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I Almost Do [Frozen] por Sailor Sky

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Notas del capitulo: Hola, gracias por los reviews, introduzco a Rapunzel y a Flynn/Eugene como mejores amigos de nuestras protagonistas, espero no les moleste.
— ¡Ya voy! ¡Ya voy! — Una desesperaba Anna alzaba la voz, mientras terminaba de abotonarse el abrigo color fucsia que usaría aquella fría mañana.
Su padre y Elsa esperaban ya en el auto, mientras que su madre le esperaba en el umbral de la puerta, despidiendo a su hija menor con un beso fugaz en la frente, debido a lo apresurada que esta iba. Se había levantado tarde, se había retrasado, cuando Elsa ya estaba lista.
Afortunadamente aún estaban a tiempo, Anna entró al asiento trasero del auto junto a Elsa, demasiado agitada, aun llevando en la boca una rebanada de pan tostado como ‘rápido’ desayuno para no retrasar más el viaje. Mientras la pelirroja cerraba los ojos, recargada ya sobre el respaldo del asiento, respirando hondo tratando de recuperar el aire escuchó una pequeña risa a su lado. Abrió el ojo derecho para mirar por el rabillo de este y encontrarse con una divertida rubia cubriendo su boca con el dorso de la mano de la forma más delicada posible “Se ve tan hermosa” pensó Anna y luego en seguida sacudió la cabeza, se separó del respaldo e inclinó de prisa la cabeza en forma de disculpa.
— ¡Siento haberme retrasado — Se disculpó con los ojos cerrados de nuevo, haciendo que su pan cayera sobre el regazo.
— No te preocupes, vamos perfectas. — Dijo Elsa mientras tomaba con cuidado aquella pieza de pan dejándola de nueva cuenta sobre la boca de su hermana y luego ayudarle, acomodando algunos cabellos rebeldes en su flequillo, dejándolos en su sitio. — Te ves hermosa…
Anna titubeo sin saber a dónde mirar, no dijo nada sólo giró su mirada hacía el frente fingiendo que había algo importante en el camino que su padre ya había puesto en marcha.
El día de hoy ambas hermanas y sus respectivos grupos tendrían el último viaje escolar en conmemoración del fin de curso, sólo los alumnos destacados de todo el instituto tendrían la oportunidad de ser incluidos en el viaje, por supuesto Anna y Elsa estaban en esa lista.
Su padre las dejó justo donde los autobuses, donde ya había estudiantes formados, platicando y profesores resolviendo todas y cada una de las dudas de los padres preocupados por el viaje de sus hijos a pesar de que se les había instruido ya sobre ello en juntas pasadas.
— Niñas diviértanse, se lo tienen merecido… — Dijo el hombre mientras sujetaba a sus dos amadas de un hombro a cada una, encorvándose un poco para mantener contacto visual directo con ellas. — Elsa sé que no tengo que decírtelo, pero por favor cuida a Anna y Anna no se lo pongas difícil a tu hermana, traten de estar lo más juntas posible ¿Quieren?
— No debes preocuparte padre, estaremos bien. — Respondió una firme y tranquila Elsa, mientras que Anna sólo la apoyaba asintiendo varias veces.
Después de un abrazo entre los tres, las niñas tomaron cada quien su maleta y se aproximaron donde sus amigos, mientras el hombre era rápidamente rodeado por otros padres de familia, que no dudaron en felicitarlo por los recientes resultados para Elsa quien había sido la única estudiante aceptada en tan prestigiosa universidad.
— ¿Anna? ¡Por fin llegas! ¿Por qué la demora? — Dijo una joven de ojos azules y cabellos castaños muy cortos, acercándose a las hermanas con un gesto increíblemente feliz y enérgico.
— Bueno… Es que yo… Desperté un poco tarde… — Respondió un poco apenada la pelirroja, mientras se acariciaba la nuca.
— Nunca cambiarás ¿Eh? — Reparó con una sonrisa la castaña, para luego girar la mirada a la mayor de ambas. — A-ah, Elsa… Felicidades por tu aceptación. — Dijo en un tono más formal mientras inclinaba un poco su rostro como si le reverenciara.
— Te lo agradezco, Rapunzel. — Respondió con tranquilidad
— B-Bueno… — La chica carraspeó y al igual que Anna se acarició la nuca. — Ah, Nuestro bus es el de allá. — Señaló el vehículo donde empezaban a subir estudiantes. — ¿Anna, vamos?
— Ah… Es cierto… — Anna se giró y miró a su hermana mayor. — Te veré cuando lleguemos…— Tomó las manos de su hermana y dejó un pequeño beso sobre ellas. A lo que Elsa respondió asintiendo, acercando el rostro un poco al de su pequeña hermana y dejar un beso sobre su frente, justo por encima de los rojos cabellos de su flequillo.
Mientras Rapunzel y otras chicas y chicos de junto miraban la escena de amor de hermanas sumamente atentos, incluso las personas que conversaban cerca de ellas lo habían dejado de hacer, mirando con la boca ligeramente abierta y un tono especial de rojo manchando sus mejillas y el tabique de la nariz.
— Te veré cuando lleguemos. — Repitió Elsa tras separar los labios de la frente de su hermana, quien sonrió asintiendo dos veces luego de separarse de Elsa y tomar a Rapunzel del antebrazo, su mejor amiga. Caminando rumbo a su autobús. Dejando a la hermana mayor de pie ahí, siguiendo a su hermana con la mirada hasta que salió de su rango visual y para ese momento, una voz muy conocida la saco de su trance.
— Wao, eso sí que es amor. — Justo al lado de Elsa se encontraba un muchacho de cabellos castaños, ojos del mismo color y un semblante juguetón y bromista. — ¿Cuándo es la boda?

Elsa rodó los ojos sin si quiera mirar a su lado, sabía perfectamente bien de quien se trataba.
— Eugene… También me da gusto verte — Respondió Elsa a su amigo, mientras tomaba el mango de su maleta y se giraba, alzando la mirada al encabezado de los buses buscando el que le correspondía a ella.
— No, en serio ¿Sabes que escuché el otro día? — Dijo el joven, siguiendo a su amiga, pegándose a ella hombro a hombro. — “Ojala Anna y Elsa sean coronadas como rey y reina en la fiesta de graduación” Lo escuché de un grupo de chicas
— Estas de broma. — Negó Elsa volviendo a rodar los ojos mientras se detenía en la fila correspondiente al bus de su grado.
— ¡Es en serio! — Continuó emocionado Eugene. — Por supuesto que… Las pobres no contaban con mi inmensa belleza. — Dijo el chico pasándose una mano por la cabellera de forma exageradamente vanidosa.
— ¿Y eso que tiene que ver? — Preguntó Elsa alzando una ceja.
— Vamos Els, todos sabemos que el Rey de la fiesta siempre es el chico más guapo de la escuela. — Respondió con una sonrisa de serenidad fingida en el rostro.
— ¿Estás diciendo que no soy atractiva? — Cuestionó Elsa entrecerrando los ojos.
— Al contrario Els, lo eres, mucho… Pero te faltan un par de cositas para que puedas participar como “Rey” — Concluyó Eugene alzando y bajando las cejas, mientras señalaba con la mirada la entrepierna ajena y luego la contraria. A lo que Elsa sólo respondió con un ligero Facepalm, negando quedamente mientras subía la escalinata del bus para introducirse en él, seguida de un divertido Eugene.

Mientras que Elsa y Eugene formaban parte de la generación que se graduarían, es decir del último año en el instituto, Rapunzel y Anna formaban parte apenas de las chicas de primer año. Los primeros se habían hecho amigos por ser emparejados en todo, como presidentes de clase, representantes escolares, y pronto como presidentes del consejo estudiantil; ya que a pesar de la apariencia despreocupada de Eugene él resultaba ser tan calificado como Elsa en casi todo lo que ambos intentaban. Por otro lado Anna y Rapunzel habían asistido juntas al jardín de niños y al reencontrarse en el instituto su amistad había crecido aún mucho más.

— Y entonces me dijo “Ah, gracias” ¿Lo puedes creer? Estoy segura de que me pedirá acompañarlo al baile. — Contaba una muy emocionada Rapunzel, con las manos en el pecho, mirando hacia arriba a nada de suspirar. Mientras que Anna sólo le sonreía negando, por lo rápido que se ilusionaba su compañera, pero sabía bien que ella no estaba en condiciones de juzgarla. — Bueno, en realidad… Viniendo de Flynn… — Anna se refirió a Eugene de la forma en la que su hermana mayor lo hacía también. — Un “gracias” es demasiado… Quizá haya probabilidades de que te invite. — Trató de apoyar a su amiga con una sonrisa algo insegura. Haciendo que la otra riera emocionada y al final ambas se unieran esa risa protagonizada por la emoción y los nervios. Tomándose de las manos, encogiendo los hombros y haciendo temblar estos de arriba hacia abajo hasta que…
— Anna. — Se escuchó la voz de un joven que aunque era un año mayor que la mencionada, se había tomado la molestia de subir al autobús de la menor para intercambiar un par de palabras con ella.
— ¿Hans? — Respondió la pelirroja mirando al chico de perfecta postura y sofisticado peinado. — Qué… Que sorpresa… — Sonrió amablemente
— Siento interrumpirlas, pero… Estamos a punto de ponernos en marcha y quería saber si podíamos pasar un momento juntos al llegar al destino, es que… Tengo algo que decirte.
— ¿Ah? — Preguntó Rapunzel ladeando la cabeza hacía un lado.
— Ah, bueno... Yo de hecho… Iba a encontrarme con Elsa, por que… — Anna respondió un poco confundida, pero antes de que culminara Rapunzel se adelantó.
— ¡Claro! A Anna le encantaría, ¡Cuenta con ello! — Rapunzel Asintió enérgicamente mientras que Hans sonreía complacido. — Te veré entonces cuando lleguemos, hasta más tarde. — Se despidió el joven, bajando del bus mientras que en el caminó guiñaba y sonreía a las chicas que lo miraban encantadas pasar.
— No puedo creerlo… ¡Vino a verte sólo a ti! — Continuó Rapunzel apenas el joven bajó del bus. — Estoy completamente segura del que te invitará.
— Si… Bueno… — Ladeó la mirada hacía un lado con ligera incomodidad. — No creo que sea eso… Después de todo… Esperaba pedirle a Elsa que me acompañara…
— ¿Ah? ¿A tu hermana? ¿Ir juntas al baile? ¿No es eso un poco extraño? — Preguntó la castaña entrecerrando un poco los ojos.
Aquella reacción hizo que Anna se le subieran los calores al rostro. ¿Había sido muy obvia? ¿Era inapropiado lo que decía? Dudo de sus palabras sin saber que responderle, tapándose la boca con la mano derecha mientras pensaba nerviosamente en que decir. Por fortuna o por desgracia, un joven de atrás interrumpió, un chico muy pálido, con cabellos naranjas, más claros que los de Anna, pecas en el rostro, casi bien parecido de no ser por el par de dientes frontales que resaltaban en su torpe e inocente sonrisa.
— A mí me gustaría que fueran juntas, sería la primera vez que no elijen a un chico y a una chica como reyes del baile. — Habló el chico de la misma edad de Rapunzel y Anna.
— Vamos Olaf, no digas tonterías, todos suponen que Kristoff y Elsa serán premiados ¿No le ha pedido Kristoff a Elsa ser su compañera en el baile? — Preguntó la castaña algo confundida.
— Eh… No lo sé, no he hablado con Elsa sobre esas cosas. — Concluyó Anna bajando la cabeza algo pensativa.
— ¡Entonces deberías pedírselo primero! — Animó Olaf con ese tono torpe en su voz.

Los buses se habían puesto en marcha, Eugene y Elsa compartían audífonos mientras miraban una de las películas favoritas del joven, Eugene se lo pasaba aguantándose la risa mientras que Elsa miraba sin prestar mucha atención, pensando sólo en su hermana, mirando de vez en cuando hacía adelante como si pudiera dar con el vehículo que llevaba a su hermana abordo.
— Ah vamos, no estas prestando atención, esa era la mejor parte. — Demando Eugene mientras se quitaba el auricular. Y dejaba boca abajo la tableta.
— Lo siento, estaba pensando en…— Antes de que Elsa terminará el joven se adelantó.
— Anna, lo sé. Así es el amor — Dijo con una sonrisa ladeada mientras guardaba el dispositivo de vuelta en su mochila.
— Si alguien te escucha decir eso… Flynn yo…— Susurró dirigiéndole una mirada siniestra a su amigo.
— Por favor, no me digas que no lo has oído también… Anna y tú son como… No lo sé…El emblema arcoíris de nuestra escuela.
— ¿Qué? — La expresión de Elsa cambió a una completamente desencajada.
— ¿Recuerdas cuando estábamos en primer año? Y estaban esas dos chicas… Ahm… Esa rubia que dormía mucho y la chica asiática que estaba con ella todo el tiempo. — Decía Eugene mientras trataba de recordar los nombres de aquellas dos graduadas que después de salir del instituto habían revelado que su amistad, no era sólo amistad.

— Aurora y Mulan no era hermanas ¿Sabes? — Dijo Elsa para asegurar que la idea de Eugene era completamente trillada.

— ¡Lo sé! Ustedes serían la nueva sensación. — Continuó entusiasmado el joven castaño.

— Flynn… ¿Realmente piensas que Anna y yo…? — Aunque el muchacho siempre molestaba a Elsa con eso, por lo sobreprotectora que resultaba ser la hermana mayor y por las ‘exageradas’ muestras de afecto que ambas tenían una con la otra, pero ahora Elsa empezaba a cuestionarse si lo decía en serio. Se esperaba una risa, un “como crees” o algo parecido pero al contrario, el joven sonrió calmado, con los parpados un poco abajo, demasiado confiado. Se recargó en su asiento, tomó el libro que Elsa tenía en su regazo y lo empezó a hojear.

— Elsa, vi el vídeo. — Fue todo lo que dijo.

— ¿Qué…? ¿Qué vídeo? — Preguntó la rubia sintiendo como su corazón se estremecía.

— Sabes que soy curioso, además estaba muy aburrido y no debiste dejar tu cámara en mi mochila.

Elsa enmudeció. Rogando a todos los cielos que Flynn no estuviera hablando de lo que ella creía, esperando que fuera todo un mal entendido, deseando de verdad que estuviera equivocado, pero su siguiente comentario sólo lo confirmó.

— La gente normal escribe cartas, o lo dice frente a frente, pero tú… ¿Crees que sea buena idea confesarle tu amor a Anna por medio de un vídeo?
— Flynn.. Tú realmente… — Elsa esperaba que fuera mentira, pero su amigo ya lo había descubierto, por un descuido, sólo por un descuido su más grande secreto había sido descubierto.
— Eso sería muy cruel, porque… Según entendí ¿Piensas dejárselo el día que te vayas o no?
Notas finales: Gracias por leer ~

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