En otro lugar de Corea
-¿era él?- preguntó una mujer alta de cabello largo en un chino perfectamente claro
-si, era él-
-¿y a que esperas para acercarte?-
-no puedo, sencillamente no puedo, él me convirtió en lo que soy ahora, y yo… no puedo perdonarle-
-¿no puedes o no quieres? Porque todo este tiempo, yo he visto, lo he visto en tus ojos, todo el amor que sientes aún por él, ¿no es cierto?-
-yo… no, aun no puedo perdonarlo-
-aish, eres tan testarudo Han-
-¡no me llames así! Me llamo Hankyung, Han… Han ya no existe, murió hace mucho, ¿entiendes?- espetó a aquella mujer
-si, si, ya lo que digas, en serio, ahora entiendo porque soy tu única amiga, aunque no sé cómo te he soportado tanto tiempo- le dijo antes de marcharse de la habitación, para así evitar una nueva pelea con su “hermano”.
Victoria era como Heechul, sin embargo, ella había aceptado la vida y belleza eterna como un regalo, ella misma lo había buscado, no como Han, quien había sido engañado. Victoria había conocido al viejo brujo que les había tendido la trampa a ambos, pues él mismo la había buscado. El brujo en su búsqueda de poder, había intentado formar una especie de ejército en contra de sus eternos enemigos, los vampiros.
No, los hombres lobo no eran los únicos enemigos naturales de los “no muertos”, los brujos que habían existido desde aquella época remota también lo eran, y lo siguen siendo. Ella fue quien acogió a Han, pues había visto lo mal que lo pasó, conocía su historia, pero no la historia que Han le contó, sino la real. Fue por eso que ella traicionó a su maestro, y lo mató, o bueno, no con sus manos, más bien, lo entregó a los vampiros a cambio de su propia existencia.
Aquella tarde habían salido a comprar algunos víveres, cuando una esencia que se le hizo muy familiar llenó sus fosas nasales. Se trataba de Heechul, pero venía en compañía de otro chico que ninguno de los dos reconoció, pero que sin duda, era de los suyos. Por lo cual pudo deducir que la reacción de Han habían sido sólo celos, ya que aunque al principio había huido de Heechul por enojo, ahora lo hacía al creer que su Heechul ya había encontrado a alguien más.
Por lo que tenía que averiguar lo que sucedía en realidad.
“en el apartamento”
Kyuhyun no podía parar de darle vueltas a los sueños que a veces tenía, y aquel nombre “Andrew” se le hacía tan familiar, que necesitaba desesperadamente saber quién era aquel hombre al cual llamaba tan insistentemente.
Desde un día antes ya podía levantarse y andar libremente por el lugar, inclusive quedarse en la sala viendo TV o cenar con los chicos, aunque no podía salir, eso ya lo tenía claro, la única vez que había intentado escapar, se había encontrado con que la puerta se encontraba cerrada bajo llave por fuera. Pero se encontró aún más sorprendido de que en varios días, esa había sido la única ocasión que había pensado en ello. Genial, había desarrollado el síndrome de Estocolmo, muy bien Kyuhyun, muy bien. Se regañaba a sí mismo.
Otra cosa a la que no podía dejar de darle vueltas era al hecho de que a pesar que algunas veces se encontraba solo, sentía que alguien lo vigilaba, pero tal vez era que Siwon habría puesto cámaras de seguridad para asegurarse que no intentara escapar.
Justo ahora, que miraba el canal de noticias, y que ninguno de los “dueños” de la casa estaban, volvió a sentir aquello, peor aún, podría jurar que vio una sombra pasar en el pequeño balcón. Pero eso era imposible, ¿no? Ya que no se encontraban en una planta baja, y había al menos unos pocos metros antes de poder llegar al suelo, sin conar con que no había escaleras de emergencia ni nada que se le pareciera. Por lo que todo debía ser imaginación suya.
No tuvo tiempo de analizarlo, pues en ese momento iban llegando Siwon y el otro hombre con la comida.
Cuando Siwon lo llamó, él obedientemente siguió su voz hasta la cocina, donde ya estaban servidos los platos de todos. Comenzaron a comer en un comodo silencio que fue interrumpido por la voz del mayor
-bien, Kyuhyun, veo que ya te has recuperado del todo-
-esto… sí, creo que si- asintió
-supongo que ya estarás ansioso de volver a casa- ¿lo estaba? Bueno, claro que extrañaba su vida normal, pero, en esa vida él estaba solo, aquí por lo menos tenía a alguien con quien conversar, aunque ya no tuviera la misma libertad
-hyung… ¿pero qué dices? Kyuhyun se puede quedar todo el tiempo que quiera-
-pero si nadie lo está corriendo, solo le estoy dando la posibilidad de elegir, cosa que tú no has hecho-
-bu… bueno, tienes razón en eso, pero…-
-nada de “pero”, Kyuhyun, dinos, ¿aun te quieres quedar con nosotros?-
-yo… pues, creo que quiero regresar a casa- sí, eso era lo correcto después de todo.
Siwon se sentía un poco triste de no haber podido aprovechar la oportunidad de hacerlo recordar, pero no por eso se alejaría de su vida. Esa misma tarde lo acompañaron a su viejo apartamento, con la promesa de que llamaría a uno de ellos si necesitaba algo.
Al entrar, se dio cuenta que todo estaba tal cual lo había dejado, solo un poco de polvo aquí y allá, pero nada mas.
Al caer la noche se sentía bastante nervioso, pues aquella sensación de ser vigilado no se iba, encendió la radio para no sentirlo de nuevo, supuso que era algo normal, solo los nervios de estar solo de nuevo luego de lo ocurrido, eso se dijo para tranquilizarse.
“Fuera de la casa”
-¿ese es el humano que tanto cuidaban los brujos?- preguntó un hombre corpulento y tez pálida
-sí, ese es, aunque no entiendo cómo han dejado ir a su juguetito luego de tantas molestias por mantenerlo vivo- respondió otro hombre más bajito que el anterior.
-no tiene sentido, pero si con ese juguete podemos hacerlos bajar la guardia, no importa-
-tienes razón, si antes hicieron todo lo posible por mantenerlo con vida, es que tienen un lazo fuerte con el humano, es su punto débil, la ultima vez fallamos, esta vez no quiero errores-
-si, entendido- y desapareció en las sombras