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El uke que quería ukear por Juvia Loxar

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Gray estaba sorprendido. Él sólo tenía planeado jugar un poco con Natsu, jugar con su plan y al final decirle que todo este tiempo ya lo sabía, sin embargo, ahora el pelirosa se estaba esmerando en cumplir su cometido y lo estaba logrando. La cabeza del moreno estaba llena de maneras de salirse de aquella situación, pero cada vez que intentaba pararse o quitarse al contrario de encima era detenido por el que ahora era el seme. Ya había pensado en que si tenía que usar su magia para salir de ahí entonces lo haría, pero no podía concentrarse lo suficiente como para hacerlo, estaba empezando a desesperarse y realmente empezar a temer por su trasero.

Por el plan que había leído estaba seguro de que Natsu estaba decidido a ukearlo, pero él nunca pensó que el pelirosa lo lograría, ni si quiera que alguno de sus intentos funcionaría, y peor aún, lo estaba haciendo con una oportunidad que él mismo le había dado.

Fullbuster nunca tuvo la intención de dejarse ukear, y ahora estaba en peligro. No podía simplemente pedir tiempo y aprovechar eso para irse, si lo hacía, el hijo de Igneel se burlaría de él y nunca lo dejaría de molestar con eso hasta el día de su muerte… Ya lo podía imaginar:

Ambos se encontraban llenos de arrugas con dentaduras postizas y sentados en mecedoras observando el paisaje cuando el pelirosa llamó al moreno.

-Oye, Gray, ¿recuerdas el plan que hice para ukearte cuando éramos jóvenes?

-Claro que sí, que tiempos.

-Sí, aquella vez cuando casi lo logré y tú corriste como nena.

-No corrí.

-Oh, cierto. Escapaste llorando, cubriéndote el trasero con las manos y diciendo algo como “no le daré mi virginidad a nadie”.

-Eso no sucedió, recuerda bien. ¿Acaso tus neuronas ya están tan viejas que dejaron de funcionar aún más?

-Claro que fue así, fósil congelado. No quieras negarlo.

-Por supuesto que no. Yo te di una paliza, te dejé llorando en el piso y me fui dignamente.

-Que no, te lo estoy diciendo.

-Sí, fue así.

-¿Quieres pelear?

-Me parece bien.- el arrugado moreno se levantó con dificultad de su asiento y cuando estuvo a punto de golpear a Natsu se sentó de nuevo- Mejor mañana, mi espalda me está matando.

-¡Ja! Ya estás tan viejo que no puedes ni pararte. Déjame mostrarte mi juventud.- El pelirosa se paró con la misma dificultad y luego de un momento se sentó de nuevo- Ay, mi cadera.

No, no, no. Las cosas no acabar hacia él mientras se quejaba de su espalda y el cerebro encendido de su cadera. Ciertamente había imaginado un futuro bastante patético, pero no le restaba importancia a lo que estaba pasando y al hecho de que viviría el resto de su vida con bullying si escapaba. Tenía que encontrar otra manera de salir de esa sin que su futuro se vea arruinado, pero no se le ocurría nada. Quizá si invitaba a Natsu a comer… No, eso no sería bueno. En primera porque si lo hacía lo más seguro era que se quedaría sin dinero, y en segunda que no era probable que el pelirosa dejara ir una valiosa oportunidad de su plan que estuvo trazando tan minuciosamente por algo de comida fácil, no creía que el hijo de Igneel fuera tan tonto, pero no perdía nada con intentar.

-Oye, Natsu- llamó el moreno.

-¿Qué? Estoy ocupado.

-¿Qué te parece si vamos a comer? Te llevaré a ese restaurante que tanto te gusta.

-¡¿Enserio lo harás?!

-Sí, vamos.

-¡Genial! ¿Cuándo?

-Pues ahora tengo dinero. Si quieres podemos ir ahora.

-¿Ahora? Pero estamos en medio de algo…

-Pero esto puede esperar, ¿no? Quién sabe cuándo pueda tener dinero de nuevo. Sabes que los trabajos últimamente no han sido buenos. Entonces, ¿qué dices?

-Hmm… No lo sé. Realmente estamos en medio de algo.

-¿Quieres dejar pasar esta oportunidad? Iremos a comer eso que tanto te gusta.

-Pero…

-Oh, vamos. Yo sé que quieres, a mí no me engañas.

Después de pensarlo por un momento el mago de fuego contestó:

-No lo creo.

-¿Qué?

-Me parece más importante esto que ir a comer.

-Sí, claro. Ya lo creí. Deja de bromear y vamos.

-No.

-¿En enserio?

-Sí, no te dejaré ir tan fácilmente.

El mago de hielo se quedó viendo los ojos del pelirosa, estos estaban llenos de lujuria. Maldición, ahora sí estaba en problemas.

Mientras más pasaba el tiempo, Fullbuster se quedaba sin ideas y sin posibilidades de escapar. Si esto seguía así de seguro lo ukearían feamente.

Cada vez aceptaba más la idea de ser ukeado, pues Dragneel ya no se veía nervioso como la primera vez, si no que ahora se movía y tocaba con maestría aquellos lugares que lo hacían temblar y gemir. Pronto dejaría de ser el seme.

Cerró los ojos y se preparó para su inminente y cruel destino cuando se le ocurrió algo, ¿qué pasaría si le revelaba que desde antes ya sabía qué era lo que planeaba? Tal vez si le decía que ya estaba enterado de su plan lo dejaría ir, o al menos se quedaría inmóvil y su salida del lugar no sería tan lamentable. Esa era una posibilidad, pero él tampoco quería arruinar la sorpresa, porque así como el pelirosa, él también tenía un plan para hacer fracasar el de Natsu, pero si no tenía otra opción entonces tendría que hacerlo. Aquello sería como su último recurso.

Sus ojos se abrieron rápidamente y su cara mostró una expresión de asombro. Cuando vio qué era lo que estaba haciendo el mago de fuego casi se le sale el alma por la boca. Él ya no tenía ni pantalones ni ropa interior, ¿cuándo se la había quitado? Además de que el pelirosa se encontraba entre sus piernas y un dedo estaba peligrosamente cerca de su entrada. En ese momento el moreno se asustó, quizá tuvo el susto más fuerte de toda su vida y lo único que se le ocurrió hacer fue patalear e intentar alejar a Natsu todo lo que pudiera con sus piernas, sin embargo, este las tomó y las inmovilizó para que ya no lo pateara, seguidamente, el dedo se acercó de nuevo. El pelirosa alzó la mirada y la clavó en la asustada expresión de Gray.

-Tranquilo, relájate. Lo haré despacio, ¿de acuerdo?

-No, espera…

-Respira profundamente.- el dedo se acercó más hasta ya llegar a tocarlo- Aquí voy

-Detente… E-esto no es divertido.

-Ahí va, uno, dos, tre…

-¡YA LO SABÍA TODO!- el moreno gritó.

-¿Ya sabías qué?

-Tu plan, ya lo sé todo. Lo leí.


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