II
La mano del demonio de ojos azules seguía extendida habían pasado cinco, talvez diez minutos, Hiroki no estaba seguro solo sabía que no podía dejar de ver el mar en los ojos del otro, y perderse en él.
-bien, si no te interesa –dijo el azabache dando la espalda.
-¡espera! –Lo detuvo y volvió su mirada miel al suelo- ¿vale la pena?, dar mi alma por…esto.
-No lo sé –respondió restándole importancia- si está bien para ti supongo que sí, mi trabajo no es decirte si es lo correcto o no solo debo darte lo que quieres sin importar si es bueno o malo para ti o para quien sea, si te asustan las consecuencias me iré.
-la venganza, ¿es todo lo que me ofreces?
-yo no ofrezco nada solo doy lo que piden, es tu decisión ponerle un precio a tu alma, ¿es tan valiosa la venganza? –se acercó al castaño tomándolo de la barbilla y alzando su rostro dejando sus labios a la misma altura.
De nuevo Hiroki bajo la mirada pensando, recordando cada sentimiento, la humillación que le habían provocado, de nuevo pudo sentir las manos y besos de aquellos hombres en su cuerpo, la imagen de Aki y su hermano riéndose de él, la furia y el odio y…la tristeza, levanto la mirada y esta se topó con el estuche del violín, rio amargamente recordó cuando era pequeño y se enamoró del instrumento al escuchar su sonido por primera vez, la primera vez que consiguió tocar una pieza completa y cuando se atrevió a crear sus propias melodías plasmando en notas sus sentimientos y ahora su corazón tenía tantos que estaban condenados al silencio, levanto el rostro y de un manotazo aparto la mano del demonio. Había tomado una decisión.
-bien, acepto te doy mi alma, mi vida, lo que sea pero a cambio quiero recuperar mi orgullo, mi dignidad y el amor de mi vida quiero volver a tocar el violín.
-entonces hare que seas el mejor violinista de la historia.
-no necesito tu ayuda para eso, el talento ya lo tengo, lo que quiero es recuperar el movimiento total de mi muñeca, y quiero que lo paguen, quiero que su sufrimiento me apasione, intenso y lento, ¿puedes darme eso? –Hiroki extendió esta vez su mano al demonio quien la tomo al instante, lo jalo a su cuerpo y lo abrazo posesivamente.
-lo tendrás todo, lo lamentaran hasta desear la muerte, y –inclino su rostro juntando sus labios con los del castaño, que se quedó estático definitivamente no esperaba eso, el azabache introdujo su lengua en el interior de la boca del más bajo disfrutando su húmeda suavidad y dulce sabor tan extrañamente familiar- podrás tocar cuando quieras, esta noche si lo deseas.
-¿Qué fue eso? –Hiroki empujo al más alto separándose de su cuerpo.- me…besaste –inconscientemente llevo sus dedos a sus labios aun sentía sobre ellos el calor del otro.
-‘eso’, fue el sello de nuestro contrato, ahora me perteneces, ¿no te lo dije?, tu alma y tu cuerpo son solo míos y lo serán por siempre –de nuevo el demonio lo atrapo entre sus brazos sin importar la resistencia prácticamente nula que ofreció el ojimiel bajo su boca a la altura del cuello del castaño y paso su lengua sensualmente a lo largo, erizando su piel mientras susurraba- eres mío Hiro-san solo yo puedo tocarte, soy el único que puede hacerte esto y lo hará, ¿entiendes?, nadie más que yo puede siquiera rozar tu piel.
-yo…-Hiroki no podía creer que el azabache se refiriera a eso, lo asustaba y aun así era tan diferente de aquellos hombres, a una parte de él le gustaba incluso lo deseaba pero talvez era porque además de ser demasiado apuesto era jodidamente bueno usando sus labios ¿Cómo sería el toque sus manos?
-no me importa si te has arrepentido ya te he marcado y eres mío – se acercó a él, instintivamente Hiroki retrocedió- tranquilo no te forzare, a menos de ser necesario, pero sé que serás tú quien al final lo pida.
-yo no estaría tan seguro –contesto como un reto, no importaba si el ojiazul era un demonio, el mismo dios o rey del infierno, quien fuera Hiroki ya no rogaría, sin embargo se sentía exhausto y la presencia del otro lo ponía de una forma que no comprendía nervioso, decidió cambiar el tema además realmente sentía curiosidad-¿Cómo te llamas?
-he tenido muchos nombres uno por cada alma que he poseído, siéntete libre de llamarme como quieras.
-hmm –así que podía darle un nombre, debía ser uno adecuado- Nowaki.
Por un instante los ojos de Nowaki se abrieron con sorpresa, viajo al pasado hacia mucho que no recordaba aquella sensación tan…humana y podía escuchar su voz como si no hubieran pasado casi 300 años:
``Te amo Nowaki, te amo``
Y tan rápido como llego el recuerdo lo desecho no era más que una simple casualidad, aun así…
-¿por qué lo has elegido?, ese nombre que lo hace especial.
-Nowaki, significa Tifón y eso serás tu una fuerte tormenta que destruirá su paz y se llevara entre su viento todo lo que soy, ``una tormenta que me arrastra me lleva y que no estoy seguro de querer detener``- lo último solo lo pensó.
-Nowaki, de acuerdo me veras muy pronto Hiro-san –acaricio su mejilla y salto por la ventana desapareciendo bajo la luz de la luna.
La habitación de castaño volvió a la normalidad y este se sintió despertando de un largo sueño, ¿había sido real?, si no había duda, sonrió con resignación tal vez se dejó llevar por sus emociones, por los ojos de Nowaki o el deseo de volver a tocar, lo que hubiera sido ya era tarde, no podía arrepentirse y por ahora no lo hacía, bien si ya estaba hecho al menos lo disfrutaría, se acercó con rapidez al estuche que lo esperaba ansiosamente y lo miro, con deseo adoración y miedo ¿y si ya no podía hacerlo?, trato de relajarse y lentamente como un ritual sagrado sacudió el polvo y saco el violín de su estuche, las lágrimas estaban por salir ya había olvidado la sensación de sentirlo entre sus manos Lo posiciono en su hombro, recargo su mejilla y se detuvo no podía arriesgarse a que alguien lo escuchara todavía no era hora, salió sigilosamente de su habitación cerciorándose de que nadie pudiera verlo se dirigió a la parte más alejada de los jardines de la mansión, la pálida luna y el cielo oscuro, la brisa de la noche abrazando su cuerpo el violín en sus manos hacia mucho que no sentía tanta paz, comenzó a tocar y sin estar seguro del porque le dedico esa primera vez a Nowaki, su nombre el que él le había puesto en realidad siempre le había gustado, el solo pensarlo le alegraba y entristecía nunca había sentido tanta nostalgia y era la primera vez que había escuchado ese nombre.
Las horas transcurrieron sin que lo notara al principio desafino un poco pero solo bastaron un par de intentos para que la música fluyera más bella que incluso hace un año sonrió satisfecho, esto apenas comenzaba, para cuando llego de nuevo a su habitación podían vislumbrado lo primeros rayos de sol, talvez no bajaría a desayunar tampoco le interesaba ver a Yuuri tan temprano, durmió lo que para él fueron solo unos minutos y el molesto sonido de la puerta lo despertó.
-Hiroki-san, -la joven empleada toco de nuevo- Hiroki-san
-¿sí? -contesto medio dormido
-Su padre ordena que baje a desayunar.
-¿están necesaria mi presencia?
-me temo que si joven, hará un anuncio importante.
Hiroki rodo los ojos, que sería iba a nombrar a Yuuri heredero universal o que.
-gracias, ahora bajo -la chica se retiró y el castaño comenzó a arreglarse con pereza, al bajar estaban todos reunidos sus padres y sus hermanos Yuuri y Takayuki de 10 años, lo único bueno que le quedaba de su familia, incluso Aki había sido invitada.
-Hiro-chan, te estábamos esperando.
-buenos días madre, por favor sabes que ya no soy un niño -en realdad no le molestaba el "chan", solo que delante de alguien más resultaba vergonzoso-buenos días familia.
-buenos días hijo vamos siéntate por favor –indico su padre- como todos saben antes del; ‘accidente’ Hiroki, era un reconocido violinista en todo Japón y parte de Asia y Europa y estaba por ocupar un lugar importante como violinista principal y solista en la orquesta real inglesa.
-y era el amargo recuerdo el anuncio tan importante –interrumpió el castaño con ironía.
-no pero como me imagino no han leído el periódico de hoy así que Hiroki.
Su padre le entrego al castaño indicándole la noticia adecuada y este comenzó:
-la gran orquesta real inglesa en unión con la casa de la opera de parís, está en la búsqueda de jóvenes y nuevos talentos musicales en el noble arte del violín, un prestigioso crítico con oído total llegara a Japón en una semana, para buscar al miembro digno de convertirse en ‘ el Paganini’ de este siglo, el crítico Kusama –Hiroki no podía creer que fuera precisamente el pero el nombre no era común y la fotografía del hombre con ojos que el sabia azules parecía mirarle fijamente y su rostro tan hermoso era inconfundible, sonrió con malicia- Nowaki permanecerá en Japón por tres meses para hacer una elección correcta llegara en el ‘’The Ever Dream’’, el domingo después del mediodía, -no continuo con el resto de la nota que era acerca de la relevancia del hombre en cuestión y fue directo al punto- y ¿esto porque nos interesa? –fingió no importarle.
-No es obvio hermanito, es mi oportunidad –Yuuri estaba comenzando a volverse más insoportable de lo habitual.
-Y es por eso que iremos a recibirlo el domingo –su padre adelanto antes de que comenzara una discusión.
-¿solo recogerlo? –pregunto Hiroki esperando a que hubiera algo mas no podía ser el quien sugiriera hospedarlo sería extraño y no tenía intenciones de levantar sospechas, ya que por experiencia propia aprendió que la sorpresa es la mejor forma de eliminar a un enemigo.
-por supuesto que no, padre es nuestro deber hospedarlo –Yuuri podía a veces ser útil con sus propuestas.
-creo que es una excelente idea, además de ser un gesto de amistad es una forma de asegurar que escuche tu talento, pero hasta entonces debes prepararte y practicar día y noche durante esta semana y talvez no necesite escuchar a nadie más.
Yuuri miro a Hiroki con una clara superioridad y burla lo cual el castaño ignoro con desinterés ocultando su satisfacción sería un domingo inolvidable.
La semana transcurrió rápidamente sin relevancia las miradas de odio y comentarios sarcásticos eran ya una costumbre, el único cambio era en el interior de Hiroki era demasiado gracioso para el ver practicar inútilmente a su hermano, se llevaría toda una sorpresa. El domingo había llegado por fin y Yuuri con su padre partían a recoger a Nowaki, por su lado Hiroki fingió estar de mal humor y no ir, debía prepararlo todo, eran ya cerca de la una de la tarde y el los pasajeros de The Ever Dream desembarcaban.
-¿Kusama-san? –el azabache volteo su mirada y se encontró un poco decepcionado al ver que no era el miembro de la familia Kamijou que esperaba ver.
-¿sí? –fue su seca respuesta.
-es un placer mi nombre es Kamijou…
-Hiroki –dijo sabiendo que se trataba de Yuuri pero quería jugar un rato.
-No –corrigió con molestia mal fingida- Soy Kamijou Yuuri.
-oh lo siento, pero había escuchado que Kamijou Hiroki es un violinista excepcional de técnica inigualable pensé que…
-el ya no toca el violín –susurro de forma hostil.
-pero…
-un accidente –finalizo con el tema si había algo que odiaba era que le comparasen con el castaño ya que regularmente terminaba perdiendo.
-Ya veo y bien ¿En qué puedo ayudarlo Yuuri-san? –pregunto con inocencia.
-en realidad he venido a recogerle e invitarlo a ser nuestro huésped de honor en la mansión Kamijou durante el tiempo que dure su estancia en Japón.
-es usted y su familia muy amable Yuuri-san pero no quiero causar molestias.
-no se preocupe será un placer además de que talvez pueda encantarlo con mi talento.
A Nowaki le pareció graciosa la manera en que Yuuri podía dejar en claro sus intenciones disfrazándolas de buenas acciones así que acepto ir a tomar él te en la mansión, no la oferta del hospedaje aunque sabía que terminaría haciéndolo después de todo esa era el plan.
Llegaron a la mansión y presentaron al ojiazul con un aire casi divino, habían preparado todo y la familia se encontraba reunida en el salón a excepción de Hiroki que no había bajado para nada, después de él te y una conversación acerca de la música, finalmente Yuuri había traído su violín y comenzó a tocar con una maestría nunca antes mostrada durante los siguientes 15 minutos que duró la sinfonía no se había escuchado nada más, al terminar el público aplaudió sorprendido por la entrega casi real de Yuuri, expectante de la opinión de Nowaki.
-es realmente –comenzó el azabache- una técnica…
-plana y sin emoción o pasión –finalizo Hiroki dignándose aparecer con su violín, era la hora- déjenme mostrarles lo que es un verdadero y talentoso violinista.
Nadie había dicho nada ni siquiera Yuuri, no era posible, ¿y la muñeca, no había perdido su movimiento?, ¿realmente tocaría?, los pensamientos de todos se disolvieron cuando una melodía dulce y melancólica comenzó el sentimiento que se desprendía de las cuerdas al ser rasgadas por el arco era tal que casi podía verse en el aire, a pesar de ser algunos minutos más corta la pieza que toco Hiroki había supera y por mucho la técnica de Yuuri que lo miraba en parte con odio, en parte sorpresa, Hiroki le devolvía la mirada sus ojos miel chocaban con el gris de los ojos contrarios, había empezado la verdadera guerra y esta era solo la declaración, sus miradas rompieron el contacto y voltearon hacia el público perplejo esperando su reacción.