Capítulo 5:
-¡Haru!
Me saluda con una gran sonrisa junto con un pequeño abrazo inesperado.
-Makoto…
Correspondo incomodo al abrazo y luego nos separamos para vernos bien de frente.
-Ha pasado un tiempo desde que la última vez que nos vimos.
Le examino un poco de arriba abajo sin saber el motivo por el cual ha venido, el no suele venir mucho por aquí.
-Si…
-Creo que fue desde el cumpleaños de Rei el año pasado.
Asiento un poco y le hago una pequeña seña para invitarlo a pasar. Tendré que decirle a Rin que llame más tarde…
-¿Estás buscando a Rei?- le pregunto mientras camino la pequeña distancia entre la puerta hasta el sillón de la sala.
Makoto es estudiante de Fotografía en la misma universidad que la mía y la de Rei. Ambos están en el club de periodismo, Rei escribe los artículos y Makoto proporciona el apoyo gráfico…. Hacen un buen equipo juntos. Hace algunos años Rei me lo presento cuando lo trajo al departamento, desde entonces hemos sido muy buenos amigos… aunque desde la última vez desde que vi a Makoto las cosas se pusieron algo tensas.
Camina tras de mí y siento como clava esa mirada en mi nuca. Me pongo algo nervioso.
-No. Solo venía a decirles a ambos que la galería “Iruka” quiere exponer mis fotos el siguiente mes.
Inmediatamente me voltee para verlo a la cara. La galería “Iruka” es una galería muy exclusiva, sin duda una de las más reconocidas. La felicidad que debe estar sintiendo Makoto debe de ser inmensa, esto le ayudara mucho para su carrera.
-Felicidades, es lo que siempre has querido.
Me permito mostrarle una sonrisa de las que nunca suelo mostrarle a la gente. El me devuelve la sonrisa y nos miramos unos segundos, que no sé qué causas, se me hicieron eternos.
-Gracias…Haru.
Sus palabras sonaron llenas de felicidad pero de alguna forma tenían algún doble sentido. Makoto empezó a caminar en dirección mía en pasos lentos… como si estuviera insinuando algo en acercarse a mí de esa manera.
-Haru… hay algo que he querido decirte todo este tiempo…
La distancia que nos separa empieza a hacerse peligrosamente más corta, yo le miro y le lanzo una irada de desaprobación con mis ojos, él sabe perfectamente que no me gusta en lo absoluto el tema que está por tocar.
Entonces, mi salvación viene a mí. Recuerdo que Rin está esperando en el teléfono y que no puedo hacerle esperar tanto tiempo. Si, usare eso como un buen pretexto.
-Makoto, en estos momentos estoy algo ocupado… tal vez debas venir en otra ocasión, cuando Rei esté presente…
Su mirada se posa en mí con una combinación de algo que parece ser tristeza y enojo. Él suspira y retrocede lo suficiente para que yo tome el teléfono que sigue donde lo deje. Tome el celular en mis manos para que notara lo que interrumpió con su llegada.
-Entonces… me iré… dile a Rei de mi parte lo de la galería por favor.
Se dio media vuelta mientras caminaba de regreso a la puerta por donde entro. Al salir volvió a dirigirme la mirada, y con ella, una media sonrisa.
-Me dio mucho gusto volver a verte Haru… espero volver a verte pronto.
Asentí con la cabeza decidido a ya no decir ni una palabra más. El empezó a caminar alejándose de la puerta y yo opte por cerrar la puerta. Tras esto respire hondo y volví a ponerme el teléfono en el oído.
Pero antes de decir cualquier cosa me quede apenado… él seguramente había escuchado todo lo que dijimos.
-¿Rin? ¿Sigues ahí?
Un silencio se escuchó del otro lado de la línea, luego un pequeño estruendo y esa voz que me hace estremecer volvió a retumbar en mi oído.
-Sí, sigo aquí.
Suspire del alivio. Tan solo pensar en la posibilidad de que haya colgado por cansarse de esperar me aterra. Aunque tampoco me encanta la idea de que lo haya escuchado todo.
-Perdona la tardanza, era un amigo.
-Sí, eso pude notarlo.
Mierda. Ahora está más que reafirmado el hecho de que si nos escuchó.
-Entonces… ¿te paso mi dirección?
-No, ya no es necesario.
Me quede en silencio unos momentos. ¿Acaso ya no quiere salir por lo que escucho?
-¿Cómo?
-Me acaban de informar de que tengo una reunión muy importante ese día.
-¿Y no alcanzas a llegar si vamos a almorzar?
-No. La reunión es justo a esa hora, así que será imposible vernos ese día.
-Entiendo.
-Adiós Haruka.
-Adiós Rin.
Y colgó él primero…
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Hoy es miércoles, el día en que me iba a ver con Rin hasta que el cancelo. Ahora mi día sí que va a ser aburrido. Tengo universidad, trabajo y entrenamiento… no entiendo cómo es que puedo seguir matándome todos los días con este tipo de rutinas.
Todavía recuerdo lo perezoso que podía llegar a ser en la preparatoria, hacia lo que quería cuando quería y porque quería. A muy duras penas iba a la preparatoria y a los entrenamientos de natación y lo único por lo que vivía en aquel entonces era solo para nadar y sentirme uno con el agua. Valla que era un inmaduro… y actualmente admito que sigo siéndolo, solo que ya no con tanta intensidad como aquel entonces, y la prueba de esto es que ahora puedo mantenerme por mi cuenta, tengo una beca deportiva en la universidad y un trabajo de medio tiempo. No tendría trabajo si no fuera porque decidí mudarme a un departamento más cercano a la universidad y por ello mis padres decidieron dejar que yo pagara el departamento bajo el pretexto de que necesito aprender a ser independiente, lo bueno es que solo tengo que pagar la mitad gracias a que lo comparto con Rei.
La universidad fue un total desastre, no pude concentrarme en lo más mínimo. Fue inevitable no tener más de dos llamadas de atención a causa de mi desconcentración en clase y todo por estar pensando en él. Pero lo peor de todo fue cuando me queme con aceite caliente cuando preparábamos un platillo nuevo en clase. Fui a la enfermería y me ahí me dijeron que no era tan grave. Maldigo a ese empresario, casi puedo apostar a que él se inventó lo de la junta… ¿Acaso se habrá puesto celoso de Makoto? No. No puede ser posible que alguien como Matsuoka Rin tenga celos, y menos si se trata de alguien por alguien como yo. Después me dirigí al trabajo sin ninguna esperanza de ver a Rin antes de empezar mi jornada de medio tiempo.
Ya en la tarde, me dirigí a trabajar con cero esperanzas de encontrarme a Rin. El trabajo fue eterno. Parece que medio Iwatobi se puso en hacer sus compras para reparar sus casas justamente hoy, estuve corriendo de un lado a otro atendiendo clientes. Y si eso no fue suficiente, Kisumi se la paso estorbándome toda la tarde.
En fin, el trabajo termino y ahora tengo que dirigirme a mi entrenamiento de las diez de la noche. Suena extraño pero el entrenador quiere que entrene por lo menos dos horas todos los días de la semana. Dice que es realmente necesario si es quiero llegar a las olimpiadas. Y aquí estoy, sentado en una de las bancas en los vestuarios, muriéndome después de un entrenamiento infernal de natación. Ya es costumbre mía quedarme un buen rato después del entrenamiento y nada un poco para relajarme, el entrenador se fue hace algunos minutos y me encargo cerrar el lugar por él. Ese viejo puede ser un demonio cuando de entrenar se trata pero me entiende muy bien cuando le pido nadar un rato más.
Me pongo de pie y torpemente me dirijo a la zona de la alberca para aventarme en el agua otro largo rato. Entro en el agua y siento como esta me envuelve dentro de ella, eta tibia y eso relaja mis músculos que están tensos por todo el estrés con el que tengo que vivir, puedo olvidare de todo lo que me molesta y sobre todo… puedo olvidarme de él. Solo unos meses más y podré terminar mis clases en la universidad, dejar mi trabajo y dedicarme únicamente a la natación… todo depende únicamente de una competición, la cual espero poder ganar.
Pasan los minutos y decido salir del agua antes de quedarme dormido por relajarme demasiado. Nado hasta la orilla y cuando subo la vista para poder salir… me encuentro con un par de zapatos negros, formales relucientes.
-Haru.
El empresario me llama y yo lo miro sorprendido desde mi posición.
-Rin.
Le respondo.
(Fin cap. 5)