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¿AQAC? por G-tzii

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Notas del capitulo:

¿Vinieron con pañuelos cierto? 

 

 

.... 

Capítulo 23

 

 

Roto.

 

 

 

Seung Hyun le miró fijamente. Ji Yong volvió a susurrar bajo.

 

-Te amo…

 

Seung Hyun apretó su mandíbula con fuerza y se giró para no mirarle. No podía verlo. Ji Yong sintió sus manos temblar y las hizo puños con mucha fuerza mientras tragaba el nudo de su garganta. No iba  a llorar, no quería llorar ahora. Tomó su mano con fuerza, casi aferrándose a él. Se acercó lentamente y apoyó su frente en su espalda.

 

-No voy a dejarte…

 

Seung Hyun mordió su labio inferior con mucha fuerza. Conteniendo todo lo que podría sentir o decir en ese momento.

 

-Tú me hiciste prometer que no te dejaría, y no lo haré.

 

-Te dije que no me dejaras, a menos que yo te lo pidiera –Ji Yong apretó mucho más sus ojos. –Y ahora te estoy pidiendo que te vayas.

 

Seung Hyun miró hacia el techo.

 

Tomó fuerzas desde donde no tenía y tomó las manos de Ji Yong que se aferraban con insistencia a su cuerpo y las alejó mientras se giraba a él.

 

-Ya te dije, Ji Yong. No quiero verte más.

 

-No –Ji Yong asintió su mirada nublarse, pero aún así haría un esfuerzo por no llorar.

 

-Ji Yong –Seung Hyun habló más fuerte.

 

-Dijiste que lo intentarías –Ji Yong le miró directamente a los ojos. –Dijiste que querías quererme, dijiste que me querías a tu lado, que me necesitabas, dijiste que de verdad querías intentarlo que-

 

-¡Sé lo que dije!

 

-¡¿Entonces por qué cambias así?!

 

-¡Siempre he sido así!

 

-¡No! –Ji Yong le miró, comenzaba a sentir desesperación. -¡No eres así! ¡Eres alguien lindo y cariñoso! ¡Yo lo sé! ¡Sé que no quieres estar solo y que tienes miedo!

 

-¡No, tú no sabes nada de mí!

 

-¡Seung  Hyun, deja de cerrarte tanto! –Ji Yong frunció el ceño y le miró a punto de romperse. –Sé que en el fondo lo único que quieres es un poco de amor…

 

-No, no lo quiero, ni de ti ni de nadie –Seung Hyun necesitaba que Ji Yong se fuera. Que lo dejara.

 

 

-No… -Ji Yong estaba en modo de negación. Sintió el nudo en su garganta a poco de romperse por completo. –Tú dijiste que yo… tú dijiste que… querías quererme, que me querías a tu lado, dijiste que-

 

-¡Ya sé! –Seung Hyun gritó alto y se giró a mirarle fijamente. -¡Sé lo que dije! ¡Y es cierto!

 

Ji Yong amplió su mirada. Seung Hyun parecía fuera de sí en esos momentos y eso le hizo retroceder un poco. Seung Hyun miró a todos lados y negó con la cabeza, luego pasó su mano por la cara resignado y le miró nuevamente.

 

-¡No puedo resistirme a ti! –Le gritó alto. -¡Lo que me pidas soy capaz de dártelo! ¡Incluso si me pides la maldita luna te la doy! ¡Puedes conmigo! ¡Totalmente! ¡Te necesito!

 

Ji Yong se quedó en completo silencio. Sus miradas conectaron y Ji Yong sintió las lágrimas caer por sus mejillas.

 

-Pero no te amo.

 

Ji Yong sintió algo romperse dentro de él. Las lágrimas salieron sin poder él controlar nada más. No podía detenerlas, ellas parecían bajar por sí solas. Y su corazón parecía comenzar a bajar la rapidez de sus latidos, como si poco a poco se fuera apagando.

 

Seung Hyun sintió una punzada al verlo así, más no hizo el intento de nada. Simplemente se quedó rígido mirándole.

 

-Y no sabes cuánto lo siento, porque si de verdad pudiera amar, sin duda sería a ti. –Ji Yong sintió su cara empaparse y un sollozo desgarrador se sintió en la habitación.

 

Seung Hyun no lo amaba… no lo quería, ni siquiera guardaba un pequeño cariño por él. Y aunque él le dijera que no le importaba, que estaría a su lado de todas maneras esperando, sabía que era en vano… Seung Hyun nunca lo iba a querer, nunca iba a tener sentimientos hacia él, y lo que más le dolía era que los suyos no servían para nada, ni siquiera tocaban el alma del mayor de la manera en que a él le gustaría que llegaran a transmitirse.

 

Ji Yong elevó su mirada a él, todavía con lágrimas. Tomó su mano una vez, negándose a esto que había escuchado. Él había pensado que le quería, aunque fuera un poco. Lo vio en sus ojos, en sus gestos, en sus acciones, no podía ser así.

 

-Seung Hyun…

 

-Ji Yong –Seung Hyun miró el fuerte agarre a su mano. –Por favor, déjame ir.

 

-¿Cómo me pides esto? –Ji Yong ya no podía ocultar su llanto. –No puedo hacer desaparecer estos sentimientos de un día para otro… no puedes simplemente pedirme que los eche al tarro de la basura…

 

Él no podía simplemente levantarse un día y decidir ya no estar enamorado de él. No era lógico. Sentía cómo todo se venía abajo asfixiándolo por completo. La mirada fría de Seung Hyun y sus ojos negros opacos simplemente lo reafirmaban.

 

-Te dije desde un principio que no los tuvieras.

 

Ji Yong sintió una opresión en su pecho. No pudo reprimir los sollozos dolorosos que salieron de sus labios, el llano ya le había tomado. Seung Hyun elevó sus ojos y apretó sus labios con fuerza.

 

Ji Yong le miró esperando que hubiera un poco de indecisión en su mirada. Pero era en vano. Seung Hyun no le amaba, y nunca lo iba a amar.

 

-Ni siquiera lo intentaste… ¿cierto? –Seung Hyun mantuvo su mirada neutra sin decir nada ni demostrar ninguna expresión.

 

Seung Hyun no quería mirarlo. Ji Yong lentamente soltó su mano y fue entonces cuando se volteó a verlo. Ji Yong intentó secar sus lágrimas y caminó hasta darle la espalda. Seung Hyun se giró a él, apretó sus manos con fuerza. Ji Yong seguía llorando.

 

Seung Hyun no quería decir nada. No quería ni siquiera mirarlo, porque quizás lo habría consolado, y eso sería peor. Sabía que le estaba haciendo tanto daño, pero este daño sería mucho menor que si seguía a su lado en un futuro.

 

Ji Yong se olvidaría de él en algún momento. Quizás lloraría y golpearía cosas, pero llegaría un día en que él solamente sería un recuerdo para Ji Yong. Lo miró esperando a que él dejara de negarse, entonces Ji Yong respiró profundamente y se alejó de él de manera sombría.

 

Seung Hyun nunca lo iba a querer. Porque Seung Hyun no quería a nadie. Era una persona rota, y Daesung le dijo que las personas rotas rompen todo a su alrededor, ahora él también se sentía roto. Ji Yong apretó sus labios con fuerza y le miró a los ojos.

 

-Choi Seung Hyun –sonrió con amargura. –Mi corazón te deja ir.

 

Algo se había roto en esa habitación. Podían escuchar atentamente cómo algo se quebraba entre ellos.

 

Seung Hyun vio su vista nublarse y entonces el menor salió del departamento sin mirar a atrás, sin despedirse ni decir nada más.

 

Ji Yong corrió como si su vida dependiera de ello. Paró un taxi casi al instante en que piso la calle y se subió sin decir nada. No quería ver nada, no quería mirar hacia atrás, porque si lo hacía volvería corriendo, ¿y cuán patético podría llegar a ser si volvía así?

 

-¿A dónde va? –El hombre que manejaba le miró por el retrovisor.

 

Ji Yong intentó secar sus lágrimas en vano. No quería ir a casa, ¿para qué? ¿Para ver a su madre llorando a mares como todos los días? Su casa era un mierda, su familia destruida y ahora él se sentía tan malditamente miserable que no encontraba ningún mejor lugar dónde ir salvo donde la persona que sabía le recibiría con los brazos abiertos y lo abrazaría sin importar qué.

 

-Lléveme a avenida Michigan por favor.

 

Intentó sonar tranquilo, pero el conductor le miró preocupado, claramente no estaba bien.

 

Ji Yong le dio el dinero sin siquiera esperar el cambio y se bajó mientras avanzaba a toda prisa hacia la casa. Golpeó la puerta muchas veces sin importarle nada, sin importarle que podrían molestar a los demás. Estaba a punto de gritar de pura frustración cuando la puerta se abrió. Inmediatamente lo vio de pie en el umbral se lanzó a él y lo abrazó como si se estuviera desvaneciendo en sus brazos. Menos mal que tenía buenos reflejos y le rodeó la espalda para que no cayera.

 

-Ji Yong… -le miró preocupado, Ji Yong lloraba tanto que le preocupaba. -¿Ha pasado algo?

 

-Daesung… -Ji Yong susurró todavía en su pecho. –Cuando… Cuando Dong Wook murió… yo… dije que nunca iba a querer a otro hombre como lo quise a él…

 

Daesung frunció el ceño y cerró la puerta. Algo grave estaba ocurriendo como para que Ji Yong hablara de Dong Wook. Desde que había fallecido en un accidente automovilístico Ji Yong nunca volvió a referirse a él, la herida había sido tremenda.

 

-Y entonces… y entonces conocí a Seung Hyun…

 

Ji Yong le dio un golpe en su pecho sin darse cuenta. Daesung asintió con la cabeza simplemente escuchándolo, intentando aliviar su dolor también. Pero hasta a él le dolía escuchar los sollozos lastimeros de Ji Yong.

 

-Y… y lo amé… y lo amo… -Daesung cerró los ojos y acarició su espalda. –Mucho más de lo que había amado antes… mucho más… de lo que amé a Dong Wook… y me odié por ello, p-pero lo amo tanto que no importó nada…Y… siento que esta vez es peor… siento que nunca podré a amar a nadie de esta manera… no puedo abrirle mi corazón a nadie más… Sabes Daesung… por más que quise a Dong Wook, nunca le abrí mi corazón… pero yo no sólo le abrí mi corazón a Seung Hyun, sino que se lo entregué… él es dueño de mi corazón y… Y luego… y… No me ama…

 

Ji Yong ya no se podía ni las piernas, la inercia fue mayor y se dejó caer en la alfombra. Daesung se arrodillo a su lado y le palmeaba la espalda con paciencia.

 

-¡¿Qué sentido tenía?! –Ji Yong le miró fijamente. -¡¿Por qué tenía que conocerlo si no iba a sentir nada por mí?! ¡¿Por qué?! Ah…

 

Ji Yong dejó salir un sollozo doloroso. Daesung arrugó su frente. Sentía que iba a llorar con él, pero debía aguantarse, tenía que reconfortarlo, no ayudarle a llorar.

 

-Sé que es difícil…

 

-¡Estoy tan enojado! –Ji Yong le dio un golpe al piso. -¡¿Por qué la vida me hizo ir hasta él si no me iba a querer?!

 

Ji Yong gritaba tan alto como sus cuerdas vocales le daban. Su rostro estaba empapado e ignoraba el dolor de cabeza.

 

-¡No importa cuánto lo ame! ¡No importa cuánto esté a su lado! ¡No importa cuánto lo haga sonreír! ¡ÉL NO ME QUIERE! ¡ÉL NO SIENTE NADA! ¡ESTOY SOLO EN ESTO SIN IMPORTAR QUÉ HAGA!

 

Pasaron unos minutos de silencio. Ji parecía ya no llorar, sólo quedaban los sollozos en la sala. Daesung se había sentado en el suelo mientras le daba palmaditas en la espalda.

 

-Sabes… -Daesung le miró. –A veces… tenemos que recoger todos nuestros pedazos rotos y ponernos de pie para seguir caminando…

 

Ji Yong elevó su mirada y le miró fijamente, sonrió amargamente y le abrazó. Daesung le apretó con fuerza, ambos cerraron los ojos.  Daesung le ayudó a secar las últimas lágrimas que tenía y le miró fijamente.

 

-Sé que es difícil… pero por favor, no llores, al menos no así… -Daesung bajó su mirada. –Hazlo por tu madre… ella la está pasando mal también.

 

Ji Yong entonces recordó a su mamá. Seguramente estaba sola en casa. Hizo un puchero, de recordar eso quiso llorar de nuevo.

 

-Ve a casa, Ji… -Daesung le sonrió y acarició su cabeza. –Háganse compañía con tu madre, sé que los dos se pueden ayudar mutuamente. Yo estaré al pendiente de ti, lo sabes, ¿no? Voy a llamarte en un rato para ver que llegues. Y te iré a buscar mañana para llevarte a la universidad.

 

-Dae…

 

-Voy a ser un buen amigo y voy a ayudarte, por eso no quiero que te encierres. Te quiero.

 

-Gracias –Ji Yong derramó unas cuentas lágrimas más y luego le abrazó nuevamente.

 

Daesung le regaló una gran sonrisa y le acompañó hasta afuera. Estaba preocupado por él, nunca lo había visto tan destruido como ahora y ni siquiera él sabía qué podía hacer por su amigo.

 

Ji Yong llevaba más de cinco minutos fuera de su casa. Estaba intentando recomponerse para entrar. Quería sonreírle a su madre cuando la viera, pero sentía que había perdido la sonrisa por completo.

 

Abrió la puerta despacio y entró justo cuando sintió gritos.

 

-¡¿Por qué haces esto?! –Su madre lloraba.

 

Ji Yong entró a la sala corriendo y entonces vio a su padre de pie apoyado en la pared refregándose el rostro y su madre sentada en el sofá llorando.

 

-¿Qué pasa?

 

-Oh… -Su padre le vio. –Hijo…

 

-Pregunté qué pasa –Ji Yong ya ni siquiera tenía expresión en el rostro y no quería fingir nada, porque no podía. No podía simplemente poner una maldita sonrisa cuando sólo quería lanzar todo y seguir llorando a mares.

 

-Mira, Ji… -su padre tragó. –Con tu madre nos estamos separando y… yo me iré oficialmente de la casa…

 

-Dile la verdad –su madre sollozó. –Dile que vivirás con ella…

 

-¡No hagas esto más difícil! –Su padre la regañó. Ella negó.

 

-¿Con quién te vas? –Ji Yong le miró fijamente.

 

-Hijo…

 

-Cuéntale a tu hijo… -ella parecía romperse. –Cuéntale que tienes una amante hace más de 20 años. Dile…

 

-¡¿Por qué haces esto mujer?!

 

-¡¿Por qué me hiciste esto tú a mí?!

 

-Entiende que esto ya no es sano.

 

-¿Y por qué no pensaste eso antes?

 

-Sólo dame el maldito divorcio.

 

Ji Yong frunció el ceño.

 

Dio un paso adelante y se interpuso entre ambos. Miró a su padre fijamente y luego frunció el ceño.

 

-Mamá no te va a dar nada.

 

-Ji Yong, por favor, no te metas en esto… -su padre intentó mantenerse en calma.

 

-Ya estoy metido en esto. Tú lo hiciste. Desde que te casaste y me trajiste al mundo me metiste en esto.

 

-Ji Yong, por favor, no hables-

 

-¿Por qué no te vas y nos dejas en paz de una vez? –Su padre frunció el ceño. –Ya has hecho suficiente.

 

-¿A quién le hablas así?

 

-A ti –Ji Yong elevó la voz. -¡Odio las personas como tú!

 

-¡Ji Yong!

 

-¡Odio las personas que le hacen ilusiones a los demás cuando no tienen ni la mínima intención de amarlas!

 

Sabía que eso lo decía más para él que para su padre, pero tenía razón. Y ya estaba aburrido de esa situación.

 

-¡¿Para qué te casaste si no la amabas?! ¡¿Por qué hacerle tanto daño a alguien?! ¡¿Eh?! ¡Ni siquiera has pensando en mí o en mi hermana! ¡¿Para qué hacer ilusiones si no la ibas a amar?! ¡Eres un poco hombre! ¡Y ya no quiero que sigas haciéndole daño a mamá!

 

-¡Cuida tu boda!

 

Su padre endureció la mirada.

 

-Te odio –Los ojos de Ji Yong se terminaron por apagar totalmente. –Por favor, no vuelvas. Haz tu vida lejos de nosotros.

 

-Ji… -su madre le miraba asombrada.

 

Su padre tragó saliva en silencio y luego negó con la cabeza.

 

Caminó sin decir nada hasta la puerta y se fue. Ji Yong apretó sus manos con fuerza y corrió hasta su habitación. Su madre intentó hablar con él, más fue en vano. Ji Yong no quería ver a nadie. Sentía que se había roto algo, y ese algo era su corazón. ¿Por qué las personas tenían que ser así? ¿Por qué hacerle creer a los demás algo que no sientes? Ji Yong ya no podía parar sus lágrimas. Por más que quería hacerle caso a Daesung, no podía. El dolor era más fuerte, sentía un agujero en su pecho.

 

 

Notas finales:

No le spreguntaré si les gustó porque... bueno... supongo que no y que me quieren matar (?

En fin, esperaré sus comentarios!<3


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