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Mi Esposo Desea a Otro por Pocky Beagle

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Notas del fanfic:

¡Hola a todos! Aquí traigo un nuevo fic para ustedes, de esta encantadora parejita. Iba avanzando muy lentito con él, pero como hoy tuve tiempo avance un poco y decidí subirlo. Espero que les guste, realmente estaba insegura por que tenía miedo de cambiarles la personalidad, pero bueno, hice lo mejor que pude.

Notas del capitulo:

Bueno, espero que les guste. Es cortito, esta basado más que nada en el punto de vista de Anne y aun no aparece mucho Michael, pero en los siguiente ya ira tomando protagonismo la pareja principal.

Espero que les guste.

PROLOGO: PRIMERA DOSIS DE MICHAEL FASSBENDER




Sentía la mirada de la mujer clavada en ambos, miró de reojo a su pareja y notó que sólo miraba en otra dirección. Sí, lo había arrastrado a esto, lo sabía pero realmente empezaba a pensar que lo necesitaban. Las cosas no andaban del todo bien, bueno, no exactamente. Las cosas sí andaban bien, James era muy bueno y era normal que no pelearan, se rieran, se divirtieran. Pero no estaban del todo bien, no en ese aspecto al menos. Al principio lo dejó pasar, cuatro años lo dejó pasar, acababan de tener un bebe y era normal. Ella tuvo que acostumbrarse a los cambios de su cuerpo, ambos a los nuevos horarios, era normal que la chispa se perdiera un poco. Aparte la carrera de James iba en ascenso, estaba más ocupado, y no convivían tanto como antes. Dios, ella era una mujer madura, sabía que era normal que sus ansias no serían igual que cuando llevaban dos años de casados y no podían sacar las manos el uno del otro. Pero esto empezaba a preocuparle, James era un hombre atractivo, cada vez ganaba más y más popularidad y ciertamente ellos no hacían nada, casi nada. Al principio cayeron en la rutina, el sexo era casi acordado, sabía que los miércoles a las diez de la noche James la besaría, ella lo abrazaría, se separarían para quitarse la ropa y luego lo harían. Sin pasiones, sin novedad. Pero incluso así de a poco los dos fueron buscando excusas, dolor de cabeza, cansancio, los dos fueron pateando el asunto. Y un día Anne notó que llevaban más de cuatro meses sin sexo. Y también notó todas las mujeres jóvenes y bonitas que habían notado lo guapo que James era. Supo que tenía que arreglarlo antes de que algo malo pasara...

Y lo intentó. Oh, si que intentó volver a prender la chispa. Lencería, velas, fragancias ¡incluso le hizo una felación a una banana para aprender a hacerlo perfectamente! Pero la cosa se seguía sintiendo forzada. James parecía corresponder sólo por obligación. Empezaba a sospechar que los hombres también fingían orgasmos. O al menos James si lo hacía. Y se asustó mucho cuando entendió finalmente que su marido no la deseaba. Pero no entendía, porque todo lo de más estaba bien. Se reían, se querían, convivían perfectamente, adoraban a su hijo. Quizás sólo era una etapa, quiso calmarse con eso: era una larga etapa. En unos años cuando su hijo fuera al colegio ellos podrían... hasta que notó que una relación con problemas sexuales era difícil que persistiera. Infidelidades. James no era así pero... pero. Un jodido pero. ¿Y que tal si se tentaba?

Así que Anne-Marie hizo lo único que se le ocurrió: terapia. Explicarle a James que quería ir a terapia por que tenían problemas sexuales (sin querer mencionar el termino "problemas sexuales" ya que eso parecía poner histéricos a los hombres) fue muy difícil. Obviamente se negó, aseguro una y otra vez que las cosas estaban bien. Pero Anne cada vez lo dudaba más, James incluso empezaba a verse más apagado con ella. Sí, le demostraba cariño pero le faltaba esa chispa divertida, traviesa, original. Esa chispa que le caracterizaba. Finalmente, logró convencerlo apelando al discurso de que si la amaba lo haría por ella. Y claro que lo hizo, porque James la amaba. Lo sabía. Eran pareja, compañeros, mejores amigos. 

Pero James no se llevaba bien con la terapia. Su cara de fastidio era un poco difícil de disimular a veces, incluso aunque fuera actor. Lo intentaba, sabía que lo intentaba, pero simplemente las cosas no parecían funcionar. Y la terapia se alargaba y se alargaba y se alargaba. Y era complicado, y costoso, y todo un verdadero problema. Tenían que organizar horarios, cuidarse de que eso no llegara a oídos de la prensa, y hacer rica a la terapeuta que lo único que hacía era mirarlos atentamente y preguntar tonterías. 

-¿Y han avanzado?-preguntó la psicóloga. Anne pudo imaginar lo que James pensaba: “Si hubiéramos avanzado no estaríamos aquí”. La mujer los miraba por encima de los lentes, Anne se forzó a sonreír cuando esos ojos se posaron en ella-¿Qué tal los consejos que les di? ¿Salen a cenar juntos? ¿Se arreglan el uno para el otro? ¿Buscan romper un poco la rutina? ¿Extrañarse?

-Bueno, salimos a comer el viernes. Fue una velada muy agradable-ella estiró su mano para tomar la de su pareja que estaba apoyada en el apoya-brazo de su sofá. James ni la miró, seguía mirando para un costado. Al parecer ese día realmente no tenía ganas de cooperar. No muchos al menos. Anne sabía que estaba de mal humor, algo raro en él, había tenido que suplicarle por que asistieran-Después fuimos a bailar, la pasamos genial. Fue muy divertido... Cuando volvimos a casa incluso tomamos una ducha juntos.

La psicóloga sonrió con suficiencia, como diciendo que había esperado eso-¿Y? ¿Lograron reactivar la chispa?-la rubia se sentía cada vez más incomoda al ver esa sonrisa. Mierda, no estarían tan tensos si las cosas hubieran funcionando. ¿De verdad le estaban pagando a esta mujer?

-A decir verdad....

-No-finalmente James se dignó a girar el rostro y mirar a la mujer. Anne apretó los labios. Era tan raro verlo de mal humor. Llevaba semanas así, y ella no entendía exactamente el por qué de su mal temperamento. James no era malhumorado, era sumamente simpático y positivo. Pero a pesar de que en casa se comportaba tranquilo y normal, era obvio que le pasaba algo-. Ni bien llegamos a la cama nos acostamos y se nos vino el mundo encima. Ann tenía los pies destrozados, yo estaba aturdido, el alcohol nos había dado sueño.-no se veía molesto, pero Anne lo conocía. Conocía ese tono-Si lo hubiéramos arreglado, le juro que ahora estaríamos en casa o encima de la mesada con mi...

-¡James!-protestó Anne, frustrada. Se tapó el rostro algo avergonzada. No debió insistirle en que vinieran. Él aclaro que no estaba de humor, que no podía, al vicio insistió. Debió cancelar la consulta.

-¡Ella pregunto!-se quejó el escoces, Anne le apretó la mano y sintió un apretón en respuesta. Finalmente, James respiró hondo y luego se inclinó hacía delante, mirando con atención a la señora de enfrente-Esto no esta funcionando, no estamos avanzando, realmente no entiendo cual es el problema. Todas las parejas pasan por etapas en las que no pasa nada. Ya hablamos de esto, ¡incluso usted dijo que era normal!

-Si, pero si quieren recuperar la chispa deben trabajar en ello. No pueden esperar que vuelva sola, deben esforzarse y...

-¡Nos estamos esforzando pero simplemente hay algo que no esta funcionando! Pasara cuando tenga que pasar-la señora releyó sus anotaciones y luego miró con condescendiente a ambos.

-¿Y se hicieron el chequeo físico?-preguntó y ni bien la escuchó, James se sujetó la cabeza con las manos.

-No soy impotente, y Anne no es frígida-se quejó. La mujer sintió como la mano de James la jalaba un poco y se giró hacia él que estaba mirándola fijamente-. Mi vida, no deberías preocuparte por esto, estamos bien. Es solo una etapa, Breen, el trabajo, las presiones, la edad, es normal.-la chica no pudo evitar morderse los labios. Esos ojos azules le miraban con cariño y por un momento se sintió tonta. Era obvio que James la amaba, sólo era un mal momento. No debería preocuparse tanto, pero cuando tu pareja de pronto se convertía en el sueño húmedo de muchas y muchos era alarmante.

-Solo quiero arreglar esto, Jimmy. Ser los de antes, ¿no extrañas quienes eramos?-le susurró, ambos se habían inclinado para hablar uno cerca del otro. Se miraron con atención, estudiándose y finalmente el menor tomó la mano de su mujer y le besó la palma.

-Estoy feliz contigo, y si necesitas esto lo haremos pero hoy simplemente no puedo-dijo, su acento se notaba marcado, como cuando estaba muy tenso, ella suspiró pero asintió. Si, no avanzarían hoy, sería mejor volver a casa. El escoces se giró a la terapeuta y le sonrió ligeramente-. No quiero ser grosero, pero realmente no estoy de humor para esto. ¿Podemos acordar otra sesión?

-Por supuesto-dialogaron rápidamente sobre cuando estaban libres y finalmente la pareja se marcho. Durante el viaje a casa la música lleno el ambiente en el vehículo. No estaban tensos, ellos no podían estar incómodos el uno con el otro, se llevaban demasiado bien, pero tampoco estaban perfectamente cómodos. No estaban románticos. Anne prefirió desechar esos pensamientos por el momento. Empezaba a suponer que James estaba tenso por exceso de trabajo. 

Ingresaron a la casa, miró de reojo como James dejaba las llaves colgadas ella continuó tarareando la canción que estaban escuchando hasta hace un momento-¿Tienes hambre?-preguntó con una sonrisa. El de ojos azules la miró y sonrió un poco antes de asentir. Ella soltó una risa, se entendían sólo con la mirada. Debían estar bien, ¿verdad? No tenía que estar dudando, ellos eran mejores amigos, ninguno de los dos podría lastimar al otro. Caminó a la heladera y comenzó a tomar algunas cosas.

El sonido del teléfono la hizo voltear y vio al actor sacando su celular del bolsillo del jean. De pronto los ojos azules brillaron y le sonrió al celular. ¿Qué? ¿James acababa de poner la sonrisa más sincera de la semana a la pantalla de un celular? Lo vio girarse y llevarse el cel al odio-¡Apareciste!-Anne sólo pudo mirarle con el ceño más fruncido, intentó disimular buscando cosas en la heladera. James de pronto parecía tan entusiasmado como siempre-¡Llevo dos semanas sin saber de ti, Mike! Pensé que te habías perdido en... jajajaja cállate idiota-y Anne dejo de parpadear y le miro de reojo. “Dos semanas sin saber de ti”. James llevaba dos semanas de mal humor-¿No me digas que estas de nuevo en Londres? ¡Hacía tiempo que no coincidíamos aquí! ...-la mujer no perdió detalle de la conversación mientras se servia un vaso de agua-¿En dos horas? Em, si, si puedo. Sólo deja que me doy una ducha y me cambio y...-soltó una nueva risa y Anne ya no se resistió. Se giró y le miró atentamente. Quizás eso era lo que le faltaba a James, su mejor amigo. De pronto se veía más animado, parecía haberse olvidado de su mal humor. Michael lograba calmarlo-Nos vemos-James cortó y se giró a mirarla. Un nuevo brillo en sus ojos, nuevamente parecía el de siempre.

Anne sonrió. Era eso. James necesitaba a su amigo.

-Saldré con Mike, no te molesta ¿verdad, cariño?

-Claro que no, mi amor. Diviértete-James se acercó y le dio un casto beso. Luego el chico se excusó para ir a bañarse y salió del comedor hacía el baño. Bueno, al menos habían arreglado lo del mal humor. Quizás en la siguiente cita arreglarían lo del sexo. La chica soltó una risa mientras lo escuchó tararear en la ducha. Gracias a dios por Michael Fassbender y su capacidad de alegrar a James.

**

Anne se removió en la cama al escuchar un ruido abajo. Primero pensó que Brendan podría haberse despertado, pero al escuchar un “Mierda” y un pequeño golpe supo que era James algo pasado de copas. Se giró en la cama, para mirar hacia la puerta. No paso mucho tiempo antes de que el castaño entrara. Lo vio tantear en la oscuridad, evitando prender la luz y ella negó con la cabeza, divertida, antes de encender el velador de la mesa de luz.

Los ojos culpables y vidriosos de James la miraron con atención-No quería despertarte, nena-se disculpó, mientras comenzaba a quitarse la ropa. 

-No te preocupes. ¿La pasaron bien?-se sentó en la cama, mirando como el chico dejaba la remera a un lado y comenzaba a quitarse las zapatillas torpemente, intentando patearlas. James le sonrió radiante y asintió. Anne sintió su corazón acelerarse al verlo tan feliz. Era de nuevo su Jimmy, su divertido, coqueto, buen humorado Jimmy. El chico se quitó los pantalones antes de dejarse caer en la cama.

-Nos pusimos al día, tomamos margaritas, creo que me hacía falta salir...-comentó, acostándose a su lado, acurrucándose contra ella. Anne se rió y lo rodeó con sus brazos antes de besarle la frente. Ahora lo notaba más relajado, se veía contento. 

-Yo creo que si, estabas tan tenso-comentó, masajéando un poco uno de los pecosos hombros. James de pronto se giró, dándole más lugar en su espalda, y enterrándo el rostro en su cuello. Anne gimió al sentir unos besos ansiosos, unos dientes que tironeaban con suavidad su piel, una mano traviesa que tocaba uno de sus senos, mientras la otra acariciaba su cadera y bajaba directo a su sexo. Anne gimió, arqueándose de gusto, al sentir a James empezando a tocarla. Un bulto se presionó contra su cadera y supo que James estaba de humor.

Oh, si, finalmente. El hombre subió su rostro y sus labios se encontraron en un ansioso beso que ambos habían estado esperando demasiado. El escosés se deleitaba tocándole el cuerpo, se lo notaba ansioso. Abrió las piernas para dejarlo acomodarse entre ellas y gimió al sentir como sus sexos se frotaban. James le sujetaba ansioso los muslos, se había bajado el bóxer, su virilidad se paseaba por la vulva ajena sintiéndola húmeda. Anne se sentía en el verdadero cielo. La chispa había vuelto. Se estaban devorando el uno al otro. 

Gimió de gusto al ser penetrada, se abrazó a las caderas del hombre sintiendo como este empezaba a embestirle con ganas, con fuerza, mientras esa boca le besaba, le mordía, chupaba, con mucha pasión. Anne tenía que contenerse para no gritar de gusto, no quería despertar a su hijo. Se estremeció al sentir una de las manos del chico jugar con su clítoris y no necesito mucho más antes de correrse. Sus gemidos se intensificaron, y James se movió con más fuerza antes de embestir profundo, su cuerpo tembló ligeramente, mientras su semilla se derramaba dentro de su esposa. 

Anne sonrió cuando se derrumbaron, acurrucándose uno encima del otro. Finalmente habían pasado una noche apasionada, espontanea, perfecta. Quizás lo que James necesitaba era sentirse en libertad, suelen decir que cuando un hombre se siente casado pierden la pasión... de pronto empezaba a pensar que era verdad. 

Definitivamente Michael Fassbender era algo muy bueno para su relación. James necesitaba un mejor amigo, y ese hombre lo era. Si él seguía cerca, en contacto, ellos podrían seguir mejorando su relación.

Oh sí, definitivamente tendrían que aprovechar el tiempo que Michael estuviera en Londres. 

 

Notas finales:

Bueno, hasta aquí por hoy. ¿Que les pareció? Agradecería sus opiniones, aun me falta encaminar la historia.

Dejo el adelanto:

-¿Quien carajos llama a esta hora?-se quejo el hombre. Ella miro la pantalla y emitió un bufido-No atiendas-dijo él, comenzando a moverse de nuevo, ansioso.

-Es Michael...-susurro, y no se sorprendió para nada cuando el teléfono fue arrebato de sus manos.

-¿Le habrá pasado algo?-


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