Cap 2: En la actualidad
Abrió sus ojos lentamente, la luz todavía no se filtraba por completo por la ventana de su cuarto pero sabia que era la hora en que debía levantarse. Se movió un poco y sintió algo pesado a su costado –Hinata- pensó mientras se daba cuenta que era un brazo de su esposa que lo rodeaba por arriba. No era que su esposa fuera una bruja, ni fea, era simplemente que no sentía eso que hace a las parejas ser cariñosas, aunque a él jamás le habían gustado las cursilerías, ni siquiera sentido lo que llaman “amor”. Toda su vida había sido como si no tuviera nada dentro.
Tomo lentamente el brazo sobre él y se deslizo suavemente fuera de su alcance. Ya sentado en la orilla de la cama se estiro un poco, vio el reloj sobre su mesita de noche 6:15 am. Tenía 45 minutos para cambiarse e irse a la oficina, así que se levanto y comenzó a caminar a su armario.
–Hoy tampoco desayunaras conmigo- le dijo una voz a su espalda.
-Ah, lo siento pero tengo un día muy largo y debo revisar muchas cosas- decía mientras buscaba entre sus cajones un bóxer –Le diré a Ino que me busque algo de comer- vio a su esposa e intento darle su mejor sonrisa, pero esas no se le daban muy bien. Tomo su toalla y se dirigió al baño.
La realidad era que no quería desayunar con ella. Desde hace un tiempo que sus platicas eran monótonas y no le daban interés alguno. Si no fuera porque tenia todavía asuntos pendientes con su suegro, se habría divorciado de ella hace mucho, en parte por no seguirle haciendo daño, era lo mínimo que podía hacer por ella.
Se quitó el pantalón del pijama y el bóxer. Se paró frente el espejo sobre el lavabo y vio a la persona frente a él, ni siquiera el mismo se transmitía ninguna emoción, aquellos ojos azules estaban completamente vacíos. Vio en su pecho algo que llamo su atención, siempre había tenido una marca de nacimiento, la vio con detenimiento y podría haber jurado que había cambiado de forma un poco, pero pensó que eran locuras de una persona estresada así que dio un suspiro y golpeo sus mejillas, tenía que despertar ya que tenía un día muy largo por delante, en eso no le había mentido a Hinata.
Salió del baño y seco su cuerpo, coloco la toalla alrededor de su cuello y se puso los bóxer de color negro que había traído con él. Se vio nuevamente en el espejo –Hoy tienes que cerrar ese negocio, tu eres el gran Artur Midair y nadie te niega nada- los únicos momentos donde sus pupilas se veían con vida era cuando se proponía algo.
Al regresar a su cuarto Hinata ya no estaba, probablemente había bajado a tomar el desayuno. Se dirigió a su ropero y tomo lo que se pondría, luego de unos minutos estaba listo. Arreglaba los puños de su camisa dentro del saco mientras salía del cuarto y se dirigía a las escaleras. Había escogido un traje con saco de color negro mientras que su chaleco interno y corbata eran de color café un poco claro con la diferencia que la corbata tenia textura de rayas de un café más oscuro, este color le quedaba perfecto con su cabello rubio. El detalle final lo puso con un pañuelo siempre en tono café dentro del abolsa del saco. El contraste de todo aquel espectáculo eran sus ojos azul cielo.
-Bien Hinata, espero tengas un día productivo- dijo al llegar a la cocina y verla en el comedor tomando un vaso de jugo de naranja –Nos veremos en la noche- dijo acercándose y depositando un beso sobre su frente.
-Espero tú también tengas buen día amor- dijo viéndolo salir sin siquiera verla nuevamente, ya estaba acostumbrada a que su esposo no fuera muy cariñoso con ella.
Artur salió y se subió a su Mustang, se colocó unos lentes negros y encendió el motor haciéndolo rugir, le encantaba ese sonido, piso el acelerador. Puso el aire acondicionado y encendió la radio.
When it’s cold outside / Cuando esta frio afuera
Am I here in vain? / ¿Estoy aqui en vano?
Hold on the night / Espera la noche
There will be no shame / Y no Habra vergüenza
Aquellas palabras habían llamado su atención, era primera vez que la escuchaba -¿Estoy aquí en vano?- eso lo había puesto un poco ansioso, puso su playlist y comenzó a sonar Down with the sickness de Disturbed, si, justo lo que necesitaba. Presiono más el acelerador haciendo rugir el motor, llamando la atención de los que caminaban a su alrededor.
Si no fuera por un semáforo en rojo hubiera hecho una sola carrera, era temprano así que no habían muchos autos. El rugir de un motor llamo su atención mientras esperaba el verde, tras él un Honda NXS color blanco aceleraba adrede, había mucho espacio para que pudiera pasar a su lado si tanto era la necesidad de aquella persona de pasar, pero nada, simplemente aceleraba poniéndolo un poco precavido ya que hoy en día no se sabía con qué loco se podía encontrar.
El semáforo cambio a verde y Artur acelero nuevamente. De vez en cuando veía por su retrovisor y el NXS parecía llevar su misma ruta, raro dado que era primera vez que veía ese tipo de auto cruzarse en su mismo horario. Faltaban unas cuadras para llegar y el rubio vio su velocímetro, iba a 65 kl, ni siquiera el sabia en que momento había acelerado tanto y ese molesto auto blanco no se quitaba de su trasero. Cuando presiono nuevamente el acelerador el NXS lo hizo también pero esta vez se hizo hacia su izquierda para colocarse a su lado –Así que quieres competir idiota- dijo mientras aceleraba aún más. Vio a su lado y el Honda comenzaba a bajar la ventanilla un poco y por ella salía un arma.
Gracias a sus reflejos pudo hacer su cuerpo hacia atrás y la bala solo atravesó el vidrio, cruzo en la primera calle que pudo y el Honda siguió de largo. Su corazón latía a mil por hora, por su forma de hacer negocios se había ganado muchos enemigos o simplemente viejos envidiosos que no aceptaban su éxito a tan corta edad. Incluso ya habían pasado varios meses sin intentar matarlo, pero esta vez habían sido un poco más profesionales.
Cuando llego a la seguridad de su edificio, comenzó a relajarse un poco, saco su celular e hizo una llamada.
-Sí, Jiraiya- espero unos segundos hasta escuchar la voz que quería y continuo -Paso nuevamente.
-¿Donde?- Su voz sonó preocupada por aquella noticia - ¿Estás bien?
-Si descuida, logre perderlos, pero necesito una nueva ventana- dijo viendo con un poco de dolor a su querido Mustang.
-Ok, déjamelo a mí.
Al llegar al piso gerencial ya lo estaba esperando Ino con los documentos que le había solicitado el día anterior y una lista con las citas que tenía pendientes para ese día. Llego a su oficina y le pidió a Ino que no le pasara llamadas, fue hacia su computadora y lo primero que reviso fue su correo, quería ver la respuesta de KA Motors.
De: KA Motors
Enviado: Jueves 2 de abril de 2015
Para: Midairlanes
Señor Midair
Le saludo cordialmente
Agradezco su inmenso interés en mis motores. Pero por el momento no podría suministrarle la cantidad de motores que desea y menos en el tiempo que me los solicita. Mi empresa a diferencia de la suya valora la calidad humana y prefiero hacer negocios a mi propio ritmo. Así que tengo que declinar de su oferta.
Espero sinceramente que sus negocios tengan muchos éxitos y tal vez en un futuro si logro expandir mi compañía y tenga más personal, podamos hacer negocios juntos.
Tenga un lindo día
Ka Sukasa
-Este tipo que se ha creído- dijo golpeando con el puño la superficie del escritorio –A mí nadie me dice que no y menos un japonesito.
En ese momento su celular sonó.
-Midair- dijo todavía con coraje.
-Ya arregle el problema de la ventana.
-Perfecto, eres de las pocas persona en la que puedo confiar Jiraiya- dijo un poco más calmado –Ahora tenemos otro problema.
-¿Otro atentado contra ti?- dijo preocupado.
-No, el tipo Sukasa no quiere hacer negocios conmigo, acaba de mandarme un correo diciéndome que rechaza mi oferta.
-No podemos darnos ese lujo Artur, tienes que hacer que nos venda sus motores.
-Sí, lo tengo muy claro Jiraiya.
-Entonces ya sabes que es lo que tienes que hacer- le dijo con voz firme.
-Prepara nuestro avión privado, mañana viajaremos a Japón.
Termino la llamada y coloco su celular a un lado. Cerró la ventana de su correo y comenzó a revisar la correspondencia que Ino le había dado. Como siempre eran cartas aduladoras e hipócritas de sus competidores o personas que querían hacer negocios con él. Uno que otro bono de regalo para las mejores tiendas de Texas. Un sobre llamo su atención. No tenía remitente, solamente tenía las iniciales NU. Abrió el sobre y no contenía mucho, solo una tarjeta negra con un símbolo en color naranja.
Era un símbolo lineal que simulaba una espiral, jamás la había visto –Probablemente sea algún tipo de invitación a un bar de lujo- pensó no encontrando otra explicación. La guardo en medio de su agenda y siguió revisando sus documentos.
Mientras tanto al otro lado…
-¡NO PUEDO CREERLO!- gritaba una pelirosa furiosa.
-Ya te había dicho que no haría negocios con ellos Sakura- decía un tranquilo azabache trabajando en su laptop.
-Sukasa, ya te había dicho que ese negocio era muy importante y tenías que aceptarlo- otro azabache de mayor edad se sumaba a los regaños.
-Ya sé que eres mi concejero Orochimaru, pero cuando algo va en contra de mis principios, tengo que negarme, lo siento.
-¡AH! Eres imposible cuando te pones así, me voy a la casa. Te dejare la cena sobre la mesa- dijo Sakura para luego salir azotando la puerta.
-Tu no vayas a comenzar Orochimaru- advirtió al saber cómo se ponía –Hablamos mañana, esta noche prefiero quedarme trabajando.
-¿Todavía no resuelves tus problemas con Sakura?- dijo preocupado el mayor.
-No quiero lastimarla tío-
-La lastimas más estando con ella- comento el otro pelinegro, era su concejero pero también parte de su familia y verlo así le daba mucha nostalgia.
-Lo sé, gracias por tus consejos.
Orochimaru salió de la oficina de su sobrino con un sentimiento de impotencia, pero nada tenía que ver con el negocio. Verlo así de deprimido siempre le daba mucha tristeza, el de entre todas las personas ya había sufrido lo suficiente. Su celular comenzó a sonar, vio la pantalla y sin dudarlo le contesto.
-Justamente contigo quería hablar.
-Sí, se lo que tienes que decirme.
-Al parecer no quiere hacer el negocio- dijo Orochimaru mientras llegaba a su auto.
-Tienes que tener cuidado con tu parte- espero unos segundos –Hoy intentaron matarlo nuevamente, así que lo más seguro es que por allá las cosas se pongan un poco agitadas también.
-Tenemos que apresurarnos- su vos se tornaba fría –Él ha comenzado a mover sus piezas.
-Mañana llegaremos a Japón, nosotros también hemos comenzado a mover las nuestras- dijo también de forma seca –Así que prepárame una buena botella de sake- dijo un poco más relajado.
-Claro que si Jiraiya viejo amigo.