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¡Ya no quiero ser virgen! por Iori Yagami CCH

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¡Ya no quiero ser virgen!

Capítulo 1: Seductor (prologo)

 

Caminaba con sutileza, irradiando belleza, coquetería, dulzura y un toque de picardía, su largo cabello rubio se mecía de un lado a otro, la gente que le miraba, chicas e inclusive algunos chicos le seguían con la mirada hasta perderlo, y ¿cómo no hacerlo? si Hazuki Nagisa era increíblemente hermoso.  Y él, él lo sabía a la perfección, por ello solía lucir adorable y tierno, pues eso atraía hasta al más serio y temible ser.

Ahora mismo se dirigía a la preparatoria Iwatobi, era su primer año, y justo ahora iba a un día más de clases, entonces mientras iba por el camino se encontró a dos de sus amigos de infancia saliendo de un edificio, su rostro se iluminó por completo y decidió llamar su atención con un grito:

-¡Haru-chan, Mako-chan!-.

Ambos voltearon al escuchar la voz del menor, Haruka se quedó inmutable, sin embargo Makoto se puso demasiado nervioso, Nagisa al ver la cara de Makoto se sorprendió ¿qué era lo que lo ponía tan nervioso?

Giró su rostro buscando algo que le diera razones, alzó su mirada y miró el letrero del edificio de donde vio salir a sus amigos, sonrió pícaro y miró a un inmutable Haruka y a un manojo de nervios llamado Makoto.

-Así que, ambos decidieron relajarse y refrescarse antes de clases, ¿verdad?-.

El rostro de Makoto se enrojeció cada vez más y Haruka ladeó el rostro sin expresión alguna.

-Sí-.

Makoto se sonrojó aún más y reclamó a Haru su falta de importancia al asunto, Nagisa soltó una suave risita y los tres comenzaron a caminar hacia la preparatoria.

Durante el camino, a pesar de que un nada silencioso Nagisa reía y jugaba, también jugaba un debate dentro de su cabeza.

Hace poco se había enterado que Haruka y Makoto estaban saliendo, y no solo eso, sino que ya también tenían sexo, y debajo de ellos seguía una innumerable lista de compañeros, conocidos y amigos que ya habían sido desvirgados. Esto lo hacía sentir mal, porque él también quería ser desvirgado; pero no, él no podía hablar de experiencias sexuales pues se encontraba más virgen que una monja, y eso a la larga le había empezado a molestar. Podía pedirle a cualquiera de sus conocidos y amigos que tuvieran sexo con él, pero, ¿y si se burlaban? Realmente no quería recibir una burla por seguir siendo virgen, por ello, debía buscar a alguien que fuera virgen igual que él, y así no habría burlas pues ambos estarían igual, aunque ahora que lo pensaba bien… ¿habría alguien virgen y de confianza aún?

Así pasó el resto del camino, con aquello en su cabeza, y durante las horas de clase siguió pensando en el candidato perfecto.

Dio un suspiró y susurró un “me rindo” y se recargó en la butaca hasta que una voz llamó su atención. “No quiero ser descortés, pero las cosas de amor no me interesan, y no creo que lo hagan nunca.” Aquello hizo levantar la vista al rubio y miró a uno de sus compañeros dejar atrás a una chica triste. Entonces ¿ese chico no estaba interesado en el amor? Eso significaba que no había tenido novia, y eso también significaba una cosa: ¡era virgen!

Sabía su nombre porque era uno de los más destacados de la clase, y pronto sería nada más y nada menos que su pareja o al menos, su primera vez, sonrió pícaro y después se levantó de su asiento para seguirle.

-¡Ryugazaki-kun!-. Le habló el rubio, y el de cabellos azules se detuvo para poder encararle, el rubio sonrió y después tratando de encontrar un motivo para poder hablarle dijo:

-Mis amigos y yo pensamos en abrir un club de natación y sé que te gustaría unirte…-

Pero el de gafas le detuvo diciendo “Lo siento, ya me uní al club de atletismo”.

El rubio hizo un mohín y después miró al más alto alejarse. Al parecer, tenía que buscar una oportunidad mejor, seguiría insistiendo con lo del club o al menos para tener una razón suficiente para explicar el porqué de su insistencia.

Así que estuvo acechándole durante largo rato, pero nunca encontraba el momento adecuado para encararle, o al menos eso pensó hasta que vio que Ryugazaki entraba a la biblioteca, sonrió para sus adentros y le siguió más de cerca, entonces lo supo, supo que Ryugazaki era un amante de libros difíciles, sonrió y se volvió del otro lado del estante en donde Ryugazaki hojeaba un libro.

-Ryugazaki-kun…- susurró y el aludido alzó la mirada al escucharle, Nagisa sonrió pícaro  al notar que había logrado llamar la atención del de cabellos azules.

-No puedo alcanzar ese libro… ¿me ayudas?-.

El de gafas caminó al estante de donde le habían llamado y miró al rubio estirándose para poder alcanzar un libro, Ryugazaki se acomodó las gafas y asintió acercándose al rubio y estirándose un poco para  tomar el libro que demandaba el de ojos magenta.

-Ryugazaki-kun, ¿es verdad que eres uno de los chicos más brillantes del salón, verdad?-.

El de cabellos azules le entregó el libro y esperó a que el rubio decidiera terminar aquel dialogo.

-¿Sabes? Me gustaría que me ayudarás en biología ¿sabes? soy pésimo y no entiendo muchas cosas…-

El de gafas enarcó una ceja y después asintió sin más remedio, Nagisa de inmediato sonrió con picardía y se aproximó al de gafas, el cual retrocedió hasta que quedó en contra del estante de libros, el rubio sin perder tiempo acarició el pecho del más alto con su dedo índice y sonrió con diversión.

-La parte de la biología que más me resulta difícil, es cuando relacionan eso con la anatomía… ¿podrías explicarme? Me he dado cuenta que no entiendo hasta no haber practicado o experimentado.-

Todos los colores del mundo se le vinieron al rostro a Rei Ryugazaki, ¿era una insinuación? Sí, eso era….

 

Continuará….


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