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¿AQAC? por G-tzii

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Notas del capitulo:

Bien, les traigo un nuevo cap. Intenté llevarlo lo mejor posible, así que espero les guste. Bueno, que les guste la forma en que lo relaté, porque no sé si les guste mucho lo que pase (? JAAJAJ Las dejo leer <3

Capítulo 24

 

 

Realidad distorsionada.

 

 

 

Seung Hyun tragó saliva lentamente.

 

Miró la puerta frente a él y apretó los puños. Instantáneamente sintió ganas de correr y un nudo asfixiante en la garganta. Estaba intentando darse fuerza para tocar la puerta, pero algo se lo impedía y le prohibía mover un solo músculo de su cuerpo. Respiró hondo pensando en la razón por la que estaba ahí.

 

Se decidió a tocar y esperó a que abrieran la puerta. Hace muchos años que no se presentaba en aquel lugar y esperaba después de esto nunca más volver ahí en lo que quedaba de su vida. No se sentía tan seguro ahora.

 

La puerta se abrió lentamente y pronto vio los ojos oscuros mirarle fijamente y luego las cejas arrugarse en su rostro. Tragó saliva de nuevo e intentó ponerse serio y no mostrarse ni nervioso ni débil.

 

-No pensé que volvería a verte venir a casa, Seung Hyun.

 

Su voz sonó rasposa y ronca. Seung Hyun se tensó un poco y clavó su mirada en el suelo, evitando mirar a su padre por todos los motivos que fueran. No dijo nada y simplemente se abrió paso entrando a la casa, aunque ahora pensaba que quizás no fuera buena idea.

 

Recordó su motivo de estar ahí e intentó relajarse mientras inspiraba profundo y caminaba por la sala en completo silencio.

 

-¿Quieres tomar asiento?

 

-Sólo vengo a decirte algo.

 

Intentó ser firme y le miró duro. Su mirada seria hizo que su padre frunciera el ceño de inmediato y se cruzara de brazos observándole fijamente por todas partes, buscando alguna respuesta en sus movimientos o en sus gestos.

 

-No vuelvas a tocar un pelo de Ji Yong.

 

Le miró firme. El hombre alivió su semblante y dos segundos después sonrió malicioso. Seung Hyun no se inmutó. Apretó sus manos con fuerza y alzó su rostro hacia él.

 

-Si vuelvo a saber que te has acercado a él te juro que no me quedaré tranquilo.

 

-Así que mis sospechas eran ciertas.

 

El hombre se acercó repentinamente. Eso hizo a Seung Hyun retroceder inconscientemente. Él se rió y luego le miró divertido.

 

-¿Te importa ese mocoso?

 

-¿Qué?

 

-Hablo de que si te importa que tanto le defiendes.

 

-Ya te dije lo que debía.

 

Seung Hyun quiso ignorarlo y caminar a la puerta, pero sintió el agarre fuerte en su muñeca y luego se apretó contra la pared. Frunció el ceño y le miró un poco nervioso. Intentó con todas sus fuerzas no hacer contacto visual con él.

 

-Responde lo que pregunto. ¿No me dirás que te gusta ese chiquillo?

 

-Suéltame.

 

-No puedo creerlo –el hombre le soltó riéndose. Parecía retorcido. –Un pendejo aparecido me quita mis cosas, no puedo permitir eso, ¿cierto?

 

-Ni se te ocurra hacerle algo a Ji Yong.

 

-De verdad te interesa.

 

El hombre se rió fuertemente y Seung Hyun simplemente pasó de él caminando cerca de la sala para rodearlo e irse, pero el otro le dio un agarró en el hombro haciéndolo sentarse en el sofá de golpe. Seung frunció el ceño e intentó ponerse de pie, pero el hombre parecía no querer ceder.

 

-No entiendo por qué quiere huir tanto de mí, Seung. Pasa un tiempo más con papá.

 

A Seung Hyun se le formó una sensación de asco en la garganta. Había oído aquella frase tantas veces y ahora sólo le traían recuerdos que realmente quería borrar a toda cosa. Frunció los labios y se removió inquieto en su posición.

 

-No quiero nada que ver contigo.

 

-¿Por qué tanto odio contra tu padre? –El hombre sonrió y se giró caminando en su posición. Seung Hyun frunció el ceño. –Yo no tengo la culpa de ello Seung. Tú eres el único culpable desde el principio, Seung Hyun. Tú me incitaste a hacerlo, ¿nunca has pensado eso?

 

Seung Hyun frunció el ceño y, por primera vez le miró. El hombre sonrió de medio lado y se sentó a su lado. Seung Hyun hizo distancia, se repente sentía que era muy poca la fuerza de su cuerpo para moverse un poco más.

 

-¿Cómo puedes decir algo así?

 

Sus labios tiritaban, no podía creer el descaro en las palabras del hombre.

 

-Es cierto –el hombre se cruzó de piernas mirándole fijamente. -¿Acaso no eras consciente de cuán lindo podías ser en ese entonces?

 

Su estómago se revolvió y sintió sus manos temblar por un momento. Todo su cuerpo parecía de gelatina y su mente comenzaba a distorsionar las cosas.

 

-¿Tú creíste que era sano andar por ahí en shorts y pensar que no estabas incitando a nadie a mirarte? Incluso cuando andabas sin camiseta.

 

-Pero era un niño…

 

Seung Hyun no podía pensar otra cosa. Se supone que los niños no tienen claridad de las cosas, menos a esa edad. Cerró sus ojos con fuera y luego negó con la cabeza intentando quitarse el sabor amargo de la boca.

 

-Un niño travieso.

 

-¿Travieso?

 

¿Él era el travieso? Se giró un poco a mirarle. ¿Cómo es que un niño de cinco años puede ser travieso en el sentido en que él lo decía? Porque claramente no hablaba en el sentido literal.

 

-Y muy cruel –Seung Hyun entrecerró los ojos. –Travieso y cruel. Jugabas con tu padre de tal manera que me incitabas y luego te hacías la víctima. Me has dejado como el malo aquí.

 

Seung Hyun abrió sus labios grandemente queriendo decir algo, pero no hubieron palabras que salieron. ¿Era culpable? ¿Siempre lo fue? ¿Había sido su error? Sintió una puntada de dolor en la cabeza y luego se llevó la mano a la cien mientras cerraba los ojos con fuerza.

 

-Tú me hiciste así y luego me dejaste como malo… ¿por qué Seung Hyun?

 

Seung Hyun agachó su cabeza y pasó sus manos por su rostro intentando buscar respuesta. Quizás, no se dio cuenta de su error en ese entonces.

 

-Pero yo te perdono todo, hijo –el hombre pasó una mano por su espalda con cuidado y la acarició lentamente. –Porque yo sí te quiero.

 

Sonrió grandemente y Seung Hyun sintió su cuerpo congelarse de nuevo.

 

-Eres un chico muy malo y cruel –su padre acarició su cuello y parte de su nuca con delicadeza. –Has dañado a muchas personas siendo así, incluso a mí. Pero yo aún así te quiero.

 

Seung Hyun le miró, por un momento había visto algo de honestidad en él. Bajó su mirada y luego cerró sus labios confundido. Sentía una gran opresión en el pecho que le estaba impidiendo hacer cualquier cosa. Sintió un nudo en la garganta haciéndole daño.

 

-¿Me quieres?

 

Fue casi un susurro.

 

-Claro –el hombre asintió con una sonrisa mientras bajaba su mano por la espalda de Seung Hyun. –Sabes que nadie te va a querer como yo, Seung.

 

Seung Hyun le miró unos segundos y luego miró al suelo. El hombre apoyó su palma en la rodilla de Seung Hyun y le dio unas palmaditas.

 

-Los demás no te quieren. Nadie te va a entender como yo –se acercó un poco a él de manera lenta. –Yo soy el único que entenderá todos tus juegos traviesos y seguiré estando contigo. Los demás te odiarán por ello, por ser tan malo y cruel, pero yo estoy con los brazos abiertos para ti.

 

Acarició lentamente su muslo desde la rodilla hasta la parte alta de éste. Seung Hyun parecía metido en un trance irreversible. Miraba fijamente un punto sin si quiera pararse a pensar en todo lo que ocurría o decía. Buscaba una excusa para sentirse menos culpable o menos malo de lo que se sentía ahora.

 

-Yo soy el único que te ama… -Seung Hyun suspiró y pestañeó un par de veces cuando la caricia fue hasta su muslo interno.

 

Y no me importa que tú no me ames, porque de esto se trata el amor, de amar sin esperar nada a cambio. Y yo te amo, y daría mi vida entera… no, te daría el universo entero, ¿sabes por qué? Porque verte feliz sería mi más grande recompensa en la vida. Todo lo que quiero es verte siendo feliz.

 

“Te quiero. Te quiero de verdad.”

 

“Gracias por haber nacido.”

 

“Te amo.”

 

No. Claro que había alguien que lo amaba, y se lo había demostrado. Negó repetidas veces con su rostro y se puso de pie rápidamente alejándose y mirándole alterado.

 

-¡Tú no me quieres y nunca lo harás! ¡Si lo hicieras ni siquiera me habrías hecho esto!

 

-Esto te lo hiciste tú solo –su padre sonrió poniéndose de pie. –Pero tranquilo, puedo entenderte. Voy a ayudarte.

 

Seung Hyun frunció el ceño. ¿Acaso quería hacerlo volverse loco? El hombre se acercó lentamente y antes de poder tocar su rostro Seung Hyun le paró, alterado por todo lo que le decía.

 

-¡Deja de aprovecharte de mí!

 

No se percató con qué fuerza lo golpeó, pero hasta él sintió dolor en su puño cuando lo estrelló contra su mejilla. Su mano tembló lentamente y tuvo que tragar saliva nervioso. Sentía que sudaba frío. Le miró tirado en el piso y con un poco de sangre en sus labios. Sintió sus piernas temblar, pero endureció su mirada y con rabia acumulada le dio una patada en el estómago. Sentía que la furia, el resentimiento y el odio subían por su cuerpo y en ese mismo instante quiso matarlo a golpes. Tuvo el auténtico deseo de matarlo con sus propias manos y golpearlo hasta cansarse. Sentía todo un instinto agresivo creciendo en él, pero se retuvo cuando vio la puerta de la entrada abrirse y luego un chillido.

 

-¡¿Qué demonios?! –La chica en la entrada abrió mucho sus ojos. -¿Papá?

 

Seung Hyun abrió mucho sus ojos, asombrado y miró a la chica. La había visto antes, pero en estos momentos no recordaba de dónde. Tenía cabello negro la          rgo y flequillo, ojos tan negros como los de él y era alta. Sus miradas chocaron y justo en ese momento Seung Hyun divisó miedo y pánico en los ojos de ella.

 

Seung Hyun intentó ordenar todo en su mente. Su padre tenía otra mujer y una hija. O sea que tenía una hermana. ¿Las golpearía también? ¿Abusaba de ella también? Arrugó su frente y negó con la cabeza. ¿Y qué pasaba si no era así? ¿Si a ellas las trataba bien? ¿Por qué a ellas sí las trataba bien? Pasó su mano por su rostro y cuando lo vio ponerse de pie se alejó unos pasos, asustado.

 

-Vas a arrepentirse –su padre le miró enojado.

 

Seung Hyun miró a la chica que no se movía de su lugar y luego al hombre.

 

-Te mereces esto y mucho más, eres un puto bastardo.

 

Le miró una vez más con odio y caminó hasta la puerta lo más rápido posible. Miró a la chica, ella le buscó con la mirada. Claramente asustada y sin saber qué hacer. Seung Hyun no dijo nada, no sabía ni siquiera qué decir, simplemente salió casi corriendo.

 

No pudo avanzar demasiado cuando sintió un par de manos en sus brazos. Se giró un poco y ella le miró nerviosa.

 

-Ah… -ella abrió sus labios y luego los cerró. –Simplemente… no quiero entrar ahora, tengo miedo.

 

Seung Hyun le miró fijamente y luego se soltó despacio para examinarla. Ella hacía prácticas en la clínica con Daesung y Ji Yong, ahora la recordaba.

 

-Lo siento –no sabía ni porqué se disculpaba.

 

-Supongo… que eres Seung Hyun.

 

Él simplemente asintió y la miró, esperando una presentación. Aunque esto era demasiado incómodo.

 

-Hye Yoon, así me llamo.

 

-Ah… -Seung Hyun asintió. –Lo siento… no sé qué decirte.

 

-Supongo… que no es la mejor situación para conocernos.

 

-Uhm

 

Seung Hyun elevó su mirada al cielo, ahora le entraban ganas de llorar. Respiró hondo y luego se giró para darle la espalda.

 

-Perdóname que me vaya así, pero realmente quiero estar solo.

 

-Ah… -ella apretó los labios con fuerza al igual que sus manos. Le habría gustado retenerlo.

 

-Permiso.

 

Seung Hyun casi salió corriendo lo más que podía.

 

Minutos después se preguntó qué pasaría con ella. Con su madre. Se preguntaba si acaso a ella le habría pasado algo así y se maldijo por dejarla así, pero ya no podía hacer nada.

 

Estuvo caminando lo más lento posible hasta llegar al circo. Lo primero que hizo fue bajar la malla y subir hasta la última parte del escalón y quedarse sentado ahí sin hacer nada en absoluto. Tenía tantas cosas en la mente.

 

Todavía se le pasaba por la mente la forma en que su padre había jugado casi con su mente de manera horrorosa. Le llamó un niño travieso y cruel, cuando se supone que a los cinco años de esas es difícil distinguir lo que es ser cruel. ¿Cómo un niño iba a querer incitar a que lo violaran? Le había llamado el culpable de su propia desgracia, y a estas alturas ya no sabía si era así o no. Él sólo quería que su padre no volviera a lastimar a Ji Yong. Prefería cualquier cosa menos aquello.

 

Llevó sus rodillas a su pecho y hundió su cabeza entre ellas pensando un poco.

 

¿Qué se suponía que hacía ahora? ¿Cómo volvía a la normalidad su vida? ¿Cómo lograba calmar su alma después de todo?

 

No podía olvidar el hecho de que su madre estuviera con el señor Kwon. Ni olvidar el hecho de que su padre seguía más cerca de lo normal y con una familia que probablemente también maltrataba. Tampoco podía ocultar, de ningún motivo la importancia que tenía Ji Yong ni la favorable influencia que ejercía en todo. No podía cerrar los ojos y esperar que al abrirlo todo volviera a su lugar. Porque las cosas no funcionaban así. No podía regresar el tiempo, ni aunque intentara.

 

¿Ahora dónde se escondía? ¿Qué disfraz usaría para no mirarle la cara a nadie? Un disfraz no sería suficiente.

 

No podía esconder, de ninguna manera, el hecho de que ahora su vida carecía de todo sentido.

 

Estaba perdido, y no sabía cómo volver hace unas semanas atrás.

 

 

 

Notas finales:

Bien. Esperaré sus comentarios respecto a esto. Gracias por leer y por todo el amor al fic, apenas tenga un día libre en el trabajo responderé toditos los rr, gracias por ello <3


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