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Mi ángel guardian por HirokiChan

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Notas del capitulo:

Hola y perdón por tan larga espera de la actualización, es que estoy algo indispuesto por un malestar que me viene aquejando desde hace ya varios días (más no les puedo revelar de que se trata, n___n), no es nada grave pero me desconcentra por completo y me impide seguir escribiendo, o más específicamente me impide ver la pantalla del monitor porque me provoca dolor y mareos, pero ya se me esté pasando, no me he curado del todo pero el malestar ya es menos.

Bueno, basta ya de hablar de mí y hablemos mejor del capítulo, en esta ocasión no se aleja mucho del anterior, pero presenta un par de situaciones y pensamientos que he querido relatar, pero mejor los dejo leyendo.

Dejando a un lado mis cuestionamientos sobre el sueño y qué me depara este día mejor me presento, soy Arturo Quintanilla, tengo 17 años, mido 1:70, de pelo castaño, ojos café claro, tez blanca y, no es por presumir pero estoy algo acuerpado para mi edad, me gusta mucho leer, practicar box y jugar video-juegos, preferentemente de terror, acción y RPG de aventura, aunque es curioso, soy muy bueno luchando en el box pero soy pésimo es juegos de luchas, aunque prefiero eso a ser malo en el box real, más o menos así soy.

De vuelta a la realidad, me levante de mi cama y me encamine en dirección al baño para darme una buena ducha, esta sensación de calor y sudor por todo mi cuerpo era algo que me disgustaba por completo, el sentirme sudar excesivamente era algo que solo aguantaba cuando hacia ejercicio en el pequeño gimnasio que tenemos en nuestra casa, caminadoras, bicicletas, pesas, costales de box y de más aparatos cuyo nombre me es completamente ajeno, se cual es su funcionamiento, los músculos que ejercitan y el cómo operarlas para agregarles peso, resistencia y demás funciones que tienen, más no se me pega su nombre para nada.

Durante mis ratos libres (es decir la mayor parte del día) me ejercito en este lugar, me siento bien al hacerlo dejando a un lado el tema del sudor, claro está, el entrenar y hacerme cada vez más fuerte con el paso del tiempo me gusta mucho, el llevarme al límite cada día y ver hasta qué punto logro llegar es algo que me asombra, que me reconforta, que me llena de alegría, más también me deja vacío y triste por no tener a nadie a quien enseñarle de lo que soy capaz de hacer, si bien mi madre es la única que se interesa por mí, ella casi siempre se encuentra ocupada con esos asuntos de la empresa de mi padre, muy de vez en cuando puedo mostrarle mis habilidades en combate, a lo que ella me aplaude y se siente total y completamente orgullosa de mí, de su pequeño que poco a poco crece y se va convirtiendo en todo un hombre, eso me da ánimos para seguir fortaleciéndome, para llevarme al límite cada día, pero, no sé, quisiera que alguien más pudiera admirarme, pudiera felicitarme después de mis entrenamientos y que pudiera reconfortarme con sus palabras de aliento cada día, quisiera entrenar junto a alguien que compartiera el mismo gusto por el ejercicio que yo, quisiera que alguien midiera mis habilidades por sí mismo, ejercitarnos juntos, correr y andar en bicicleta juntos y boxear juntos, esa es una de las cosas que más anhelo que sucedan, el hacer aquello que más te gusta, que te llena de felicidad, que te hace sentir vivo junto a aquella persona especial en tu vida es una de las cosas que más me motivan a seguir adelante para verla cumplida, es aquello por lo que soporto cada día de mi vida los maltratos de mi padre, la indiferencia y humillación de toda la escuela y las constantes y cada vez mas fuertes voces en mi cabeza que me incitan al suicidio, a terminar con mi vida de la forma más patética, miserable y cobarde posible a mi punto de vista, es una manera en la que mis problemas se terminarían pero por un precio alto, demasiado en mi opinión, ese precio sería es último y el más caro que todo individuo pagaría si aceptara esta salida, esta “solución” a sus problemas, este último “recurso” del cual valerse para ya no seguir sufriendo.

Esas personas que aceptan pagar aquel precio me enojan, me enfurecen a sobremanera, ¿es que acaso no lograron comprender que su vida valía mucho?, ¿Qué ningún problema es tan grande como para no ser resuelto meditando sobre ello?, que solo la muerte natural es aquello que no tiene solución, es la única cosa en la tierra que es completamente inevitable, se puede posponer un largo tiempo si tenemos oportunidad de hacerlo pero que al final del camino ella simplemente nos espera pacientemente a que lleguemos, en esos casos no se puede hacer ya nada, no podemos evitar lo inevitable, cosa muy diferente a adelantarle el trabajo y hacerlo por nosotros mismos, eso es detestable, si se puede luchar debemos seguir luchando, si tiene solución, por más lejana, difícil y casi imposible de lograr, si existe una oportunidad de éxito debemos aferrarnos a ella, si se logro superar que bueno, si no, nuestro esfuerzo no fue en vano, sirve para darnos cuenta de la voluntad que tenemos cada uno de nosotros para alcanzar el triunfo y la solución verdadera a nuestros problemas, cada fallo, cada error que cometamos al querer alcanzar algo nos muestra que algo estábamos haciendo mal y que debemos corregirlo al siguiente intento, pero que no debemos desistir de intentar alcanzar nuestro objetivo, al contrario, debemos empeñarnos todavía más en alcanzarlos tratando de no cometer los errores que tuvimos en intentos pasados, eso es lo que todos en este mundo deberíamos hacer realmente cuando se nos presenta un problema, no dejarnos llevar por que aquella salida parece más fácil, que es más fácil evadir los problemas que enfrentarlos, eso no debe de ser así, debemos luchar en la vida para seguir viviéndola porque no tendremos otra oportunidad de vivirla, esta es la única que se nos ha otorgado y debemos aprovecharla al máximo, disfrutando cada día como si fuera el último.

Al menos ese es el pensamiento que tengo acerca de ello, pero, ¡Dios mío!, ¿Cuánto tiempo llevo aquí parado reflexionando?, debo meterme a la ducha ya o si no mi padre me reprenderá por llegar tarde al desayuno, y para ser sincero, no creo aguantar otra reprimenda de su parte a tan poco tiempo de la última.

Así sin más entre al baño, me quite mi playera y justo antes de quitarme el short con el que duermo (porque yo duermo con short y playera de manga larga), me quede un momento visualizándome en el gran espejo que tengo en mi cuarto de baño justo al lado del lavabo, y he de decir que no estoy nada mal, mis pectorales, aunque algo chicos a mi parecer si los comparados con algunos chicos que he visto en las duchas, están muy bien definidos, no tan voluminosos pero sí bien marcados, mis pezones chicos y demasiado sensibles he de resaltar, mi cuello que no será grande pero también está definido, ese par de músculos en línea, paralelos entre sí, me hacen sentir, no sé, ¿sexi?, Hm, bueno, a mi criterio lo hacen, mis brazos que, no serán grandes ni  muy marcados pero eso es lo que me gusta de ellos, que mantienen una forma bastante definida y poco irregular, esos brazos a los cuales se les nota y sobresalta cada músculo por todos lados, que puedo decir, no me gusta lo irregular de su forma, no sé si me explico, no me gustan de esa forma y punto, luego sigue mi abdomen, la segunda parte de la que más orgullo siento, es pequeño, compacto pero eso no le quita lo marcado, esos cuadritos por los que la gran mayoría de chicos ruegan yo los tengo ya, todo gracias a mis largas sesiones en el box, los movimientos de cadera que realizo para esquivar los golpes adversarios son lo que me ha marcado a sobremanera, por dios, mis cuadros son perfectos, lástima que se pierden entre todo mi uniforme escolar que a diario debo ponerme, bajando un poco más, comencé a llegar hasta donde mi short custodia el resto de mi cuerpo, por lo cual decidí irlo bajando poco a poco, disfrutando de cada centímetro de mi cintura que conectaba el abdomen con las piernas, deleitándome con mi propia figura posada sobre aquel enorme espejo que se encontraba de pié frente a mí, mis dedos bajaban lenta y sutilmente sobre mi superficie que se estremecía al roce con estos, cuando llegue a un punto que me hacía dudar, ¿cómo empezó esto?, ¿Por qué no me detuve?, ¿realmente quiero seguir?, bueno, algo abultado que segundo a segundo se le agotaba el ya de por sí poco espacio del que disponía me hacia caer en cuenta de que realmente quería continuar, y así sin más termine por bajar mi short hasta la rodilla para acto seguido caer por el resto de mis piernas hasta terminar tocando el suelo, y al levantar mi vista a donde estaba hasta hace apenas unos segundos me sobresalté, estaba justo ay, frente a mí, el reflejo de mi pene erecto, grande y con liquido pre seminal recubriendo toda su cabeza, palpitando cada vez más rápido al ritmo que mi corazón también se aceleraba, ¿Qué es esto?, ¿me excite con tan solo contemplar mi cuerpo al espejo?, ¿o acaso fue porque simule que mi reflejo era otra persona?

Esos eran mis pensamientos que fugaces pasaban por mi mente mientras, poco a poco iba concentrándome en aquello que parecía que pedía a gritos mi atención, a lo cual accedí, mi mano poco a poco fue subiendo por el tronco, frotando suavemente y en movimientos circulares mientras ascendía poco a poco hasta que alcanzo la cabeza, la cual estaba completamente recubierta de liquido pre seminal, me dispuse a tocarlo con 2 dedos y, acto seguido, me los lleve a la boca para saborear mi propio fluido, aquello fue raro y excitante al mismo tiempo, probar aquel liquido que mi pene emanaba cada vez con más rapidez a medida que era masturbado por mi mano derecha, aquello me era sumamente placentero, el llevar mi mano desde la base del tronco hasta la punta chorreante de mi pene de mis orgullosos 20 centímetros me estremecía y provocaba pequeños jadeos, los cuales eran suprimidos casi en su totalidad por miedo a que alguien se diera cuenta de lo que en esos momentos estaba ocurriendo en aquel baño, frente a ese espejo, testigo de mi excitación y bajos placeres, mis movimientos se volvían cada vez más y más acelerados, ya lo sabía, estaba a punto de terminar pero, de nuevo la curiosidad invadió todo mi ser y comencé a deslizar mi mano izquierda por mi cadera, pasando por mis glúteos hasta que llego en el punto medio de estos y, más temprano que tarde, se deslizo entre estos y se introdujo un poco y de golpe en mi ano, causando que todo mi cuerpo se estremeciera, ahogando un gemido de placer incalculable, acelerando al máximo mi masturbación, introduje por completo mi dedo medio en mi ano y acto seguido tuve el más grande orgasmo de mi vida, chorros y chorros de semen se dispararon en dirección al espejo, fueron tantos que lo recubrieron en gran parte, escurriéndose de éste para terminar tocando el suelo, mientras yo, agitado y satisfecho tome una cantidad considerable de este con mis dedos y lo lleve a mi boca, su sabor, su textura, era algo que me agradaba por completo, aún más si imaginaba que era de alguien más, no sé, aquello me excitaba más, pero ya no era tiempo, debía meterme a la ducha de inmediato  o si no mi padre me reprendería al bajar.

Satisfecho y aliviado por lo ya acontecido hace apenas unos instantes me dispuse a abrir la llave de la regadera para comenzar a templar el agua, un poco más caliente que fría pero no demasiado, soy algo quisquilloso a la hora de bañarme si me lo preguntan.

Cuando el agua estuvo en su punto me dispuse a entrar, mi piel se erizo al contacto, cosa que siempre me resultaba extraña, ¿Qué acaso eso no solo sucedía con agua fría?, porque desde siempre fue así, en ocasiones aumentaba gradualmente la temperatura solo para averiguar hasta que punto mi cuerpo resistía e agua caliente y, debo reconocer que soporto muy bien el agua casi hirviendo, puesto que llegue al punto de casi cerrar por completo el agua fría y quedarme alrededor de 5 minutos con agua muy caliente para bañarme, proseguí a lavarme la cabeza, enjabonar y enjuagar el resto de mi cuerpo y hasta lavarme los dientes y nada ocurrió, ni quemaduras, enrojecimiento en mi piel al concluir ni ningún otro malestar por la exposición prolongada a agua a punto de hervir, al contrario, incluso me sentí mucho mejor y más revitalizado al concluir con mi baño, el resto del día tuve tantas energías que casi no tenía necesidad de descansar en mis entrenamientos, que por cierto estuvieron notablemente más intensos durante aquél día por decisión mía, aquello fue algo que no pude explicarme, ¿no se supone que debería salir mareado o desorientado al estar en contacto con agua así de caliente por un tiempo tan prolongado?, ¿no debí sufrir de quemaduras leves en toda la piel que estuvo en mayor contacto con aquella agua casi en ebullición?

Bueno, creo que eso es algo que ni yo me puedo explicar por tantas vueltas que le dé, al fin y al cabo, tal vez solo sea que soy un poco más resistente al calor como otras personas son más resistentes al frío, ¿no?

Dejando a un lado el tema, estaba a punto de terminar con mi refrescante baño el cual quise aumentar su temperatura al máximo, cerrando toda el agua fría y dejando paso libre a la caliente, y he de decir que aquella agua sí que estaba hirviendo, sin mentir, el vapor que emanaba tan pronto salía de la regadera era algo descomunal, sumamente cegador por lo denso y caliente que resultaría para otra persona, pero no para mí, aquello, más que incomodarme, me reconfortaba, mi piel, mis músculos, mi cuerpo en su totalidad experimentaba un placer como ningún otro en aquellos instantes, algo que quemaría severamente al instante, que haría retorcer de dolor hasta al más fuerte, me era total y completamente satisfactorio, el placer único que disfrutaba en aquél instante se vio interrumpido por que dicha agua tan magnífica se agoto, bajando su temperatura gradualmente, hasta el punto de tornarse totalmente fría, aquello corto toda mi concentración y me obligo a concluir con mi baño.

Después de aquello era hora alistarme para bajar a desayunar y asistir al colegio, cogí una toalla que deje en el perchero junto a la regadera, seque todo mi cuerpo, me la enrede en la cintura y procedí a salir.

El viento que se colaba por mi ventana me llego de golpe tan pronto abrí la puerta del baño, aquello estremeció todo mi ser, apresurándolo a cerrar aquella ventana, el viento fuerte es algo que me disgusta, no lo soporto, me enoja y, en cierto modo, le tengo miedo, no sé por qué, no tengo ni la más mínima idea de cuándo comenzó mi terror por las ráfagas fuertes de viento, me paralizan, me desorientan, me producen frustración por no poder hacer nada ante ellas, es algo que no me puedo explicar.

Dejando el tema de lado, me dispuse a vestirme, comenzando por mi calzón tipo bóxer, seguido de mi playera de tirantes, la camisa blanca con el estampado oficial de la escuela, el chaleco azul marino con un estampado igual al de la camisa, el pantalón de mezclilla negro obligatorio por la institución, y por último pero no menos importante el calzado negro, todo haciendo un conjunto de lo más formal y elegante para asistir a clases.

Una vez concluido mi alistamiento procedí a bajar, pero justo antes de abrir la puerta:

-Amo Arturo, ya es hora de levantarse y bajar al comedor a desayunar-

-En seguida bajo, gracias-

Esperé un par de segundos por una respuesta por parte del mayordomo, un “Claro señor, con permiso”, o un simple “Ok” para variar, alguna contestación, por más vaga que fuera, pero no, fui completamente ignorado, igual que cada vez que les contesto a los mayordomos de buena forma, “muchas gracias”, “No te hubieras molestado”, o mi típico “Gracias, que amable”

Hm, en fin, ser tomado en cuenta de vez en cuando no me caería mal, ¿es que acaso s mucho pedir un poco de amabilidad?, no me contestan ya ni porque son empleados, una falsa contestación sin ganas ni ánimo me bastarían, pero ni eso.

A mi padre sí que le contestan con mucha amabilidad, lo cual es algo raro, ¿no se supone que también deberían responderme igual?, sospecho que esto vendría a ser obra de mi padre, algo así como una restricción que le puso a los mayordomos, puesto que ni a mi madre le contestan con amabilidad, eso me disgusta demasiado, ¿no le basta con hacer nuestra existencia miserable con sus modos y actos hacia nosotros qué hasta a los demás les ordena ser de igual modo?

Ya no quiero pensar más en esto, por que cuando lo hago puedo llegar a conclusiones que me amargan el día, y eso era algo que no podía permitirme hoy, puesto que desperté animado y decidido a averiguar si mi sueño puede influir en mi día para bien, o al menos eso espero.

Volviendo a la realidad, el hecho de que el mayordomo me hablara solo significaba que ya era algo tarde y que si no me apresuraba corría el riesgo de enfurecer a mi padre, con el simple hecho de no verme en el comedor antes de que él llegase a éste, es ridículo, ¿Por qué querría estar presentable ante alguien que dé antemano odio y desprecio por completo?, pero he de admitir que no puedo darme el lujo de simplemente ignorar el desayuno, pasar de largo por el comedor hasta la puerta principal y salir así sin más para emprender el camino hacia la escuela, puesto que eso solo sacaría de sus cabales a mi padre, lo haría gritar y sobre-exaltarse y finalmente darme una descomunal golpiza que seguramente me llevaría otra vez al hospital, y eso es algo que no quiero y que pienso evitar a toda costa, puesto que también me preocupa mi madre ya que, a pesar que nunca le levanta la mano a ella, la reprende horriblemente de forma verbal, cosa que la pone a llorar, ¿por qué?, ¿no se supone que todo lo que le dijera debería importarle poco?, ¿ella sentirá algo por él?, ¿él habrá sido diferente antes con ella?

Bueno, mejor dejo de pensar en esto y bajo a desayunar, pero algo ronda mi cabeza, ¿Cómo son las mañanas de las demás personas?, ¿Qué se siente que te den los buenos días de verdad y no falsamente?, ¿Cómo se ve una verdadera familia desayunando junta?, bueno, eso quizá logre descubrirlo algún día si no me rindo y logro encontrar a esa persona especial para mí.

Pienso y más pienso en como se ve una familia unida, alegre, dándome cada vez más y más envidia por la felicidad ajena.

Notas finales:

Bueno, que decir, esa situación me salió de repente, no estaba planeada y por su duración retraso un poco el avance de la trama, pero tampoco es que me queje de cómo quedo, esto es una de las cosas que más me emociona hacer y tuve que hacerla así sin más, ya me moría de ganas por escribirla y pienso incluir más situaciones similares más a menudo puesto que el verdadero clímax romántico tardará un poco en llegar, sin más me despido y gracias por tomarse el tiempo de leer, n___n


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