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Enamorándome a las tres de la madrugada. por Angeliurian

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Notas del capitulo:

Bueno les dejos este primer capítulo, también podrán hallar la historia en Wattpad!

Pasos ensordecedores me despiertan del fantástico mundo de los sueños, miro la hora que marca mi reloj en la mesita de luz y la misma de siempre vuelve a parecer como una adivinación, indicando las tres de la madrugada. Hace tiempo que mantengo esta rutina de despertarme en ese lapso de horario, más nunca antes me había levantado por ruidos, solo por inercia. Me elevo de la acogedora cama, mientras que a marcha cansada me dirijo a la puerta de mi habitación, aun escuchando las sonoras zancadas que se inyectan en mi audición como una mala señal. De esta forma, apoyo mi oreja en el pórtico, para percibir de donde provienen aquellos crujidos. Sin embargo, un estridente impacto en la misma hace que vocifere un grito ensordecedor y que me derrumbe en el frío suelo de la impresión. De manera rápida me alzo del piso instantáneamente, trancó de forma atormentada el portillo y como última instancia a esta diversión irracional, me acuesto en mi lecho tapándome con las suaves sabanas, buscando que estas me protejan de algún modo. Mi organismo entero tiembla y suda, mientras prestó atención a las estrepitosas palpitaciones de mí acelerado corazón que retumban una y otra vez en mi cien. Sin más, los diabólicos zumbidos cesan milagrosamente y todo se vuelve una completa entrega de paz. En otras palabras, me tranquilizó, no obstante, el miedo no se va de allí, algo se halla al otro lado de la puerta, en mi misma vivienda, conmigo en la casa, pero, ¿Qué es?, ¿Quién los hace?. Claramente se oían como pisadas y el choque en la abertura era lo más inquietante para mi pobre ser. Como queriendo tratar de aumentar mi martirio, el silencio de la siniestra noche fue roto al querer tratar de instaurarse en mi dormitorio, estaban forzando la entrada para abrirla. Por mi parte, cerré los ojos fuertemente y apreté  mis manos a las frazadas a causa del terror que me recorría el saber que algún individuo quería irrumpir en mi cuarto. Fue en ese preciso instante, que sentí como alguien desmontaba pausadamente las cobijas que me cubrían, mas no quería ver de quien se trataba, pues estaba paralizada contra mi voluntad. Asique, solo me cubrí las retinas con las palmas en forma de seguridad. Al quedar totalmente al descubierto, pude presentir un peso extra en aquella cama, una persona no identificada se había tomado el atrevimiento de recostarse a mi lado, podía oír su respiración pausada, pero no quería abrir las pupilas, mis manos no se despegaban de mi rostro acobardado, estaba completamente estancada en esa postura y los estruendos insistentes del portón no cesaban ante nada.

 

 

 

Al instante, escuche claramente la voz de una niña, tal vez hasta tendría mi misma edad, diciéndome palabras tranquilizadoras, como: “No temas, no te hare daño”, “Puedes confiar en mi”. Esas frases se hincaron en mi cabeza y algo me dijo que esa pequeña nada malévolo me iba a hacer, por lo que algo temerosa fui bajando lentamente las manos de mis facciones, para conocer quién era la dueña de aquella voz que me había cautivado y llenado al instante de sosiego. Cuando la contemple me quede sin palabras, era portadora de una belleza exótica nunca antes vista por mis jóvenes ojos. Su tez era blanca como la nieve misma, de ojos grises o verdes, no podía diferenciarlos bien por la escasa luz que entraba por el ventanal y cabello corto hasta la terminación de los hombros, pigmentado de un intenso color dorado que brillaba ante la luminiscencia del astro lunar. Una sonrisa se formó en su perfil al visualizar que yo por fin había decidido a distinguirla, más se borró al santiamén y se acercó a mí cautelosamente sin dejar de escrutarme con sus luceros. Extrañamente se posiciono encima de mí anatomía, quedando exactamente yo abajo y ella en la parte alta. Después, con suma delicadeza corrió un par de rebeldes mechones pellirrojos de mi semblante, quedando así mi oreja al descubierto, donde se acercó y susurro: “Ten cuidado pequeña Anahí, nos sabes lo que te puede ocurrir al despertarte a las tres de la mañana”.

 

 

 

Un escalofrió latente me estremeció por completo, mientras que seguramente mi cara era un poema ante la confusión que en esos momentos tenía. No obstante, mi curiosidad era mayoritaria por lo que atine a preguntarle...

 

 

 

_ ¿Qué puede ocurrir?, siempre me levanto a las tres, pero yo no lo provoco, simplemente así sucede.  (Sin despejarse aun de mi oído, la hermosa desconocida contesto)

 

 

 

_Pues, las puertas del infiernos se abren precisamente a las tres de la madrugada, dejando salir a los demonios del inframundo, no debes confiarte, “La noche es para dormir y no dejar de soñar, más nunca a las tres debes despertar”…

 

 

 

Me sorprendió escuchar aquellas conclusiones carentes de sentido común y a la vez me inquietaron de sobremanera. Al ver que yo no respondía y que mi anatomía se tensaba, se separó de mi figura, al mismo tiempo que me acechaba intensamente a mis pupilas esmeraldas, mientras yo observaba igualmente las suyas perdiéndome de forma total en la profundidad, en el brillo, en la nostalgia que me producían. Pero de pronto, todo cambio deliberadamente para mi conmoción y se volvieron de un rojo intenso, rojo sangre. Asique, aparte mi mirada de ella hacia un costado, pues el miedo había retornado nuevamente de lo abismal.

 

 

 

_Ya te lo dije no debes temerme, aunque sea uno de ellos no significa que sea igual, no me juzgues sin antes conocerme mi quería Anahí. (Me dijo en un pequeño murmullo)

 

 

 

Di vuelta mi perfil otra vez para poder examinarla y manifestarle, pero sus dulces labios atraparon los míos dando lugar a un beso inesperado. Eran sensaciones demasiadas extrañas las que sentía, ya que nunca había besado a nadie en mi corta vida, además, jamás se me pasó por la cabeza que el primero sería con una jovencita y en esta descarriada situación.

 

 

 

_P-or ¿Por qué hiciste eso? (Le pregunte agitada y roja de la vergüenza que me embargaba)

 

 

 

_Shhhh , me tengo que ir, me están llamando. No sé si te volveré a ver, tal vez ese fue un beso de despedida o bienvenida, aun no lo sé, adiós Anahí. (Esas fueron sus últimas palabras antes de desaparecer instantáneamente ante mis ojos incrédulos, la puerta que a un no dejaba de ser golpeada, cayo ocasionando un gran ruido sordo y susto de mi parte)

 

 

 

Unos brazos me envolvieron cálidamente, eran mi madre y padre con caras de una notable preocupación. Lo cual me hizo pensar que eran ellos los que ocasionaban esos ruidos molestos. A los instantes, me explicaron que me escucharon gritar y trataron por todos los medios de que yo les habrá el pórtico de mi habitación, pero por alguna rara razón no los oía, por lo que no tuvieron más remedio que tirar la puerta abajo.

 

 

 

De esos hechos pasaron cuatro años, ahora tengo dieciséis años. Nadie me creyó, ni espero que lo hagan, pues no los culpo en realidad. Muchas noches trate de permanecer despierta hasta las tres am, pero nada extraño o fuera de lo usual ocurrió, nunca más la volví ver. Ella fue un enigma para mi existencia, algo que aún no asimilo del todo, ya que es bastante irreal e ilógico para cualquier ser. Miles de preguntas sin respuestas aún conservo en mi mente ¿Cómo sabia mi nombre?, ¿Cómo se apareció en mi habitación?, ¿Era un ser del más allá o un demonio?. Sé que no lo soñé, ya que recuerdo perfectamente sus exquisitos labios sobre los míos, esos que me invito a probar, aún conservo la esperanza de verla nuevamente, algún día tal vez se cumpla mi deseo y la vuelva a encontrar. Por un tiempo ella apareció en mis sueños ocasionándome una abatida melancolía, pero con el transcurso de lo meses desapareció sin dejar rastro.

 

 

 

Era viernes por la noche y me encontraba en una cena con mis padres en un pintoresco restaurante de la ciudad. Donde nos encontrábamos daba una vista perfecta a la metrópoli,  percibiendo el trascurrir de las numerosas personas y vehículos pasar de un lado a otro. Mi visión se perdió ante ese panorama hastiado visto por mi demasiadas veces, pero algo hizo que le prestara suma atención, más bien a alguien en particular, “es ella" me dije mentalmente, parecía realmente irreal lo que estaba sucediendo, era algo de no creer lo que mis ojos veían. Nunca podría olvidar esa cabellera dorada, facciones y ojos que ahora reconocía como grises. Me pare de imprevisto de mi asiento siguiendo con mi iris a ese alucinante individuo que tanto había deseado ver. Mis progenitores se asustaron ante mi comportamiento, pero me excuse diciendo que iba al servicio un momento.

 

 

 

Salí a toda prisa del sitio, tratando de no llamar la atención de mis padres. Fue entonces, cuando a lo lejos la divise entre la multitud, una alegría me recorrió el cuerpo entero, mis plegarias habían sido escuchadas por alguien y al fin la advertía luego de años. Corrí frenética, como si mi vida dependiese de ello y a los pocos minutos la alcance tomándola imprevistamente de un hombro. Espere a que mi respiración se calmara por la carrera hecha y levante la vista. Estaba confirmadísimo al curiosearla, era ella, la persona que irrumpió en mi alcoba, claro que ya no era una niña sino una adolescente. Nuestras pupilas se encontraron y no quedamos viendo un rato fijamente como aquella vez, pero a los segundos ella rompió el silencio…

 

 

 

_ ¿Te conozco? (Me pregunto)

 

 

 

Me quede sin palabras, no me salían, ¿Acaso estaba bromeando?

 

 

 

_Hey, ¿Estás bien? (Volvió a preguntar, sacándome de mi  ensimismado)

 

 

 

_ ¿Acaso no sabes quién soy? , sé que pasaron años pero me tienes que recordar.

 

 

 

_ Mmmm, no, no lo creo (Me contesto, con una sonrisa burlona en el rostro. Dándome a entender que algo si sabía)

 

 

 

_Creo que mientes!

 

 

 

_Y yo creo que eres una persona muy insistente, además, hace poco que estoy aquí como voy a conocerte, creo que estás loca, adiós! (Cuando estaba por dar media vuelta para irse, le grite).                       

 

 

 

_Hace cuatro años, te apareciste en mi cuarto a las tres de la madruga y eso no fue todo, me besaste!!.

 

 

 

La misteriosa chica paro en seco, girando su cuerpo para mírame con una sonrisa ladina en la cara. Sin previo aviso, me tomo de la mano y me llevo a un callejón oscuro. Me sorprendía de misma, pues en ningún momento dude en seguirla, me parecía rara su actitud, más al ver donde nos dirigíamos, pero quería respuestas, la quería a ella, asique solo me deje llevar por el impulso errático y  decidí confiar una vez más en la joven muchacha.

 

 

 

Al llegar un panorama sombrío nos cubrió a ambas en esa helada callejuela, el sonido parecía algo distante y solo nuestras respiraciones se sentían con fulgor. A continuación, la insólita chica me acorralo contra la áspera pared de ladrillos rojos, acercándose lentamente hacia mi posición, dejándome a escasos centímetros de ella...

 

 

 

_No eres tonta Anahí, veo que has memorizado todo, aunque en realidad no debías. (Sus palabras no me sorprendieron. ya que yo intuía desde un inicio que ella escondía algo)

 

 

 

_No, no soy tonta, más bien soy fiel a las personas que fueron importantes para mí y las recuerdo, no las olvido y me hago la desentendida como tú.

 

 

 

_No sabes de lo hablas, no tendrías que haber recordado nada de lo acontecido, olvida todo y olvídame, como yo lo he hecho estos años. Somos diferentes en todos los aspectos, nunca podríamos estar juntas.

 

 

 

_Eres incapaz de reconocer lo que sucedió entre nosotras ¿verdad?, te estas aferrando a una estúpida mentira que tú creaste para olvidarme, pero no podrás hacer que yo te abandone aunque quieras, es demasiado tarde para mí, tu creaste estos sentimientos que me recorren, no seas cobarde y hazte cargo. Sé que te acuerdas perfectamente de esa noche, de los sucesos que marcaron mi niñez de una forma hermosa, porque me enamoraste. Tal vez creas que es mentira al solo habernos visto una sola vez, pero sé que mi corazón no miente en este momento y los latidos que genera son solamente para ti. Ahora solo contéstame con sinceridad mirándome a los ojos y dime que tú no sientes lo mismo!!

 

 

 

Al decirle todo aquello que conservaba en mi interior como una cruz, se separó de mí y se quedó admirando la hermosa luna, que en la lejanía nos iluminaba con su resplandor nocturno.

 

 

 

_Claro que lo reconozco, pero no es mi decisión hacerme cargo o no de lo que siento por ti. Siempre te recordé pero creía que tú no estabas enterada de nada, veo que el conjuro no funciono en ti esa noche. Lamento decirte que hoy enserio será la última vez que hablemos y que me recuerdes.

 

 

 

_ ¿De qué hablas? (Vi cómo se acercaba hasta mi lado y me perdí en sus luceros que de pronto se volvieron carmesí como sucedió esa vez. Se aproximó a mí mirándome inalterablemente y acortando la distancia entre nosotras. De pronto, sentí como sus labios se adueñaban de los míos, aun permanecíamos con los ojos abiertos, estaba absorta por ese color rubí, pero a los segundos me deje llevar por ese añorado beso y cerré los fanales pegándome más a su cuerpo. Al separarnos por la falta de aire, me marie, mi vista se nublo y sentía que muy pronto perdería la conciencia. Lo último que escuche fueron sus frases muy cerca de mi audición: “olvídame Anahí, lo siento”. Trate con todas mis fuerzas de permanecer despierta, pero mis pupilas me traicionaron vilmente y caí inconsciente rendida en sus brazos.

 

Me levante pero no reconocía el lugar, no era mi habitación. Al visualizar mejor vi a mi madre durmiendo en una silla y comprendí que estaba en un hospital. Me entro un horrible miedo y busque en mi complexión secuelas o algo que me haya llevado a ese sitio, pero no tenía absolutamente nada. Trate de rememorar datos, información de lo que había ocurrido la noche anterior, pero ninguna reminiscencia sólida surgía en mi mente. Mi madre despertó y una sonrisa se marcó en su perfil al verme. La atosigue con preguntas de porque me hallaba en una clínica y ella amablemente me explico que me encontraron inconsciente en un horrible callejón y que alguien desconocido había llamado a una ambulancia. Me quede estupefacta con lo que me relataba, ya que yo en ningún momento recapitulaba haber ido allí.

 

Las semanas pasaron y todo concurría normalmente excepto por algo. Cada noche soñaba con alguien, con una muchacha de hebras doradas, piel de porcelana y portadora de unos hermosos ojos bermellón. Sin saber porque después de soñar con ella me levantaba exactamente a las tres de la madrugada con las pupilas inundadas de lágrimas. Nunca supe quién era ella, en mis narcosis ella lloraba desconsoladamente y no me dejaba acercarme a su lado, yo corría y corría para alcanzarla más algo siempre me lo impedía y no llegaba jamás a la extraña joven.

 

Un anochecer desvelada, una evocación remota llego a mis pensamientos del día en que me encontraron desfallecida...

 

 

_Rojo, ojos rojos, que hermosos ojos rubí fueron los que vi. (Frustrantemente solo eso recordaba  y me parecía algo realmente absurdo, ¿Quién podía tener retinas así?, seguramente, nadie. Me reí de mi misma por las locuras que pensaba y por los sueños anteriormente tenidos. Tal vez solo era producto de mi imaginación, si eso debe ser. Pero aun presagiaba que algo me faltaba, me dolía el corazón como si me hubieran arrancado lo más importante. Sin más, le reste importancia al asunto y volví a acostarme en mi mullida litera. En mi sueño nuevamente apareció ella, pero esta vez se acercaba a mí con total naturalidad, tomaba mi rostro entre sus manos y me susurraba al oído “Lo siento Anahí”)

Notas finales:

Espero criticas contructivas,dudas o algo que quieran encomendarme para saber si voy bien encaminada en esta historia que les aseguro sera muy fantástica. Saludos para todos los que pasen por aquí y suerte en su semana.


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