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Notas del capitulo:

Capitulo 9!

Disfruten!!!

Nick empujó a un lado al hombre, que aún continuaba sobre Lyle, observando absorto como el delgado muchacho comenzaba convulsionar. Tomó la empuñadura de la daga y notó inmediatamente el fuego quemando sus manos. Estaba hecho del mismo material que la lanza del ángel ¿pero por qué causaba ese efecto en Lyle? Tiró con fuerza para arrancarla, pero no logró moverla un solo milímetro.

    _¿Qué le hiciste? _gritó al hombre que se incorporaba.

    _Liberar al alma _respondió el hombre algo confundido.

    _¿Entonces por qué lo lastima tanto?

    _Bueno, no sé. Es la primera vez que lo hago _respondió con sinceridad, mirando un tanto perturbado la escena.

    Nick lo miró incrédulo pero inmediatamente volvió su atención hacia Lyle. Había comenzado a gritar, con los ojos abiertos mirando al cielo. Su cuerpo parecía paralizado a excepción de las convulsiones que arqueaban dolorosamente su columna.

    _Ayudame a liberarlo _dijo desesperado.

    Lyle seguía gritando de dolor, Nick estaba desesperado y la preocupación del hombre iba en aumento.

    _No… no se puede sacar… la daga va a separar el cuerpo del alma y luego se desprende sola _respondió.

    _¿Cual alma? ¿La de Lyle, la de Liz o las dos? _preguntó Nick, intentaba hacerse oír sobre los gritos desesperados de Lyle.

    _No… No lo sé…

    Nick tomó nuevamente la empuñadura, sintiendo el lacerante fuego que subía desde las palmas de sus manos hacia todo su cuerpo.

    _¡Vamos Lyle, ayúdame! _gritó.

    Comenzó a tirar hacia afuera con todas sus fuerzas, pero era inútil, estaba clavada en el delgado cuerpo. Nick comenzó a gritar de frustración, no le importaba sufrir ese dolor con tal de ayudar a su amigo, pero no estaba surtiendo efecto.

   _¡LYLE! _gritó desesperado.

    El cuerpo de su amigo tembló en el suelo, pero de manera diferente. Había dejado de gritar. Vio que su mirada ya no era vacía, sino que lo miraba a él. Nick podía sentir el dolor de Lyle a través de esos ojos claros, de los que caían lágrimas incontrolables hacia los lados de su rostro. Las manos de Lyle temblaron a los lados de su cuerpo, elevándose con lentitud hasta que sus manos se cerraron sobre las de Nick.

    Nick imprimió más fuerza al darse cuenta que su amigo no se rendía, Lyle apretaba con fuerza a pesar de su padecimiento.

    _Te… te lo de… dejo Nicky _dijo con un gran esfuerzo.

    Nick asintió y junto todas sus fuerzas.

    _No se puede, hasta que no termine… _comenzó el hombre, pero calló estupefacto al ver lo que sucedía.

    La daga se movió. Nick puso los pies a los lados de Lyle y tiró con todas sus fuerzas, notando la voluntad de Lyle a su lado, ayudándolo a retirar la hoja poco a poco. Lyle apretaba los dientes, concentrándose solo en ayudar a Nick. Veía a su amigo sobre él, imprimiendo toda su energía, sufriendo el mismo dolor en sus manos que él en su cuerpo, por culpa de la hoja de fuego que lo atravesaba.

    Liz nunca había dejado de gritar. El fuego que circulaba por su cuerpo había ido directamente hacia ella, rodeándola e intentando incinerarla. No importaba que lugar de la conciencia de Lyle intentara utilizar para ocultarse, era descubierta y rodeada por las llamas.

    _Se la… se la está…. lle… llevando Nick _dijo Lyle.

    _¡No se va a llevan a ninguno de los dos! _gritó Nick dando un último tirón. La hoja se desprendió del cuerpo de Lyle, como siendo expulsada. El cuerpo del chico cayó ingrávido como la hoja de un árbol en otoño, desmayado.

    Nick cayó de espaldas por el impulso, arrojó la daga a un lado y gateó hacia Lyle. Lo tomó por debajo del cuello, alzando su rostro.

    _¿Cómo… están Lyle…? _preguntó jadeando.

    Su amigo tenía los ojos cerrados, pero respiraba. Nick sintió al hombre aproximarse hacia ellos e intentó ponerse de pie. Sus rodillas fallaron y cayó al suelo.

    _¡Si pensas acercarte vas a tener que matarme! _dijo dispuesto a cumplir su amenaza.

    _No sabía que era de esta manera _dijo el hombre como para sí mismo_. Yo no sabía…

    Nick vio la expresión de desasosiego del hombre y supo que ya no había peligro. Sus manos escocían terriblemente, por lo que suponía que el cuerpo de Lyle debía estar torturándolo.

    _Nos debes una _dijo Nick hacia el hombre.

    Asintió sin decir nada.

    _¿Cómo puedo hacer para curarlo? _preguntó_. Quiero que este bien.

    El hombre pensó un momento, luego vio el rostro decidido de Nick.

    _Solo hay una manera.

 

Cuando Lyle abrió los ojos fue asaltado por una serie variada de dolores. Su pecho pulsaba y sentía las extremidades pesadas. Supo inmediatamente que Liz continuaba con él, ya que si bien su cabeza continuaba siendo suya, había algo distinto. La intrusa dormía. Al  pensar como el fuego había recorridos los rincones de su cabeza comenzó a recitar números primos, temiendo que las llamas lo hubieran vuelto idiota.

    _¿Cómo te sentís? _preguntó una voz que si bien no conocía, conocía a la perfección.

    Lyle abrió los ojos con sorpresa. Vio al hombre que lo había atacado y una exclamación se ahogó en su garganta, la tenía tan seca que no era capaz de emitir sonido.

    _Ni… Nick _fue capaz de decir.

    _Está descansando _dijo el hombre y señaló a su lado.

    Lyle miró en la dirección que apuntaba el dedo y vio a Nick acostado a su lado. No había notado su presencia ya que ni siquiera de movía. Lo tenía tomado de la mano y Lyle hizo ademan de soltarse. El hombre lo detuvo.

    _No rompas la conexión _dijo_. Se esforzó mucho para conseguirlo.

    Lyle lo miró sin entender, miró atentamente su mano y notó un una pulsera de cuentas que rodeaba tanto su mano como la de Nick.

    _Te está abasteciendo de fuerza vital _dijo y al ver la expresión de Lyle explicó_. Quería que te recuperaras rápido y esta es la única manera. Su energía está pasando a través del rosario hacia tu cuerpo.

    Al entender lo que sucedía, Lyle soltó con rapidez la mano de Nick. Luego apoyó una mano en su hombro y lo sacudió asustado. Temía haberlo secado. Quiso decir algo pero su garganta rasposa no lo dejaba. El hombre le acercó un vaso con agua.

    _Nick _llamó Lyle con voz ronca_. Nicky, despertá.

    Vio que su amigo abría perezosamente un ojo y sonreía con cansancio.

    _Buen día _dijo y pasó el brazo por la cintura de Lyle, atrayendo el cuerpo menudo hacia el más grande de él. Apoyó la cabeza sobre el vientre plano (Lyle estaba sentado con la parte superior inclinada hacia atrás por varias almohadas) y se quedó dormido nuevamente.

    Lyle sintió encenderse su rostro y el hombre lo miró con simpatía, al contemplar la escena. Nick tenía en su rostro tal expresión complacida que parecía estar en el mejor lugar del mundo. Lyle dudó un momento pero luego apoyó una mano en la cabeza de Nick, protectoramente. Miró al hombre y la expresión de este cambio. Se notaba que se sentía culpable. Lyle comprendió que al menos el hombre había notado que hizo algo monstruoso.

    _¿Quién sos? _preguntó_ ¿Por qué hiciste eso?

    _Un apóstol. Cumplía órdenes _respondió en orden el hombre. Al ver que la curiosidad de Lyle no sería satisfecha con solo eso, continuó_. Somos doce apóstoles que seguimos a nuestro pastor, reencarnado en esta tierra como nuestra guía y salvador.

    _¡Me estas jodiendo! _expresó Lyle sin poder contenerse_. ¿Hablan de Jesús?

    _¡No, no no! _exclamó escandalizado_. Es algo un poco más terrenal, pero aunque Él no lo dice, estamos seguros que puede ser una reencarnación del Hijo.

    Lyle lo miraba incrédulo, no sabía si reír o directamente sufrir un ataque de histeria ¿de dónde salían esos locos?

    _¿Estás en una secta de desquiciados y viniste a matarme? _preguntó al fin.

    El hombre iba a responder negativamente, al fin lo pensó mejor, considerando lo que había intentado hacer a esos dos chicos inocentes, y asintió.

    _Un poco, si _dijo.

    _Entonces ¿Por qué te detuviste? ¿Por qué nos ayudaste? _preguntó intrigado.

    _No puedo cumplir mi sagrada promesa de proteger, causando tanto dolor a unos niños _dijo este_. Ya cause demasiado dolor antes y quiero cambiar. No, debo haber cometido un error al momento de cumplir la misión. Mi pastor no me enviaría nunca a causar tanto dolor. Además los vi luchando juntos contra la fuerza divina de la Daga, no pueden ser malos. Voy a volver a informar sobre esto.

    Lyle vio que se ponía de pie.

    _¿Cuál es tu nombre? _preguntó Lyle.

    _Me bautizaron como Yud-has _respondió con una sonrisa en su rostro.

    Ahora que lo veía bien tenía una expresión bonachona en su rostro. Quizá el hecho que no intentara apuñalarlo abogaba en favor de su imagen. A pesar suyo Lyle sonrió…

    Un momento ¿Yud-has?

    _¡Sos Judas! _gritó Lyle.

    Nick se removió inquieto ante el movimiento abrupto de Lyle, pero siguió dormido.

    _Es una manera de pronunciarlo, si _dijo. No parecía muy contento con el descubrimiento de Lyle, pero luego volvió a sonreír_. Fue un placer conocerlos chicos. En verdad.

    Cuando se fue, Lyle sintió que la preocupación lo embragaba. Algo no saldría bien de todo esto. Luego lo pensó un poco mejor ¿Cuándo, desde que todo comenzó, las cosas habían ido bien?

 

Cuando Nick despertó se sentía muy bien. Estaba cansado, pero Yud (nunca habría llegado por sus propios medios a la conclusión que había llegado Lyle) le había dicho que así sería. Estaba compartiendo su fuerza vital con Lyle y era normal que se sintiera fatigado por un tiempo.

    Intentó sentarse en la cama pero su cuerpo fue tirado hacia un lado. Cuando bajo la vista vio a Lyle agarrado a su pecho, con las piernas cruzadas entre las de él. Estaba prendido como una garrapata y Nick sonrió con gracia. Si en ese momento hubiera tenido las fuerzas suficientes habría podido ponerse de pie y salir caminando con Lyle encaramado a su cuerpo.

    Llevó las manos a la nuca y espero a que su amigo despertara.

Notas finales:

Gracias por leer!!!


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