Cuando regresaron estaban todos muy silenciosos, ensimismados cada uno en sus propios pensamientos. Nick estaba cansado y dolorido, por lo que luego de ducharse fue directo a la cama, donde observó un moretón en su pierna derecha que iba desde el tobillo casi hasta la rodilla. Frunció el ceño preocupado y palpó con la yema de los dedos a lo largo del musculo, que estaba inflamado y sensible. Lanzó un largo suspiro de resignación, esa lesión lo dejaría inactivo un largo tiempo. Podría caminar, pero no hacer mucho más.
Lyle, nuevamente en control de su cuerpo, le dio algunas mantas a Yud para que pudiera dormir en el sofá y el luego de un necesario baño se acostó solo para dar vueltas en la cama. Liz también había quedado cansada por la jornada, por lo que ni la sentía protestar en su cabeza.
Lyle daba vueltas de un lado a otro. Cada vez que cerraba los ojos recordaba la sensación viscosa de la lengua de la criatura esa dentro de su boca o ese maldito dedo expandiendo los músculos de su recto con insistencia. Si Nick hubiera tardado un segundo más la experiencia no solo se habría limitado a la punta del pene intentando abrirse camino, sino a toda la longitud del miembro embistiendo su interior una y otra vez. Se llevó una mano a la zona dolorida, donde el musculo se vio obligado a abrirse a la intrusión de aquel desagradablemente largo dedo y la retiro de inmediato. Podía soportar el dolor, a decir verdad estaba agradecido de sentir solo eso, pero tal certeza no alejaba los recuerdos. La piel sudorosa del hombre, impregnada de olor acido que aun asi no ocultaba el aroma a putrefacción que emanaba de sus poros, la voz rasposa, la mirada lasciva y el contacto con el semen caliente resbalando sobre su pierna desnuda. Contrariado por no poder apartar los recuerdos de su mente arrojó la almohada a un lado con ira, para luego tener que ir a buscarla. Caminó dando vueltas por la habitación hasta que al fin se rindió.
_¿Nick? _preguntó un momento después, asomando la cabeza en el umbral de la puerta_ ¿Estas despierto?
Nick tenía cerrados los postigos de la ventana pero la claridad ingresaba a la habitación de todas maneras, iluminando el lecho y podía verlo a la perfección con los brazos detrás de la cabeza, mirando al techo en actitud reflexiva. Cuando oyó su voz inclinó la cabeza para mirarlo.
_Tenía ganas de ir a verte para pedir un tiempo libre de quejas _dijo Nick.
Lyle se aproximó caminando hasta él, Nick retiró las sabanas y Lyle se acostó a su lado, rígido. Con naturalidad Nick colocó su brazo debajo de él y lo atrajo a su lado. Lyle continuaba tenso, pero al menos no le gritaba. Aspiró el agradable aroma que despedía su amigo recién bañado y se sintió mucho mejor.
De pronto lo sintió temblar contra su cuerpo y lo abrazó con fuerza. Nick se compadeció, había pasado por un momento muy desagradable y si él no hubiera llegado cuando lo hizo…
_No llores, por favor _pidió a su amigo y el otro asintió con el rostro pegado a su pecho. Nick oyó que daba un largo y entrecortado suspiro.
_Le cortaste la cabeza _dijo Lyle de pronto.
_Si _respondió Nick con más calma de la que en realidad sentía. Había decapitado a una persona sin siquiera detenerse a pensarlo. Solo lo había visto sobre Lyle y su cuerpo había reaccionado de manera instintiva, pero cuando debió volver a hacerlo ya no pudo, no podía matar de esa manera. Si bien fue un horror contemplarlo, cuando el cuerpo se levantó y vieron que Aarón estaba vivo, Nick nunca antes se había sentido tan aliviado.
_Gracias por salvarme _dijo en voz baja y esta vez el llanto lo venció. Nick, de naturaleza solidaria, casi se abandona al llanto también. A él no habían intentado abusarlo pero nunca antes había peleado de tal manera hasta el límite de sus fuerzas. Se sentía mental y físicamente agotado y romper a llorar en ese momento parecía ser el siguiente paso lógico, pero…
_Ya pasó _dijo con torpeza_, hay que seguir Lyle. Estamos bien y eso es lo importante.
_Todavía me parece sentir sus manos frías _dijo el chico con un hilo de voz_, y… y… su lengua Nick… era tan desagradable…
_Trata de no pensar tanto _pero era una idiotez decir eso, era más fácil que Lyle no respirara a que no pensara_ ¿puedo intentar algo? _preguntó con timidez.
Lo sintió asentir con la cabeza.
Nick se colocó de lado, ignorando el fuerte dolor que subió por su pierna lesionada, tomó a Lyle del rostro con ambas manos y quedó sorprendido con la belleza de su amigo. Siempre fue consciente que el rostro de Lyle era casi femenino, de rasgos suaves y finos, piel blanca, cabello de ese tono tan extraño, ni rubio ni pelirrojo, nariz pequeña, esos ojos verdes tan hermosos y brillantes. Pero en aquella tenue luz, con lágrimas en los ojos y aquel gesto de indefensión tan extraño en él, era realmente muy hermoso.
Si no fuera por ese maldito carácter…
Nick acercó su rostro al de su amigo hasta posar sus labios en los de él. Para su sorpresa, Lyle no protestó sino que permaneció quieto, dejándose besar. Nick sintió la piel suave de sus labios, un poco tibia y le encantó la sensación. Imprimió un poco más de presión, abriendo sus labios y sintió que bajo su presión los labios de Lyle cedían, abriéndose y brindándole su cálido aliento. Lo sintió jadear y la sensación lo excito, Nick se colocó sobre Lyle, sin perder el contacto de su boca, ya abandonándose al deseo descontrolado. Sentía a Lyle reaccionando de la misma manera, había pasado sus brazos alrededor del cuello de Nick y lo atraía con urgencia. Nick perdía el aliento ante la vehemencia de su amigo, introdujo su lengua en la boca, encendida como una brasa caliente y la enredó con la de Lyle. Sentía la excitación crecer en su bajo vientre y sabía que Lyle también estaba erecto, lo sentía contra su pierna pulsando y emanando oleadas de calor bajo las sabanas. La piel firme de sus vientres rozaba con exquisita delicadeza, el calor que recibían era reconfortante y excitante a la vez.
Lyle llevo sus manos al pecho de Nick explorando. Siempre lo veía sin remera cuando entrenaba o cuando hacía mucho calor, pero esta vez era diferente. El cuerpo delgado y bien formado de su amigo presionaba sobre el suyo lo justo para no aplastarlo pero al mismo tiempo haciéndolo sentir a salvo. Cada vez que sus pieles rozaban sentía una descarga extraña de electricidad, como si crearan estática entre ellos, pero eso solo provocaba que su excitación creciera. Lyle comenzó a sentir su deseo crecer, olvidado por completo su malestar anterior, dejándose llevar por el instinto y por las manos y labios de Nick cuyas caricias y besos eliminaban el rastro de esa otra criatura que lo había manchado, ya que Lyle no podía creer que existiera en ese mundo una persona más pura que su amigo.
Lo atrajo aún más hacia su cuerpo, apresando su lengua entre sus labios cuando Nick pareció querer retirarse.
_Ly… Lyle _jadeó separándose un momento y vio el rostro encendido del chico debajo suyo.
Era una expresión tan extraña en él que por un momento quedó paralizado contemplándolo. A su vez, Lyle le devolvía la mirada anhelante, era lo que necesitaba y no lo rechazaría. Volvió a besarlo sabiendo que esta vez no se detendría, Lyle se apretaba a él con deseo, no queriendo perder el contacto del roce de sus pieles. Abandono los labios húmedos y comenzó a descender por la línea de la mandíbula, saboreándolo con lentitud, hasta la base del cuello donde lo sintió estremecer. Nick dio una mirada furtiva y lo vio apretando los labios para no emitir sonido alguno.
_Quiero oírte _dijo en voz baja.
Vio que Lyle apretaba aún más los labios y sonrió.
_Terco _dijo y apresó un pezón entre sus labios, dando una ligera mordida.
El cuerpo de Lyle dio una sacudida profiriendo el chico un gemido contenido. Nick sonrió con maldad y lo miró a los ojos.
Su sonrisa desapareció al instante.
Los ojos. Sus ojos. Dios, no.
Eran celestes.
Solo fue un instante, pero la sorpresa que se llevó provocó que por un momento olvidara que sucedía. Solo podía pensar en ella, que estaba allí, entre ellos. Un espectador invisible atento a sus movimientos, a los sonidos que salían de sus bocas, al placer que sentían. Nick cerró los ojos con fuerza intentando apartar el pensamiento de su mente, pero a pesar que sabía que los ojos de su amigo no habían cambiado en ningún momento, recordar a Liz causó un vacío en su pecho. Sacudió la cabeza en vano. Los recuerdos no se borraban.
Las manos de Lyle subieron por su espalda, causándole escalofríos. Nick no se atrevió a mirarlo. Las manos llegaron hasta su cabeza donde se hundieron entre sus cabellos y comenzaron a empujar hacia abajo. Nick apoyó la cabeza en el pecho de Lyle, sintiendo la piel caliente y los acelerados latidos de su corazón.
_Está bien _dijo el chico en voz baja_. Puedo espera hasta que aclares tu corazón.
Sintió a Nick abrazarlo con fuerza y entrelazó sus manos en su espada, atrayéndolo hasta que sus cuerpos parecieron estorbar. Por el momento, solo el contacto estaba bien. Ambos necesitaban consuelo.
Poco a poco fueron quedándose dormidos. Momentos antes de caer en la inconsciencia, Nick sintió un último beso suave. Se había equivocado al suponer que Lyle estaba dormido. Pero este beso fue diferente, la habitación se tornó sofocante por un momento y Nick poco a poco fue recuperando fuerzas.
Cuando despertó por la tarde sonrió al sentir el cuerpo de Lyle a su lado. Estaba agarrado a él como la vez pasada, como una garrapata a un perro. Poco a poco se colocó de lado abrazando a Lyle por la espalda.
Yud fue despertado por los gritos. Subió las escaleras corriendo y entró en la habitación de Nick. Cuando vio lo que sucedía comenzó a reír.
Lyle estaba de rodillas sobre el colchón y Nick de pie a un lado de la cama.
_¡Salí de acá manolarga! _gritaba Lyle desde la cama.
_No es así, no quería… _decía Nick parado a un lado.
_¿Que, estabas buscando petróleo, pelotudo?
_No tengo la culpa de amanecer así. A vos también te pasa.
_¡Si, pero no se lo entierro en los cachetes del culo a nadie! ¡Pajero!
Lyle comenzó a arrojarle con las almohadas, Nick salió corriendo de la habitación.
_Voy a bañarme _dijo a Yud cuando paso a su lado.
_¡Hacelo con agua fría, calentón! _grito Lyle desde la habitación.