Habían discutido por él.
¡No usaré un pasaporte falso! ¿Quieres que me detengan?—preguntó el ojos azules crispado ante la insinuación de algo ilegal en su persona ante la opinión pública.
¿Prefieres que te maten?—preguntó el asesino molesto—Ya allá sabrás preparar una excusa, como que te viste obligado por las circunstancias para escapar de tus captores. ¿Qué te parece esa?—preguntó Wheeler ansioso por deshacerse del escepticismo del otro.
Me preguntarán porque no fui al consulado—dijo Seto nada convencido.
Diles que alguien del consulado estaba metido en el enredo según tus secuestradores y tuviste miedo de ellos y de la policía corrupta, créeme eso funcionará—le dijo Wheeler.
Pero no me dio miedo conseguir un pasaporte falso con la mafia—dijo el ojos azules escéptico.
¡Dingo no es la mafia! Además aquí es más fácil conseguir documentos falsos que dulces y todos lo saben. Te perdiste y le contaste a un extraño tu desventura por lo que el a cambio de tu reloj, que los secuestradores te habían dejado, te hizo ese documento—dijo el rubio empujándolo con el dichoso pasaporte.
Kaiba no lo quería ni por nada—Pero esos tipos no me dejaron mi reloj—
Ellos no tienen porqué saberlo. ¿Cierto genio?—preguntó el melado irritando al otro.
Ahora, una después ambos estaban frente a la boletería de Korean Airlines mientras Seto hacía su trámite. Como Joey viera que llegaba al chequeo sin problemas y que pasaba este entrando al túnel de abordaje se volteó y se fue.
La aeromoza que atendía el puesto de chequeo miró al joven de gorra verde después que el último pasajero pasara por su puesto y sonrió mientras este caminaba más allá de su visión. Se volteó y caminó por el túnel tras los pasajeros.
Señor Itake, por favor espere—le dijo la aeromoza a cierto ojos azules que viajaba bajo ese nombre falso. Él se dio cuenta de que lo llamaban a él y volteó. La mujer le sonrió--¿Podría acompañarme?—preguntó ella.
¿Hay algún problema?—preguntó el castaño.
Si—respondió la mujer provocándole cierto nerviosismo—El señor Wheeler puede sentirse muy solo sin usted—añadió ella sonriente y con una voz un tanto ronca que Seto reconoció, era la voz que provenía de las sombras en aquel mausoleo. Era la voz de Jason Michaels.
Ni bien salieron por su puerta, Dingo discó el número que tenía en su memoria, cuando contestaron dijo—Si, te llamo como acordamos, Wheeler ha pasado por aquí, solo un pasaporte, para el castaño, me parece que nuestro amigo pretende quedarse un rato por aquí y dar unas vueltas—hablaron del otro lado—¿Cómo quieres que lo sepa? Gírame el dinero mañana—
Seto se encontraba en una situación desesperada y él mismo lo sabía. Jason Michaels jugueteaba con su navaja mientras miraba al exterior por una ventana, sentado como estaba en una silla de madera vienesa mientras él estaba atado de las manos por la espalda y sentado en el suelo.
Aún no decido que es lo mejor que hacer contigo. Sin duda Wheeler sufriría al ver tu cuerpo destrozado—dijo como si hablara de la comida del día anterior.
¿Por qué quieres matarlo? No lo entiendo. ¿No era que entre ustedes había una especie de pacto no escrito para que cada uno se mantuviera en su área?—preguntó Seto con mirada furiosa.
En verdad alguien tan presuntuoso como para hacerse llamar “El rey de los asesinos” no debería tener una debilidad semejante—dijo el pelinegro acercándose a él y tocando debajo de su barbilla con su navaja mientras sonreía.
¿Debilidad?—preguntó confuso por un momento Kaiba hasta que descubrió a que se refería--¿Te refieres a mí?—
Una persona en su posición debería saber cuidar mejor sus flancos. Entré en esto porque me entretenía y traía buen dinero pero he de ser sincero, nunca pensé que el fuera por ti. De ser yo te hubieras muerto en ese lugar—dijo Jason mientras hendía un poco la punta en la quijada de Seto para luego aflojar la presión mientras sus ojos se oscurecían y añadía—El que escapara solo ocurrió gracias a ti. Tú destruiste mi primer intento y luego lo halaste de ese lugar… si ese intento de asesino sigue vivo es solo tu culpa. El truco con la lata de cerveza tampoco sirve para que mi disposición con ustedes mejore—movió el filo un poco más cerca de la garganta del atrapado ojos azules—Estoy pensando cuan valioso eres para él, cruzó Asia para salvarte e incluso a plena guerra del golfo. Su interés debe ser mucho y me pregunto que hay en ti que pueda causar tanta fascinación en un hombre como él. Yo lo consideraba mi igual hasta que supe de tu existencia y es que como ya te dije un asesino no puede permitirse ciertos lujos, como tener allegados. ¡Dime Kaiba! ¿Qué te hace tan especial para que Wheeler te haya hecho su novia?—
¡Yo no soy la novia de nadie!—gritó un furioso Seto.
¡Mmmmm! Te rehúsas a decirme. Deberé comprobar que tienes tan especial para que Joseph Wheeler te adore—dijo Michaels acercándose a su oído.
¡Aléjate! ¡Ya te dije! ¡Yo no soy la novia de nadie!—dijo el castaño moviendo sus pies para golpearlo. El otro se alejó solo para volver y poner el filo en posición horizontal frente a la garganta—Si me dañas…--
Es adorable tu confianza pero recuerda que él cree que estás en Japón. Nadie vendrá a salvarte porque no sabe que estás conmigo. Si desaparecieras hoy él jamás sabría qué fue de ti—le recordó el pelinegro antes de lamer el cuello bajo el oído obteniendo un gesto de repugnancia en el rostro de Seto.