Iban de camino a la casa del mago de hielo. Natsu estaba emocionado pero a la vez nervioso, ¿realmente lo iba a hacer? ¿Iba a ser el seme al fin? Una cosa era jugar, toquetear y gastarle bromas a Gray y otra muy diferente era ser el seme. No sabía cómo ni cuándo ni dónde debía de tocar, tenía miedo de hacerlo mal.
Pasó todo el rato tratando de tranquilizarse, cosa que no consiguió pues cuando llegaron a su destino estaba igual o peor que al principio, era un manojo de nervios. Entraron a la casa, el mago de hielo tomó al de fuego de la mano y lo llevó a su habitación.
-¿Y bien?-dijo el moreno- ¿Ahora es cuando me desnudas?
-¿Qué?
-Que me desnudes, ¿no escuchaste?
-¿Y-yo?
-No, ahora mismo salimos y le pedimos ayuda a alguien… ¿Quién más además de ti, cerebro chamuscado?
-Ah, sí. Ya lo sabía.
-Pues hazlo de una vez. No soy bueno esperando.
El pelirosa se acercó a Fullbuster, llevó sus manos a su playera y, por más que el mago de hielo coopere, se la sacó con dificultad. Luego estaban los pantalones. Esos malditos pantalones con el cinturón y el botón, lo peor del mundo. Las manos del hijo de Igneel ahora estaban forcejeando con el cinturón, un forcejeo sin éxito pues no lograba quitárselo.
-¿Qué te pasa? Ya tardaste como unos veinte años ahí abajo, ¿no puedes con eso? ¿Acaso nunca habías visto un cinturón de cerca? Mira, para quitarlo tienes que…
-¡Cállate, obvio los he visto y también se quitarlos! ¡Claro que puedo! Sólo espera y verás.
-Pues apúrate.
-Oh, rayos. ¿A dónde se fue el adorable Gray que decía “yey”?
-¿Quieres que diga “yey”?
-No. Ahora sólo quiero que te calles.
-¡Yey!
-¡Cállate, maldición! Me pones nervioso.
-¿Así que es eso? ¿Estás nervioso?
-Ah… No.
-Oh, qué adorable. El gran Salamander se pone nervioso por desnudar a su novio. Es realmente lindo.
-Bueno, ya que tú eres un experto en quitarte la ropa, ¿por qué no lo haces tú u ya, señor exhibicionista?
-No, eso le quitaría toda la diversión.
-Sólo te quieres reír de mí.
-Para nada. Simplemente es interesante la manera en la cual te frustras por no poder quitar un simple cinturón.
-En ese caso lo quemaré.
-¿Estás loco?
-¡Pues quítalo tú!
-Bien.
Al final de cuentas Fullbuster acabó quitándose el cinturón y el pantalón en vista que el mago de fuego no logró hacerlo. Se veía que estaba nervioso; no dejaba de mover las manos y no podía mantener su vista fija en algo. Gray nunca pensó que la simple posibilidad de ser el seme lo pondría así. Bueno, de esa manera era más fácil jugar con él.
-¿Te vas a quitar la ropa o hasta eso yo tengo que hacerlo?
-Puedo hacerlo.
-Pues hazlo de una vez.
Dragneel hizo lo que le dijeron. Estaba consciente de que tenía que calmarse y rápido, sino perdería una oportunidad única. Respiró hondo y trató de calmarse, si iba a hacer esto lo iba a hacer bien.
Colocó una mano en uno de los hombros de Gray y lo fue empujando poco a poco hasta que llegó a la cama y lo tiró ahí, después de eso se subió sobre él. Quería tocarlo, besarlo, sentirlo y hacer que lo sientan a él. Sus dedos trazaron las líneas de los músculos del cuerpo frío que se limitaba a observar. Natsu utilizó su magia para ocasionar un cosquilleo en el cuerpo de Gray, sensación que se extendió por todo su cuerpo. A Fullbuster le gustaba ver cómo Dragneel lo tocaba, con aquel tacto tembloroso e inseguro, era extraño verlo de esa manera y, a pesar de que él sabía que todo eso no era más que un juego, quizá podría darle la oportunidad para hacer lo que quisiera, siempre y cuando su trasero no se viera amenazado.
Pasó el tiempo y ellos seguían en las mismas: el pelirosa tocaba nerviosamente y el moreno se dejaba hacer, y el último ya se estaba aburriendo. Moría de ganas por saltarle encima y hacer todo lo que no había hecho en tanto tiempo, después de todo no estaba mintiendo cuando dijo que quería hacerlo, pero eso ya era demasiado. Además, sabía que debía de dejarse hacer pues quería hacer parecer que el plan de Natsu estaba surtiendo efecto y que realmente lo iban a ukear, así que debía de dejarse hacer, aunque estuviese luchando contra sus fuertes impulsos y al mismo tiempo contra, hasta cierto punto, el aburrimiento de no hacer nada, no estaba acostumbrado a eso. Pero esto ya era demasiado, sin importar cuánto le permitiera hacer no avanzaban nada.
-Natsu, creo que deberíamos dejarlo.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Porque- miró la hora- hace como veinte minutos que no haces más que eso.
-Todo a su tiempo.
-Ya es demasiado.
-Puedo hacerlo.
-¿Después de dos horas? Ya déjalo, ya no quiero.
-Pero, Gray…
-Sin peros, para.
El mago de hielo se quitó al pelirosa de encima, se levantó de la cama y se vistió.
-Saldré un rato. Puedes quedarte o puedes irte, como quieras, sólo no olvides cerrar.
Y así Fullbuster salió de la casa, dejando solo a Natsu y frustrando su primer intento serio de ser el activo.