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Compañeros de Dormitorio por LYDIA

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Notas del capitulo:

Disfruten!!!!!

Capítulo 3

-“La maravilla de esa boca… ilumina todo como el sol. Una cosa lleva a otra y la vida pinta mucho mejor… elijo lugar para cenar, botella de vino para empezar…

¿Esa… no era la canción de un comercial de una operadora de teléfonos?

 Mis ojos se abrieron pesadamente, al ser despertado tan abruptamente. Me quede unos segundos en la oscuridad, tratando de entender que sucedía, ¿sería la televisión? ¿O la radio?... ¿quizás NaEun hubiera cambiado de tono de celular?

-“Sé que decirlo es tan sencillo, pero cuando… la maravilla de esa boca, ilumina todo como el sol… yo quisiera metaforizarla, provocarte la mejor impresión. Y no paro de hablar, buscando aparentar, que no muero de nervios…”

Lo único diferente en la canción era la voz… de quién la cantaba… sonaba algo… desafinada y con unos tremendos agudos… ¿sería NaEun?

Me levante de la cama como zombie, y camine directo a la puerta, pero entonces esta se abrió de golpe, logrando que yo cayera de pompis en el suelo.

Alce la mirada topándome con un chico con el cabello despeinado y el pijama puesto, que cantaba con un cepillo en la mano, mientras bailaba de un lado a otro… ¿eh?...

Entonces, como si un balde de agua cayera sobre mí; recordé que era Onew… mi nuevo compañero de departamento.

-Auff…-solté un bufido, preguntándome que era todo esto. Me puse de pie y me acerque hasta la que se suponía era una cama, pero ahora estaba siendo utilizada como pista de baile.

-¿Onew?-le pregunte a ese chico “normal y tranquilo” que brincaba sobre mi cama, aun cantando aquella canción tan pegajosa

-¡Hola Taemin!-exclamó, ahora saltando hacia mí

Por suerte mis reflejos no eran tan malos, y lo cache al vuelo, cayendo este justo entre mis brazos. Al menos no pesaba

-¡Canta conmigo!-dijo entusiasmado

¿Acaso no se daba cuenta de que estaba sobre mis brazos, como si fuéramos una pareja de recién casados?

-Onew… yo…-mascullé, intentando que se bajara, pero este se aferró a mi cuello

-¡Canta!-ordeno, mirándome huraño

-Esto es el amor dime que lo sientes igual que yo, es el amor sigue la corriente y juguemos hoy, esto es el amor… dime que lo sientes igual que yo, es el amor sigue la corriente y juguemos hoy. Vámonos a Roma…. o vamos a París… -comencé a cantar, sin tener ninguna otra opción

-Perdámonos en Tokio… o besémonos en Berlín, a Río de Janeiro, Londres o Madrid, vamos a Santiago, o quedémonos sin salir, siempre aquí... –pero fui interrumpido por el “maravilloso” canto de Onew

Al final… cuando por fin dio por terminada la canción, Onew bajo de mis brazos y luego de decir un “buenos días”, salió de mi habitación, dejándome de nuevo solo.

Me quede unos segundos de pie, preguntándome que había sido todo aquello… todo ese show extraño… ¿no seguiría soñando?... no, era imposible. Ya que ese golpe que me había dado contra el suelo sí me había dolido así que…

Salí de mi cuarto, aún con el pijama puesto.

En la tétrica cocina de “Masacre de Texas”, estaban sentados Minho, Key y Onew, comiendo pan tostado con mermelada, mientras tarareaban esa odiosa canción de hace un momento.

Pero en cuanto aparecí a mitad de su precioso momento matutino, todos dejaron de cantar y se quedaron mirándome, completamente quietos… como estatuas.

-Buenos… días-salude, abriendo el refrigerador, buscando algo de comer, pero recordando al instante que aún no había comprado ningún alimento al que podría recurrir a estas horas de hambre.

Me acerque hasta la mesa, pensando en que quizás lo mejor era ir al supermercado de camino al trabajo, y de paso también podía pedir asilo en casa de alguno de mis compañeros… a estas horas todo me parecía mejor que quedarme a dormir otra noche en esta casa de los “Locos Adams”

-¡Buenos días Taemin!-saludaron emocionados Key y Onew cuando me senté

Me quede mirándolos, tratando de analizar a estas dos personas tan extrañas. Por su parte Minho simplemente retiro la mirada de su pan y me mostro algo parecido a una sonrisa.

-¿Quieres pan?-preguntó Key, deslizando un plato en mi dirección

Le sonreí, sintiendo como mi estómago gruñía de hambre

-Sí, solo un poco, gracias

Minho me miro de reojo y entonces esbozo una sonrisa tétrica

-Pero debes saber que aquí cada quién compra su comida, aunque creo que por esta vez podemos pasarlo…-masculló, masticando con fuerza su pan…casi como si se tratara de una pierna… mi pierna…

-¡Ash, déjalo en paz!, al fin de cuentas el pan y la mermelada son mis compras-refunfuño Onew defendiéndome

-Como sea-murmuró Minho-quizás sea momento de dejar claras algunas reglas…

-Sí, creo que eso es algo importante-solté, logrando interrumpir a Minho… al instante tres pares de ojos se posaron sobre mí-lo que pasa… es que… ¿Qué fue ese baile de hace un momento?-pregunté

La verdad es que si había sido extraño ser despertado por Onew de aquella forma, había sido aún más raro que nadie lo hubiera comentado.

Igual y Onew estaba loco o algo por el estilo y nadie me lo había advertido aún. Quizás era necesario darle sus pastillas cada cierta hora, o no sé…

-Ahh… es el baile mañanero… le gusta despertar a la gente de esa manera-murmuró Minho, hablando serenamente; como intentando restarle importancia al asunto…

¿Hablaba enserio? ¿Baile mañanero?

-Así que no podrás despertarte muy tarde en esta casa. Nosotros dos ya nos hemos acostumbrados-agregó Key

Vaya

Solté un largo suspiro, pensando en que otras cosas extrañas sucederían ahí.

-Y bueno, regresando a lo de las reglas…-musito Minho-tenemos varias…

Entonces, sin previo aviso, se giró en la silla, hasta quedar de frente a mí. Lo triste de todo esto, es que se me había ocurrido sentarme a su lado, así que ahora no solo tenía su mirada amenazante justo enfrente, sino que además podía sentir su respiración sobre mi rostro.

Lo peor… que por alguna razón, recordé la forma en que besaba a Key… ¿no podía ser conmigo al menos una milésima de amable como lo era con él, o con Onew?... pero entonces… seguramente por la hora que era… saltó a mi cabeza una imagen donde al que besaba Minho era yo… “ese sería el pago de su buen trato”, susurró una vocecita.

Me estremecí y baje la mirada. Lo más seguro es que estuviera completamente sonrojado…

-Mira Taemin-comenzó a decir Minho, con voz firme y alta-Key y yo… usualmente traemos parejas al departamento, y creo que ya eres lo suficientemente grande, pese a tu apariencia, como para entender a que vienen…

¿Mi apariencia?... ¿pero que tenía de malo el cómo lucía? Y lo más importante de todo… ¿Qué ellos no eran novios?

-No son… ¿pareja?-pregunte, alzando la mirada

-No-dijeron los dos al unísono

-Solo nos gusta… tener sexo casual. Ya sabes, cuando dan ganas-afirmó Minho, sonriendo de lado y arqueando una ceja

-Ah… sí, claro-murmuré

¿Por qué demonios me había sentado tan cerca de él? Sus grandes ojos negros me miraban inquiridoramente, mientras que su flequillo caía despreocupadamente sobre su frente… además, ¿Qué había con esa coqueta sonrisa?

¡Ha!, esperaba que no se hiciera ideas equivocadas conmigo. Podía estar desesperado, pero eso no significara que cayera en esa clase de jueguitos, ¡JAMÁS!

-Ok… entonces decías algo sobre las reglas-dije, rompiendo la tensión del momento

-Claro… claro… te hablaba sobre la gente que traíamos… pues sólo te pedimos que no los saludes por la mañana o la tarde o… en el momento que los veas… sólo míralos y continua tu camino. No queremos que intentes conocerlos, ya que cada semana veras a alguien diferente…

-Y si puedes conseguir tapones para los oídos, mucho mejor-agregó Key, sonriéndome

¿Tapones para los oídos?... ¿para qué…? ¡Oh!... ya entendía para que…

-Claro, claro-afirme

-Tú también puedes traer a quién quieras… chico, chica, lo que te guste.  Onew también trae, pero es algo poco común.

Mire de reojo a Onew, que parecía pelearse con una parte quemada del pan que intentaba retirar. Al principio había utilizado sus dedos, pero ahora había pasado a la artillería pesada… los cubiertos.

Pero en cuanto Minho lo menciono, alzo ligeramente el rostro, sonriendo. ¿El traería mujeres… o hombres?

-¿Y esa es la única regla?-pregunte

-Nop… apenas estamos comenzando

Y así seguí escuchando una media hora más acerca de no asomarme a la habitación si escuchaba ruidos extraños, o gritos, o… bueno. Cosas bastante aterradoras de las cuales hubiera sido mejor no enterarme nunca.

Al fin, cuando Minho dio por finalizada su clase de “que hacer y no hacer”, decidí que lo mejor era huir ahora que tenía tiempo.

Así que me lance directo al baño y de ahí a mi habitación.

Cuando estuve listo para regresar a mi trabajo de mesero, me encontré en la salida con Onew

-Hey-saludo alegremente como siempre

-Hola

-¿Vas a algún lado?-preguntó

-A trabajar

-Oh… ya veo… ¿de qué?

-Mesero

-¿En dónde?- me siguió preguntando

-En… Tiki´s, no sé si lo conozcas

-¡Pero claro que lo conozco! ¡Venden una pizza riquísima!-exclamó entusiasmado

-Ah… pues ahí trabajo

-¿Y tus estudios?-preguntó, mirándome extrañado-te ves… pequeño

¡Y con una mierda! ¡De nuevo con eso! ¡Primero Minho y ahora él!

-¿De qué edad me veo?-pregunté seriamente

Onew me inspecciono, de arriba abajo.

-¿Unos 16?-contesto dudoso

-¡¿Qué!?-¿hablaba enserio?

-Pues… creo, ¿Cuántos tienes?

-Veinte-susurré abatido, sintiéndome poco orgulloso

-¡No! ¿Lo juras? ¿Entonces ya no estudias?

-Claro que estudio

-¿Y porque trabajas?

-Para… ¿mantenerme?

¿Acaso no era obvio?

-¿Y tus padres?

Oh…

-Nada-mascullé, tomando mis cosas

-¿Pregunta difícil?-preguntó Minho, apareciendo por la puerta del baño.

De nuevo llevaba esa minúscula y ridícula toalla blanca anudada a su cadera.

-Minho, que te he dicho de escuchar conversaciones privadas-lo regaño Onew, lanzándole una mirada amenazadora

-No sabía que era privada-dijo en su defensa

-No es privada-dije-y sí, es difícil, supongo que puedes considerarla así…

-Perdona-murmuró Onew-es un tonto, no sabe lo que dice

-Da igual, se me hace tarde para el trabajo. Hablamos después-dije despidiéndome y saliendo de ahí

Era cierto… era difícil… más que eso. Y no me gustaba hablar sobre ello, y mucho menos con unos extraños. Por mejor que me cayera Onew, me era imposible.

Baje las escaleras de dos en dos, pensando en que quizás era momento de buscar a Sully… y platicar sobre estos dos días de locos.

 ……………………………………

 

Henry, Sully y Kai me miraban fijamente, al tiempo que intentaban aguantar las ganas de reír.

Al final… Sully no resistió y se soltó a reír como una loca…

-No hablas enserio ¿verdad?-preguntó Kai, sonriendo de lado

-Hablo muy enserio

-¿Un baile mañanero?-insistió Henry, frunciendo la boca. Me miraba como si le acabara de decir que las vacas volaban-eso solo pasa en películas cómicas, no en la vida real

-Yo creo que es verdad lo que dice. No nos hubiera contado algo tan vergonzoso solo para que nos riéramos un rato ¿no?-intervino Sully, recuperándose de su crisis de risa-dime, ¿Qué se siente tener a un hombre entre tus brazos?-bromeo, soltándose a reír de nuevo

Henry y Kai se miraron de reojo, como dos cómplices, y  entonces comenzaron a reírse.

Yo seguía sin verle la gracia a todo esto. Había venido con “mis amigos”, en busca de consuelo, luego de estos dos días tan locos, y ellos simplemente se echaban a reír. ¡Claro!, como ellos no eran los que lo estaban sufriendo.

-Yo me mudaría-afirmo Kai-no me sentiría cómodo en ese lugar. En cualquier momento podrían aprovecharse de mí

-Nadie querría aprovecharse de ti-masculló Sully, mirando fríamente a Kai

-Concuerdo contigo-añadió Henry, sonriendo-pero entonces ¿Qué harás?, ¿te quedaras ahí?

-¿Me queda de otra?-susurré abatido, pensando en mis pocas opciones

-Podrías… venirte con nosotros-sugirió Sully

Al instante note la mirada sorprendida con la que Henry la miraba. No, no quería irme con ellos. Eso de estar escuchándolos tener sexo todas las noches no me parecía divertido en ningún sentido… una cosa era tener que soportarlo de tres extraños, y una muy diferente de dos amigos. Sería incomodo

-No gracias. Me esperare un rato… igual y me he estado portando demasiado quisquilloso-dije, tratando de convencerlos y convencerme

-Taemin… ese chico saltó sobre tus brazos, ¡tus brazos!, ¿estás seguro?-preguntó Kai, mirándome serio

No, no estaba nada seguro. Lo que más quería era salir huyendo de aquel lugar. Ellos tres eran tan unidos, pese a sus peleas y discusiones, eran como una familia… y bueno, si yo no encajaba muy bien con la mía, con ellos era menos probable que nos comenzáramos a llevar a la perfección.

Solté un largo suspiro, hundiendo mi rostro entre mis manos

-No, no estoy seguro, pero no me queda ninguna otra opción. El lugar está en buenas condiciones, cuenta con todos los servicios, y además es barato. No puedo pedir mucho más

-Cariño, ya te dije que puedes venirte con nosotros. Al menos en lo que encuentras otro lugar-insistió Sully

-No, así está bien, de todas formas, las cosas no pueden empeorar ¿cierto?

Kai soltó una risita. Alce el rostro, mirándolo

-No lo sabes… en seis meses cualquier cosa puede suceder. Un beso, una confesión amorosa… sexo casual

-¡Kai!-gritamos Sully, Henry y yo al mismo tiempo

 

 ……………………………………

Al fin había llegado el tan esperado viernes…

Y después de la semana de locos que había tenido, tratando de acostumbrarme a ese grupo de caníbales salvajes… ahora solo esperaba llegar al departamento y encerrarme bajo las sábanas y no salir durante todo el fin de semana. Ese era mi plan. Mantenerme aislado y seguro en la comodidad de mi habitación. O eso esperaba.

Antes de llegar al departamento, pase al súper a hacer las compras de todo lo necesario. Botellas de agua, paquetes de galletas, paquetes de papas fritas, paquetes de chocolates…

Al final Sully y Kai me habían convencido de que debía tener mi tiempo de duelo después de haber terminado con NaEun. Según mis amigos, decían que para poder superarme de esa larga relación, debía cerrar ese ciclo atascándome de comida chatarra, mientras miraba películas deprimentes.

Así que mi segunda parada antes de por fin llegar a descansar, había sido una tienda para rentar peliculas… películas como “Diario de una pasión”, “P.D. Te amo”, “Otoño en Nueva York”, “La casa del lago” y “Dulce noviembre” eran lo mejor que se me había ocurrido para un fin de semana trágico, y de duelo.

Y así, con todas mis compras hechas, decidí regresar al departamento.

Al llegar, el lugar se encontraba en total silencio. Lo más probable es que todos siguieran fuera. Eran las seis de la tarde, de un maravilloso y soleado viernes; todo mundo estaba afuera festejando sus dos días de libertad… bebiendo o bailando o ambas. Así que lo más probable es que ellos formaran parte de esos rituales.

En cambio yo hoy me sentía aburrido y desganado. Así que había tomado el plan B, despedirme de NaEun por completo.

Aunque yo estaba seguro que la había olvidado… Kai y Sully me habían metido extrañas ideas en la cabeza.

Así que sin más que hacer, me puse mi cómodo pijama que constaba de una larga y enorme camiseta negra, junto con un pantalón gris a juego. Luego pase a conectar mi DVD portátil en la televisión, y entonces sí me sumergí en el mundo romántico y cursi de las películas.

 

No sé cuánto tiempo había pasado, cuando algo me distrajo.

Yo ya iba por mi tercera película… “Dulce noviembre”, y estaba llorando a moco tendido, cuando los escuche.

Primero fue un golpe, como si alguien hubiera caído sobre la mesa de la cocina… seguido a eso escuche unas risitas y un sonoro “shhh, no quiero que nos escuchen”…

Al instante había reconocido aquella voz, era Minho.

Así que, sin siquiera intentar imaginarme que sucedía al otro lado de mi puerta, me sumergí en la película… “¿Te gustaría ser mi noviembre?”, decía el protagonista de la película con dulzura… y yo sentí de nuevo un nudo en la garganta… cuando un aroma comenzó a inundar la habitación, mientras sonaba una canción de fondo…

¿Sería canela o… rosas? ¿O ambos?

Mi mente se  comenzó a imaginar una escena bastante subida de tono, pero al instante la frene. Lo que menos necesitaba era pensar en Minho haciendo quién sabe cuánta cosa con alguien más…

De nuevo intente concentrarme en la película, pero comencé a escuchar unas risitas tontas, como de adolescentes enamorados. Y si eso no era malo,  minutos después esas risitas se volvieron gemidos y gritos ahogados…

Me levante de la cama y fui en búsqueda de los tapones para oídos que había comprado en el supermercado. Me alegre mucho de haber escuchado a esa voz interna, que me advirtió que en algún momento serían necesarios.

Y así regrese a mi película… una película muda. Pero bueno… era mejor mirarla en silencio que continuar soportando esos sonidos de película porno.

 

 

Cuando termino “Dulce noviembre” sentí como mi estómago gruñía, así que fui a buscar en mis bolsas de provisiones. Pero todo lo que vi dentro ya lo había comido, y mordisqueado un poco… quizás podría pedir comida china o ir por una pizza… o tal vez podría ir por ese bote de heladoque había dejado en el congelador.

Sólo de pensar en el helado sentí como mi estómago se quejaba aún más, clamando por él.

Así que me acerque hasta mi puerta, abriéndola sólo lo necesario para poder observar si seguía sucediendo algo extraño ahí fuera. Pero lo dudaba bastante, ya que esos sonidos habían desaparecido, pero aun así, era mejor estar completamente seguro.

Lentamente la fui abriendo poco a poco, confirmando que todo ese escenario romántico, había terminado.

Solté un suspiro de alivio y camine por el pasillo, directo a la cocina.

Al entrar en ella, note algo extraño y diferente.

Había velas colocadas distraídamente sobre los muebles, incienso esparcido, y jarabe de chocolate… había un enorme rastro de este jarabe sobre la mesa de cocina.

La mire de reojo, preguntándome cuantas veces habría utilizado Minho la mesa como una cama de hotel… decidí que lo mejor era no pensar en eso sí quería seguir comiendo de forma sana.

Decidí que mientras más rápido me fuera de la cocina, más rápido podría olvidar todo esto.

Abrí el congelador, esperando que Minho no hubiera utilizado mi helado como parte de su juego sexual. Gracias al cielo, al menos ese chico parecía respetar las reglas del lugar. Mi bote de heladoseguía intacto.

Lo tome, bastante alegre de no tener que salir a buscar un poco más y decidí regresar a mi habitación.

Pero entonces, como si de un fantasma se tratase, apareció Minho. Me miraba desde el otro lado de la cocina, recargado sobre la pared. Sus ojos me observan profundamente… era como si quisieran atravesarme.

Le sonreí, sintiendo como mi corazón se agitaba. ¿Ya habrían llegado Key y Onew?

-Hola-salude, pegando el helado aún más a mi cuerpo, como si fuera un escudo protector.

Minho esbozo una sonrisa de lado, cruzándose de brazos

-Pensé que estaba vacío el departamento-masculló

-Ah… ¿sí?

-Entonces debo suponer que escuchaste… todo-susurró, alejándose de la pared y dando un paso en mi dirección

Al instante retrocedí… esa tétrica sonrisa en su rostro no me daba buena espina.

-Un poco, pero compre tapones para los oídos, justo como me recomendaste, así que…

-Mmm

Por alguna Minho se encontraba cada vez más cerca de mí… y cada vez yo me sentía más y más acorralado.

-¿De qué es el helado?-preguntó de pronto, bajando la mirada hacia el bote

-De… chocolate

-Me gusta el chocolate-murmuró, pasando su lengua por su labio inferior

Entonces supe que algo muy malo estaba por suceder.

Intente retroceder un paso más, pero entonces sentí el frío mosaico de la pared contra mi espalda. Minho sonrío aún más, y sin alejar sus ojos de mi rostro, coloco sus manos sobre mis hombros, tomándolos con firmeza. Al instante sentí un escalofrío.

-Este… lo mejor será que me vaya-musite, intentando moverme

Pero Minho me sujetaba con demasiada fuerza, ¿Qué planeaba hacer?

-Eh… ¿ Minho? ¿Pasa algo?-pregunté, intentando con todo mi ser que no se notara lo nervioso que me sentía

-Puedes… ¿darme helado?-preguntó en voz baja, soltándome por fin

-Claro-conteste en un suspiro, pensando que en este momento le regalaría todo el helado del mundo y fui en búsqueda de algún refractario

Deje el bote de nieve en la encimera y me coloque en las puntas de mis pies, tratando de localizar algo que sirviera para poner el helado. Estaba claro que un plato común y corriente no serviría… quizás un plato hondo, de sopa. Sonreí, contento de haber pensado tan rápido en algo, y entonces… unos fuertes brazos rodearon mi cintura.

-¿¡Que haces!?-exclamé furioso, revolviéndome

Minho soltó una risita y entonces, sujetándome solo con un brazo, alargó el otro hacia el bote de helado y lo abrió.

Luego, paso su dedo índice sobre el chocolate… cubriendo todo su dedo con la nieve.

Estaba seguro que terminaría siendo violado… sí. Este era el fin de mi era virginal… adiós a mi pureza intacta.

-Tranquilo, no voy a comerte-susurró Minho sobre mi oído, y entonces deslizo su frío dedo sobre mi mejilla.

-¡¿Estás loco?! ¡SUELTAME!-le grite, removiéndome

Minho me ignoro totalmente, tal como me imaginaba, y tomándome por sorpresa, pasó su lengua por mi mejilla, limpiando el helado.

-Te dije que me gustaba el chocolate

-¡Que pasa con las reglas!-le grite-dije que quería que respetaran mi intimidad

Estaba furioso, más que eso. Minho me estaba humillando por completo, ¿Qué le sucedía? ¿Acaso alguna de mis acciones le habían dado pie a que iniciara esto?

-Tienes razón-susurró

Y entonces, por fin me soltó

En cuanto sentí libre mi cuerpo, tome el helado de la encimera y de nuevo lo apretuje contra mi cuerpo.

-¡Jamás vuelvas a hacer eso! ¡JAMÁS!, ¿me entendiste?-le grite, mirando fijamente sus ojos

Y entonces di media vuelta, dirigiéndome a mi habitación, azotando la puerta y colocando el seguro.

Realmente tenía que buscar otro departamento, antes de que ese loco terminara violándome.

Después de aquello no me quedaban ganas de seguir viendo películas. Así que me puse los tapones para oído y me enterre bajo mis sabanas, dispuesto a borrar de mi cabeza lo que acababa de suceder.

Notas finales:

Dejenme reviews con mucho amor , para ver si les sigue gustando !!!! Saludos!!!!


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