Capítulo 2
Había llegado el “tan esperado” martes.
Y mi plan era comenzar a vivir bajo un puente.
Frente a mi estaba Sully, mi mejor amiga, y a un lado de ella Henry su novio.
-Así que… ¿estás listo para que te devoren en tu nuevo departamento?-preguntó sonriéndome
Esboce una mueca
-No me van a hacer nada-¿verdad?
-Eso dices tú ¿ya te viste en un espejo? Eres demasiado lindo y tierno; además eres excesivamente amable, cualquiera se aprovecharía de eso
-Estás loca-mascullé
-No porque sean gays tienen que hacerle algo-afirmo Henry, apoyándome
-Eso crees tú, pero dime, si fueras gay y vieras a este chico-murmuró señalándome-¿no intentarías algo?
Henry clavo sus ojos en mi rostro. Al instante me comencé a sentir ligeramente incómodo.
-Puede-dijo después de algunos segundos mostrándome aquella enorme sonrisa felina.
-Están locos los dos… además tengo un plan-afirme
-¿Ah sí?-preguntaron al unísono, mirándome con curiosidad
-Sí. Sólo viviré con ellos durante un rato, en lo que encuentro otro lugar
-¿Y si no te dejan ir?-bromeo Sully arqueando una ceja
-¡Ya cállate!-exclame sintiéndome realmente malhumorado
-Ay… ya, ya, sabes que solo bromeo, es que me encanta la cara que pones cuando te enfadas, haces un ligero puchero-musito, tomando mis mejillas, retorciéndolas entre sus dedos como si fuera un niño pequeño
-Te trata como su mascota-mascullo Henry, riendo ligeramente
-¡Pero si a él le encanta!-exclamó Sully, sonriéndonos a ambos
…………………..
NaEun me miraba frunciendo la nariz; se encontraba parada en el umbral de la puerta, cruzada de brazos.
Durante todo el rato que había estado guardando mis pocas pertenencias en la maleta, ella no se había movido de ahí. Ni había dicho nada ¿Qué le sucedía?
-¿Al fin te mudas?-pregunto por fin, después de una angustiante media hora de silencio.
-Si
-¿Dónde?
-Con unos amigos-mentí
-¿Son confiables?
-Claro
-¿Seguro?-insistió
- NaEun ¿se puede saber que quieres? Por fin me voy a ir y tendrás el departamento para ti sola, aunque sea deberías dejarme terminar de recoger mis cosas en paz ¿no?-refunfuñe, metiendo en mi maleta, los últimos cachivaches, a los que podía llamar mis pertenencias, que quedaban regados por el cuarto. Unos libros, discos, tenis, una vieja sudadera, un desodorante, un cepillo…
-Creo que… te voy a extrañar-murmuró
Mis manos se detuvieron. ¿Qué había dicho? Me gire, mirándola por primera vez en todo el día. Sus ojos me miraban fijamente, lucían llorosos ¿hablaba enserio?
-Ya… pues yo igual-masculle, dándole de nuevo la espalda, terminando la maleta. Me urgía largarme de este lugar y alejarme de ella, de todo lo que me la recordara.
-¿Te vas hoy mismo?-pregunto
-Supongo
-Puedes quedarte el tiempo que quieras, no te tienes que ir tan precipitadamente
De nuevo me gire. ¿Qué le sucedía? ¿Se estaba arrepintiendo? ¿Y entonces porque me había estado gritando sin parar que me fuera?
-Ya tome la decisión
Me confundía, ¿Qué es lo que quería? ¿Qué me quedara? ¿Qué lo intentáramos de nuevo? Quizás… pero ya estaba cansado. La gota que había derramado el vaso había sido ese engaño, no sabía si se lo podría perdonar. Era demasiado para mí.
-Ya… ya sabes que puedes regresar cuando quieras, el departamento es de los dos
Tome la maleta, por fin repleta. Camine hasta la puerta, donde se encontraba y me detuve frente a ella. Sería la última vez que la vería, así que decidí tomarme el tiempo necesario para guardar su imagen en mi memoria.
Su cabello castaño lacio, su bonita y pequeña nariz respingona, sus grandes ojos cafés. La amaba… la había amado muchísimo. Por un momento había llegado a pensar que lo de nosotros sería para siempre, pero… las cosas no eran siempre como uno pensaba.
-Te voy a extrañar NaEun -murmuré, pegando mis labios sobre su frente
-Igual yo. Te voy a extrañar-afirmo, rodeando mi cuerpo con sus delgados brazos.
También la abrace. Estaba siendo el final de una larga relación y aunque me costara decirlo, no era nada fácil.
-Bueno… me voy-dije, separándome de ella
Sus ojos me miraban suplicantes, y por un momento quise decirle que se olvidara del tipo con el que salía, que nos diéramos otra oportunidad; pero… ¿Qué sentido tenía? Ya no nos amábamos como antes.
-Nos vemos-susurró
-Nos vemos
Y salí del departamento, cargando únicamente aquella maleta, llena de cosas viejas y recuerdos.
« ¿Sabes? Siempre nos llevamos un pedazo de las cosas, de los lugares, de la gente. Son fragmentos, jirones de seres que se nos quedan incrustados dentro, como esquirlas. Y a veces duele, y duele mucho…»
Con una maleta en la mano, y un retorcido pedazo de papel en la otra, me detuve en la puerta número 24, pensando en si esta era la mejor decisión. Mire de nuevo el anuncio del departamento que venía en el periódico, y me pregunte si no sería mejor dar media vuelta y regresar junto con NaEun … solté un suspiro al recordarla y entendí que quizás esto no era lo mejor, pero era lo que había.
Toque a la puerta dos veces, y esperé.
Un minuto, dos minutos, tres minutos, ¿Qué pasaba?
Cinco minutos, siete minutos, diez minutos, ¿quizás no recordaban que me mudaba ese día?
Eché un vistazo a mi celular por tercera vez, checando la hora… comenzaba a sentirme algo ansioso, ya que sí ellos no estaban en casa, no tenía idea de que podría hacer, o de a dónde podría ir.
Pero entonces escuche pasos, risas y entonces me abrieron.
Frente a mi estaban… ¿ Minho y Key?, si es que recordaba bien sus nombres. Ambos estaban desnudos, apenas cubriendo sus cuerpos con unas pequeñas toallas anudadas a sus caderas.
Y eso no era lo peor.
Mi cara se sintió caliente y supe que estaba ruborizado al ver como se besaban y acariciaban frente a mí.
Al parecer ninguno recordaba la palabra “pudor”… sus lenguas salían y entraban de boca a boca, mientras soltaban pequeños suspiros. Por un momento no pude evitar preguntarme si hace solo unos minutos habrían tenido sexo, pero en cuanto algunas imágenes saltaron a mi cabeza, decidí jamás volver a preguntarme o pensar en eso.
-Perdón, nos tomaste desprevenidos, estábamos tomando un baño-comentó el chico de cabello rubio y con ojos felinos.
-Eh… este… no hay problema-no sabía ni que decir. Al que habían tomado desprevenido era a mí, jamás pensé tener que convivir con esta clase de personas… ¿realmente había tomado la mejor decisión?... seguramente no.
-Pero pasa, por favor. Tú eres Taemin ¿verdad?-dijo el otro chico, el más alto y de cabello negro lacio.
-Sí-¡no! ¡no!, me equivoque de número…. ¡HUYE!
-Me imaginaba, Onew nos contó sobre ti…- me dijo el rubio
-¿Ah sí?
-Sí, nos dijo que serás nuestro nuevo roomie
-Ajá
- Pues bueno yo soy Kibum… pero bueno, puedes decirme Key
-Y yo soy Minho-dijo el chico de cabello negro lacio.
-Oh… eh, mucho gusto-salude, intentando no transmitirles lo incómodo que me encontraba
-Pero pasa, ¿quieres algo de comer?-preguntó Minho, caminando hasta el refrigerador-todavía nos queda algo de ayer
De nuevo el lugar seguía luciendo como una pocilga… había trastes en el lavabo, trastes que parecían llevar un siglo desde ahí. Y había mugre en el suelo, en las mesas, en… ¿el techo?, ¿Cómo demonios…? ¿Acaso los gays no eran limpios?
Me senté cuidadosamente en una pequeña mesa que había cerca de la cocina, intentando no tocar una mancha color verde vómito que parecía mirarme desde el otro lado de la silla.
-Eh, no gracias, comí antes de venir
-¿Oh, enserio?, bueno, entonces supongo que sólo firmaremos el contrato, ¿te quedaras de una vez?-preguntó Key
¿Me quedaría? ¿O les diría que lo había pensado mejor y no era necesario mudarme?
Ambos chicos me miraban fijamente, esperando mi respuesta.
-Sí, me quedare de una vez-musite abatidamente
Minho y Key sonrieron de oreja a oreja y se miraron fugazmente con complicidad… al instante se vino a mi cabeza lo que había dicho Sully, anteriormente: “Así que… ¿estás listo para que te devoren en tu nuevo departamento?”
Sentí como un escalofrío me recorría de arriba abajo…
-Bueno, entonces iré por el contrato-murmuró Key, desapareciendo en su habitación
Minho soltó una risa en cuanto dejamos de ver a su “amante” y se acercó.
-No te sientes cómodo con nosotros ¿cierto?
¿Eh?
-¿Perdón?-trague saliva, intentando hablar lo más convencido posible, ¿Qué sucedía? ¿Por qué me preguntaba esto? ¡¿Y porque demonios no estaba Onew en el departamento?! El parecía ser el único cuerdo y normal de todos ellos.
-Se nota a mil kilómetros que estás demasiado nervioso, y por la cara que pusiste al vernos besar a Key y a mí, supongo que no estás acostumbrado a ver… esta clase de cosas.
¡Obviamente no!, pero… ¿quién podría estar acostumbrado a esto? ¡NADIE!
-Supongo que… ¿eres hetero?- dijo Minho
Moví la cabeza afirmativamente al no tener nada más inteligente que decir
-Bien… eso me imaginaba. Pues Key y yo… como puedes ver, no lo somos, y usualmente… no nos gusta esconder lo que somos en nuestra propia casa, así que espero que no se te vaya a ocurrir decirnos algo o prohibirnos hacer alguna cosa ¿entendido?
Jamás había pensado decirles algo… una cosa era que no estuviera acostumbrado a esta clase de demostraciones de afecto, y otra muy diferente era que yo les fuera a decir alguna cosa ofensiva…
Estaba por decirle eso, cuando la puerta de la entrada se abrió.
Al instante Minho se alejó de su amenazadora posición y sonrío
-Hola Jinki
-Ya te dije que odio que me llames así-farfulló Onew, aventando las llaves sobre la mesa de la cocina
Onew refunfuño algo más y entonces desplazo sus ojos de Minho, a mí. En cuanto me miró, note como una enorme sonrisa se dibujaba en su rostro.
-¡Taemin!-exclamó feliz, acercándose-perdón por llegar tan tarde, pero no calcule mi tiempo, ¿Cómo estás? ¿Ya firmaste el contrato? ¿Si te vas a quedar?
En cuanto lo vi aparecer, tuve el impulso de saltar sobre él y pedirle que me protegiera. Al parecer Minho lo respetaba… algo completamente diferente a como me trataba a mí.
-Bien y ¿tu?… eh… no, estoy por firmarlo-dije, intentando contestar a todas sus preguntas
-¡Qué bien!, ¿si te quedaras de una vez?
-Sí…
¿Por qué todos preguntaban eso? ¿Acaso se notaba mi duda sobre este lugar?
-Perfecto, ¿y Key?-preguntó de pronto Onew
-Fue por el contrato
-Oh, ya veo…
Y justo en ese momento, apareció Key, junto con un folder amarillo.
Al menos ahora ya estaba vestido.
-Por cierto, ¿Por qué no traes ropa Minho?-preguntó Mateo, frunciendo el ceño
-Estábamos jugando-murmuró Key, guiñándome un ojo
De nuevo sentí que me ruborizaba y baje la mirada, ¿Qué demonios les sucedía? ¿No podían ser un poco menos obvios? Yo entendía su amor y todo eso, pero… aunque ellos fueran una pareja de hombre y mujer, de igual manera me sentiría nervioso, siempre había sido demasiado tímido…
-Oh, cállense. No quiero que asusten a Taemin-masculló Onew
-¿Él no es…?-preguntó Key
-No. No lo es-afirmo Minho, mirando duramente a Key
-¿Enserio?, pero… es tan lindo, que mala suerte-murmuró Key, haciendo un mohín
Trague saliva, y tome aire, intentando calmar mis ansias de salir huyendo de ahí.
-Déjenlo en paz ¿ok?-advirtió Onew y entonces pusieron frente a mí el papel del contrato, junto con una pluma
Lo mire, intentando comprender que hacía ahí…. ¿Por qué no les decía simplemente que mejor no?... si firmaba ese papel… me comprometía a vivir con ellos al menos durante seis meses… seis largos meses… ¿estaba seguro de todo esto?
-Ok-tome la pluma y firme
Alce el rostro, pasándolo de Minho a Key, y de Key a Onew.
Este último me miraba afligido, sonriendo levemente de lado. Parecía como si quisiera decirme que lo perdonara por no haberme advertido de todo esto…
-Entonces, ¿Dónde estaba mi cuarto?-le pregunte a Onew, sonriéndole
Al menos sabía que en este lugar había alguien “normal”. Alguien que no me miraba amenazadoramente, o como si fuera un jugoso bisteck…
Onew sonrío, cambiando su expresión.
-Claro, vamos
Así que ahora viviría con un tipo que creía que no me caían bien los gays, uno que al parecer le atraía, y un último que parecía bastante amable y me comenzaba a caer bien.