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Siete colores en el arcoíris por La Joss

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Notas del capitulo:

Siguiendo con la celebración NijiAka en Tumblr.

Prompt Day 2: Fluff/Domestic

Podría decirse que también tiene algo de fluff. Basado en mis pasadas experiencias en la cocina, allí donde un tenedor en mis manos era un arma de destrucción masiva.

Arroz al carbón

 

¿Había alimento más maravilloso que el arroz frito? La respuesta es no.

En opinión de Nijimura, no existía mejor manera de cocinar el sagrado cereal que de esa manera, y sólo acotando, el que su madre hacía era el mejor que había probado. No lo decía porque fuera el típico hijo ejemplar que defendía a capa y espada la gastronomía de su sacrosanta madre, aunque también. Shuuzou era objetivo en su juicio y respaldado por muchos otros glotones ajenos a la dinastía de los Nijis, privilegiados al probar semejante manjar.

Adorando con ese fervor el arroz frito, no era de extrañar que se llevara un susto de muerte con tremendo sacrilegio que estaba cometiendo Akashi en la cocina, hasta el punto de casi soltar un chillido de dudosa virilidad.

Ese arroz frito parecía más al carbón que nada.

─Oh, bienvenido─ saludó el asesino en cuestión cuando el pobre de Nijimura entraba a la cocina, guiado por el olorcillo a chamuscado─. ¿Cómo estuvo hoy tu día?

Y aparte actuaba como si el no fuera el perpetrador del crimen. Cuánto descaro.

─Estuvo normal, como siempre─ contestó con un gruñido, fingiendo que no era testigo de aquella atrocidad─. ¿Y el tuyo?

─Ajetreado─ contestó soltando un suspiro, separándose de la estufa. Al menos había tenido el sentido común de apagar ya lo que quemaba─. Había muchos pendientes que resolver para la empresa y posponerlos no era una opción.

Con respuestas así, Nijimura Shuuzou se daba cuenta de lo afortunado que era por llevar la vida que tenía: Akashi había tenido la buena voluntad de aceptar mudarse con él a una casa modesta, no que fuera una mísera casa de cartón, pero más humilde que la mansión donde solía vivir el ilustre heredero seguro que sí. Además, era de admirarse que su novio se partiera el lomo de esa manera por él, eso no significaba que lo mantuviera ni nada ¡Como si fuera a aceptar algo así!

Pero la situación era esta: Haberse ido de la mansión y la vida cómoda no le había hecho nada de gracia a papi suegro alias Akashi senior, mucho menos enterarse que se mudaba para mantener una relación romántica con tu regular donnadie ¿Y cómo había acabado el asunto? Con Akashi trabajando más que nunca para demostrar que, aún con todo, podía perfectamente con sus responsabilidades.

Y si por el momento mantenía bien oculta la relación con Nijimura, pues de perlas para el suegrito. Shuuzou no es que pegara brinquitos por la idea de ser marginado así de buenas a primeras, pero por mientras no se iba a poner intransigente. Al menos no cuando Akashi estaba dándolo todo por esa relación.

─Oye, si la tuviste dura en el día déjame la cocina a mí, faltaba más.

Que apreciara el esfuerzo de Akashi no quería decir que le maravillara lo que hacía con el arroz.

─Está bien. Quería intentar hacer esto, ya sé que te encanta el arroz frito.

Pues sí, amaba el arroz frito, no el arroz quemado. Pero eso no se lo iba a decir él.

─Claro que no es necesario que finjas que te gusta lo que estoy haciendo─ continuó Akashi, clavando su mirada en lo que pretendía ser comida─. Mi sentido del olfato funciona perfectamente bien, así que soy consciente de que acabo de arruinar la cena, así como soy consciente de tu temor a probarlo.

Nijimura soltó un suspiro y se masajeó las sienes, despotricando contra sí mismo por haber creído que Akashi no se daría cuenta de su desdén por el arroz al carbón.

─Ya. Entonces ya no tengo que fingir y no decirte que tu arroz está para llorar.

Akashi sonrió y asintió. Pero aun así, Nijimura no podía quedarse tranquilo sabiendo que le había puesto empeño en cocinarle algo, más aún, algo que le fascinaba ¿Quién iba a decir que el magnánimo Akashi Seijuurou tenía esos detallazos?

─Igual es la primera vez que lo preparas, pudo haber sido peor.

─ ¿Te refieres a que pude haber quemado la cocina? No me subestimes, dudo llegar a ese extremo─ contestó Akashi, dividido entre la diversión y su irritante tendencia a hacerse el digno.

─La cocina no, pero el arroz está carbonizado─ contestó dándole un golpecito en la frente, porque podía.

─Tú mismo lo has dicho, Shuuzou, esta fue la primera vez. Tengo confianza en que en la segunda no cometeré los mismos errores.

─Ajá. Oye, si te interesa, yo te enseño─ frunció su labio infame labio superior, poniendo su mejor imagen de pasota─. A ver, que mi arroz frito no es tan bueno como el de mi madre, pero está más o menos decente.

Qué bonita sonrisa tenía Akashi cuando algo lo hacía verdaderamente feliz. Era mucho mejor verlo así, tan sereno y atractivo que cuando ponía esa puta sonrisa de demente que a veces aún se le salía. Menos mal que ya era menos frecuente.

─Me encantaría tomar lecciones de cocina contigo. Sin embargo ¿No sería más conveniente aprender de tu madre?

─ ¿Estás tratando de decirme que no confías en lo que te vaya a enseñar, mocoso malagradecido?

─En lo absoluto. Sólo digo que es de conocimiento público el hecho de que la comida casera es mucho más deliciosa.

Nijimura resopló y le obsequió con una sonrisa torcida.

─A ver ¿No te das cuenta de que sería comida casera de todas formas? Este es nuestro hogar, Seijuurou.

Con esas palabras el corazón de ambos dio un brinquito. Aparte de eso, Nijimura estaba azorado ¿Cómo es que de su boca de camionero había salido esa mamarrachada empalagosa? Misterios de la convivencia diaria con Akashi.

─No es propio de ti decir cosas como esas─ dijo Akashi, arruinando lo bonito del momento, como siempre─. Pero igualmente lo aprecio y quiero hacer una petición.

─Escupe y ya veremos─ gruñó el pobre de Nijimura, aun tratando de reponerse de su lapsus diabético.

─Además de arroz, quisiera que me enseñaras a cocinar el tofu. Sé prepararlo sin quemar nada, pero me gustaría poder mejorarlo.

Pues claro que le iba a enseñar a preparar lo que él quisiera, aunque probablemente si llegaría el punto en el que necesitarían ser auxiliados por la señora Nijimura. Tofu, arroz frito, lo que quisieran, tenían mucho tiempo de sobrar para practicar en, como Shuuzou lo había llamado, su hogar.

Pero eso mañana. Tenían que ocuparse de ordenar comida y despegar el arroz al carbón gourmet.

 

Notas finales:

No estoy muy segura de que vaya a llenar los prompts diario, pero haré lo que pueda :c


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