Natsu salió completamente feliz de su casa, estaba seguro de que tenía el mejor y más complejo plan jamás creado en la historia del universo. En su camino en busca de Gray repasó mentalmente lo que debía de hacer y lo que no debía. A cada momento recordaba que no debía de dejarse llevar por su instinto, si no, era probable que eche todo su precioso y perfecto plan a perder, y no quería eso.
Al cabo de un rato visualizó a su objetivo, estaba solo y eso lo había más vulnerable, bien, era tiempo de actuar. Avanzó sigilosamente hacia el mago de hielo y, aprovechando que estaba de espalda llegó hasta él sin que se diera cuenta y sopló con dirección al cuello de Fullbuster, quien se exaltó pues el Dragonslayer había usado un poco de su magia y el mago de hielo sintió el inesperado cambio de temperatura.
-¿Qué…?- Gray volteó y cuando vio a Natsu suspiró- ¿Qué haces ahí? ¿Cuándo llegaste?
-¿Te sorprendí?
-Sí, bastante.
-Esa era mi intención.
-Rayos, ¿qué haré contigo, niño travieso?
-Nada.
Las manos del pelirosa se pusieron a inspeccionar el cuerpo del moreno en busca de algún temblor, una respuesta, lo que sea, pero no encontraba ninguna.
-¿Qué haces?
-¿Qué más? Te toco.
-Si quieres hacerlo podemos ir a mi casa y ahí lo haremos sin ropa.
-No, aquí está bien.
-¿Quieres hacerlo aquí?
-Yo no soy un exhibicionista como tú, no me metas en tu mismo barco.
-Bien, ya entendí. Y buen, ¿qué te trae por aquí? Pensé que habías ido por ahí a comer o algo así.
-No fui a comer, ciertamente me encanta hacerlo pero eso no es lo único.
-¿Entonces?
-Vine a verte.
-¿Y eso?
-¿Pues acaso no puedo ver a mi novio cuando se me plazca?
-Claro, es más, me alegra que hayas venido.
Gray se acercó a Natsu de una manera sensual. Dragneel ya había identificado los movimientos y gestos que hacía su pareja cuando quería hacerle algo, y ahora era cuando. Sus hombros se movían, su mirada que podría congelarlo incluso a él, esa media sonrisa sexy que tenía. Oh, no, ahora iba a pasar algo, algo que el pelirosa debía de impedir.
Esperó inmóvil hasta que el mago de hielo estuvo lo suficientemente cerca como para tomarlo del brazo, jalarlo e invertir posiciones. Colocó una de sus manos en el torso que hace unos segundos estaba cubierto y lo empujó hasta que la espalda tocó el tronco de un árbol. Se acercó y apoyó una mano en el árbol mientras que la otra tomaba a su pareja del mentón y levantaba y hacía a un lado su cara para tener acceso al cuello, el cual besó y lamió unas cuántas veces.
El moreno no sabía qué hacer, era la primera vez que Natsu se comportaba de esa manera y lo estaba haciendo bien pues sabía cómo tocarlo ahí, un vago temblor comenzó a recorrer su cuerpo, no lo podía creer, no podía ser que Natsu estuviera haciendo eso.
Fullbuster decidió no quedarse atrás y na de sus manos gélidas se intentó colar por debajo de la bufanda, pero el mago de fuego lo impidió tomando esa mano y bajándola sin soltarla. Sus labios siguieron tratando con el frío cuello un poco más hasta que decidió que era suficiente y soltó a su pareja que se quedó confundida. Luego se dio la vuelta y se fue.
Iba de camino a su casa y se sentía realmente feliz, había logrado un poco su cometido pues esta vez no fue él quien se quedó contra el árbol recibiendo caricias, no, esta vez él las había dado, tal y como decía la hoja mágica de la perdición de Gray.
No había pasado nada de tiempo y su mente ya estaba reproduciendo esa escena: Gray contra el árbol, y si no había percibo mal, estaba dejando salir bajos y cortos jadeos. Se sentía como todo un seme, tan seme que podría ukear a toda Magnolia, y luego ¡a todo el mundo! Sí, sería el rey de los semes y los ukearía a todos sin piedad alguna.
Llegó a su casa y tomó lugar frente a la hoja mágica y comenzó a escribir justo debajo del apartado de “mis desventajas”.
Puedo hacerlo, hoy por primera vez en toda la historia de la relación que llevo con Gray yo fui el que lo acorraló a él, yo fui el que pasó a la acción en primer lugar, y se siente muy bien.
Tomó otra hoja y escribió en ella “apuntes y observaciones”, ahí continuó escribiendo.
Apuntes y observaciones.
A diferencia de lo que pensé en un principio no es imposible ser el que ataque. Hoy lo hice, ataqué a Gray y no permití que él me toque. Si sigo así creo que realmente podré ser el seme. Pero por ahora debo de centrarme en encontrar más de sus puntos débiles y explotarlos en mi beneficio, si lo hago podré tenerlo a mis pies… O en mi cama, lo que pase primero, aunque en lo personal preferiría lo segundo, pero bueno, ya veremos qué es lo que pasará.
Tomó otra hoja más y apuntó “descubrimientos”.
Descubrimientos.
*El cuello: Gray es más sensible de lo que creí en ese punto. Bastó unos simples besos y lamidas para hacerlo temblar, ¡qué lindo! Me pregunto si él me verá así cuando lo hacemos, si es así entonces lo entiendo completamente, es increíble poder provocar tales reacciones con el simple hecho de tocar algunas partes del cuerpo.
*Las orejas: No estoy seguro, pero me parece que este es otro de sus puntos débiles, tendré que investigar más a fondo sobre esto, no lo sabré si no lo llevo a la práctica.
Bien, ahora que ya tenía otro objetivo claro debía actuar, esta vez jugaría un poco con las orejas de su pareja. Pensó que podría morder y jalar un poco el lóbulo y lamer el borde, algo como eso sería suficiente para explotar en su beneficio aquella pequeña parte. De acuerdo, eso era lo que intentaría ahora.