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Notas del capitulo:

Hace ocho grados de temperatura y siento como si estuviera bajo cero, y el invierno todavia no comenzo!!! No se como voy a hacer para sobrevivir hasta septiembre.

Espero les guste el capi!!!!! 

_¿Qué pasa? _preguntó Yud al ver la expresión de preocupación en el rostro de Nick.

    _No se… Lyle estaba raro

    _¿Más?

    Nick sonrió, relajándose un poco.

    _Si, más.

    _Andá a verlo.

    _Me dijo que no fuera mientras su hermano estuviera… que era celoso y eso…

    Yud lo miro arqueando las cejas, Nick se encogió de hombros. No era quien para hablar de relaciones raras.

    _No hay mucho que hacer entonces _dijo Yud.

    Nick estaba inquieto, estaba tan acostumbrado a estar cerca de Lyle, que esos días de autonomía solitaria le resultaban extraños. Aún continuaba reuniéndose con amigos del gimnasio e incluso había salido la noche pasada con el grupo de boxeo, al que había dejado de asistir, su profesor tenía razón, era de complexión delgada, no importaba cuanto lo intentara. Pero siempre estaba pendiente de Lyle y no solo para protegerlo, sino porque disfrutaba su compañía. El malhumorado chico había anidado en el corazón de Nick, quien aún no se percataba de lo que eso significaba ya que aún estaba muy confundido con el regreso de Liz y el peligro inminente que eso significaba para Lyle.

    Era todo muy complicado y Nick, poco propenso a enroscarse de más, simplemente aceptaba la situación y esperaba paciente a que todo cobrara sentido por si mismo, como sucedía casi siempre.

    Pero estaba inquieto.

    _Voy a dormir un rato, Yud _dijo_. Tengo clases por la tarde.

    Yud lo siguió con la mirada hasta que entró en el cuarto, luego se puso de pie. No había estado en contacto con esos chicos mucho tiempo pero nunca tomaba a la ligera los presentimientos –buenos o malos-, busco algo en su habitación y salió.

    No sería mala idea darse una pasadita para ver cómo estaba todo en casa de Lyle.

 

Hallándose a una cuadra del lugar observo que un muchacho llevaba a Lyle en brazos, aparentemente desmayado, hasta una camioneta, dejándolo en la parte trasera. Yud observó como el vehículo salía a toda prisa y sopesó la idea de seguirlo, pero a la velocidad que llevaba, era muy poco probable que lo lograra. En cambio caminó hacia la casa. La puerta estaba cerrada, pero Yud había tomado la llave de Nick antes de salir.

    Olía extraño pero nostálgicamente bien y estaba oscuro porque los postigos de las ventanas estaban cerrados. Yud notó inmediatamente que el exhaustivo orden que mantenía Lyle había sido alterado. Encendió las luces y observó el desorden a su alrededor, los muebles estaban tirados, libros y revistas esparcidos por el suelo, trozos de adornos y varias sillas rotas. Yud caminó hasta un rincón donde vio manchas de sangre, en el suelo y la pared. A eso se debía el olor, sangre fresca.

    El joven que se alejaba con Lyle era su hermano, Yud no lo dudaba debido a su parecido, pero no llegaba a imaginar lo que había sucedido allí. Conocía en carácter de Lyle, pero el chico era incapaz de ofrecer tanta resistencia en una pelea. Además no había más nadie en la casa y los hermanos se habían retirado juntos. Caminó hasta el estudio y vio una notebook encendida y papeles esparcidos por el escritorio en desorden.

    _Dalton Issler _leyó en la parte superior de un documento y sacó su celular mientras leía distraídamente lo que decía el papel. Marcó un numero de memoria y aguardó a que le respondieran_. Necesito a tu chico _dijo a su interlocutor y aguardó un momento_ Dalton Issler _dijo luego_. Espero _agregó y colgó.

    Continúo caminando despacio, cada vez más convencido que aquello no podía tratarse de un accidente. Incluso había una charco de orina en el rincón. Esperaba que Lyle estuviera bien, pero lo dudaba. Cuando su teléfono comenzó a sonar lo atendió de inmediato.

    _Hola Dorian _saludó_. Si pásamelo en un archivo por favor. Gracias _dijo luego de una pausa y colgó.

    Activó la conexión con la computadora y extrajo el archivo que le habían enviado al celular, lo leyó dos veces y si bien la información no lo impactó, resulto extraño que Lyle nunca les hubiera dicho nada. Quizás hasta lo desconociera.

    Así que solo debía aguardar. Luego de unos minutos comenzó a sentirse emocionado. La paz y el amor no eran lo suyo, eso lo había sabido desde siempre, ingresar a ese ridículo templo fue una idea idiota. Era lo que era, uno de sus viejos amigos tenía razón. Había cosas con las que no se podía luchar.

 

Dalton regresó tres horas después. La casa volvía a estar a oscuras y encendió las luces con fastidio. Permaneció inmóvil al notar la presencia de una persona en el sillón de su sala.

    _¿Quién te envía? _preguntó con tono gélido.

    _Nadie _respondió Yud sin mirarlo siquiera_. Quería ver como estaba mi amigo, nada más.

    _¿Vos sos Nick? _preguntó Dalton mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

    _Si ¿Por qué no? _respondió Yud alzando sus ojos hacia él_. Mucho gusto en conocerte.

    _En un minuto, vas a irte de mi casa y de esta ciudad _amenazó Dalton_. Eso si no querés que toda tu familia sea asesinada antes que salga el sol. Es lo que ganas por juntarte con mi hermano.

    _¿Vas a matarlos vos? _preguntó Yud interesado.

    _No voy a ensuciarme las manos con mierda _respondió despectivamente_. Solo necesito hacer una llamada.

    _Entonces voy a esperar un poco más… me interesa saber a quién vas a llamar.

    Yud cruzó las piernas y se acomodó en el sillón.

    Dalton lo miró algo sorprendido, era mayor de lo que él suponía pero no lo odiaba solo por eso. El simple hecho de haberse acercado a Lyle lo envenenaba por dentro. Sacó su teléfono del bolsillo y marcó un número.

    La canción Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me comenzó a resonar en la habitación.

    _¿Hola? _respondió Yud atendiendo su celular y una horrible sonrisa se dibujó en su rostro al notar el gesto de desconcierto en el de Dalton.

    Colgó la llamada.

    _Esto es como la vieja pregunta ¿Quién le corta el pelo al peluquero del barrio? ¿no? _dijo con humor_ ¿Quién mata al asesino? _dijo e inmediatamente un sonido atronador resonó en la casa.

    Dalton dio un grito y se llevó una mano cubierta de sangre al pecho. Cayó sentado y comenzó a alejarse retrocediendo con los pies, hasta chocar con la puerta, donde se acurruco gimoteando. Miraba a Yud consternado porque habría jurado que un segundo antes, no existía la pistola que tenía en la mano, con la que acababa de volarle un dedo de la mano.

    Yud miraba frunciendo el ceño.

    _Estoy fuera de práctica _dijo_, había apuntado a la falange inferior.

    Dalton vio que su pulgar colgaba de un hilo de carne, sobre la primera articulación.

    _No acepto _dijo Yud al fin_. De todas maneras nosotros no aceptamos trabajos de subordinados, sería bueno que lo recordaras sin querés conservar los nueve que te quedan.

    _¡Finka! _exclamo Dalton intentando huir.

    Yud comenzó a reír.

    _El hubiera esparcido tus tripas por el piso _dijo con humor_. Agradece que me tocó a mi.

    Caminó hasta donde estaba encogido Dalton, y con movimiento firme apartó la mano ensangrentada, examinando la herida con detenimiento. Debido a la fuerza de Yud y al miedo que sentía, no era capaz de apartarse. Yud tomó la punta del pulgar y tiró con fuerza, arrancándolo. Dalton lanzó un grito.

    _Esto es mío _dijo y se lo metió al bolsillo distraídamente_. Ahora bien _lo tomó del rostro para que lo mirara, acuclillándose a su lado_. No sé qué le hiciste a Lyle, pero me doy cuenta que no fue nada bueno. No lo vuelvas a hacer ¿bien?

    Advirtió esto señalándolo con un dedo, como un padre benevolente reprendiendo a su hijo favorito. Esperó paciente a que el joven asintiera.

    _Muy bien _miró su reloj y comenzó a tomar el tiempo_. Te doy un minuto para desaparecer.

    Dalton se percató de lo que hacía y comenzó a correr. Cayó al suelo al tropezarse, pero en cincuenta y seis segundos la camioneta arrancaba alejándose del lugar a toda velocidad. Las últimas palabras de Yud retumbaban en la cabeza de Dalton “Sos un traficante de drogas, en un mundo que trafica con personas… y nosotros los eliminamos a todos”.

    ¿Con quién carajo andaba metido Lyle?

    Bueno, eso ya no sería problema suyo. El amor de Dalton había encontrado un límite y su sacrificio fue un dedo. Suficiente para él. Se alejó de la ciudad con intención de no volver nunca más.

    En algo ese hombre había tenido razón. Había tenido suerte.      

    Dalton apretó la mano herida contra el pecho, pisando aún más el acelerador.

Notas finales:

Adios al hermano de Lyle... duro poco.

Proximo capitulo para el Viernes.


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