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Las vacaciones de primavera por HaruhiKitamura

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Notas del capitulo:

Al final decidi no dividir los capitulos en 7 fics, asi que en total este fic tendre -aproximadamente- 30 capitulos, en unas semanas habra AU -Universo Alternativo- asi que por eso esta en los generos de este fic; espero que les guste!

Felicidades, has abierto una puerta. Y no, no hablamos de un doble sentido o que por primera vez has usado alguna llave para abrir una cerradura, claro que no; hablamos de tus sentimientos. Ah~, ese sentimiento de preocupación que tuviste la primera vez al notar que eras más raro de lo que pensabas, que tal vez tus gustos eran un tanto diferentes al de los demás. Y lo más difícil de todo eso, fue la aceptación.

 

Aceptar que te gustaba un chico. Si algún día te preguntaran que fue lo más difícil que has tenido que soportar hasta ahora, seria ese sentimiento de amor. Y como si fuera poco te costaba pensar que ese chico era un año menor que tú. A pesar de tus preocupaciones, hoy durante la tarde tras pensarlo un rato, tuviste la seguridad suficiente para atacar y aun con tus institutos inseguros actuaste.

 

—Ni… ¡Nishinoya! – Le llamas de repente al terminar la última práctica del club, intentado -y deseando- no llamar la actitud de los demás.

 

—¡Ah, Asahi-san! ¿Qué sucede? – Y te quedas paralizado ante esa persona. No solo por su sonrisa tan brillante ni por sus hermosos ojos marrones, sino porque su cabello mojado como un niño pequeño demuestra que acababa de salir de las duchas. Inconscientemente te le quedas mirando fijamente, hasta que de repente te habla. —¿Asahi-san?

 

Y un sonrojo aparece en tu cara.¡Tan lindo!... – Piensas mentalmente, dándote cuenta de lo mucho que tus pensamientos por el de segundo han cambiado. —¿Qui-Quieres hacer algo? – Dices como un robot, evitando su mirada.

 

—¿Hacer algo? ¿Cómo qué?

 

—Pues… Salir a comer u algo así, ya sabes, para… Festejar la primavera… – Si tuviéramos que elegir las frases más estúpidas y lamentables de tu vida, esa estaría entre las primeras tres. Nishinoya lanzo una pequeña carcajada que incluso tú puedes haber confundido; pero tu respuesta termino siendo un sí, acompañada de una sonrisa brillante.

 

 

Y aquí estas ahora, esperando al pequeño libero en la entrada de la preparatoria. Mientras esperas, piensas mentalmente todos los planes para lo que resta del día e imaginas los momentos más oportunos para poder confesarte.

 

—Asahi-san, ¿A dónde iremos? ­– Pregunta Nishinoya, mientras camina hacia donde estás parado, llevando su uniforme puesto.

 

—Pues… ¿A dónde quieres ir a comer? – Preguntas como si tu plan hubiera sido tirado a la basura, pero no, hasta ahora todo iba a tu favor.

 

—¡Ramen! ¡Quiero ir a comer ramen!

 

—¿Eh? Seguro.. – Y a ti se te viene a la mente que lo hace por ti, sabiendo que tu comida favorita era el ramen de Tonkotsu.

 

 

Durante todo el trayecto hacia donde normalmente con el club van a comer, te habla de los nuevos trucos que practico para conducir al equipo a la victoria. Tu solo optas por escucharlo y responder cuando la ocasión se da, te basta con estar a su lado aún si tienes que estar en un silencio total.

 

—Ah, llegam-

 

—¿Nishinoya, Asahi? – Se escuchan unas voces conocidas para ambos, eran Tanaka y Ennoshita. Y el mundo se te viene abajo, porque de repente has tenido la brillante idea de sentarse todos juntos en la misma mesa. Ah~, tú y tu brillante mente. Más que nada, aquella propuesta fue casi un instinto; el cual quería hacerte pasar un mal momento y ponerte obstáculos en el camino.

 

 

Luego de ordenar y unos unas pequeñas carcajadas viniendo de Nishinoya y Tanaka, te encuentras con una mirada casi -por no decir que la está ocultando- asesina de parte de Ennoshita. Si no lo conocieras dirías que es parte de tu imaginación, pero vaya que no; lo conoces desde hace un tiempo y esa mirada significa que algo hiciste mal. Y vaya que sabes que fue.

 

Pero vamos lo hecho, hecho ya está; así que ambos tendrán que quedarse durante todo lo que queda sentados ahí. Finalmente luego de unos treinta minu… digo, una hor… Del tiempo que haya pasado, salen del local y se despiden en la puerta. Y tú estas ahí, agradeciendo mentalmente el sacrificio que hizo Ennoshita al decirle a Tanaka si podía llevarlo a su casa.

 

—¡Ah, muy bien! ¿Deberíamos irnos a casa? – De verdad, ¿Por qué tienes tanta mala suerte? Asientes intentando sonreír un poco, porque vamos, es difícil aceptar que todo tu plan se haya ido a la basura por un plato de ramen.

 

 

Aún así, el camino continua silencioso entre ustedes, porque el resto iba hablando demasiado fuerte como para que se escuchasen alguna de sus palabras. Has tenido suerte suficiente como para no perderlo en el camino, pero esperabas que haya alguna razón para poder agarrarle de la mano o del brazo por lo menos.

 

Luego de unos minutos llegan a la estación del tren, que por suerte el que tienen que tomar está llegando. Al momento en el que frena, escuchas que Nishinoya te dice algo pero no llegas a oírlo. Te le quedas mirando esperando a que te lo vuelva a decir, pero este intenta ignorar tu mirada. A ti solo te empiezan a dar mariposas en el estómago, pensando que descubrió cuales eran tus verdades intenciones. Al bajar del tren, todo se vuelve aún más silencioso; ya que no hay mucha gente por la zona en la que vive el chico.

 

—Ni... Nishinoya

 

—¿Mn? ¿Qué pasa Asahi-san? – Te pregunta evadiendo nuevamente que sus miradas se crucen.

 

—Ehm… ¿Acaso pasa algo?

 

—Tú… – Dice mientras se detiene unos pasos atrás de ti, haciendo que algo te obligara a darte vuelta y mirarlo. —¿Estás enamorado de mí?

 

Te le quedas mirando mientras tu compañero solo mira el suelo.

 

—Sabes que, no importa… ¿Podrías acompañarme hasta casa? – Te dice de repente mientras comienza a caminar, y tú solo optas por seguirle. Si el camino antes te parecía silencioso, pues felicidades; porque ahora parece una boca de lobo. No solo esta silencioso, sino que pareciera que la oscuridad de la noche los está comiendo.

 

 

Tu coraje se fue por completo, es más, pareciera que todo lo que has hecho hasta ahora haya sido un total fracaso. Finalmente llegan a unos pasos de la entrada de la casa del libero, quien se despide con unas sonrisa y sacudiendo su mano en señal de despedida.

 

A ti se te hace un nudo en la garganta y rápidamente le tomas del brazo, logrando que este se diera vuelta y te mirara a los ojos.

 

­—Nishinoya, yo… Me gus-. ­– Y se escucha un ruido de una puerta, saliendo de aquel hogar la mismísima madre de Nishinoya. Tú al igual que él chico se quedan paralizados, viendo como la gentil madre te saludaba y advirtiéndole a su hijo que había tardado mucho. ¿Y qué es lo que pasa? En un abrir y cerrar de ojos, tu amigo tanto como su madre habían desaparecido de la escena.

 

Venga, no solo ese día no parecía ser el mejor, sino que parecía que la primavera completa estuviera en tu contra. Optas por ir a tomar tu tren correspondiente para volver a tu casa y acostarte a reflexionar todo lo sucedido. Pero no, al momento de subir recapacitas lo que tienes que hacer y sacas tu celular, escribiendo algo en un mensaje y enviándolo.

 

Rápidamente lo oyes sonar y lo revisas. Una sonrisa aparece en tu rostro y cierras lentamente los ojos; vaya parece que hoy no podrás dormir.

 

 

—Me gustas.

 

 

—A mí también.


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