Un día comenzaba nuevamente, mucho papeleo que hacer, desde que Haruka habia logrado entrar a la agencia especial, no habia hecho otra cosa más que archivar archivar reportes de sus superiores, que nunca se tomaban la molestia de ordenar, hacer café para sus jefes, sacar fotocopias y otras actividades de oficina de las que solo se encargaba él.
Al ser un ángel, su aspecto era perfecto, hermoso, no era muy alto, pero tampoco era bajo, a pesar de hacer ejercicio casi todos los días, su complexión se mantenia delgada, su piel, tan blanca como el mismo cielo que habitaba, su cabello, en contraste a su piel, oscuro como el profundo universo, un azabache hermoso, digno de admirar, pero lo que llamaba más la atención de tan perfecto ser, eran sus ojos, profundos e inexpresivos, de un bello color azul, comparables con un par de zafiros brillantes, llevaba puesto su traje color beige, camisa blanca y una corbata color carmin, sin duda alguna, un ser perfecto.
En particular ese día no se sentía con el ánimo de siempre, de hecho ya estaba cansado, cansado de hacer siempre lo mismo, de no haber tenido ninguna aventura fuera de ese lugar, de ese cielo, tan monótono, siempre se habia sentido atraido al observar a la humanidad, conocer sus costumbres, esa habia sido la principal razón de entrar a la agencia, pero siendo un simple novato, no tenia oportunidad alguna de hacer misiones, estas enían que ser asignadas por un superior y no podia hacer nada en contra, eso lo hizo sentir frustrado, su deseo más grande no habia sid vumplido, y un día, tarde o temprano, iba a renunciar, ya estaba harto de aquella situación.
Estaba ordenando los últimos reportes de sus superiores, eran un completo desastre, pensando cuando renunciaría por fin al sueño de toda su vida, tan sumrrgido estaba que no se dio cuenta que su jefe estaba parado junto a él, obsevándolo todo el tiempo, se dio cuenta de los pensamientos que tenía y rompió el silencio, haciendo que Haruka ssltara de su lugar, asustado.
-Buenos días Nanase.
-Buenos días jefe.
-¿Haciendo papeleo nuevamente?
-Si, estoy ordenando los últimos reportes.
-Que bueno, has estado trabajando muy duro, cuando termines estos documentos, ven a mi oficina, este será el último papeleo que harás.
-¿El último?
-Si, necesito hablar apropiadamente contigo, pero necesito que estes completamente libre de ocupaciones.
-Entendido jefe, en un rato iré a su oficina.
-Te estaré esperando Nanase.
De alguna forma Haruka terminó de hacer su trabajo com más ánimo que su primer día en la agencia, sabia que habian dos posibilidades al ser llamado por su jefe, cualquiera de las dos le agradaban, ya sea que iba a ser despedido o que por fin, luego de tant tiempo, le sería asignada una misión.
Una hora después se dirigió a la oficina de su jefe, se sentía feliz, porque por fin dejaría el tedioso papeleo que habia hecho por años a sus respectivos dueños, se sentía inmensamente feliz, aunque su rostro no lo expresara, sus nudillos tocaron varias veces la puerta, esperaba ansiosamente el momento.
-Adenlate.
-Con permiso jefe.
-Siéntate por favor.
-Gracias.
-Antes que nada, quiero agradecerte el haber ordenado todo este tiempo los reportes de misioned, pero ahora será el momento de que lo hagan por ellos mismos...
-No hay problema.
-Déjame terminar.
-Lo siento.
-Habia una razón por la cual hacías aquel trabajo.
-¿Una razón?
-Así es, al leer todos esos reportes esperaba que aprendieras las costumbres de los humanos y también aprendieras sobre las artimañas de los demonios, que son tan astutos que han logrado corromper a compañeros de esta agencia, convirtiéndolos en ángeles caídos.
-Si lo he leído jefe.
-Me agrada saber eso, bueno, creo que ya es el momento de que trabajes fuera.
-¿Trabajar fuera?
-Así es, hay na misión para ti.
-¿Cuál es el objetivo?
-En un pequeño pueblo de Japón, llamado Iwatobi, han habido cierta clase de incidentes, hay humanos corrompidos por la lujuria, lo más probable es que se trate de un demonio que aún no tenemos en los archivos, tu misión es investigar si sí es por la causa de un demonio, hacer un reporte inmediato para tenerlo en la base de datos de demonios buscados y si te es posible, eliminar a dicho demonio.
-Entendido, pero ¿como se supone que me voy a mezclar entre los humanos?
-Buena pregunta, te harás pasar por un estudiante de preparatoria recien transferido de Tokio, a la escuela donde serás enviado es donde se han reportado la mayor cantidad de incidentes, ve a la biblioteca central de la agencia y aprende las costumbres de ese lugar, tienes que parecer los más human que se pueda, para no levantar sospechas.
-Entendido, voy inmediatamene hacia allá.
-Cuando termines de hacer tu investigación, dirígete a las capsulas de lanzamiento, descansa, y mañana, cuando despiertes, serás un habitante japonés, además tu aspecto ayuda mucho, te deseo suerte en tu misión.
-Gracias jefe, hasta luego.
-Una última cosa, ten cuidado de no caer en las artimañas de aquél demonio, si te llegaras a corrmper, no podrás volver aquí, o sea, serás expulsado del paraíso, ¿te quedó claro?
-Si jefe, espere mis reportes.
-Los estare esperando, mucha suerte y ten cuidado.
-Si.
Con esto Haruka se dirigió inmediatamente a la biblioeca central, comenzó a estudiar las costumbres del pueblo japonés, tantas horas que perdió la noción del tiempo, antes de caer dormido entre los libros, con uno en la mano, se dirigió a las capsulas de lanzamiento, se acomodó y se quedó profundamente dormido, emocionado por la nueva vida que llevaría a partir de ahora.