Capítulo 2: Promesas.
Al poco tiempo de que Law fuese capturado y echado al calabozo muchos de los presos habían muerto, al principio no entendía muy bien las cosas pero con el paso del tiempo comenzó a darse cuenta de cómo funcionaban las cosas allí, después de una semana de permanencia en aquel lugar, uno de los guardias del rey bajo a darle algunas “lecciones”, esa fue la primera vez que lo llevaron a la última celda y comenzaron a golpearle, el látigo que caía constantemente en su espalda le provocaba un dolor inmenso, si bien mientras aún era libre había recibido y dado un montón de golpizas, y había sentido varias veces el dolor esto era completamente distinto, las veces en que terminaba desatando una pelea con alguien por algún motivo no necesariamente importante, había podido defenderse y en ocasiones salir ganando, pero aquí, atado de manos y con la espalda descubierta… definitivamente defenderse era imposible, por mucho dolor que cada latigazo le causase no quiso gritar, pronto comenzó a morderse el labio inferior tratando de distraer a su mente con el dolor de su labio y olvidar el inmenso dolor en su espalda, pero no servía de mucho, algunas veces no podía contener todos los gritos pero casi siempre se mordía el labio hasta que sangrara, aquella vez sentía como su piel comenzaba a abrirse y empezaba a arder.
--Basta,-- susurró entonces, pero los golpes no cesaron, solo podía oír la maldita risa de aquel hombre--, Basta,-- grito entonces.
……………….
Law abrió los ojos encontrándose con la inmensa oscuridad que le esperaba todos los días, pensó entonces que aquella rutina le estaba provocando pesadillas, sin embargo, ahora mismo sentía algo pesado en su pecho que no le dejaba respirar muy bien, dirigió sus manos hacia donde sentía el peso y levanto lo que parecía ser una pierna.
--O quizás, sea esto el causante de mis pesadillas,-- murmuro para el mismo, al parecer, Luffy tenía la costumbre de moverse mucho al dormir y es así que una de las piernas del chiquillo se encontraba por encima de Law, este simplemente tiro la pierna a su costado, aun podía oír los ronquidos del menor el cual parecía dormir plácidamente.
Se quedó allí, tirado en el piso con los brazos tras su cabeza, sería tonto decir que miraba al techo, después de todo no se alcanzaba a ver nada, comenzó a pensar entonces que los ojos allí no servían de nada, más bien, cada vez que trataba de ver la vista solo se forzaba más, provocándole dolor de cabeza, por eso la mayoría del tiempo llevaba los ojos cerrados, al fin y al cabo allí no le servían de nada, se quedó pensando por un rato hasta que recibió una patada, cortesía de Luffy por cierto, no pudo evitar molestarse pero no dijo nada, al menos eso tenía planeado hasta que el chiquillo le regalo un puñetazo.
--Maldita seas Luffy, deja de golpearme,-- grito el mayor mientras cogía al otro del cuello de su polo.
--mmm, ¿ya es de día?, ¿Quién apago las luces?,-- hablo el muchacho medio dormido, bostezando.
--idiota,-- dijo Law,-- ¿acaso ya lo olvidaste?
--¿eh?, ¿Quién eres?, ah!! Ya recuerdo, ayer llegue aquí… no puedo seguir perdiendo el tiempo,-- Luffy dio un brinco y corrió en dirección a los barrotes, estampándose en ellos, con esa oscuridad no llegaban a ser visibles, pero no se quejó, cogió los barrotes con fuerza y comenzó a gritar. –¡¡¡Sáquenme de aquí, oiii, ayuda!!!
Al poco rato volvió a caer sin fuerza.
--Lo mismo de ayer,-- hablo Law, ¿Cuántas neuronas podía tener el mocoso?, ¿una, dos, tres máximo?,-- ¿no te dije acaso que están hechas de Kairoseki?
--Ah, se me olvido.
--Bueno, pues que no se te olvide de hoy en adelante.
--Por cierto, Torao, ¿Cómo llegaste aquí?,-- Luffy volvió a sentarse en el piso.
Law lo pensó un poco antes de responder.
--Preferiría no hablar de ello,-- contesto entonces.
--¿Por qué?.
--Cosas mías, no le des importancia. ¿Más bien yo puedo preguntarte algo?
--Claro,-- contesto sonriente, aunque la sonrisa no se llegaba a ver más allá de lo que quisiera.
--¿Qué clase de vida llevabas fuera?
--Pues, todo lo contrario a este, yo siempre he querido tener la mayor libertad del mundo, me gustaba mucho ir de aquí para allá visitando y molestando a algunos amigos.
--¿amigos?
--Si, eran geniales, por ejemplo ¿de quién debería hablar primero?, a ver… están Nami, Chopper, Franky, y Sanji, eran todos muy divertidos, Sanji preparaba los mejores platillos del mundo, su comida es de la mejor…
Luffy sonreía mucho cada vez que hablaba de sus amigos, sin embargo Law no era capaz de verlo, esa oscuridad no les permitía ni verse los rostros pero supo de inmediato que el menor estaba feliz por el tono de su voz, la alegría que transmitían sus palabras eran impresionantes, Law se preguntó entonces como podía alguien sonreír en aquel maldito lugar, pero la alegría del chico era contagiosa y a Law pronto se le dibujo una sonrisa en el rostro, cierto, aquel lugar te quitaba todo, en especial la libertad, pero los recuerdos que tenían jamás podrían ser borrados, sin embargo muchos llenaban sus pensamientos con el miedo, odio y rencor y olvidaban los buenos momentos que pasaron en sus vidas, incluso el, pero ahora Luffy le estaba haciendo recordar la tranquilidad y felicidad de recordar y revivir esos recuerdos.
Y así pasaron los días hasta completar una semana, todos aquellos días se la habían pasado conversando, Law en realidad, nunca fue de hablar mucho, pero estando tanto tiempo en ese lugar se dio cuenta de lo importante que es tener a alguien con quien hablar, Luffy era molesto en algunas ocasiones y bastante estúpido también, pero Law llamo a la estupidez de Luffy “encanto”, prefería pensar que era parte del encanto del chico en vez de tildarlo constantemente de estúpido.
Comenzó entonces a sentir curiosidad por el chico, se preguntaba cómo es que lucía este, tenía un carácter curioso así que aquello le despertaba interés, pero cada vez que se preguntaba si algún día conocería el rostro de aquel chico siempre venía a él la misma respuesta, si morirían allí entonces jamás se verían los rostros, la falta de luz era el problema.
Sumido en sus pensamientos fue interrumpido por uno de los constantes gruñidos que salían del estómago de su compañero. Suspiró.
--Tengo hambre, aaaaahhh,-- se quejaba el menor con cansancio, más del común.
--Trata de no pensar en ello.
--No puedo, ¿Cuándo nos dan de comer? ¡¡Ya paso una semana!!, creo…
--Cuando se les da la gana, y solo nos tiran un pedazo de pan.
--¿eh?, ¿y cómo están vivos todos?,-- pregunto Luffy.
--¿A parte de esta celda, oyes el ruido de otra conversación?
--No,-- respondió el menor.
--Ninguno a parte de mí tiene un compañero de celda.
--¿y eso porque?.
--Alguna vez lo tuvieron, digamos que los que quedan son parte de la supervivencia.
--No te entiendo.
--Veras Luffy, cuando uno tiene hambre come lo que sea, y es la ley de la selva que el más fuerte sobreviva.
--si…
--No entiendes ¿verdad?, seré directo entonces, todos se comieron a sus compañeros…
--¡¡¿Qué?!!,-- el grito y sorpresa del menor no se hicieron esperar.
--Por eso… no deberías dormir tan tranquilamente o podrías convertirte en mi cena…,-- añadió Law para empeorar las cosas.
--A-Aléjate de mí,-- gritó entonces Luffy y Law se echó a reír a carcajadas, era la primera vez que lo hacia así que se sorprendió bastante de sí mismo, pronto se calló y el silencio volvió.
--Te reíste,-- dijo Luffy.
--No, no lo hice.
--Claro que sí.
--Que no.
--No mientas,-- insistió Luffy.
--Por eso nunca tendrás novia,-- hablo Law.
--¿Qué tiene que ver eso ahora? No evadas el tema.
Se quedaron en silencio por un corto periodo de tiempo así que Luffy volvió a hablar.
--De verdad… ¿vas a comerme?
--No seas tonto era broma.
--Ah que bueno, mmm me gustaría comer algo hecho por Sanji, comidaaaaa.
--Si algún día, salimos de aquí, ¿me darás de probar esa comida?,-- pregunto Law.
--Claro,-- contesto el otro mientras comenzaba a reír.
--Si algún día…,-- volvió a susurrar Law en un tono casi inaudible.
--Muero por salir de aquí, ya quisiera ver de nuevo a todos, oírlos cantar, gritar, sonara estúpido pero incluso extraño los gritos de Nami, además, quiero ver a Ace.
--Quieres mucho a ese tal Ace, ¿verdad?, ¿Quién es?,-- pregunto el de ojos grises.
--¿Ace?, es mi hermano, bueno… aunque no es mi hermano de sangre, pero si, le quiero muchísimo, hemos estado juntos desde pequeños, él es muy fuerte, nunca podía ganarle, además siempre cuidaba de mi…
No se podía ver pero los ojos de Luffy brillaban como nunca y la felicidad en sus palabras era aún mayor que cuando hablaba de
sus amigos.
--Es importante para ti, ¿cierto?
Luffy se sonrojo un poco pero el otro ni lo noto para su suerte.
--Y tu Torao, ¿hay alguien a quien quieras mucho? ¿Alguien importante para ti?
--Tengo amigos como tú,-- contesto entonces,-- pero mentiría si dijese que tengo alguien a quien quiero demasiado, no tengo a nadie así. Aunque hay alguien a quien a veces extraño, tenía un color de pelo particular, difícil de olvidar.
--¿Pelo?, ¿de qué color era?,-- pregunto con curiosidad el chico.
--Pues, de color rojo, su actitud también era algo especial, característico, lo contrario a ti se podría decir, a veces me pregunto qué harán allá afuera.
--¿Y no hubo algo que te hubiese gustado mucho hacer?
--Me hubiera gustado viajar por el mundo, sin ataduras…
--¿En serio?, yo también,-- Luffy volvió a reír,-- viajemos a algún lugar cuando salgamos de aquí.
--Está bien,-- Law se dio cuenta entonces que estaba errando, desde que conoció a Luffy comenzó a tener más esperanzas y deseos de salir afuera, aun sabiendo que era imposible salir, no debía hacerse ilusiones.
--¿Viste las competencias del año pasado?,-- pregunto Law.
--¿Eh?,¿competencias?, ¿de qué hablas?.
--De las que se dan todos los años.
--mmm, no suelo ver la tele ni leer los periódicos, casi nunca me entero de nada, solo me gusta vivir aventuras.
--¿No lo sabe?,-- pensó Law.
--¿Y de que tratan esas competencias?
--Nada, olvídalo, no es nada importante,-- prefirió darle menos importancia a la pregunta.
Por el resto del día, o de la noche, no sabían con exactitud qué hora era, se la pasaron hablando sobre el mundo, las aventuras y los viajes, en cada relato el más emocionado parecía ser Luffy, entonces Law se dio cuenta que probablemente ese era el motivo por el cual Luffy deseaba vivir, su más grande sueño, aunque en realidad ambos deseaban lo mismo, la libertad, y en ese lugar aquello era muy codiciado.
Los días continuaron pasando, ya no tenían ni la menor idea de cuánto tiempo había pasado desde la llegada de Luffy a aquel lugar, y todos los días era lo mismo, oír los reclamos del estómago de Luffy, el chico siempre se quejaba de que tenía mucha hambre y de que iba a morir si no probaba bocado alguno, algunas veces exageraba con ello, o eso creía Law.
Aquel día bajó uno de los guardias y comenzó a tirar pedazos de pan por los barrotes de la celda. Era uno de esos raros días que Law mencionó, al poco rato algo cayó dentro su celda y los pasos de quien tiro aquello se alejaron cada vez más y más hasta hacerse inaudibles.
--¡Comida!,-- grito Luffy abalanzándose sobre el pan, como una bestia salvaje, estaba a punto de zampárselo todo hasta que recordó a Law,-- ¿quieres?,-- pregunto entonces.
--No te preocupes, pareces más hambriento que yo, yo aún puedo aguantar un par de semanas,-- contesto el mayor.
--¿Estás seguro?, si vuelven a tardar tanto en traer otro miserable pedazo de pan de seguro morirás, y prometiste venir conmigo.
Law enarco una ceja, que el supiera jamás había prometido nada.
--Yo no he prometido nada,-- sentencio.
--¿eh?, dijiste que comeríamos la comida de Sanji, y si no lo prometiste entonces será ahora, promételo,-- hablo Luffy con algo de seriedad.
Law respiro profundo.
--Entiendo, pero no importa de veras, pronto podremos comer todo lo que queramos así que puedes coger el pan.
--¿Cómo estás seguro de eso?.
--Una corazonada,-- respondió Law, entonces Luffy mordisqueo el pan y lo acabo en cuestión de segundos.
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En palacio caminaba un hombre bastante alto y robusto, vestido con un traje de color blanco, de pelo negro, iba con tranquilidad por los pasillos para finalmente entrar en la sala donde se detuvo.
--Señor, los preparativos para el festival están casi terminados, se ha invertido lo suficiente y se ha comenzado a anunciar por las calles, esto ha generado gran expectativa en los habitantes del reino y de muchos otros lugares, se espera con ansias el anuncio oficial de la identidad de los participantes.
En el sillón un hombre bastante alto y extravagante escuchaba atenta y tranquilamente lo que el otro le decía, su apariencia dejaba mucho que desear, con un color rosa bastante molesto y con su cabello rubio sonreía ante lo dicho por el hombre vestido de blanco, ocultaba además sus ojos tras unos raros lentes y un plumaje reposaba en sus hombros.
--Las personas solo están esperando que se dé el anuncio de cuando se dará inicio al festival.
--Anuncia que el festival iniciara dentro de quince días a partir de hoy, además, Vergo, terminen con los preparativos lo mejor que puedan, este año trataremos de ofrecer un espectáculo más interesante.
--Entendido.
--Además, ¿hoy desayunaste hamburguesa?,-- pregunto aquel hombre extravagante.
--Si, ¿Cómo lo sabe?.
El rubio alzo la mano y se señaló la mejilla, entonces Vergo se dio cuenta que traía un pedazo de hamburguesa pegada en el rostro, la quito de allí y se la metió en la boca.
--Pueden informar desde hoy, y… ¿recibiste respuesta de los invitados especiales?
--Por lo pronto, sólo 3 de ellos respondieron y confirmaron su asistencia, los demás aún no han confirmado ni negado nada,-- Dijo Vergo.
--No importa, son gente a la que hay que forzar, aun así todavía hay tiempo para esperar su respuesta, solo continua con lo tuyo.
--Sí señor, me retiro.
Dicho esto el hombre salió por donde vino, probablemente a cumplir con todas las indicaciones, el rubio en cambio se quedó sentado en su sillón mientras una gran sonrisa se dibujaba en sus labios, como la de un niño al que se le acababa de ocurrir una travesura.
***
--Sanji suele tener mucha comida guardada, pero para conseguirla algún día tenemos que robarla.
--¿Vas a robarle a tu propio amigo?, además ¿Qué caso tiene?,-- pregunto Law.
--Es para comer, no nos la pondrá tan fácil, si queremos comer debemos robar la carne que guarda.
--¿No se supone que la mayoría debe estar cruda?
--No importa, igual sabe bien.
--¿Cómo va a saber bien comida cruda?,-- Law tenía una venita en la frente indicando su enojo.
--Pues porque sabe bien y ya, ¿vas a robarle o no?,-- Luffy dio un ultimátum y Law suspiro derrotado.
--Si nos pescan asumirás la responsabilidad,-- con aquello Law termino aceptando y Luffy sonrió satisfecho.
--Es una promesa, Torao.
--Pero insisto que no sabrá bien.
--Claro que sí.
--Que no.
Continuaron con su discusión por un largo tiempo, Luffy no se daría por vencido, al fin y al cabo a él le bastaba con tener carne, sin importarle que estuviese cruda o cocida, algo que Law no entendía, una persona normal no la comería cruda, y el defendería su idea.