Woohyun dejó caer la copa en la mesa con un golpe seco, ganándose una dura mirada por parte del camarero, quien temía que la acabara rompiendo. Suspiró y ladeó la cabeza, algo mareado debido al alcohol.
La música resonaba con fuerza, y aquello no ayudaba a que el dolor de cabeza se le pasara. Sus sienes palpitaban dolorosamente, y cerró los ojos.
El camarero, aún mirándole con disgusto, volvió a acercarse cuando levantó la mano para pedir otra copa, y la rellenó con un líquido de color blanquecino, que quemó la garganta de Woohyun cuando este se lo bebió de un trago.
La gente comenzó a gritar y aplaudir, y se rejuntaron formando un círculo alrededor del escenario.
Woohyun pensó en levantarse e ir hasta allí también, pero decidió que sería mejor verlo desde donde estaba.
Se dio la vuelta y, con la copa vacía en mano, intentó enfocar el escenario (su visión estaba algo borrosa debido al alcohol).
La luz del recinto se fue atenuando hasta que prácticamente solo quedaba un foco que iluminaba el escenario, y la barra que había en el centro de este.
Un chico, de pelo castaño oscuro y liso, con un flequillo que le tapaba la mitad derecha de la cara, caminó hasta el centro del escenario, colocándose justo al lado de la barra. El público aplaudió y, justo entonces, la música comenzó a sonar.
Últimamente había algo que estaba volviendo loco a Woohyun. Y ese algo tenía nombre y apellidos. Lee Sungjong, el chico que estaba en el escenario, iba a conseguir que perdiera sus cabales.
Su cuerpo se movía al compás de la música, despacio y con fluidez, como si hubiera nacido para bailar. Sus dedos juguetearon con el borde de su camiseta, de color blanco, y poco a poco la fue levantando, revelando su abdomen, hasta que la sacó por completo.
Simplemente con unos pantalones, sus manos se posaron sobre la barra y se subió a ella, con gracia. El público aplaudió, entusiasmado, y Woohyun apretó su agarre contra la copa.
Cuando el chico se bajó de la barra, tenía el pelo sudado, y este se le pegaba a la frente. Se mordió el labio y comenzó a jugar con el borde de sus pantalones, hasta que los bajó por completo, dejando ver unos boxers apretados de color negro, que cubrían apenas lo justo.
Volvió a subirse a la barra, y el público gritó, animado.
“Genial.”
Woohyun frunció el ceño cuando escuchó quejarse al camarero, y apartó un momento la mirada del chico para ver qué era lo que quería.
Justo entonces sintió una sensación de quemazón recorriendo su mano, y bajó la mirada para encontrar que había terminado por romper la copa, y los cristales le habían cortado y su sangre goteaba y estaba manchando el suelo.
Murmurando una disculpa, dejó los trozos de copa sobre la barra, y cogió una servilleta para secarse.
Cuando volvió a mirar al escenario, Sungjong ya no estaba.
Frustrado, Woohyun se levantó y fue hacia el cuarto de baño para enjuagarse la herida y, después, volvería a su casa.
Cerró la puerta del baño tras de sí, y se tambaleó un poco. Encima de todo el alcohol que había bebido, la pérdida de sangre no estaba ayudando.
Abrió el grifo y, tras morderse el labio, puso la mano debajo. El dolor era bastante insoportable y escocía a rabiar. Una vez se hubo limpiado la herida, cogió varios trozos de papel y envolvió la mano con ellos.
Iba a salir del baño cuando la puerta volvió a abrirse, y Woohyun jadeó.
“Hola.”
“Hola.” dijo.
“No pensaba que fueras a venir a verme.” el chico sonrió, y comenzó a acercarse hacia él, demasiado cerca para el gusto de Woohyun.
“La verdad es que yo tampoco.”
“Me gusta que vengas.”
El corazón de Woohyun dio un vuelco.
“¿Qué es lo que quieres, Sungjong?” preguntó.
“A ti.” respondió.
Sungjong se acercó, arrinconando a Woohyun, y lo besó. Sus lenguas se encontraron al poco tiempo, y la mano de Woohyun se colocó en la cadera del chico para atraerlo más hacia así, pegando sus cuerpos al máximo.
Después, Sungjong se separó y, tras guiñarle un ojo a Woohyun, se fue sin decir ninguna palabra.
Aún más frustrado que antes, Woohyun se dirigió hasta la calle y pidió un taxi.
Poco tiempo después, cuando ya estaba en su cama, su teléfono vibró, y lo abrió para ver el mensaje.
Era una foto de Sungjong. Una foto del día de hoy, cuando estaba actuando. Y luego había otra foto, esta vez una recién echada, de él comiendo un helado y con la cuchara metida en la boca.
“¿Quieres venir y jugar?”
Decía el mensaje.
Woohyun suspiró y se dejó caer contra la cama.
Recibir ese tipo de mensajes por parte de Sungjong no era extraño, al contrario, era bastante común. Pero Woohyun, últimamente, solo se sentía usado.
Sostuvo el teléfono en su mano, dudando de si debía de llamarlo o no, pero al final lo volvió a dejar en la mesita de noche y, tras apagar la luz, se durmió.
***
Al día siguiente, por la tarde, Woohyun estaba tumbado en el sofá, ocupando todo lo largo de este, y veía una película mientras se atiborraba a palomitas.
No mucho tiempo después, llamaron a la puerta.
Extrañado, se levantó y fue a abrirla.
“¿Qué haces aquí?” preguntó, no pudiendo ocultar su sorpresa al ver quien era.
“Ayer me dejaste solo.” respondió Sungjong, entrando por la puerta como si le hubiera invitado.
Llevaba unos pantalones blancos y una camisa a rayas, y su pelo oscuro estaba liso e impecable.
Woohyun, por el contrario, llevaba los pantalones del pijama, una camiseta ancha manchada de palomitas, y el pelo completamente despeinado.
“Oh, em, bueno espera aquí, voy al baño un momento.”
Por supuesto, era una excusa. Aprovechó para peinarse y para cambiarse de camiseta, al menos.
Cuando volvió al salón, vio que Sungjong estaba de pie delante de un mueble, echándole un vistazo a los libros.
“Tienes buen gusto.” dijo, con una sonrisa.
“Gracias.”
Sungjong volvió a acercarse a él, como el día anterior, pero esta vez Woohyun colocó las manos en su pecho para separarlo.
“¿Qué pasa?” preguntó Sungjong, frunciendo el ceño.
Woohyun suspiró, cansado.
“No quiero seguir con esto más.”
Sungjong parpadeó, sorprendido.
“¿Por qué no?” preguntó.
“¿En serio, Sungjong?” Woohyun dejó escapar un grito de frustración. “Solo te acercas a mí para filtrear y porque te gusta ser el centro de atención, pero yo no puedo más.”
“Woohyun....”
“Y,” se pasó una mano por el pelo antes de continuar. “Realmente lo único que este tiempo me ha mantenido junto a ti es el hecho de que soy el único al que, al final del día, vuelves. O eso creo. Pero dime, Sungjong, ¿por qué tienes que hacer todo esto si no quieres nada serio conmigo? ¡Porque me tienes jodidamente confundido!”
Sungjong cerró los ojos y se pasó una mano por el pelo.
“Te dije al principio del todo que la única condición para que siguiéramos con esto era que no te enamoraras de mí.” dijo.
“Pues lo siento, misión fallada.” respondió Woohyun con un tono seco. “Ahora, si me serías tan amable de hacerme el favor, te voy a pedir que te marches.”
La verdad es que Woohyun había esperado que Sungjong mostrara alguna resistencia, pero no debería haberle sorprendido en lo más mínimo que se diera media vuelta y se fuera sin decir nada.
***
Por supuesto, que Woohyun dijera que no quería seguir con aquello y que lo hiciera, eran dos cosas completamente diferentes.
Así, al cabo de una semana, volvía a encontrarse en el club, esperando a que Sungjong saliera a bailar.
Cual fue su sorpresa esta vez al verlo salir de los camerinos mucho antes de que su espectáculo tuviera lugar, y se acercó hasta la barra donde estaba él, sentándose a su lado.
Woohyun se tensó, y se giró para mirarlo, pero Sungjong lo ignoró por completo y, tras terminarse la copa, se levantó y volvió a irse sin decir ni una palabra.
Woohyun lo observó perderse entre la multitud, y esta vez sí que estaba seguro de que iba a volverse loco.
***
Cuando la actuación terminó, esta vez sin ningún daño colateral, Woohyun se levantó para salir y volver a pedir un taxi. Estaba seguro de que a este paso iba a poder sacarse un bonus especial de tantos taxis que tenía que coger.
Justo cuando iba a salir, unos brazos lo rodearon por la cadera, y unos labios cálidos se depositaron en su cuello, dejando pequeños besos a lo largo de este.
Sungjong lo sujetó de la mano y lo arrastró en dirección a su camerino, cerrando la puerta tras de sí.
Woohyun empujó entonces a Sungjong contra la pared, ganándose un gemido de dolor por parte de este, y sujetó sus manos a ambos lados de su cabeza.
Se inclinó para estar al nivel de su oreja, y exhaló aire caliente para hacerle cosquillas.
“Dí que me necesitas.” ordenó, apretando su cuerpo aún más contra él. “Dí que me quieres. Y seré todo tuyo.”
Sungjong se retorció bajo su agarre, y Woohyun aumentó aún más la presión.
“Sé qué también me quieres....” dijo.
“Lo hago.” admitió Sungjong, finalmente, mirando a Woohyun a los ojos.
“Yo también te quiero.” Woohyun comenzó a acercarse, hasta casi depositar sus labios contra los de Sungjong. “Pero también te odio.”
Terminó entonces de juntar sus labios, fundiéndose en un húmedo y apasionado beso.
Sungjong volvió a retorcerse bajo el agarre de Woohyun y, esta vez, el susodicho liberó sus brazos, lo cual hizo que Sungjong colocara las manos sobre su pecho y lo empujara lejos, en dirección al sofá que había.
Woohyun se cayó de espaldas sobre este, y esperó que Sungjong se subiera encima, pero el chico tenía otros planes en mente.
Al igual que había hecho unos minutos antes, comenzó a desnudarse. Aún no se había quitado su atuendo del escenario, así que tenía los ojos delineados y aquello hacía que su mirada felina fuera aún más feroz.
Woohyun tembló en anticipación al ver cómo el chico se quitaba la ropa, sin romper el contacto visual en ningún momento.
Una vez solo quedaban los boxers, se acercó hasta el sofá, sentándose encima de Woohyun e inclinándose para besarlo.
Sungjong comenzó a mover las caderas, frotando su miembro contra el de Woohyun, y llevó sus manos hasta la camiseta de este para quitársela.
Las clavículas de Woohyun eran la cosa más favorita de Sungjong, así que dedicó un buen rato a lamerlas y morderlas, mientras que las manos de Woohyun vagaban por sus piernas, acariciando sus suaves y tersos muslos.
Cuando Sungjong decidió que había tenido suficiente, continuó recorriendo el cuerpo de Woohyun con su boca, marcándolo en cada lugar que podía.
“¿Alguien está posesivo hoy, uhm?” preguntó Woohyun al ver el chupetón que le había hecho en la cadera, y sonrió para sí mismo, contento de ver al fin que no era una relación unilateral.
“Así como tú has dicho que, al final del día, yo solo vuelvo a ti, tiene que ser igual de la otra manera. No quiero que nadie más te toque, Woohyun, que nadie más te vea así. Eres solo mío.”
Las manos de Sungjong desabrocharon el pantalón de Woohyun, y este incorporó las caderas para ayudarle a quitárselo. Una vez los pantalones estuvieron en el suelo, Sungjong se inclinó, acariciando con su nariz su miembro erecto que abultaba entre su ropa interior. Sin mucha dilación, esta también acabó en el suelo, y Sungjong por fin tenía el miembro de Woohyun a la vista y solo para él.
Se inclinó, sacando la lengua para lamerlo, mientras que con su mano acariciaba la parte interna del muslo de Woohyun. Este, por su parte, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, disfrutando de la sensación.
Tras un par de lametazos más, Sungjong abrió la boca e introdujo el miembro en su boca, para luego subir y bajar la cabeza a la vez que con su lengua hacía movimientos circulares alrededor de la punta.
Antes de que pudiera correrse, Sungjong se incorporó, y Woohyun tiró de él hacia abajo para besarlo.
En el cajón de la mesa del camerino había un bote de lubricante, y Sungjong se levantó para cogerlo y lanzárselo a Woohyun. Tras subirse de nuevo sobre él para besarlo, Woohyun abrió el bote de lubricante y se vertió una buena cantidad en los dedos.
Mientras Sungjong lo besaba con ahínco, lamiendo y mordiendo su labio inferior y su lengua, Woohyun introdujo varios dedos en su entrada, moviéndolos en círculos y en tijera para dilatarlo correctamente.
Sungjong comenzó a gemir, y se incorporó para sentarse, subiendo y bajando las caderas contra los dedos de Woohyun.
Al cabo de poco tiempo, los dedos de Woohyun fueron sustituidos por su miembro, el cual se deslizó fácilmente por la entrada de Sungjong. Tras acostumbrarse a la intrusión, Sungjong apoyó sus manos en las piernas de Woohyun, y se echó ligeramente hacia atrás para darse impulso y comenzar a subir y bajar las caderas de nuevo. El pene de Woohyun se sentía mucho mejor que sus dedos, y no tardó mucho tiempo en comenzar a gemir su nombre descaradamente.
Mientras Woohyun también impulsaba sus caderas para ayudarle con la tarea, llevó su mano derecha hasta el desatendido miembro de Sungjong, el cual estaba duro y requería atención.
A la vez que lo masturbaba, su miembro alcanzó la próstata de Sungjong, y este se corrió en un intenso orgasmo, manchando el torso de Woohyun con su semen.
Woohyun no tardó mucho más en correrse, y se vino dentro de Sungjong, quien había continuado subiendo y bajando las caderas para ayudarle a hacerlo.
Sungjong se inclinó hacia delante, dejándose caer sobre el pegajoso cuerpo de Woohyun, y le dio un pequeño beso.
“¿Y cuando piensas llevarme a una cita?” preguntó.