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¿AQAC? por G-tzii

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Notas del capitulo:

Aquí estoy con un nuevo cap. Junten pañuelos!!! 

En fin, no quiero decir más, sól oANTES DE LEER, POR FAVOR ESCUCHEN Y LEAN LA LETRA DE ESTA CANCIÓN. SUPER IMPORTANTE. https://www.youtube.com/watch?v=CaEN8gn0TJc

Capítulo 37

 

 

Ilusiones perdidas.

 

 

Sus dedos jugaban impaciente, intentando buscar cualquier excusa para no poner atención a nada a su alrededor que le trajera de vuelta a la normalidad. No quería escuchar nada, ni ver nada, simplemente quería perderse en sus pensamientos y despertar dos días después. ¿Era eso posible? Removió su cabello con frustración mientras apretaba sus dientes de manera brusca. Había miles de motivos, razones, para no ir. Pero por qué demonios se sentía tan mal… Seung Hyun repasó todo nuevamente en su mente. Sus primeros días, sus primeros pasos, algunas cosas que recordaba de pequeño… ¿Quería recordar? Estaba seguro que no, pero ahora se sentía tan confundido. Había cosas que él definitivamente no quería olvidar… y que no las había comentado con nadie, con miedo a aceptar que de verdad hubo un tiempo en que las cosas fueron buenas…

 

Frunció el ceño y dejó caer su cabeza hacia atrás. No quería comenzar a sacar polvo de recuerdos tan viejos que había dejado en la caja del olvido. Su corazón se oprimía ante aquello. La puerta del camarín se abrió lentamente, más no se movió ni siquiera un poco. Miró a su lado, Ji Yong le miraba atento desde el umbral, con sus labios tensos. Esa mirada… ¿por qué sus cercanos le miraban de esa manera cuando sabía su historia? Como si tuvieran pena, él no quería pena. Suspiró bajando su mirada al suelo.

 

-Seung-

 

-No iré.

 

Ji Yong bajó su mirada también. Se acercó a él lentamente y se puso de frente, observándole atento.

 

-¿Quieres hablar?

 

-No.

 

-Vale.

 

Asintió y suspiró. No quería ser brusco con Ji Yong, pero su mente simplemente no quería tocar el tema y él no quería de ninguna manera sentirse afectado por ello. ¿Era tan difícil de entender? Agradecía que el menor le entendiese y no insistiera, aunque sabía que en el fondo a él le gustaba insistir. Quizás sabía que esta vez no debía hacerlo. La mano de Ji Yong repasó su cuello y luego acarició sus cabellos. Seung Hyun resopló, en esos momentos no podía soportar la mirada tierna de Ji Yong y menos su forma de ‘consolarlo’. ¿Consolarlo de qué? Él estaba perfecto, no necesitaba aquello.

 

Tomó la mano del menor y la alejó de su cabeza mientras se ponía de pie. Ji le siguió con la mirada, más el pelinegro no se giró. En cambio, sacó su cajetilla de cigarros y se llevó uno de los labios para después encenderlo y meter una de sus manos al bolsillo de su pantalón. No dijo absolutamente nada. Abrió la puerta y, antes de salir, simplemente dio el aviso.

 

-Voy a tomar aire.

 

No esperó una respuesta del menor, simplemente caminó por la parte delantera del circo y salió tranquilamente dándole una profunda calada a la nicotina en sus labios. Soltó todo el humo cuando sintió el viento golpear su rostro y caminó lentamente, muy lentamente, como si estuviera tomándose su tiempo para llegar a destino. Como si no quisiera llegar nunca.

 

Decidió sentarse en una banca cerca del parque. Muchas personas pasaban, pero no estaba interesado en fijarse en ninguna, ni en mirarlos.

 

Su miraba viajaba desde el cielo al suelo, preguntándose qué paisaje era peor. No veía el lado bueno ahora mismo y su mente luchaba consigo mismo. No sabía si su corazón quería entrar en esa pelea, porque sabía que muy en el fondo su corazón era más sensible y tonto de lo que le gustaría. Había una sensación se ausencia, de alejamiento, de querer desaparecer, de tomar lo poco que le quedaba e irse. Si es que algo quedaba después de todo. Y no, no se refería a lo material. Ahora era cuando realmente estaba a un paso de que no le quedara nada. De no ser por Ji Yong… la señora Dong, Young Bae, Seungri… Reflexionó sobre este pensamiento y se llevó el cigarrillo a los labios nuevamente cerrando sus ojos.

 

Había esperado tanto…

 

Estuvo esperando un poco más de veinte años…

 

Justo cuando todo parecía ir bien, cuando veía luces de un acercamiento, de un arrepentimiento, de una disculpa sincera…

 

Soltó el humo y una lágrima fastidiosa recorrió su mejilla. Un nudo en su garganta se hizo presente y miró hacia el cielo intentando tragarla, pero pareciera ser que no quería irse, y pronto llegó otra lágrima, para demostrarle que sí, era más sensible que muchas otras personas.

 

Hubo un momento feliz.

 

No todo fue oscuro.

 

Recordar eso le rompía más aún el alma. Y le hacía preguntarse el por qué. Sabía que la manera de responder a ello era una sola. Pero aún así no quería ponerse de pie. Dio una última calada, el cigarro se estaba consumiendo y apenas había dado tres caladas. Lo dejó caer al suelo y luego lo piso para apagarlo. Suspiró con dificultad.

 

No estaba consciente del tiempo que había pasado. Quizás horas, porque el ciego comenzaba a darle la bienvenida a la luna. Su celular sonaba hace unos minutos y él no estaba prestándole ninguna atención. Tampoco le importaba atender. Metió las manos en los bolsillos y sintió la brisa fría de la tarde contra su cuerpo, comenzaba a pensar que era mala idea salir sólo en camiseta.

 

Sus labios estaban fruncidos. Comenzó a caminar sin ser consciente de a dónde quería ir. Podía oír su celular sonando, pero sinceramente le importaba un carajo. Podía sonar todo lo que quisiera, pero no le importaría. No quiso levantar su rostro en ningún momento hasta llegar al hospital. Odiaba la idea de tener que estar ahí, de tener que dar su brazo a torcer, de tener que dejar de lado su orgullo, porque su corazón se lo pedía. Sólo por tranquilidad. Lo necesitaba.

 

Entró con su cabeza hecha un desastre y caminó hasta la recepción donde una mujer de blanco le miró atenta.

 

-¿La habitación de Nicole Miller?

 

-346.

 

Respondió mirando la computadora. Ella parecía querer decir algo importante, pero por la expresión en el rostro de Seung Hyun quizás intuyó que ya lo sabía. Caminó tranquilamente por el pasillo y decidió subir al tercer piso por las escaleras, así le daba tiempo a pensar en todo lo que necesitaba para entrar a la habitación. Piso lento y despacio pasando por el pasillo. Un doctor se encontraba al final del pasillo, fuera de la habitación mientras daba indicaciones con una hoja en sus manos. Se acercó suspirando y el hombre le miró.

 

-¿Es esta la habitación de Nicole Miller?

 

-Sí, ¿usted es algún familiar?

 

Se le revolvió el estómago. Con su padre en la cárcel, sus abuelos fallecidos, sí, era el único “familiar”.

 

-Soy su hijo.

 

Se le hacía tan raro decirlo. Tan difícil. Tan doloroso. Era una herida abriéndose en su pecho. Era hijo de alguien. Tenía una madre, aunque vivió la mitad de su vida sin una. Qué ironía.

 

-Pues, lo lamento mucho –el hombre se sacó las gafas y le miró. –Ha de saber su estado de salud. ¿Cuál es su nombre?

 

-Choi Seung Hyun.

 

El hombre frunció el ceño.

 

-¿De casualidad es usted el Doctor Choi de la clínica central Chicago?

 

-Sí. –Asintió rápidamente y el hombre extendió su mano.

 

-Un gusto, Doctor Choi.

 

-Gracias. –No quería alargar más esta conversación.

 

-Supongo que como doctor conoce bien la situación de su madre. –Su madre. –Ella está agonizando. Ayer le diagnosticamos 8 horas, maravillosamente ha durado más de lo previsto. Pero no creo que se prolongue más, el cáncer va consumiendo todo su cuerpo. Lo siento mucho. Puede pasar a verla.

 

Seung Hyun se quedó de pie frente a la habitación. ¿Quería pasar? No lo sabía.

 

Sus manos se movieron solas hasta la puerta y entró sin pensarlo más, sino pasaría la noche fuera de la habitación. Las cortinas estaban abiertas y daban una maravillosa vista a Chicago y la luz de la luna. Ella simplemente miraba hacia la ventana, con un deje de tristeza y las ojeras marcadas bajo sus ojos, esperado… esperando irse. Seung Hyun carraspeó en silencio y se apoyó en la pared, no quería acercarse más. Ella giró su rostro y le miró fijamente, sus facciones parecían atentas, pero luego de unos segundos se relajó. Ya no parecía brillar. Antes, ella era muy atractiva, pero ahora se veía hasta más entrada en años. Otra notoria consecuencia de su terrible enfermedad. Ella simplemente guardó silencio y volvió a mirar hacia la ventana.

 

Ninguno quería decir algo, porque ambos sabían qué era lo que estaban pensando. Sabían que había muchas conversaciones inconclusas y muchas razones que dar. Incluso disculpas. Pero ninguno quería comenzar, porque dolería. Fuera lo que fuera que dirían, dolería. Y no tanto para ella, que tendría que marcharse pronto, sino para Seung Hyun que tendría que quedarse por bastante tiempo más si el de arriba así lo quería. Pero era algo con lo que tenían que cargar ambos, y sería mejor cargarlo en este mundo que en el infierno o cielo, donde sea que fuese a parar cada uno.

 

-¿Recuerdas cuando fuiste al zoológico? –Un silencio se prolongó. Había ido a uno alguna vez, pero nunca más volvió a entrar a uno. Traumas de la infancia, quizás. Eso es lo que somos, traumas de la infancia. Nuestra forma de actuar y hablar siempre viene ligada a cosas que han sucedido anteriormente. Una de ellas para Seung Hyun era eso. –Eras muy pequeño. Supongo que no lo sabías.

 

-¿Qué tiene eso que ver?

 

Su voz sonó un poco más ronca de lo habitual y ella sonrió con algo de dificultad.

 

-Sólo quería asegurarme de que hubiera algún recuerdo positivo… -ella parecía dolorida. Seung Hyun bajó su mirada. –Supongo que no los hay.

 

-Es un poco difícil ver lo positivo.

 

Era sincero. Sólo Dios sabía que era sincero.

 

-Lo sé…

 

Pasó un buen rato, solamente en silencio. Observando cualquier punto. Esperando que el sentimiento de dolor fuera desapareciendo, pero parecía crecer.

 

-Regresé.

 

Dijo ella en un susurro de repente. Seung Hyun no comprendió a qué se refería realmente y le miró sin ganas.

 

-Regresé… -ella le miró fijamente, atenta. Con tanto dolor en sus ojos. Afligida, como si estuviera a punto decir algo que había guardado desde que nació. –Cuando decidí irme de Chicago… me fui porque era demasiada la violencia y los golpes que recibía a diario… y te dejé aquí, porque sinceramente yo ni siquiera me llevé un abrigo para el frío, me fui sin nada. –Eso era cierto, nunca la vio salir ni siquiera con ropa en sus manos, ni mucho menos una maleta. –Creía… confiaba, en que tu padre te cuidaría… él nunca se había mostrado violento contigo antes… creía que podría cuidar de ti, jamás pensé que fuera a desquitarse contigo por mi huida. Sólo Dios sabe que digo la verdad. Cuando me logré establecer, cuando encontré a alguien que me quería, volví… fueron meses después… pero tú ya no estabas en casa, y tu padre era un alcohólico trastornado. Él no dijo lo que había pasado, simplemente dijo que te habías ido con una mujer, que ella sería tu madre…

 

El golpe del silencio contra su cabeza era fuerte. Sus puños apretados comenzaban a hacerle daño y sus dientes podían apretar tan fuerte que su mandíbula se desencajaría de tanto forcejeo. Quería taparse los oídos en un intento desesperado por no escuchar lo que estaba escuchando. Quería abrir la ventana y saltar… o quizás ahogarse.

 

-Supongo que te odié en algún momento por irte con alguien más –ella volvió a mirar la ventana. Quizás era ella la que quería lanzarse. –Creo que por eso cuando nos vimos de nuevo te traté tan fría. Sólo hasta cuando supe qué pasó me di cuenta que la mala era yo. No tenía intuición de madre. No tenía nada, ni siquiera había pensado en las consecuencias. Aunque no tuviera ni siquiera un mísero abrigo que darte en las noches frías, debí llevarte conmigo…

 

Se giró hacia la pared cuando una lágrima traicionera cruzó su rostro. No quería que ella lo viera llorar como niño pequeño. No quería que ella viera que su corazón estaba expuesto. Pero por sobre todo… no quería que ella se diera cuenta que había estado esperando por sus palabras desde que era un pequeño niño.

 

-Lo siento, Seung Hyun… por tremenda herida que he causado en tu corazón.

 

Llevó una mano a su pecho, sintiendo que le dolía mucho. Sí había una herida. No podía verla, ni tocarla, pero dolía. Joder, dolía demasiado.

 

-¿Por qué… por qué no dijiste antes esto?

 

Ella sonrió levemente.

 

-¿Con qué cara iba a hacerlo? –Ella suspiró. –Sólo hice lo que pude para ayudarte, aunque sea una vez en tu vida.

 

Por eso había dejado al padre de Ji Yong. Por eso había desistido de aquel matrimonio. Había querido hacer algo bien. Seung Hyun apoyó su frente en la pared, como manera de apoyarse. Ella suspiró pesadamente. No le quedaban casi fuerzas.

 

Dejó su cabeza caer contra la almohada y dejó de seguir luchando para mantenerse lúcida. Había luchado dos días por lo menos, necesitaba decir esto último, era importante.

 

-Seung Hyun. Mírame…

 

El pelinegro se resistía a hacerlo. Una parte de él estaba resentida. Se giró lentamente y le miró, resignado. La veía apagarse cada vez más. Lo sabía.

 

-Sólo quiero que sepas una cosa… -ella cerró sus ojos lentamente, necesitaba descansar urgentemente. –Siempre te amé.

 

¿Lo amó?

 

¿Sería verdad?

 

No lo sabía. No estaba seguro. Pero él quería creer que así era. Quería creer que, en algún momento, en sus primeros años de vida aunque sea, ella le había querido, ella había pensado en él como el regalo más hermoso que le regaló la vida.

 

Había esperado muchos años esto. Que ella viniera por él. Que ella le pidiera perdón. Que  ella dijera que le quería…

 

Pero no quería que fuera cuando ella estuviera en su lecho de muerte. Si ella hubiese venido antes… sólo Dios sabe que Seung Hyun la habría perdonado y la hubiera recibido con brazos abiertos para comenzar desde 0. Porque eso fue lo que siempre soñó.

 

Por más que tuviera a la señora Dong, a los chicos, él siempre quiso tener una madre. A alguien con quien hablar, alguien que le hiciera cariños en el cabello cuando tenía tristeza, alguien que le regañara cuando hacía algo malo o tomaba malas decisiones, alguien que le apoyara cuando todo iba mal, alguien que simplemente le sonriera siempre… creció soñando con su madre. Con que un día volvería a él y le diría “está bien cariño, lo siento muchísimo”, y él simplemente se abrazaría a ella… porque la necesitaba.

 

Todos necesitan una mamá.

 

Ella no volvió a abrir los ojos. Y la máquina indicó que ella volvía a huir, esta vez sin regreso. No quiso quedarse a ver lo que decían los médicos. Ni esperar más. Simplemente salió del lugar. Con el corazón en la mano y las lágrimas en sus mejillas. Con todas las ilusiones rotas.

 

Caminó por las calles sintiendo el aire de la fría noche. Miraba a su alrededor. Se sentía roto y feliz. Una amargura con un deje de alegría muy en el fondo de su alma.

 

Decidió sentarse en una banca, porque sus pies se rehusaban a seguir. Prendió nuevamente un cigarrillo. Él había esperado mucho tiempo a que Nicole volviera… no era fácil ver a los demás niños en la escuela escribir el nombre de sus madres en recuerdo del día de la mamá que finalmente él terminaba guardando porque no tenía nadie a quién dárselos. No se sentía bien cuando todos recibían un beso en la mejilla y él simplemente estaba solo. Y no podía contar con el hombre que era su padre…

 

Si Nicole hubiera venido antes… si hubiera dicho aquello antes… si le hubiera dicho que le quería cuando todavía era tiempo… él no habría dudado en perdonarla sin pensar más en el pasado.

 

Porque algo es cierto… él lo único, lo único que siempre quiso… era saber que ella le había querido alguna vez.

 

El cigarrillo nunca llegó a sus labios. Se consumió en sus manos y terminó pisándolo cuando ya no quedaba casi nada.

 

Comenzó a caminar a su casa nuevamente. Sacó el celular de su pantalón, tenía 11 llamadas perdidas de Ji Yong y tres mensajes. No respondió ninguno. Miró la hora, eran pasadas las 1am… no sabía cómo había pasado tan rápido el tiempo.

 

Caminó lentamente hasta el departamento y volvió a elegir las escaleras como vía. A paso lento llegó hasta la puerta y sacó las llaves, entró tranquilamente. Lo primero que vio fue a Ji Yong en el sofá, durmiendo sentado. Probablemente esperándole. Suspiró y cerró la puerta despacio para no meter ruido alguno. Dejó las llaves en la mesa y suspiró mientras se acercaba al sofá.

 

Se agachó lentamente y pasó sus manos por el cuerpo de Ji Yong suavemente para levantarlo. Él no reaccionó ante el movimiento. Caminó tranquilamente hasta la habitación y entonces lo dejó sobre la cama. Luego le quitó los zapatos y lo tapó con las mantas. Le miró unos momentos y luego decidió salir de la habitación mientras cerraba suavemente.

 

No tenía sueño realmente.

 

Se sentó en el sofá observando un punto fijo indeterminado.

 

 

~

 

 

Ji Yong abrió sus ojos cuando los rayos del sol se colaban por la ventana. Se sentó de inmediato y miró a su lado. Estaba solo en la cama. Se había quedado dormido. Se puso de pie rápidamente y salió de la habitación, pero el departamento estaba vacío, Seung Hyun no estaba en ninguna parte. Frunció el ceño. ¿No había llegado a dormir? Buscó su celular en la habitación y entonces marcó nuevamente. Seung Hyun no contestó.

 

Llamó a Young Bae entonces.

 

-Ji Yong, hola.

 

-Hey, Bae, ¿cómo estás?

 

-Bien, ¿y tú?

 

-Todo bien. Young bae, ¿Seung Hyun no está en tu casa?

 

-No, Ji. No ha estado aquí. –Ji Yong hizo un puchero y frunció el ceño. -¿Salió hace mucho?

 

-No lo sé, no lo veo desde anoche.

 

-Intentaré llamarle, te avisaré si sé algo.

 

-Vale, gracias.

 

Ji Yong marcó su celular. No sabía si volver a llamar. El día anterior Seung Hyun simplemente no quiso hablar. Había sido distante y lo había dejado. ¿Era él acaso muy insistente? ¿Se aburriría de aquello? Suspiró sentándose en la cama. Si Seung Hyun no había llegado a dormir y no estaba en casa de Young Bae, ¿dónde? Por un momento pensó mal y creyó que quizás con alguien más. Pero eso no podía ser posible, ¿cierto? Odiaba que su mente le metiera tantas posibilidades. Decidió enviarle un mensaje.

 

Para: SeungHyun.

 

¿Podrías al menos decirme si estás vivo?

 

Miró la pantalla largo rato. Odiaba la indiferencia del mayor. No le gustaba para nada. Le hacía sentir que algo iba mal.

 

Su celular vibró y entonces se sobresaltó abriendo el mensaje a la velocidad de la luz.

 

De: SeungHyun

 

Estoy bien. Sólo quiero estar en solo un momento.

 

Frunció el ceño. Esa no era la respuesta que quería realmente. Suspiró. ¿Dónde estaría? 

 

 

Notas finales:

Bien, pues, esperaré sus comentarios y bueno, estamos en recta final, quedan a los más 3 capítulos. Así que espero que les vaya gustado como va quedando. 

Muchas gracias por leer!<3


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