El viejo lanzó un grito ahogado mientras se arrastraba rumbo a las columnas.
¿No te preocupa él?—preguntó Seto mientras el rubio le ayudaba a deshacerse del cuerpo que tenía encima.
Me encargaré de él cuando te saque de debajo. No representa amenaza—dijo el melado mientras levantaba el gordinflón cuerpo y entonces el ojos azules vio brillar algo detrás de él, con su mano liberada empujó al rubio un momento antes que el disparo resonara y le diera en el hombro derecho en vez de en el corazón a donde apuntaba el disparo. Sosteniéndose el hombro mientras corría Wheeler se dirigía a las columnas donde se protegió.
Había alguien más allí y era bueno en lo que hacía. El escurridizo jefe intentaba también ponerse a salvo y él le disparó cerca, atemorizado el otro se quedó quieto--¿Quién está con nosotros?—le preguntó el rubio y le apuntó a la cara.
El es… Jason Michaels—dijo el viejo bajo.
Joey miró el cuerpo caído y se dio cuenta. Ese tipo era bueno pero no tanto… era un señuelo.
¿Qué quiere? ¿Por qué él…?—preguntó el melado y cuando el otro abrió la boca un circulo rojo se formó en su frente, se quedó sin habla y su cuerpo cayó hacia atrás sin vida.
Eso era malo. Michaels estaba limpiándolo todo, inclusive los testigos. ¿Intentaba ser el rey de Europa y Asia? Era una descabellada idea pero tal vez era así.
Una bala pegó cerca de donde Seto estaba removiéndose bajo el cuerpo del guardia. Seto era la carnada para la trampa.
No deberías tener estas debilidades en tu posición—anunció una voz desde la oscuridad.
Por la certeza de los disparos a tanta distancia, pues estaba en el segundo piso pues el lugar tenía una especie de anfiteatro en las alturas, el otro asesino debía estar utilizando un rifle de alta precisión. Al menos era lo que él utilizaría en esta situación.
Sonaba algo molesto, se dijeron Wheeler y Kaiba.
¿Quién dijo que él es mi debilidad?—preguntó el melado.
Eres patético—dijo la voz más gravemente—Mentir de esa manera cuando atravesaste medio continente para venir por él.
Seto sintió una pequeña alegría. ¿Medio continente, no?
Eso le decía a Joseph que el otro había sabido desde un inicio donde se encontraba en todo momento. Esto era grave. Eso hablaba de mucho interés en su persona por parte del otro lo que le decía que podía llegar a una obsesión.
¿Por qué haces esto? Tu jefe está muerto. Y no hay razón para que me mates. Provocarías a los demás a intentar lo mismo contigo y terminar con tu territorio—le dijo Joseph.
Esto no se trata de nada de eso—aludió su enemigo interesando al castaño y al rubio por igual.
¡Ilústrame!—le pidió el ojos mieles.
¡Tú sabes porque lo hago!—le contestó Michaels.
En verdad no—le contestó Joey a él.
En la oscuridad la pálida sombra sonrió tras la mira del rifle—Ese es un problema para ti. ¿No es así?—le dijo.
Joey más que nunca supo que eso era una cuestión personal para su enemigo. El siguiente impacto cayó sobre el cuerpo del guardia muerto. Joey desde varios pasos de distancia se encontró con los ojos de Seto que al mirarlo sospecharon del verdadero peligro que corría.
Los pasos de Joey resonaron mientras corría por detrás de las columnas.
¿Planeas dejar a tu amado justo ahora? ¡Que descortés de tu parte—dijo en un susurró Jason mientras apuntaba con su H&K 3.5 al cuerpo inerte. Sabía que si asestaba dos disparos al mismo hoyo era probable que el fulano de Kaiba diera su último aliento y si Wheeler no lo apreciaba tanto de nada servía mantenerlo con vida y al menos podía llegar a sentirse culpable por su muerte y esa clase de culpa nublaría su buen juicio.
Michaels era un experto en tipos como Wheeler, un ego enorme, aparente cinismo y frialdad pero detrás de todo ese puro talento se escondía la simple ilusión del caballero perfecto. El que siempre aparece para rescatar a su damisela, o en este caso a su hombre. Ya era por lo menos la cuarta vez que él iba en ayuda de ese tipo. Él era su talón de Aquiles. Por eso hizo que el Jack lo secuestrara. Lástima que el pobre Jack terminara así, se dijo mientras veía su cadáver de reojo, pero así era el trabajo.