Capítulo 2.
Prohibido enamorarse del idiota.
—No pensé que me contactarías, Ji Yong.
El chico de cabello negro observaba detenidamente a Ji Yong con una sonrisa. En el fondo sabía que el chico se decidiría por volver al lugar, aunque la última vez había desaparecido después de apenas diez minutos. Ji Yong por su parte sólo apretaba sus labios, realmente no estaba seguro de que debía hacer realmente, pero sabía qué era lo que quería, y eso era lo importante.
—Realmente no estoy muy seguro de lo que voy a decirte —Ji Yong dudó unos momentos— sólo estoy seguro de que quiero hacerlo…
—¿Quieres estar en el circo?
Ji Yong asintió lentamente. El moreno sonrió.
—¿Por qué?
—Pues… siempre he querido intentar hacer algo considerado arte. Me gustaría saltar, volar, trepar, pintarme la cara, pero arte al fin y cabo. Algo que realmente me dé la sensación de que realmente vale la pena todo lo que hago. Quiero vivirlo al máximo.
—¿Sabes lo que me estás diciendo?
—No realmente.
—Tienes pasión —Young Bae sonrió mientras se estiraba en su asiento—. Eso es lo único que necesitas.
Ji Yong se sintió más tranquilo. Aunque no sabía qué haría en un futuro con su carrera. Realmente eso no estaba en discusión, por lo momento pensaba que era suficiente con hacer las dos cosas al mismo tiempo.
—¿En qué eres bueno, Ji Yong?
—Ah… —Ji Yong bajó su cabeza— en nada realmente.
—Todos tenemos algún talento oculto, quizás no lo has descubierto todavía.
—Espero servir de algo…
—Me caes bien, Ji Yong. ¿Deberíamos ser amigos?
—Me lo preguntas como se lo dicen los niños de primaria —Ji Yong se rió—. Ser amigos estaría bien para mí.
—Bien —el moreno sonrió—. Entonces acompáñame al circo un poco, creo que deberías empezar a aprender algo. Y sé quién podrá enseñarte.
Ji Yong se sintió nervioso, pero lo siguió sin importar nada. Al principio del camino no sabía exactamente de qué debía hablar. Se mantuvo en silencio mirando hacia el suelo, algo inseguro. Gracias a Dios había terminado sus clases de Anatomía más temprano y, aunque Daesung había insistido en acompañarle, él le dijo que cuando fuera el momento indicado lo traería. La verdad no quería decirle todavía que quería estar en un circo, se avergonzaba de que su mejor amigo se riera, aunque en el fondo sabía que él no se burlaría en lo absoluto. Aún así, prefería guardar el secreto un poco más.
—¿Dónde estudias, Ji Yong?
—Universidad del Chigaco, estudio enfermería.
—Woah, ¿doctor, eh? ¿En qué te gustaría especializarte?
—Pues… la verdad no me gusta enfermería y si tuviera especializarme en algo, sólo quisiera ser enfermero novato, de esos que pasan los bisturís cuando es necesario.
—¿No te gusta para nada, no? —Ji Yong negó— ¿Entonces por qué estudias enfermería?
—Por mis padres. Si no estudiaba enfermería debía ser ingeniería, pero no entré en la facultad de ingeniería. Aunque eso lo odio más todavía.
—Ya veo… —el moreno se cayó unos momentos, conversar un poco estaba haciendo sentir más liviano a Ji Yong— ¿Ellos no lo saben, cierto?
Ji Yong asintió. Young Bae era muy asertivo, aunque eso no le molestaba mucho.
—Si les digo se volverán locos.
—Siempre en la vida hay algo difícil, pero entre más difícil más vale la pena.
—Eso me motiva.
Ambos se sonrieron.
—Todas las personas en este circo tienen una profesión, una carrera.
—¿Te refieres a que todos han estudiado en alguna facultad?
—Claro. En el circo hay abogados, profesores, doctores, arquitectos, varios distintos —Young Bae sonrió. Ji Yong no pudo ocultar su impresión—. Por si te lo preguntas, yo soy coreógrafo y preparador físico.
—Woah, woah —Ji Yong dejó de caminar y se quedó mirando al moreno, ahora se explicaba sus músculos y su buen cuerpo— ¿En qué momento haces todo eso?
—Bueno, mira… generalmente las funciones siempre son la tarde-noche —el moreno metió sus manos a los bolsillos mientras le explicaba a Ji Yong-. Por ende en la mañana todos trabajan, inclusive yo. Y algunos salen más temprano que otros… o algunos simplemente no trabajan todos los días, son personas importantes, ya sabes, así que ellos llegan aquí a la hora que pueden hacerlo. Si llegan con tiempo, practica, sino, se presentan de todas maneras. A ellos les encanta presentarse sin practicar nada, viven la “adrenalina” como le llaman. De todas maneras los sábados y domingos están en el circo desde las 7 am practicado todo el día hasta las presentaciones de la noche.
—Oh… —Ji Yong parecía asombrado. Aquellas personas trabajaban y luego hacían acrobacias, ¿por qué él no podía hacerlo también?— Nunca pensé que fuera así… ¿pero cómo lo hacen cuando van a otros lugares?
—Pues, el circo funciona aquí durante todo el año —Young Bae miró el cielo unos momentos—. Nosotros hacemos gira durante Enero y Febrero que es cuando son las vacaciones de verano y la mayoría tienes sus vacaciones. Además, cada uno tiene su casa o departamento, el único momento en que ocupan las casas rodantes es cuando estamos de giras.
—Eso de andar de gira me parece genial.
Ambos continuaron caminando nuevamente, ya no quedaba nada. De hecho, desde esa esquina se veía la gran carpa.
—Tú puedes hacerlo si te esfuerzas también.
—Me tratas demasiado bien para conocernos recién —Ji Yong sonrió y bajó la cabeza.
—Se supone que seremos amigos, así deben ser los amigos, ¿no?
Ji Yong asintió y entonces ambos entraron al lugar. Caminaron un rato por la carpa y entonces Young Bae lo invitó a subir al escenario. Ji Yong dudó un momento y luego de varios minutos, subió. Realmente estar del otro lado era algo distinto, de pronto sintió que sus piernas fallaban. Ahora que lo pensaba mejor, este no era un circo común y corriente, su escenario era gigante, parecía un teatro, y eso le ponía más nervioso todavía. Su corazón latía con furia. Young Bae sonrió mientras le observaba, metió sus manos a sus bolsillos y dejó que Ji Yong observara todo lo que quisiera. Ji Yong pensó que esto era lo mejor que le sucedía en la vida, hasta su rostro se sentía rojo como tomate del sólo hecho de estar de pie ahí.
—¿Tenemos nuevo payaso? —Una voz grave retumbó en el lugar.
Ji Yong se giró. Las cortinas del fondo del escenario se abrieron dejando ver al rey. Ji pensó que su corazón se salía de su lugar, y se odió mentalmente por eso. Esa era justamente la persona más mal educada y cretina de la vida. ¿Y lo peor? Es que le gustaba, sino, ¿por qué su corazón latía tanto entonces? El chico de cabello negro comía una manzana, los ojos de Ji Yong se perdieron en su boca mientras masticaba. Fue entonces cuando el chico se percató.
—Oh, no es un payaso, es el rostro perfecto —hizo una sonrisa de medio lado que le caracterizaba. Ahora que Ji Yong se daba cuenta, el chico nunca sonreía sinceramente, algo le perturbaba— ¿A qué se debe el honor?
—No seas irónico, Seung —Young Bae se rió.
Ji Yong comenzó a sentirse demasiado nervioso repentinamente. Recordó que la última vez que lo vio el chico estuvo demasiado cerca y le dijo que tenía un lindo rostro. Ahora lo había dicho nuevamente, lo peor es que no le molestaba. Le agradaba que le dijera aso. Ese chico era extraño, bueno, era perfecto. Había que admitirlo. Era muy ególatra, pero lo que más llamaba la atención era sus ojos tan oscuros y con tanta falta de brillo. A Ji Yong se le había una mirada terriblemente triste, aunque su rostro se mantenía inquebrantable.
TOP se percató de la mirada atenta del menor. Pobre niño. No sabía lo que le esperaba. Pero TOP ya había cumplido, él le había dado una advertencia, le dijo que no se enamorara, si él lo cumplía o no, ese ya no era su problema. Él quería ese rostro perfecto diciendo su nombre, más bien, su cuerpo también. Le gustaba, pero eso no requería sentimientos de por medio, por dos razones: la primera, él sólo le estaba mirando físicamente. La segunda, él no sentía amor por nadie. Por nada. Para él el amor era una palabra tan hija de puta como sus padres. Es decir, algo inexistente. Carente de valor. Sonrió lascivo mirando al chico, inmediatamente percató su rostro ruborizarte.
“Pobre chico lindo, has venido a encontrarte con el diablo en su misma casa.”
—Ven, Seung —Young Bae le llamó—. Déjame presentarte a Ji Yong.
—Ya nos conocimos —Seung lo apuntó con el dedo—. No sé si te contó, pero chocó conmigo en plena calle hace unos días. ¡Vaya forma de caer!
—Sí —Ji Yong le miró, venenoso—, su educación dejó mucho que desear.
—Este sí es un buen comienzo, eh —Young Bae se reía, de hecho, parecía muy tranquilo.
—El mejor de todos —Seung Hyun volvió a morder la manzana—. Imagínate que no me pidió disculpas y en vez de eso protegió su cámara. Los niños de hoy.
Seung fingió ser desdichado. Ji Yong sintió que su sangre hervía. Si era necesario amarrar su corazón con llave para que dejara de latir por ese idiota, lo haría. Haría cualquier cosa, menos enamorarse de él. Eso sería lo peor que podría sucederle.
—Já. Lo dice el que pasó por encima de mí y ni si quiera a pararme me ayudó —Ji Yong disparó. Seung Hyun agarró su pecho.
—Heriste mi corazón, cariño.
—Tontos —Young Bae suspiró y sonrió—. Van a tener que empezar a llevarse bien si quieren lograrlo.
—¿Lograr qué? —Seung elevó las cejas mientras mordía nuevamente su manzana.
—Lograr que le enseñes a Ji Yong todo lo que sabes sobre el circo, hasta que pueda hacer una triple invertida mientras cambia de trapecio, en el aire.
—¡¿Q-Qué?! —Ji Yong abrió mucho sus ojos, inmediatamente TOP sonrió— Young Bae, ¿no me enseñarías tú?
—Yo hago acrobacias, pero aquí el experto es Seung, Ji.
—Ah… —Ji Yong quería enterrarse.
Meterse bajo tres metros de tierra y no volver a salir nunca. Cualquier cosa, menos que él le enseñara. Su corazón hacía caso omiso cuando el chico alto le miraba y su personalidad era una mierda, esa combinación era la peor.
—Al parecer eres mi alumno, eh, carita bonita —Ji Yong sintió su cara arder—. Puedes decirme Sunbae.
—¡Tú! —Ji Yong lo apuntó con el dedo índice y entonces Seung elevó sus manos al aire como cuando llegan los policías a atrapar a los ladrones. Era oficial, Ji Yong quería golpearlo.
—Ya, Seung Hyun, no lo hagas enojar —Bae le dio un empujón al mayor.
—Yo lo trato bien, es él el que me rechaza —Seung hizo un puchero que le pareció el más irónico que hubiera visto a Ji Yong—. Heriste mis sentimientos.
—Dudo que los tengas —Ji Yong inmediatamente se arrepintió de su comentario. El mayor se puso demasiado serio y su mirada parecía más oscura—. Aish… es porque me hiciste enojar.
Seung Hyun soltó un suspiró y luego miró a Bae, luego hizo una mueca de conformidad.
—Tienes razón —el mayor se acercó, Ji Yong inmediatamente comenzó a retroceder con su corazón y su pulso a mil por hora. El mayor se acercó tanto hasta quedar frente a frente—. No los tengo. Ninguno en absoluto. Por nada ni nadie. Eres muy observador, chico de porcelana.
Ji Yong no sabía qué era más terrible. El hecho de que sentía que su pobre corazón podía explotar en su pecho o la confesó que acababa de hacer el mayor. Su mirada era tan pesada que supo que todo lo que dijo había sido cierto, no mentía.
—Ah… —Young Bae se interpuso—. Escuchen, al final de la semana quiero que se lleven bien. Seung Hyun, trátalo bien, Ji Yong no le sigas el juego.
—Yo lo cuido, Bae. Tranquilo —el mayor le guiñó un ojo.
El moreno simplemente se echó a reír y miró a Ji Yong. El menor quiso con todas sus fuerzas que Bae se quedara, pero no quería demostrar temor ante el león suelto que tenía delante.
El lugar quedó en silencio. Ji Yong quería desaparecer. Su mente corría por las calles, pero sus pies seguían anclados al suelo y su corazón seguía queriendo salir de su pecho. No quería levantar su vista y mirarlo. Sabía que podía perderse, igual que unos días atrás. Debía decir algo, pero no sabía qué. Ahora estaba en muy mala posición. ¿Por qué justamente él debía enseñarle? Claramente era el mejor en lo que hacía, pero había tantas personas.
—¿Entonces? —Ji Yong mantenía sus ojos pegados a sus zapatos.
—Lo primero es lo primero —Seung Hyun se acercó al menor y se paró frente a él—, mírame y pídeme disculpas.
—¿Q-Qué? —Ji Yong le miró, indignado. Seung Hyun sonrió maldadoso.
—Lo es que escuchas, si quieres que te enseñe, me pides disculpas.
—¿Por qué debería pedírtelas? ¡Tú fuiste el mal educado y presumido en un inicio! —Ji Yong reconocía que se le pasó la mano en algún momento, pero no quería dar su brazo a torcer.
—Bien —Seung Hyun tomó lo que le quedaba de manzana y se giró para irse—. Nos vemos, carita bonita.
Ji Yong lo miró. ¿No se iba en serio, no? Lo observó, él ni siquiera se giró. ¡Maldición! Lo hacía en serio.
—Espera —Seung paró sus pasos—. Vale, tú ganas.
Seung Hyun se giró y le miró fijamente. Ji Yong se golpeó mentalmente. En el futuro nunca, jamás, lo haría enojar de nuevo.
—Lo siento…
—¿Sabes cuál es mi nombre, no?
—Aish… —Ji Yong quería golpearlo, el otro simplemente elevó las cejas— Lo siento, Seung Hyun.
—No te perdono.
Ji Yong sintió su cara arder, entre humillado y avergonzado. Soltó una exclamación. El mayor simplemente caminó campante hasta un basurero y botó la manzana cuando ya no quedaba nada. Ji Yong quería tirarle una roca en la cabeza y noquearlo.
—¡¿Entonces qué quieres que haga?! —Seung Hyun estiró sus brazos, relajándos— Me dijiste que te pidiera disculpas, y lo hice. No voy a arrodillarme y besar tus pies.
—Uhm, me gusta la idea —Ji Yong abrió sus ojos asombrado, no sería capaz, ¿cierto?—, pero no mis pies.
—¿Q-qué?
Ji Yong se quedó paralizado en su lugar. Su corazón amenazaba con salir de su lugar nuevamente y correr hacía el chico delante de él. Sus piernas temblaron y tuvo que tragar saliva porque sentía su garganta oprimida. Seung Hyun se acercó lentamente a él.
La parte racional y sensata de Ji Yong le decía que debía irse, si el mayor le perdonaba o no, no era de su incumbencia. Pero su lado completamente irracional e insensata le llamaba a besarlo. Su inconsciente sí quería besarlo, y esa era la peor parte.
—¿T-te gusto acaso? —Ji Yong instintivamente retrocedió.
—Uhm —el mayor sonrió de lado— Seguro.
Ji Yong le miró asombrado. El mayor sólo le miraba serio. ¿Cómo podía decir tan cosa y estar como si nada? Ji Yong titubeó.
—¿En serio?
—Claro, me gusta tu rostro, me agrada tu cuerpo. De hecho, ahora que lo noto tienes un lindo trasero también. A ver si me das el truco, eh.
—Eres un idiota —Ji Yong quería golpearlo. Nunca, pero nunca, se enamoraría de él, nunca. Y desde ahora trabajaría todos los días para que su fallido corazón no latiera así en su presencia. Sintió su cara ardiendo.
—¿Qué pensabas? —Seung Hyun se aproximó peligrosamente al menor— ¿Qué te diría que fueras mi novio? Ya te dije, Ji Yong. Tienes rostro perfecto y tu cuerpo es demasiado tentador para mí, eh. Tú lo has dicho, yo no tengo sentimientos, de ningún tipo, por nadie.
—Pues no te creas la gran cosa —Ji Yong levantó su rostro y le fijó la mirada—. Te estás creyendo demasiado. Tú no me gustas, ni si quiera un poco, así que bájate de tu nube, el mundo no gira en torno a ti.
Ji Yong se cruzó de brazos. Esperaba que su voz no hubiera temblado.
—Entonces si no te gusto, está bien —el mayor enarcó una ceja y quedó a menos de diez centímetros del rostro de Ji Yong. El menor sintió todos sus órganos pararse y su respiración quedar atorada en su garganta, ¿no lo haría, no?
El mayor le miró, expectante. Ji Yong comenzaba a sentirse idiota. Debía dejar de hacerlo enojar, eso lo ponía en una mala situación.
—¿Qué te pasa?
—Supongo que está bien que me des un beso de disculpas entonces.
—¿Hablas en serio? —Ji Yong quería golpearlo, era un maldito pervertido. Pero lo peor de todo es que su mente decía cosas muy distintas con su cuerpo. Su cuerpo lo estaba esperando, su mente lo quería golpear. Deberían ponerse de acuerdo.
—Claro —Seung Hyun acercó demasiado su rostro, rozó sus narices levemente. Ji Yong abrió sus labios, sintió el aliento frío de Seung Hyun y su aroma a manzana. –Se supone que no te gusto, ¿no? Entonces, pídeme disculpas como se debe.
Ji Yong se debatía mentalmente. ¿En qué momento se metió en todo esto? Miró nuevamente al chico delante de él. Seung alzó una ceja y sonrió de medio lado, victorioso. Claro que el menor no le dejaría ganar así como así.
—Seguro.
Ji Yong se sintió terriblemente nervioso, pero no quiso demostrarlo, menos delante del señor egocéntrico. Así que dejó que su parte súper irracional e incensata se encargara del trabajo.
Sus labios rozaron los del mayor lentamente e inmediatamente Ji Yong sintió que se hacía de gelatina. Toda la electricidad que sintió pasó desde sus labios hasta sus piernas. Su estómago se contrajo y sintió el cosquilleo recorrer todo el lugar. Inconscientemente sus labios se abrieron, a lo que el mayor no dudó en responder y tomar pleno control en un beso más profundo que el inicio. Sus bocas se movieron en un ritmo demasiado lento, tanto así que Ji Yong estaba en una especia de agonía. Sus labios le estaban quemando. Seung Hyun ladeó su rostro para profundizar una vez más el beso.
Como si Seung Hyun se hubiera dado cuenta, rodeó la cintura de Ji Yong con una de sus manos y lo apretó fuertemente, casi levantándolo del suelo. Ji Yong por instinto fijó su mano en el cuello del mayor. Esto era más de lo que su cuerpo y mente podían soportar. ¡Se lo estaba comiendo! ¿Y lo peor? ¡Le estaba gustando demasiado!
Ji Yong sintió la lengua de Seung en su boca, no quería, por más que estaba intentando inútilmente que ese beso no le gustara, le estaba matando. Y todo lo que pudo hacer fue llevar su lengua a la de él y hacer contacto. Ji Yong sintió que volaba en las nubes, que pasaba de una a otra, que era más ligero que una pluma. Ji Yong se había ido, estaba perdido y fundido en Seung Hyun.
La respiración se hizo falta y se separaron lentamente, no queriendo dejar el contacto. Sus labios aún se rozaban, con miedo a perder la suavidad del otro. Sus respiraciones fueron muy agitadas. Ji Yong abrió sus ojos lentamente, cuando su mirada cruzó con Seung Hyun su corazón comenzó a bombearle más sangre de la que creía necesaria, sentía su pecho latiendo tanto que rompió el contacto con miedo a que el mayor se diera cuenta de su estado. Cubrió su boca con su mano y miró al suelo.
—Así que sí sabes besar, eh —el mayor sonrió de lado. Ji Yong sentía su cara caliente y posiblemente roja. Lo miró, él otro simplemente le guiñó un ojo—. Te voy a enseñar todo, con una condición.
Ji Yong sabía que nada viniendo de él podía ser bueno, excepto sus besos. Esos sí que eran de otro mundo.
—¿Cuál?
—Que me beses cada vez que vengas a aprender —Ji Yong sintió su cabeza hervir y sin pensarlo dos veces le dio una cachetada a Seung Hyun. Este le miró como si estuviera herido y se tocó su rostro—. No sabía que el chico lindo fuera una fierecilla.
—¡Imbécil!
Ji Yong se dio la vuelta y comenzó a caminar con dirección a la salida del circo.
Estaba perdido. Le gustaba TOP. Pero por nada en el mundo se enamoraría de él y menos volvería a caer en su peligrosa trampa. Si volvía a caer seguramente sería presa fácil. La peor parte de todo es que Ji Yong lo había disfrutado y había quedado con ganas de más. Si ese chico no fuera tan cretino, quizás a Ji Yong le molestaría menos la idea de besarlo cada vez que viniera de nuevo. Pero no. Era un completo idiota, y tenía terminalmente prohibido enamorar de él.