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Cincuenta sombras de Matsuoka por Litziar

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Notas del capitulo:

Hola!

Bueno aquí les dejo el tercer cap. de este fic

Disfruten su lectura!

Capítulo 3:

¡¿A qué se refiere con que no lo era hace minutos atrás?! ¿Cómo puede cambiar tu orientación sexual en tan solo unos momentos?

Rin desabrocha los botones de mi camisa uno a uno. No puedo hacer nada para detenerlo, o mejor dicho, yo no quiero hacer nada para detenerlo. Debo admitir que estoy atraído hacia a él y de alguna forma no me molesta que lo haga. No debería, puesto a que nos acabamos de conocer.

Después de desabrocharme la camisa sus ojos me miran atentamente, como si examinara cada facción de mi cuerpo.

-Mngh…- se me escapa un gemido cuando siento como empieza a lamer mis pezones, los succiona con sus labios y los deja totalmente erectos. Hace círculos alrededor de ellos con su lengua y luego da pequeños besos. Generalmente no me gusta que me toquen y mucho menos ahí pero creo que él ha creado un excepción.

-¿Te gusta? ¿Lo disfrutas?- se ha detenido y ahora me mira directamente a los ojos para hacerme ese par de preguntas, pero ¿Por qué?

No sé si debo responderle o solo quedarme callado, creo que es muy evidente que, sí, me está gustando y mucho.

Veo que él no seguirá hasta que responda algo. Está esperando mi respuesta.

-S-sí…- respondo muy tímido y seguramente con las mejillas ardiendo en mi rostro.

Él sonríe algo irónico y sigue con lo que dejo a medias, pero esta vez de una forma más estimulante. Me está mordiendo con esos dientes curiosamente afilados como los de un tiburón. Deja marcas en todo mi abdomen y yo solo soy capaz de gemir y disfrutar cada una de sus mordidas y lamidas. Me estremezco un poco y me encojo de hombros.

Ahora ha dejado en paz mi abdomen y ha subido a la base de mi cuello. Siento como sus manos han empezado a desabrochar el cinturón de mis pantalones.

-¡¿Qué haces?!- lo he interrumpido, no quiero que esto llegue a mayores, no cuando estamos de pie en el medio de su oficina y cualquiera podría entrar en cualquier momento.

-Solo te haré sentir bien…- me responde casi ignorándome y siguiendo con su acción anterior.

Termina con el cinturón. Luego hace lo mismo con mi pantalón y acto seguido se deshace del mismo de un solo tirón.

-Está muy ajustado por aquí- dice refiriéndose a mi miembro que me está pidiendo a gritos salir de mi ropa interior. Desvío la mirada y me pongo aún más tenso. Toma la orilla elástica de mi ropa interior y la empieza a bajar lentamente, parece que lo hace a propósito para hacerme sentir urgido y miserable.

Cuando finalmente mi miembro está totalmente fuera, puedo sentir su mirada clavada en mí, su rostro muestra una sonrisa de satisfacción. Se pone de pie frente a mí y rodea mi hombría con su mano derecha, la acaricia un poco y la rosa innumerables veces con su propia entrepierna.

-Ahh….- se escapan leves gemidos y gruñidos de mis labios.

Mientras tanto su mano izquierda se encarga de seguir fatigando mis pobres pezones, que ya arden un poco por el rose continuo de sus dedos, pero sigue siendo…. Excitante.

Sus labios están dándome continuas mordidas y besos en el cuello, murmura cosas inentendibles para mí. Yo ante todo esto solo puedo gemir como si no hubiera un mañana y rodear a Rin con mis brazos con  la intención de apoyarme en él para no caer porque mis piernas amenazan con fallarme en cualquier instante.

-Rin… mngh…- fue inevitable no llamarlo por su nombre, espero que no se le moleste.

Detiene un poco sus mordidas en mi cuello.

-Haruka…- me dice algo entre cortado, al parecer él también está empezando a excitarse.

La mano que trabajaba en su entrepierna empieza a mastúrbame con fuerza, sus dedos rodean mi falo suben y bajan sin dar descanso. El ritmo aumenta cada vez más. Arqueo la espalda y me dejo llevar por él hasta que ya no puedo más, tengo que venirme pero no quiero arruinar el traje que trae puesto, parece ser muy caro.

-Haruka… córrete en mis manos- dice en mi oído mientras lo muerde un poco, como si pudiera leer mi mente de alguna forma. Aunque esas palabras parecieron ser más una orden.

A señal de que a él no parecía importarle mucho lo de su traje, obedezco y empiezo a sentir como una onda eléctrica de placer recorre todo mi cuerpo mandando una señal a mi entrepierna para dejarme venir en sus manos. Siento una sensación indescriptible pero muy agradable, mis músculos se relajan un poco pero mi respiración está sumamente acelerada.

Rin deja mi miembro en paz y se despega un poco de mí. Dirige su mano a sus labios y me deja admirar como lame sensualmente el semen de la misma. Me sonrojo mucho más, no sabía que podías tomar el esperma…. Bueno, ahora sé que si se puede.

Termina de lamerlo todo y vuelve a acercarse a mi cuello, pero ahora solo para susurrarme algo.

-Quiero que seas mío…

No me esperaba esas palabras, ¿Mío? Pero… ¿En qué sentido?

Muerde con fuerza mi oído y un quejido sale de mí. Luego deja un rastro de saliva de mí oído hasta casi llegar a mis labios. Se separa un poco y examina mi rostro muy de cerca, nuestras narices están a menos de un centímetro para poder hacer contacto.

Pensé que él me besaría, pero no fue así. Solo me miro varios segundos y termino por cerrar los ojos y alejarse de mi rostro para darse media vuelta y caminar un poco hacia su escritorio.

Me desilusione un poco por ello. Realmente ansiaba probar sus labios.

-¿Ya respondí todas la preguntas de Ryugazaki?- preguntó con un tono algo indiferente, como si hubiera recuperado la cordura en tan solo unos segundos.

Me quedo callado unos momentos meditando lo que acababa de pasar y finalmente decido ponerme los pantalones y abrocharme la camisa. Mi respiración seguía muy agitada.

-S-sí…. Creo que sí-. Respondo confundido.

-Bien… - dice mientras se voltea y me ve directamente a los ojos.

-Entonces… ya me voy- digo sin saber que más decir.

Me aproximo a donde deje caer mis cosas y las recojo una a una, mientras que Rin se acerca y me ayuda a recoger la pequeña grabadora que al parecer…. ¡Sigue prendida!

-Sera mejor que no enseñe la grabación a Ryugazaki.

Y tiene mucha razón, me moriría si Rei escucha todo lo que hicimos.

-No sé qué hare…-. Le respondo algo pensativo, debo pensar en algo para no tener que darle la mini grabadora a Rei porque no fui capaz de tomar ningún apunte o anotación de las respuestas durante la entrevista.

-Déjeme una lista con las preguntas y yo me asegurare de responderlas y mandárselas en vía electrónica a Ryugazaki-. Me contesto seguro y sin ningún rastro de duda.

Yo asentí y le di el cuaderno de Rei.

Ambos nos pusimos de pie y nos dirigimos a la puerta, Rin la abrió y me dio el paso antes que a él para salir a la recepción de afuera.

-¿Ha traído abrigo?-. Me pregunto con una pequeña y casi visible sonrisa.

Yo asentí.

El extendió su brazo hacia el rubio número dos de antes (parecía estar un poco incómodo, tal vez pudo escucharnos desde aquí…) y este le entrego mi chaqueta, Rin la extendió en el aire para ayudarme a ponérmela, yo un poco apenado lo deje ayudarme y me la puse.

Empecé a caminar hacia las puertas de los elevadores y note que Rin caminaba tras de mí.

-¿Quieres que te muestre un poco las instalaciones de la empresa?- me pregunto desde atrás, casi como si no quisiera que me fuera.

Me detuve al llegar a una de las puertas, apreté el botón enseguida.

-No gracias, ya debo de irme.

-¿Seguro?

-Sí-. Trate de contestarle lo más serio que pude.

Su rostro de seguro mostraba una expresión desesperada.

-Escribiré las respuestas de la entrevista enseguida para enviárselas lo antes posible a Ryugazaki.

-Sí por favor.

Las puertas del elevador se abrieron y yo con paso firme me aproxime al interior de la cabina. Tengo que salir de aquí. Cuando me vuelvo él está apoyando con una mano sobre la pared. Realmente es muy atractivo, demasiado. Me desconcierta.

-Haruka-. Me dice a modo de despedida.

-Rin-. Le contesto.

Y afortunadamente las puertas se cierran.

 

……………………………………………………………………………………………………………………….

 

El elevador me lleva a la primer planta y cuando se abren las puertas salgo inmediatamente de ahí, por poco y me caigo por la prisa que llevaba pero mantuve el equilibrio hasta el final y salí por las inmaculadas puertas de aquel lugar.

Ninguna persona me había impactado tanto como Matsuoka Rin, mucho menos un hombre. Sera porque es ¿Rico? ¿Poderoso? ¿Exitoso? ¿Por qué nadaba? ¿O simplemente porque resulta ser extrañamente atractivo? Me recargo en una de las columnas de acero del edificio y trato de tranquilizarme.

Después me dirijo al Volkswagen para alejarme completamente de aquel lugar.

Ya en el carro mi mente sigue vagando con aquella entrevista, no puedo dejar de pensar en todo lo que sucedió. ¿Por qué tuve que preguntarle si era gay? ¡Maldita sea tu curiosidad Ryugazaki Rei! Pero más que eso, no puedo sacarme de la mente como me toco, me hablo y luego como yo esperaba que el me besara. Que decepción… Qué vergüenza.

Dejo la ciudad atrás, la carretera empieza y sin que yo me dé cuenta ya estoy entrando a Iwatobi. Conduzco unos minutos más y llego al departamento.

Al entrar encuentro a Rei sentadito en la sala con su laptop en las piernas.

-Estoy en casa…

-¡Haruka-sempai! ¡Bienvenido!- me recibe muy energético y evidentemente muy contento.

Me adentro más al departamento y dejo mi chaqueta sobre la mesa del comedor junto con la mini grabadora y otras cosas.

-¡Haruka-sempai, la entrevista esta excelente, el señor Matsuoka explicó muchos puntos desde vistas que no esperaba!- me dice mostrándome la pantalla de su computadora la cual estaba abierta en su correo electrónico.

-Si…

Vaya fue rápido escribiendo y mandando las respuestas….

-Ya quiero escuchar la grabación que hiciste-. Me dice extendiendo las manos para recibir la grabadora.

-Ahh… sobre eso… eh, no supe como prender la grabadora… así que mejor le dije que te las enviara por correo-. Trate de sonar convincente al hablar.

Rei me miro extrañado.

-Bueno, supongo que con esto es suficiente, pero ahora que lo pienso debí decirte que le pidieras tomar fotos… ya sabes para que el artículo tenga un apoyo visual-. Dijo reprimiéndose a sí mismo.

Lo mire algo aliviado, no me hubiera gustado tener que tomarle fotos a él…

De un momento a otro recordé la vergüenza que pase con su pregunta “especial”.

-Oye Rei, ¿Qué hacia esa pregunta ahí?- Le dije algo molesto.

-¿Ahh? ¿Cuál?

-¡Le pregunte si era gay!-. Levante un poco la voz.

-Ahh… bueno tenia curiosidad, ya sabes él es joven, atractivo y nunca se le ha visto acompañado por una mujer a los eventos y conferencias que da, cabe la probabilidad de que sea gay-. Me dijo algo apenado.

Bueno, aunque Rin me haya dicho al principio que no lo era, al final ya se la verdadera respuesta. Pero no pienso decírsela a Rei.

-Debo irme ya…-. Dije mientras me dirigía a mi habitación con la intención de terminar esta incomoda y vergonzosa conversación.

-¿A dónde iras?

-Tengo entrenamiento y luego trabajo…-. Le digo un poco desganado. La verdad es que no quiero ir pero en serio quiero llegar lejos en la natación y además necesito trabajar para ayudar a pagar la renta del departamento.

-Vaya, usted sí que es una persona de admirar Haruka-sempai.

Fui a mi habitación y ya dentro tome una mochila que prepare la noche anterior. Volví a salir de mi cuarto y tome las llaves del carro nuevamente.

-Ya me voy… descansa.

-Que le vaya bien, terminare de leer bien la entrevista y enseguida me iré a dormir, Haruka-sempai-. Me dedico una sonrisa, yo se la devolví lo mejor que pude. Cuando se trata de sonreír no soy el mejor….

Mí día paso normal, tuve un entrenamiento infernal de natación y luego la remate con el trabajo en “Dolphin’s” una ferretería donde encuentras todo para remodelar y reparar tu hogar. Tuve que soportar los constantes acosos de mi jefe Kisumi, pero al final aguante toda la jornada sin quejarme, aunque se me hizo eterno. Salí de trabajar exactamente a las 11:35 p.m. para suerte mía hoy al fin es viernes. Llegue exhausto a mi casa, pero todavía tenía que estudiar y practicar un poco para gastronomía, termine durmiéndome a las dos de la mañana. Al menos ya tenía listo el desayuno y la comida para ese mismo día.

El resto del fin de semana pasó igual, por mucho que quisiera descansar, también tengo trabajo entrenamiento y estudios que atender. El miércoles ya comenzaban las pruebas finales tanto en estudios como en la natación.

La semana de exámenes paso… bien, mis estudios dieron frutos y los rivales en natación que tuve en algunas pruebas no eran tan fuertes. Y el trabajo… bueno ese si fue igual.

Hoy finalmente es sábado, no hay exámenes ni escuela, solo trabajo en la mañana y entrenamiento por la tarde

-¿Cuándo publicaran el artículo?-. Le pregunte a Rei durante el desayuno.

-A finales de este mes-. Me contesto después de masticar y pasar la comida que tenía en la boca.

-Bueno…

-Todavía sigo pensando que tomarle fotos hubiera sido bueno…. Ya le mande un correo pero no lo ha contestado.

-Y tal vez no lo haga-. Le dije la verdad.

-Tienes razón-. Su rostro mostro una expresión aún más triste, pero yo no puedo hacer nada por el a estas alturas.

Terminamos de desayunar y cada uno se fue a realizar las actividades planeadas para el día.

Llegue al trabajo y dispuesto a hacer mí deber me puse el overol de trabajo y me dirigí a mi respectivo puesto.

-Haruuu… necesito que hagas algo-. Esa es la voz de mi molesto jefe que al parecer ya se abalanzó sobre de mí.

-¿Qué sucede?- pregunte con neutralidad mientras me lo quitaba de encima.

-Haru, no seas tan frío conmigo, somos amigos, es más, cuando termines tu turno de hoy te invito a almorzar algo.

Ahí va otra de sus muchas invitaciones para salir después del trabajo, claro está que siempre las rechazo.

-Hoy no puedo.

-¡¿Qué?! Tú nunca puedes…-. Se queja mientras me vuelve a abrazar.

-Quítese de encima por favor…. Mejor dígame que necesita que haga- le dije tratando de trabajar en paz.

-Necesito que digas que sí aunque sea solo una vez-. Suspire hondo, por más que él diga ser mi jefe hay demasiadas ocasiones en las que he querido golpearlo. Él seguirá insistiendo con que salgamos después del trabajo.

-Hablo en serio.

-Yo también….

Por el amor de Dios, ya me tiene arto.

-Está bien…. Pero solo a almorzar y ya-. Si con esto me dejara en paz el resto de mi vida entonces ni modo.

-¡¿En serio?!.... ¡Si!-. Celebro con mi respuesta.

Yo solo lo observe con mi cara más disgustada posible.

-Entonces iremos después de tu turno de trabajo. Es una promesa.

-Sí… ¿y bien? ¿Qué me ibas a pedir antes?...-. Trate de retomar el tema anterior.

-¡Ahh! Casi se me olvida, necesito que actualices los precios de algunos azulejos para alberca-. Dijo mientras sacaba una lista con lo que yo supongo son los nuevos precios de cada uno.

-Bien…-. Tomo la lista y empiezo a encaminarme al pasillo correspondiente.

-¡Nos vemos en un rato Haruuu!

No voltee nuevamente atrás solo trate de caminar lo más disimulado posible.

 Llegue al pasillo y me puse a trabajar. Ya casi terminaba de ponerles los precios nuevos a los azulejos cuando algo inesperado sucedió. Esos ojos estaban allí, justo atrás de mí, observándome. Solo me di cuenta cuando finalmente termine y me di la media vuelta para irme a la caja registradora.

-Señor Matsuoka…-. Dije algo sorprendido. Como siempre él se veía tan atractivo, hoy traía ropa casual, unos jeans y una polera gris. Todo de marca. Y yo con mis fachas más viejas y un overol de trabajo.

 

 

(Fin cap. 3)

Notas finales:

Eso a sido todo por hoy jeje

Nos vemos de este domingo en ocho!

Muchas gracias a los que se toman su tiempo para leer el fic y dejarme un comentario, me animan seguir el fic!

Bye bye (-_-)/


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