandeul y que en un futuro iba a querer más mermelada. El castaño arrugo sus labios y emitió un quejido.
-Lo hice, pero cuando comes lo que te dicen te entra por un oído y te sale por el otro, ni hablar de quitarte la comida, tal vez ahora estaría sin un brazo si en dado caso lo hubiera hecho- no era un reclamo, no era una burla.
-Ah~ bueno- se encogió de hombros, volvió al electrodoméstico y guardo el bote vacío nuevamente en el refrigerador. Jinyoung solo sonrió mientras movía su cabeza de un lado a otro. Sandeul nunca cambiaría - como sea, mejor comeré unas papas fritas, ni tenía ganas de algo dulce si no algo salado. -
Ahora los pies de Sandeul lo llevaron hasta la alacena, sus brazos se estiraron para abrir las puertas más altas. Busco al tanteo una bolsa de papitas pero sus manos no las hallaban. Nuevamente miro a su mayor con interrogación, pero aquel que estaba sentado en la mesa no le dijo nada, Sandeul volvió su atención a la alacena, se irguió más y se paró en puntillas para tener una visión al interior del mueble. Sus ojos avellana, que apenas lograron ver dentro, se abrieron al descubrir que no había nada allí, ¡Alguien había robado sus papitas!
-Hyung! Hyung! -corrió Sandeul hasta la mesa- Ladrones, llama al 911, hay ladrones en la casa ¡Hyung! ¡Se han llevado mis papitas!- Sandeul alertaba al pelirrojo y señalaba el lugar de crimen.
Jinyoung soltó una carcajada, lo que descoloco a Sandeul, su hyung estaba loco, había ladrones, tal vez peligrosos y él solo se reía. “Si salimos vivos pediré otro líder”, pensó Sandeul en medio de su paranoia. Por su parte el mayor se levantó de su asiento, camino hasta la alacena, cerro las puertas y camino hasta quedar en frente del eufórico castaño.
-Deul, no puedes mandarte ti mismo a la cárcel - el nombrado lo miro incrédulo y asustado - las papitas tú solo las robaste. -palmeo su cabeza con ternura, su pequeño Deul era más olvidadizo, un caso extremo- Los cambiaste de lugar, precisamente para que no los encontraran nadie, o más bien Baro o Gongchan no los tomaran.- se alejó del castaño para ir donde estaban escondidas la frituras. Solo se hallaban ocultas dos puertas más a la derecha de donde se guardaban originalmente. Tan inteligente Sandeul. Jinyoung tomo un paquete y lo meneo en frente de Sandeul, como si de un minino en espera de su comida se tratara, tal vez un patito en espera de su alimento sea una ilustración más precisa. La sonrisa de Sandeul no tardó en aparecer, y ni un parpadeo pasó para que una papa estuviera en la boca del más joven.
-Jinyoung, ¿que haría sin ti~?- y más que preguntárselo al susodicho, esa pregunta se la hacía a sí mismo.
-Morir de hambre~ -contesto con obviedad, jalando las suavecitas mejillas de su adorado Deul.-O estarías bloqueado en la línea de emergencias.- Sonrió amable.
Sandeul iba a reprochar pero el joven pelirrojo tenía tanta razón que solo lo dejo pasar. Sandeul tomo una de las manos que aún estaban presionando sus mejillas, la acaricio con ternura y la separo de su mejilla, y aun conteniéndola beso su palma, provocando cosquillas en el mayor, beso sus dedos y por ultimo entrelazo su mano con la del mayor.
Jinyoung por su parte con su otra mano dejo de apretar la mejilla de Sandeul y paso a acariciarla con el dorso de su mano, en el momento que sus manos se enlazaron, su mano dejo de acariciarlo y tomo con delicadeza el rostro del castaño y lo acerco a él.
Sandeul rió.
Jinyoung sonrió.
Un beso los unió.
