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I Almost Do [Frozen] por Sailor Sky

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Notas del capitulo: Hola, quiero agradecer a todos sus comentarios en realidad animan mucho a continuar la historia.
— Y le dije, lo siento cariño, pero mis principios me impiden salir con alguien que tenga más bigote que yo. — Contaba un tranquilo Eugene mientras sostenía una brocheta con mariscos ahumados en la mano derecha y que al terminar su dialogo, mordió ambiciosamente. Provocando así las risas de las chicas que lo acompañaban, las hermanas Arendelle y la joven Rapunzel.
— Flynn, debe ser un poco difícil para ti ¿No? Siempre te veo rodeado de chicas con cartas y obsequios. — Continuó Anna en medio de la conversación.
Los 4 amigos ahora estaban sentados en una de las mejores mesas del restaurante al que el joven castaño las había llevado, tenía una bella vista al mar y estaba adornada de la forma más tropical posible, con plantas y algunos adornos hechos con materiales naturales.
— No es realmente malo, a veces no tengo que pagar nada por el almuerzo. — Respondió sonriente alzando los hombros. — Y cuando se vuelve tedioso, Elsa esta para salvarme.
— ¿Yo? — Preguntó la rubia alzando una ceja sin entender bien.
— Ah, eso es verdad… Todas piensan que Elsa y tú tienen algo, porque siempre están juntos. — Asintió segura Rapunzel, quien le seguía los pasos a Eugene como niña enamorada.
— ¿Elsa y Eugene? — La cara de Anna se frunció en completa extrañeza, miro a su hermana mayor y a su amigo, atinando a reír simplemente de imaginarlos juntos. — ¡Eso es imposible!
— Lo sé Anna, pero me alegra que no te moleste que use a tu bella hermana para librarme de algunas cuantas chicas. — El muchacho tomó la mano de Elsa y besó el dorso de forma picara mientras miraba a Anna, quien terminó ruborizándose mirando a otro lado.
— ¿A-ah? ¿Por qué debería molestarme? — Tosió un poco más la pelirroja y luego simplemente termino cambiando el tema. — Oh, Rapunzel, hace un momento, cuando íbamos saliendo del hotel… ¿Quién era el chico que te hablo? — Anna aún estaba algo nerviosa por la insinuación de Eugene, pero Elsa estaba sorprendida por su reacción.
— Ah… Un compañero de la clase de Hans, me pidió que fueramos juntos al baile… — Respondió la chica de cortos cabellos con los labios ligeramente fruncidos.
— ¿Qué? ¿Quién? ¿Le dijiste que no verdad? — De pronto Eugene se metió en la conversación como si tuviera el derecho de elegir por Rapunzel.
— ¿A-ah? Bueno… Yo… Le dije que no podía responderle ahora… Aunque… — Volteó a ver a su amiga pelirroja y le sonrió con complicidad. — ¿No sería bueno? Así podríamos llegar Hans, tú, él y yo al baile.

La siguiente en reaccionar de forma estrepitosa fue Elsa, quien no dudo en tomar la misma actitud que Eugene y preguntar.

— ¿Qué? ¿Entonces irás con Hans? Lo siento Anna, pero como tu hermana mayor te debo prohibir eso. — Elsa dejó su bebida sobre la mesa de golpe, dirigiendo a su hermana pequeña una mirada poco amigable.
— ¿Eh? — Rapunzel fue la primera en reaccionar sin entender la actitud de la rubia. — ¿Qué tiene de malo que vaya con Hans? …l es buen chico, ¿No, Anna?
— . . . — Anna tragó largo sin saber a dónde mirar. — Si… Creo que… — la pelirroja se llevó la mano tras la nuca y acaricio esa zona con incomodidad. — No es una mala persona.
— P…Pero Hans… — Elsa apretó los puños sobre la mesa, realmente Hans no parecía un mal partido, era popular, tenía buenas notas, pero… Elsa simplemente debía encontrar un pretexto. — Flynn, ayúdame… — Murmuró a su amigo quien ya estaba enviando un mensaje al chico que había invitado a Rapunzel al baile.
— ¿Qué? Ah, si… — Sacudió la cabeza tratando de introducirse en la conversación de nuevo. — Hans tiene un peinado ridículo, y además oí que le va al “otro” equipo, sólo quiere conseguir una chica que lo acompañe para disfrazar su afeminada apariencia. Y no podemos dejar que esa chica sea Anna…
— ¿Hans es gay? — Preguntó Rapunzel sin creérselo.
— Sep, y además el chico que te invito… Ha tenido un par de encuentros íntimos con él, así que si yo fuera ustedes chicas… — Refiriéndose a Anna y a Rapunzel. — Me buscaría a alguien mejor…
Anna y Rapunzel se miraron y luego devolvieron la vista a Eugene algo pensativas.
— ¿Saben que es lo que pienso? — Continuó Eugene, esta vez apoyando los codos sobre la mesa, inclinándose hacia adelante mientras entrelazaba sus dedos exagerando una expresión de interés. — ¿Por qué no vamos los cuatro juntos? Seríamos como el cuarteto más cool de todo el baile.
— ¿Los cuatro? — Preguntó Rapunzel algo esperanzada. — Pero… Cuando las parejas lleguen una a una son presentadas. ¿No nos veremos muy raros bajando los cuatro por las escaleras con los brazos engarzados? — Terminó con los labios algo abultados sin estar muy segura de la idea de Eugene.
— Bueno por mi no habría problema. — El chico se fue reclinando hacía atrás, mientras acomodaba sus manos justo sobre su nuca. — Pensarían que me conseguí un pequeño Harem. — Dijo sonriente, hasta que una mirada fulminante de Elsa lo hizo volver a sentarse apropiadamente.
— Bueno… Tal vez… — Elsa Tomó la palabra esta vez, aunque algo titubeante y no tan segura como siempre, tenía miedo de lo que estaba por decir. — Flynn y Rapunzel podrían entrar juntos… Y luego… Anna… Anna y yo, después de la presentación no importaría mucho si estamos los cuatro juntos ¿No? — Elsa había estado mirando el coctel que tenía frente a ella, jugando con sus dedos sin atreverse a mirar hacía sus compañeros y hermana.
— ¡Excelente idea! — La joven de cabellos cortos y castaños fue la primera en aceptarlo, llevando ambos puños hacía arriba, un poco por debajo de su barbilla.
— Ejem… Si bueno, creo que es una muy buena idea, la apruebo. — Dijo Eugene más serio, con temor a ser regañado por Elsa de nuevo, y en cierto modo complacido por que su amiga tuviera el valor para proponerlo.
Al oir las respuestas de Flynn y Rapunzel, Elsa se sintió con la confianza de alzar la vista, pero aún había una respuesta que no oía. Así que de inmediato dirigió la mirada hacía Anna, quien descansaba las manos sobre el cuerpo del vaso, que contenía una dulce bebida de frutos tropicales, el adorno de una sombrilla y una rodaja de limón cortada a la perfección. La cara de Anna estaba algo baja, sonriente, pero de nuevo ruborizada, estaba pensando en si lo que había oído había sido real ¿De verdad Elsa había propuesto que ambas asistieran como pareja en el baile? ¿No era un sueño?
— Tú… ¿Qué piensas, Anna? — Se atrevió a insistir Elsa, desesperada por conocer la reacción de su hermana.
— ¿Ah? — La pelirroja fue obligada a salir de sus pensamientos tras oir la voz de su hermana, dirigiendo la vista hacía ella con una tímida sonrisa. — A… A mi… Me encanta la idea… — Asintió un poco avergonzada.
— ¡Pues ya está hecho! — Dijo Flynn animado, alzando su bebida esperando “brindar” por la decisión recién tomada. — Por nosotros.
— ¡Por nosotros! — Rapunzel en seguida le siguió alzando su bebida también. Por otro lado, Anna y Elsa se miraron y rieron torpemente alzando al unísono sus vasos y así chocarlos con sus compañeros.
— ¡Salud! — Terminaron por decir los cuatro y así, darle un gran trago a sus bebidas. Todo parecía mejorar para Elsa y Anna y también, para Rapunzel y Eugene.

En tanto, justo en el restaurante del hotel, un grupo de chicos fuertes, fornidos, altos y bastante atléticos tomaba el almuerzo también, riendo y bromeando sobre temas un poco más superficiales, hasta que fueron interrumpidos por otro hombre de igual complexión pero de mayor edad.
— Que tal muchachos ¿Disfrutando el almuerzo? — Preguntó el hombre mientras le sonreía a todos.
— ¡Si, señor! — Respondió todo el equipo de futbol a su entrenador como si estuviesen en tiempos de entrenamiento. Ocasionando una risa para el hombre quien negó y les pidió que se relajaran.
— No les quitaré mucho tiempo chicos, sólo… ¿Kristoff, tienes un momento? — Le dijo el entrenador al jefe del equipo quien no dudo en asentir y ponerse de pie, siguiendo al hombre mayor hasta una zona con menos personas. — ¿Qué sucede entrenador?
— Bueno, muchacho… Debo pedirte un favor… — Dijo el hombre mientras bajaba un poco el tono de voz. — Sabes que el director ha costeado este viaje para mejorar la publicidad de la escuela, el baile estará lleno de cámaras, quiere un buen catálogo de su generación y quizá algunas fotos para panfletos de la escuela, tu sabes, esas cosas que le gustan al glamuroso director. — Explicó el entrenador rodando los ojos.
— Ya veo señor, y… ¿Entonces? — Preguntó el joven rubio sin entender muy bien el punto al que deseaba llegar el entrenador.
— ¿Ya has invitado a alguna chica? — Preguntó el hombre mayor con una media sonrisa y una ceja alzada.
— Ah… No… Aún no… — Respondió el joven fortachón con algo de pena.
— ¿Y tienes a alguien en mente? — Persistió el entrenador.
— Si… Bueno… — Asintió aún avergonzado.
— ¿Será una de las hermanas Arendelle? — Intuyó el profesor codeando al jefe del equipo de futbol.
— ¿Ah? ¿C-Cómo lo supo? — Respondió sorprendido el rubio.
— Bueno, todos hablan sobre eso… Y la verdad me quitas un gran peso de encima. — Dijo el entrenador colocándose la mano sobre el pecho. — El director me pidió que hiciera parejas bien parecidas, para dar mejor imagen en las fotos, pero no me gusta forzar a los chicos a salir con alguien que no querían… Al menos a ti no te molestara ir con Elsa al baile. — Terminó por explicar el hombre.
— ¿Elsa? — Preguntó Kristoff confundido. — Pero… Yo pensé que usted hablaba de…
— Gracias muchacho, cuento contigo. Y no te preocupes, yo le avisaré a ella también.— Dijo el hombre despidiéndose del joven, dejando una fuerte palmada sobre su hombro, mientras que el chico sólo miraba a su entrenador marcharse mientras lo dejaba con la boca abierta. — ¿Ir… Al baile con Elsa? — Susurró para si mismo mientras suspiraba cerrando los ojos, él en realidad estaba pensando pedírselo a Anna.
Después del almuerzo, estaba programado un pequeño viaje a uno de los museos más importantes de la zona, aunque por supuesto a ninguno de los jóvenes parecía importarles lo que decía el profesor jefe del tour. Además de que en lugar de ir andando en orden según el grado, la mayoría iban en compañía de su grupo de amigos y como era de esperarse Eugene, Rapunzel, Elsa y Anna iban juntos. El grupo de Hans justo detrás, y un poco más atrás los deportistas, entre ellos Kristoff, quien no podía apartar la mirada de Anna, la veía reír junto a su hermana, emocionarse, bromear, cada gesto en ella le parecía encantador al jugador jefe.
— Estoy seguro de que me dirá que sí… — Kristoff escuchó una voz presumida, que le pertenecía al representante del segundo año. Aquel castaño de nombre Hans. — De hecho, el entrenador se acercó a hablar conmigo, para decirme que esperaba que invitara a Anna… — Continuó Hans completamente seguro de lo que decía.
— Joder, que envidia, entonces es definitivo… Oí que están formando parejas para la sesión de fotos de la noche del baile. — Respondió uno de los aduladores de Hans, haciendo sentir a Kristoff un poco frustrado.
— Pero no pienses que es sólo por eso, sé que Anna se muere por mí… Es un poco tímida y no puede decir fácilmente lo que siente, pero gracias a su amiguita me pude dar cuenta. — Siguió aquel vanidoso y presuntuoso muchacho, haciendo que el rubio y atlético detrás suyo sólo apretara los puños con enojo.
— Entonces… Puf… ¿Me vas a echar de la habitación la noche del baile verdad? — Dijo el compañero de Hans. — Tendré que buscarme una chica bonita para pasarlo bien también.
— Haha, no hace falta que lo preguntes… Anna Arendelle formara parte en mi vitrina de trofeos.
Kristoff estaba por estallar, estaba a nada de avanzar y dejarle la marca de su puño a Hans en la cara, pero alguien se le adelantó. Un joven perdido, con apariencia torpe, Olaf.
— Anna jamás iría contigo. — Dijo sonriente el chicho. — Ella piensa que tu peinado es ridículo.
— ¿Y tú quién te crees para decir eso? — Respondió molesto Hans, mientras tomaba del cuello de la camisa al escuálido muchacho de dientes desalineados.
— Es la verdad, no le gustas, piensa que te gustan los hombres. — Prosiguió Olaf, quien inocentemente había oído la conversación de los 4 en el almuerzo.

Obviamente lo dicho por el joven de piel blanquecina y semblante torpe hizo reir a todo el que estaba cerca, y enojar mucho a Hans, por lo que cerró el puño de la mano libre y lo apuntó hacía el rostro de Olaf, pero antes de que pudiera concretar el golpe, un brazo aún más fuerte que el de Hans interrumpió.
— ¿Qué demon…? — Hans volteó pero al ver a Kristoff se detuvo, tratando de excusarse. — Ah, capitán… él… …ste chico estaba…
— Oí lo que este chico dijo… — Kristoff apartó a Hans de Olaf y luego dejó una mirada molesta al primero. — Y también oí lo que dijiste tú… — Ahora era Kristoff quien tomaba a Hans por el cuello, se acercaba a él mucho hasta susurrarle al oído. — Si le haces algo malo a Anna, el equipo y yo te daremos una lección.
Hans fue soltado de forma despectiva, siendo capturado por sus compañeros, mientras que el equipo de futbol pasaba entre ellos, empujándolos y mirándolos mal, dejando en ridículo a Hans por completo.
— Estúpido grandulón, ¿Quién se cree? — Murmuró Hans mientras se acomodaba la ropa y seguía a Kristoff con la mirada. — ¿Así que le gusta Anna, eh? Pues ya me vengaré.
El tour por el museo casi llegaba a su fin, a pesar de ello, la menor de las hermanas Arendelle no podía esperar por ir al servicio, así que Elsa le terminó acompañando, desviándose un poco de los demás.

— Date prisa Anna, no quiero perder al grupo. — Decía Elsa recargada sobre los lavamanos.
Mientras que Anna se encontraba encerrada en uno de los cubículos del baño, con su botella de agua apuntando hacía el retrete, dejando caer un poco de esta para simular el sonido de su propio organismo desechando el liquido que ya no necesitaba.
— No pueden irse sin nosotras, todos los profesores cuentan el número de alumnos antes de partir. — Respondió Anna desde el interior del baño, tratando de prepararse. Había fingido sólo para ganar un momento a solas con Elsa y librarse de una duda.
Abrió la puerta del cubículo, salió encontrándose a su hermana recargada sobre el lavamanos, le sonrió con alivio y se acercó a lavar sus propias manos junto a ella.
— Oye Elsa… Hace un rato… En el restaurante… — Carraspeó un poco, sin mirar a su hermana, solo concentrándose en el agua que caía por encima de sus manos espumosas. — Eso de… Flynn y Rapunzel… Tú y yo… — Tragó largo sin saber cómo continuar.
— ¿Planeabas ir con alguien más? — Respondió con seriedad Elsa, cruzada de brazos mirando de reojo hacia su hermana. — Si es así yo…
— Quería ir contigo, desde el principio… Quería ir contigo. — Interrumpió la menor encogiéndose de hombros tímida. — Quería pedírtelo, pero no sabía cómo… No me habías hablado del baile y no sabía si tenías pareja, o si no… O si te importaría ir conmigo. — Terminó confesando Anna, con las manos ya libre de espuma.
— Yo… También quería pedírtelo… — Respondió Elsa girándose hacía su hermana menor. — Este es mi último año… Es el baile más importante y… Quiero ir acompañada de ti… Quiero ser yo quien te lleve del brazo, quien te diga lo hermosa que luces con el vestido… Que se quede contigo hasta la media noche… Y…
Anna escuchaba atenta a su hermana y sin poder evitarlo su rostro se fue girando para ver a su hermana, aunque aún tenía las manos sobre el lavamanos, debajo del grifo que no dejaba de soltar agua. Elsa no se molestó en eso, se acercó más a la pelirroja, la tomó por el rostro, acunándolo entre sus blancas y suaves manos.
— Quizá no te lo pedí como debería… Pero… Anna, realmente… Es lo que quiero… Y si tu también quieres… Entonces… Yo… Sería muy feliz… — Siguió la mayor de ambas, susurrando esta vez, bajando el tono de voz y también disminuyendo la distancia entre su rostro y el de su hermana. Pero fue Anna quien la acortó por completo, apegando la frente a la de Elsa, apartando las manos del agua por fin cuando el grifo automáticamente dejó de soltar agua. Las húmedas manos de Anna se apoyaron sobre las muñecas de la rubia.
— ¿Elsa…? ¿Podrías preguntarlo de nuevo? — Pidió Anna con la voz algo cortada por los nervios que le daba estar de ese modo con su hermana mayor.
— Anna… — Elsa Tragó largo, ladeó el rostro, besó la mejilla de la pelirroja, cerró los ojos y se concentró en aspirar el dulce aroma que la más joven de ambas despedía. — ¿Te gustaría ir al baile conmigo?
Anna pudo sentir como ese beso hizo que sus piernas le temblaran, un desequilibrado suspiro salió de sus labios nerviosos y tras unos segundos respondió asintiendo. Para después guiar los labios hasta el oído de Elsa. — Elsa… Nada… Nada me gustaría más, que ir contigo…
Notas finales: Gracias por leer, espero que les haya gustado, no olviden dejar review.

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