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Mi Esposo Desea a Otro por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

¡¡¡Hola!!!! Aquí estamos para el capitulo final, estoy super emocionada y nerviosa. Nerviosa porque no sé si les gustara, y emocionada porque es la primera vez que le pongo final a un long-fic :D

Sé que no es suuuuper largo este fic, pero bueno, igual costó llegar a este punto. Espero que les agrade. Mil gracias a quienes se tomaron el tiempo de seguir, esperar, leer cada actualización y dar su apoyo. Me animaron muchísimo :D

A los que lean esto porque ya esta acabo, igual los invito a dejar sus comentarios, me encantaría saber que piensan :)

Y ahora, ya no nerviosa, sino lietarelmente asustada por lo que les puede parecer, les digo: Enjoy!

EPILOGO: DOSIS CONTINUA




Luego de esa primera vez, las siguientes fueron igual de intensas. James había pensado que desvelarse todas las noches para tener sexo y levantarse temprano para trabajar al otro día iba a ser agotador pero, contradictoriamente, tenía muchísimas energías. Se sentía bien y feliz; y se notaba, podía concentrarse en el trabajo y ser el hombre bromista y divertido que siempre había sido. Aunque, era un poco frustrante saber que las cosa se habían ordenado justo ahora que ya estaban terminando de filmar. Le ponía algo nervioso saber que pronto se irían, que él tendría que ir a hacer frente a sus obligaciones y que Mike volvería a concentrarse en su carrera. Ahora estaban en esa pequeña pausa, donde estaban juntos ¿pero qué iba a pasar después?

Prefería evitar pensar en eso, ahora quería concentrarse en pasarla bien. Estaba feliz, era agradable filmar y tener a Michael cerca, era agradable amanecer juntos, era agradable bañarse juntos y era sumamente agradable hacer el amor cada noche. Había olvidado lo que era vivir en esa burbuja de amor en la que todo era perfecto. No podía desear nada más a que eso se prolongue para siempre. 

Aunque bueno, también era un poco difícil vivir esa especie de luna de miel en un lugar tan publico. Es decir, luego de la noche en la que Michael lo puso en cuatro y le dio duro, fue horrible al otro día tener que estar actuando desde la silla de ruedas. Aunque fue divertido ver renguear a Magneto días después. Explicarle a la maquilladora que las marcas en su cuello eran picaduras de mosquito también fue difícil, la chica no dejaba de mirarle con la ceja alzada. Que después Mike le trajera un insecticida hizo la mentira un poco más creíble, aunque ella seguía mirándolos raros. Luego, la chica paso días riéndose de que Michael también tenia picaduras. 

A veces notaba que Hugh Jackman los miraba de una forma extraña. Eso le ponía un poco nervioso, sobre todo porque sabía que la pared de la cama de Michael estaba pegada al cuarto de Hugh. No sabía qué pensar cuando el actor de Wolverine le sonreía de una manera confidente. En esos momentos, James se preguntaba como reaccionaria el mundo cuando se enterara de lo suyo. Sí, “cuando”, porque estaba seguro que no era “como reaccionarían SI algún día se enteraban”, ahora era certero: CUANDO se enteraran. Bueno, al menos suponía que si las cosas iban bien, tarde o temprano él y Mike lo harían publico. 

Él no era una persona tímida, pero ciertamente, andaba perseguido. Cuando notaba que alguien se le quedaba mirando se sentía un poco incomodo. Agradecía realmente que nadie comentara nada sobre que muchas veces desaparecía con Michael para comer solos. A él le parecería raro... aunque, cuando lo ponía en perspectiva, siempre habían sido así. ¿De qué se preocupaba? Quizás había sido mil veces más raro todo ese tiempo que pasaron separados.

Ese día en particular se levantó con una ligera nostalgia. Fue el primero en despertar e inmediatamente apagó el reloj, antes de que sonara. Se quedó contemplando el rostro de Michael mientras este dormía, su cabello pelirrojo se veía hermoso desparramado en las sabanas. James admiró sus pecas y sus pestañas arqueadas, tenía pelo naciente sobre sus mejillas y emitía un suave ronquido. También estaba babeando un poco. Pero... joder, estaba seguro de que pocas veces vio algo tan hermoso. Era patético saber lo enamorado que estaba.

Cuando Michael se despertó, le sonrió perezosamente mientras se desperezaba. Acto seguido, lo atrapó entre sus brazos y lo acercó a él para unir sus bocas en un beso meloso y lento. Estuvieron besándose por un largo tiempo, Michael seguro pensaba que el despertador aún no sonaba porque era temprano, y James no quiso sacarlo de su error. Había pasado un rato cuando el mayor finalmente se apartó y se giró para mirar la hora. Ni bien la vio, se levantó de un salto.

-Estamos llegando tarde-anunció. James actuó sorprendido y también se vistió rápidamente. Putear al despertador por no sonar fue algo muy realista y que hizo que Michael ni siquiera pensara que él tuvo algo que ver. Se bañaron con prisas, por lo cual se arrepintió un poco... se arrepintió de no haber cambiado la hora.

Salieron, él siguió el ritmo apresurado de Michael. Compraron un desayuno de camino al estudio y, mientras iban en viaje, volvieron a tener un momento de tranquilidad. James prefirió ignorar la comida y jalonó a su amigo para besarlo, siempre que notaba que nadie los miraba. El pelirrojo sonrió contra sus labios-Estas muy cariñoso hoy-susurró, con obvia felicidad. Él, sólo se encogió de hombros.

Algunas veces, los días de filmación se hacían largos, pero hoy tenía varias escenas con Mike y se le hicieron cortas. Deseaba que tuvieran más cosas que grabar. Era un poco molesto que en esa película hubiera tan poco “Cherik”, deberían poner más. Él sería dichoso de grabarlas y estaba seguro de que a los fans no les molestaría... al menos no tanto. ¿Y cómo se tomaran nuestra verdadera relación? Eso no debería importarle, pero era una triste realidad que, en el tipo de carrera que tenían, la opinion pública era importante para la oferta de trabajos. 

A la hora del almuerzo ambos se metieron en el trailer de James y comieron a solas. Si fuera una relación normal, quizá se sentiría asustado de lo rápido que estaban avanzando las cosas y de la cantidad de tiempo que pasaban juntos pero, por ahora, todo fluía natural. Ademas, conocía a Michael desde hacía años y nunca se había cansado de él, dudaba mucho que fuera a pasar ahora. Ni bien terminaron de comer, James se fue encima del pelirrojo, besándolo inmediatamente y negándose a soltarlo por un buen rato. Hacía demasiado que no pasaba tanto tiempo besándose con alguien. Los besos largos y sin fines secundarios eran cosa de la juventud (descontando las películas, obviamente). 

-¿Debería preocuparme por lo cariñoso que estas hoy?-preguntó Mike sobre sus labios, James sonrió suavemente pero negó con la cabeza. No había nada de que preocuparse, excepto el hecho de que les quedaba poco tiempo juntos. Aunque, ciertamente, el irlandés no parecía muy preocupado por eso. Quizás era porque su amigo estaba más acostumbrado a llevar ese tipo de relaciones, pero él no. Con Anne Marie era algo certero que, al acabar la película, regresaría a casa y estaría con ella. En cambio, con Michael no tenía ni idea de qué iba a pasar. Sólo sabía que su amigo tenía que filmar en Australia y tenía miedo de preguntar cuándo volverían a verse, temiendo por una respuesta que no le satisfaga.

Volvieron a besarse. Ese día James estuvo algo cargoso, andando cerca de Michael y pegándosele como garrapata, al pelirrojo no pareció molestarle; de hecho, se veía bastante a gusto con la atención. 

**

Michael no sabía si sentirse preocupado o no cuando James le dedicó una mirada condescendiente y luego se levantó, se despidió de todos y alegó que se iba a dormir. Él miró su plato y aún le quedaba media porción, no pensaba irse aún. Estaba muerto de hambre. Le asintió a su amigo que ya se estaba marchando, pero al mismo tiempo señalo la comida, indicando que iba a tardar. Se le hizo algo graciosa la forma en la que el castaño apretó los labios y y frunció el ceño. Dejó escapar una risa, ganándose una mirada curiosa por parte de Olivia que estaba sentada a su lado. 

Luego de un rato se levantó, se despidió de todos y se apresuró hacía su habitación. Imaginaba que James debía estar algo impaciente, no lograba entender del todo qué le pasaba el día de hoy. Cuando finalmente llegó a su cuarto, el castaño estaba sentado en el sofa mirando alguna cosa por el celular. Ni bien levantó el rostro para mirarle, alzó una ceja.

-Te tardaste-acusó, logrando que Mike alzara las cejas sorprendido.

-Tarde lo que tarda una persona normal en comer. Tú te atragantaste como un coyote y luego corriste para acá-comentó divertido, acercándose mientras se quitaba la chaqueta y la dejaba a un lado. Cuando llegó al lado de James se inclinó para mirarlo de cerca-¿Qué te sucede hoy?-preguntó con genuina curiosidad. El de ojos azules dudó un momento antes de suspirar.

-¿Hoy es tu ultimo día de filmación, verdad? Mañana te iras y... quería aprovechar el tiempo-respondió, encogiéndose de hombros. Se sentía un poco avergonzado, más que nada porque Michael no había pensado lo mismo. 

-Hoy no es mi ultimo día. Mañana tengo que regrabar unas escenas con Oscar y me voy a quedar hasta el ComiCon-comentó, sentándose a su lado. El castaño parpadeó un par de veces, preguntándose porqué demonios él no había sabido eso-. ¿Por eso has estado así de cariñoso hoy? No sé si sentirme alagado o desilusionado-comentó, dejando escapar una risa mientras recargaba su espalda relajadamente. Su brazo se estiró por sobre el respaldo, acomodándose tras de James y con la mano acarició los cabellos de su nuca. 

-Bueno, sin duda alagado. Y feliz, porque aún nos queda algo de tiempo para ser cariñosos-se escuchaba mucho más animado. Cuando se giró para enfrentar al pelirrojo, estaba sonriendo. Mike también sonrió, le jaló los cabellos de la nuca y lo acercó más para unir sus labios. 

James había pensado que esa noche iban a hacer el amor de una forma pasional y completamente cargada de sentimiento ya que iba a ser la despedida. Y sí, lo hicieron de forma pasional y con mucho sentimiento pero, gracias a dios, no sintió esa angustia que pensó que iba a sentir. Más bien, se sintió en el cielo. Cuando estaba con Michael todo se volvía muy confuso. En algún momento se olvidaba de donde empezaba él y donde terminaba el otro. Se volvían un enredo de cuerpos desesperados por amarse y tocarse. Sólo podía ser consciente de su ansiedad, de sus nervios, sus ganas de más, de la forma en la que temblaba por el exceso de placer. Todo era como un torbellino, donde estaba cautivado por los claros ojos penetrantes, su rojo cabello y su firme cuerpo. Se sentía como arcilla en las manos ajenas y Michael sabía como amasarlo.

**

Visto en retrospectiva, parecería una rareza creer que, tiempo atrás, él había estado en el psicólogo por falta de deseo sexual. Ahora todo era muy distinto. No veía las horas de estar en el cuarto, para poner las manos encima de Michael y deshacerse de la ropa cuanto antes. Sobre todo, ahora que era más consciente de que les quedaban pocos días juntos. Se pasaba todo el tiempo esperando la noche y no podía contenerse de lanzarlo a la cama. Durante la mañana volvían a amarse, como si nunca pudieran cansarse de sus pieles. 

James ya había perdido la cuenta de las veces que hicieron el amor. 

La mañana del Comicon intentó retener a Michael más tiempo en la cama, pero se le hizo imposible. Por suerte, el pelirrojo era un poco más responsable que él. Se le escapó de sus brazos después de que hicieran el amor, y se dirigió rumbo al baño. Mientras tanto, él se sentó en la cama, con pereza, mientras deseaba estar en otras circunstancias. Preferiría estar en un hotel, lejos de todos, sin horarios que respetar y poder pasar horas en la cama. De alguna forma, Mike parecía entender su ansiedad, pero no la compartía al cien por cien... sus vidas antes habían sido muy distintas. El pelirrojo había estado todo el tiempo entrando y saliendo de relaciones, con una vida sexual bastante activa. James, en cambio, había tenido todo lo contrario. Quizás por eso, apreciaban con intensidad cosas diferentes: él amaba esas horas en la cama, y Michael amaba igualmente los momentos de intimidad hogareña. 

Su mirada se fijó en la maleta de su amante, que estaba a medio hacer. Uff, no tenía ganas de pensar en que pronto tendrían que terminar de armarla. No quería que Michael se fuera, no sabía como le haría frente a la distancia. 

Algo desanimado, se levantó para vestirse. Tenía que lograr distraerse, ya que ese día era importante para sus fans y no podía estar amargado. Además, seguro pasarían mucho tiempo juntos. La gente adoraba entrevistarlos a los dos. Tenía que ser positivo. Estaba convencido de que encontrarían alguna manera de enfrentar todo esto y que su relación vaya bien. 

Habían viajado el viernes a la tarde para San Diego, y aunque quizá hubieran deseado estar solos habían llegado justo al mismo hotel que otros actores. Cuando se dirigieron al ComiCon, ambos dudaron en presentarse juntos ya que eran demasiadas casualidades que estuvieran en el mismo hotel y llegaran al mismo tiempo, pero finalmente desecharon la idea. Al llegar, nadie cuestionó nada, quizá porque no lo notaron o simplemente porque no les importó. 

Durante la entrevista con Brandon, el Cherik resurgió de las cenizas. Ambos estaban cómodos el uno con el otro, incluso mucho más familiarizados con el contacto físico, y quizás eso se notó bastante. Puede ser que esa vez llevaron todo a otro nivel, y lo más raro es que a nadie le disgustó. Incluso hablaron de casarse. Durante un segundo James se quedó pensando que mientras hacían avanzar el Cherik más allá, ellos también avanzaban. Quizás esa era su prueba piloto. Si no era tan extraño que Erik y Charles se casen, quizás no era tan extraño que James y Michael salgan. 

Nadie se veía disgustado por ver como se abrazaban desde los hombros, quizá a nadie le importaba si giraban la cabeza y se besaban. James necesitaba pensar eso, necesitaba creer que a nadie iba a importarle. Le urgía pensar que podían tener una vida feliz, estando juntos. Cuando lo miraba, al ver sus ojos claros, su sonrisa fácil, el brillo de su rostro... ya le era imposible imaginarse una vida sin él. Lo amaba, y había una parte pequeña de su alma que se movía inquieta queriendo gritárselo a todo el mundo. 

-¿Lo dijiste a propósito?-fue lo primero que Michael le preguntó cuando estuvieron solos. James le miró confundido.

-¿De qué estas hablando?

-Dijiste: “lo amo”. Acabas de admitir que me amas frente a todo el mundo-Michael parpadeó varias veces y luego soltó una risa, algo asombrado de que el castaño no lo hubiera notado. Este simplemente frunció el ceño.

-¡Estaba hablando de Charles y Erik!-protestó, intentando recordar qué era exactamente lo que había dicho.

-Pareció que estabas hablando de nosotros. Me miraste y dijiste “lo amo”. No dijiste “Charles lo ama”-Mike volvió a reírse y luego negó con la cabeza-. El corazón se me puso histérico, por un momento pensé que ibas a revelar todo frente a las cámaras-admitió. 

-¡Era obvio que estaba hablando como Charles! Se sobre entendía-protestó, frunciendo cada vez más el ceño. ¿Acaso alguien más habría notado eso? Joder, ahora faltaba que los hubiera dejado al descubierto sin proponérselo. Michael no parecía molesto ni preocupado, pero sí muy divertido. 

-No lo sé, empiezo a creer que todo esto del bromance y del Cherik ha sido una excusa tuya para no admitir que estabas enamorado de mi-bromeó. James rodó los ojos.

-El Cherik existe desde antes de nosotros-comentó, pero por más que le restó importancia aún escuchaba la risa de Michael de fondo. Rodó los ojos y siguió caminando, era consiente de que el pelirrojo seguía detrás suyo, pero prefirió ignorarlo-. Es un canon, así que deja de creerte el centro del mundo y...

-Bueno sí, pero el McBender lo inventaste como excusa-bromeó. Cuando James se giró a mirarlo, vio que Michael le sacaba la lengua. Él sólo alzo la ceja y lo miró algo divertido. Se frenó de golpe y se giró, el cuerpo ajeno chocó contra el suyo, ya estaban tan acostumbrados al contacto que ninguno tuvo el reflejo de apartarse. Se miraron a los ojos un momento, finalmente, James sonrió de manera juguetona y se mordió los labios-. Para poder tocarme-agregó en un susurro. James sintió el aliento ajeno acariciando su piel y acentuó la sonrisa.

-Oh, Michael, no te sientas tan especial-respondió y luego se giró para seguir caminando-. Podría hacerlo con cualquiera-dijo en un tono malicioso. Al instante, una mano sujetó firmemente su muñeca y lo jaló. Cuando se volteó para mirarlo, los ojos de Michael le estudiaban, aún divertidos, pero había una pizca de posesividad en ellos. James sería un mentiroso si dijera que eso no hizo estremecer parte de su alma.

-¿Disculpa?-preguntó, con la ceja alzada.

-Que podría hacerlo con cualquiera-repitió, con seguridad. Michael apretó los labios un momento y luego negó con la cabeza, de nuevo sonreía.

-No te creo-James dejó escapar una risa, jaló su mano, para soltarla del agarre ajeno, y luego volvió a girarse para seguir caminando. Sentía los ojos celestes clavados en su espalda, estudiándolo. Cuando el pelirrojo retomó el paso, él sintió la maldad cosquilleándole en las venas. Necesitaba hacer una travesura.

-Ya lo veras-respondió. Miró a Michael por sobre el hombro y le tiró un beso con los labios-. Tengo que ir a promocionar Victor Frankenstein-agregó, y se alejó a paso presuroso. Ya tenía el plan perfecto para hacer que el pelirrojo se tragara sus palabras y su agrande. 

No pudo ver la cara de Michael cuando ejecutó su venganza, pero pudo imaginársela. Cuando volvió a verlo, el pelirrojo se veía ligeramente molesto. James estaba seguro de que su plan de “empotrar a Daniel Radcliffe contra la pared” había funcionado a la perfección. Mejor aún, aparentemente la noticia había volado rápidamente. Ahora estaban con todos los del cast, preparándose para su futura entrevista. Ni siquiera disimuló cuando caminó directamente hacía Michael, todos sabían que era lo normal.

-Te estaba buscando-Michael le miró con la ceja alzada, era obvio que no estaba enojado, pero si celoso.

-Fue patético, ni siquiera podrían tener un buen nombre ¿Jamiel? ¿Radcavoy? Por favor, James, fue un acto desesperado-susurró, mientras miraba de nuevo hacía donde estaba el ingreso para ir a su podio de X-Men. James sólo lo contempló, estudiando su perfil, la sonrisa no se iba de sus labios.

-Oh, cariño, disimula tus celos-bromeó, extendiendo sus manos para hundirlas en las costillas ajenas, queriendo hacerle cosquillas. Michael se removió un poco, apartándose mientras volvía a mirarle. Sus ojos claros estudiaron los azules de James, antes de escuchar como anunciaban a Hugh y girarse para verlo entrar. 

-No son celos, solo digo que no tienen química. Podrías haberlo hecho mejor, fue obviamente un acto desesperado y...

-Oh, cállate-le cortó, volviendo a reírse-. Te callaría con un beso pero...-esto ultimo se lo dijo lo más cerca posible y en un susurro sumamente bajo, que fue muy bien camuflado gracias a los aplausos del exterior. Michael le miró ligeramente asombrado, sus mejillas estaban ligeramente rojas y James deseó que estuvieran en otro lugar. Los ojos claros se clavaron en sus labios y supo que él también quería besarlo. Se quedaron contemplando un momento antes de que el pelirrojo volviera a girar el rostro.

-Yo podría hacerlo mejor-comentó, antes de poder agregar algo más ya los estaban anunciando y James se marchó primero para subir al escenario y saludar. Lastimosamente para Fassy, sus intenciones de coquetear fueron un fracaso. Hugh rechazó amablemente la invitación de que se sentara en su falda, aunque le llamó la atención que mirara de reojo a James antes de negarse y alegar que prefería a Jenn. Luego intentó con Isaac, y cada vez que hablaban sentía la mirada azul clavada en él, aunque tampoco resultó. Literalmente, fue regañado por Bryan en su primer intento. 

Definitivamente, no era tan fácil como pensó. James, aparentemente, tenía un don. 

Cuando la entrevista acabo, todos bajaron del stan. James no tardó en ponerse al lado del pelirrojo. La sonrisa traviesa se había acentuado en sus labios; sus ojos estudiaban a Michael con diversión. 

-Eso sí que fue patético-bromeó. Michael le respondió con un bufido y apresuró el paso, aunque el castaño no lo dejó alejarse mucho-. Oh vamos, no es tan fácil crear un bromance, y te doy el crédito por intentarlo con Hugh, durante un tiempo pensé que tú y él... pero Oscar ¿En serio? Eso no me lo esperaba... 

-¿Tu creías que Hugh y yo que?-preguntó Michael, deteniéndose para mirarle con curiosidad. James borró su sonrisa, no había esperado que Michael le diera tanta importancia a eso. Recordó como tiempo atrás llegó a pensar que ellos dos follaron... bueno, nunca descartó del todo la idea, es decir, vio a Hugh salir de la habitación de Michael; con el tiempo y las charlas con Michael llegó a la conclusión de que no había pasado nada, pero tampoco estaba completamente seguro de eso.

-Puede ser que en algún momento estuve celoso-admitió, volteando el rostro para no enfrentar la mirada ajena. Michael frunció el ceño y le miró claramente confundido.

-¿Por qué?-preguntó aun sin creérselo.

-¡Lo vi salir de tu habitación acomodándose la ropa!-al ver que eso sólo dejaba más confundido al pelirrojo, agregó-Esa vez que salimos y que...

-Oh, por dios, James, no paso nada. ¡Yo estaba ebrio!-protestó, agitando la mano para restarle importancia mientras reía.

-¡Con mas razón!-los celos habían vuelto a arder en su pecho. Aún recordaba con claridad esa escena: ver a Hugh acomodándose la ropa, con la bragueta desprendida. En ese momento recordó que realmente lo odió. Lo odió al pensar que había tocado a Michael. 

-No paso nada, si hubiéramos follado todavía me dolería el trasero-respondió Michael con tranquilidad. Eso no calmó en nada al castaño que lo miró nuevamente, con el ceño aún más fruncido como antes. El rilandés se hizo el tonto mirando el techo-. Siempre he pensado que Hugh debe tener un buen equipamiento entre las piernas-comentó.

-¿Por qué demonios te andas imaginando el equipamiento de Hugh Jackman?-protestó James. No había podido disimular su molestia aunque lo hubiera intentado. Los ojos divertidos de Michael volvieron a mirarle, el pelirrojo se encogió de hombros y luego se giró para continuar su camino.

-Cada uno tiene sus hobbies. Adios cariño-se despidió moviendo la mano. James se quedó quieto en el lugar mientras lo miraba alejarse. Definitivamente debía darle una lección por andar haciendo esas bromas. Él era el único con autorización de hacerlas. Se iba a vengar, Michael esa noche iba a aprender quien era su dueño. 

La madrugada estuvo repleta de gemidos contenidos, y varios de los huéspedes del hotel se preguntaron quien era la parejita apasionada. Aunque nadie acertó. 

**

Cuando Mike mira atrás, aún recuerda el día que tuvo que dejar el set, la forma en la que él y James hicieron el amor, con una especie de miedo sobre lo que iba a pasar después. Abandonar la filmación de Apocalipsys suponía un cambio demasiado grande, es decir: ¿dónde iban a verse? ¿cuándo? Ambos tenían muchos proyectos que atender y, aunque los dos se habían mostrado optimistas en un principio, era una pregunta importante saber cómo iba a reaccionar el público si se enteraba que estaban juntos. La industria del cine era traicionera, que en ese momento estuvieran en lo alto no significaba que no fueran a caer. 

Ese día, mientras se despedían, los ojos de James estaban rojos y él sentía angustia en el corazón. “Todo va a estar bien” había susurrado, contra la boca de su amante, antes de terminar de hacer las maletas. El escocés había asentido, aunque era innegable que ambos estaban asustados. Realmente fue duro, Michael con demasiada rapidez se había acostumbrado a convivir con James y ahora no tenerlo cerca hacía su día un poco más vacío. Extrañaba sus bromas, sus besos, sus miradas y su risa. Si, se escribían todo el tiempo, pero no era lo mismo. 

Australia se le hacía demasiado pesada para su gusto. Le gustaba el trabajo que estaba haciendo, pero extrañaba demasiado a James. Una parte de él, también tenía muchísimo miedo de que el escocés se echara para atrás y cancelara todo. El fin de semana en que se terminó de filmar Apocalypsis y James volvió a Londres, se lo pasó con un nudo en la garganta. Estaba casi seguro de que ni bien él y Anne se vieran todo se iba a arreglar, y su corazón iba a terminar completamente destrozado. Casi no podía dormir de la angustia y que James se desapareciera durante dos días no ayudó en nada.

Cuando volvieron a comunicarse, el castaño le comentó que había tenido algunos problemas y que había estado un tanto deprimido. Eso sólo lo asustó aún más, aunque, sin querer sonar cruel, se emocionó un poco cuando James le comentó que los tramites del divorcio iban bastante bien. 

El día que finalmente se divorciaron, Michael se sintió muy mala persona por estar feliz. Pero no podía evitarlo. 

Al poco tiempo la prensa estalló y James tuvo que quedarse en Londres intentando solucionar algunas cosa. Seguían escribiéndose todos los días, se veían por Skype, hablaban por teléfono, se enviaban pequeños videos... pero nada se sentía tan gratificante como estar juntos. 

“Te extraño” fue el mensaje que le envió James, justo después de que le comentara que las cosas iban marchando mejor. 

“Vi vuelos en oferta a Australia para este fin de semana” fue su respuesta. Cuando la envió, se sentía un tonto y tenía el corazón en la boca por miedo al rechazó. Afortunadamente, James se tomó muy bien la idea, y dos días después estaba acompañándolo en la isla. A partir de allí, empezaron a rebuscarselas.


**

Michael no estaba acostumbrado a viajar en taxi, de hecho, sino fuera por lo que tenía que hacer andaría en moto. Pero no podía ir a buscar a Brendan en moto, tanto James como Anne lo degollarían. Era la primera vez que él iba a buscarlo y estaba algo nervioso, sabía que era una tontería, pero igual se sentía así. Cuando llegaron a la casa de Anne, le pidió al chofer que le esperara. Se bajó del auto y caminó hacía la puerta, golpeó y a los pocos segundos la rubia salió a atenderlo. La sonrisa tambaleó en sus labios al verlo, pero rápidamente volvió a dibujarla.

-¡Michael! No te esperaba-se inclinó a darle un beso. El pelirrojo le sonrió también y la miró rápidamente. Anne se veía muy bien, parecía resplandecer, estaba muy arreglada y mientras se giraba para llamar con un grito a su hijo, terminaba de colocarse un pendiente. 

-James tenía unas cosas que hacer y me pidió que pasara. No quería que esperaras-comentó. Cuando la chica volvió a mirarlo seguía sonriendo-. Estas realmente muy guapa-agregó, esperando que la frase no sonara inadecuada, después de todo él era la nueva pareja de su exesposo. La chica dejó escapar una risa y se mordió sus labios, que estaban pintados de color borgoña.

-Gracias, tengo una cita, por eso le dije a James que no se tardara. ¿Tú como éstas? Pasa, Bren tiene que buscar su mochila-algo incomodo, el pelirrojo entró. No entraba a esa casa desde hacía demasiado tiempo, específicamente desde que empezaron esos “juegos” que cambiaron todo su mundo-. ¿Quieres tomar algo?

-Em, no. En realidad el taxi me esta esperando-comentó.

-¡Brendan! ¡Vamos cariño, Michael vino a buscarte!-el chico al oír eso, se asomó desde las escaleras y sonrió.

-¡Tío Mike!-gritó entusiasmado, antes de comenzar a correr escaleras abajo. Ni bien llegó, se arrojó a los brazos del mayor, que lo sujetó gustoso y lo alzó unos minutos antes de devolverlo al piso.

-Hola campeón, ¿cómo estas?-preguntó, revolviéndole el cabello mientras con la otra mano tomaba un bolso que Anne le extendía.

-Brenan, cariño, toma tu mochila-la mujer se inclinó para acomodársela en la espalda y luego le dio un sonoro beso en la frente-. Pórtate bien, ¿si cariño? Nos veremos el lunes después de clase-le tironeó suavemente la mejilla y le dio otro beso antes de levantarse y mirar a Michael-. ¿Puedes decirle a James que me llame? Estoy por firmar un contrato para una película y... me gustaría que nos juntemos a conversar por los horarios para cuidar a Brenan. Si ustedes están ocupados puede quedarse con mi madre pero sería lindo que los fines de semana siguiera...

-Por supuesto, le dire que te llame-la chica sonrió y se inclinó para despedirlo con un beso-. Vamos campeón, tenemos que dejar tus cosas en casa y después podemos tomar un helado o...

-¡No se pasen con el azúcar!-les gritó la rubia, Michael asintió mientras se reía. Tomó la mano del niño y comenzaron a caminar hacía fuera. La chica se quedó mirándoles mientras se marchaban, cuando se subieron al auto el pelirrojo volvió a saludarla con la mano.

-¡Suerte en tu cita!-ella asintió, y luego cerró la puerta sin perder la sonrisa. Michael acomodó el bolso en el piso del auto, le dijo la dirección al chofer y luego se giró para mirar a su pequeño acompañante que tenía una sonrisa radiante-¿Cómo estas mocoso?-preguntó, volviendo a revolverle el cabello. El chico dejó escapar una risa mientras intentaba apartar sus manos.

-Bien ¿vamos a ir a tomar helado?-preguntó ansioso. El pelirrojo asintió, mientras sacaba el celular para revisar la hora-¿Y mi papá donde está?-volvió a interrogar. Michael le miró nuevamente.

-Esta ocupado, tenía una reunion. Pero va a encontrarnos en un rato. Más helado para nosotros ¿verdad?-el menor chilló de la emoción y luego comenzó a contarle a Michael todas las cosas que hizo durante la semana y a mostrarle lo que le habían comprado.

Cuando llegaron a la casa, dejaron las cosas y luego salieron a buscar la cena y a tomar el helado. Al volver, jugaron un juego en la play con el que Brenan estaba muy emocionado, hicieron juntos la cena y luego se tiraron a ver una película en el sofa. Cuando James llegó, alrededor de las ocho de la noche, los encontró viendo dibujitos animados. 

-¡Papá!-gritó Brendan entusiasmado, levántandose y corriendo hacía a él. James lo atrapó en sus brazos y lo cargó durante unos momentos, recibiendo una lluvia de besos la cual respondió gustoso. Michael los miró con ojos dulces desde el sofa, mientras se desperezaba como un gato. 

-¿Cómo la pasaron sin mi?-preguntó, inclinándose para darle un beso rápido a su pareja antes de caminar hacía el comedor para ver que había de cenar.

-Bien, tomamos un helado y jugamos un juego y te hicimos de comer...-comentó Brendan, entusiasmado.

-Calienta en el microondas-gritó Michael, mientras se levantaba del sofa y volvía desperezarse. Estaba en unas minivacaciones y estaba algo perezoso últimamente. Caminó hasta la cocina y se apoyó en la puerta, mirando a esas dos personas que se habían transformado en su familia. James se giró y le guiñó un ojo mientras ponía a calentar su plato.

-Suena bien, ¿te aburriste?-le preguntó a su hijo, mientras buscaba los cubiertos.

-¿Insinúas que soy aburrido?-fingió ofenderse, lo cual hizo que el niño se riera.

-Nos divertimos mucho, Michael es divertido. Le gane cinco veces y...

-Hiciste trampa-interrumpió, sacándole la lengua. James dejó escapar una risa, se sentó para cenar mientras miraba a los otros dos interactuar. Realmente estaba feliz de que su hijo se llevara bien con su pareja, siempre había sido así pero... durante un tiempo había temido que el niño se enojara, tanto como él se enojó con su padre. Es decir, Brenan se lo había tomado mucho mejor de lo que había esperado. No era fácil asimilar que tu padre salía con otro hombre, y mucho menos que este fue su mejor amigo durante mucho tiempo.

De hecho, ese fue el tema de varias revistas cuando la noticia se hizo publica. Redacciones enteras especulando como llevaba años engañando a su mujer y todos los traumas que eso conllevaría para su familia y en especial para su hijo. Durante algún tiempo, James se despertaba angustiado, en medio de la noche, temiendo que todo aquello se hiciera realidad. Por suerte, en esos momentos Michael estaba cerca, y lo rodeaba con uno de sus firmes brazos y lo atraía a su cuerpo. James se dejaba envolver por su calor y la sensación de bienestar y olvidaba sus penas. El problema era cuando estaban separados, cuando él tenía que enfrentar sus miedos solo. Entonces, los pensamientos de que desechó toda la vida que construyó con esfuerzo y que, tanto su carrera como su familia, estaban arruinados lo invadían; pero todo se olvidaba en cuanto se encontraba de nuevo con Michael y lo veía sonreír. 

No iba a mentir, no iba a decir que esos momentos fueron fáciles, porque ciertamente no lo fueron. Sí, hubo una parte que los apoyó, una parte minúscula, pero hubo otra gran parte que sólo los miró con ojos reprobatorios. James estaba seguro de que eso no hubiera sido tanto drama si ellos no hubieran sido amigos antes, si no se hubieran conocido mientras él aún estaba casado. Pero gran parte de la prensa, esa amarillista y mal intencionada, dedicó muchísimo tiempo a especular cuanto tiempo llevaban viéndose y cuanto tiempo venían engañando a Anne. Obviamente, para los que lo odiaban e incluso los que simpatizaban, él fue el malo de la historia. Él había engañado a Anne. En parte no era del todo mentira, pero todo era tan complicado y enfermo que simplemente era imposible explicárselo a la prensa. 

Su vida publica, la de ambos, estuvo a punto de irse por el drenaje. Y también su relación, porque Michael mantenía la esperanza de que había que dejar pasar el tiempo, y James se sentía demasiado fatalista. Eso sólo los llevaba a discutir, ya que uno quería enfrentar las cosa y otro dejarlas pasar. Finalmente, de una forma u otra, las cosas fluyeron, y él tuvo que darle la razón a su pareja. Los meses calmaron las aguas, y cuando el mundo vio que ellos eran una relación estable dejaron de hablar tan mal. Sí, aún los hacían ver como los traidores, pero al parecer una infidelidad podía perdonarse si se veía que los protagonistas estaban enamorados. Y ciertamente, el y Michael lo estaban. Con el tiempo, terminó por pensar que ese era el mejor desenlace. Sabía que era imposible que los medios no tomaran a uno de los dos como el culpable y villano, ya sea él o Anne; y era mil veces preferible que hubiera sido él. No se hubiera perdonado a si mismo hacer pasar tanto dolor a Anne y, encima, destrozarla públicamente.

La carrera de ambos tuvo un pequeño bajón, del cual, por suerte, se estaba realzando. Les proponían menos papeles, menos protagonismos, las entrevistas eran exclusivamente para hablar de su relación, y eso era un poco frustrante. Sobre todo, ya que los dos eran actores bastante profesionales y que amaban los buenos papeles. Pero en todo lo malo hay algo bueno y, tener menos trabajo, ayudó a que pasaran más tiempo juntos el primer año de su relación. Se mantuvieron tranquilos durante ese tiempo, viéndose siempre que podían, compartiendo todo su tiempo libre y... y finalmente alguno de los dos se volvió loco, se hizo una proposición y terminaron viviendo juntos. Extrañamente, los dos eran conscientes de que era una tontería: de que era demasiado pronto, de que podían arruinarlo todo, pero ninguno lo mencionó. Se hicieron los desentendidos, y todo marchó maravillosamente bien. 

Por lo menos hasta ahora, que llevaban casi dos años de convivencia. 

James volvió a la realidad al escuchar como Bren y Michael seguían discutiendo sobre cual de los dos había ganado realmente el juego. El corazón se le llenó de un calor muy agradable, una mezcla de felicidad e ilusión. Cuando terminó de comer, los incentivó a que se lo mostraran. Terminaron los tres tirados en el sofa, jugando apasionadamente. Cuando acabaron, se pasaron casi media hora discutiendo sobre quién se merecía la victoria honorifica. En momentos así, James sentía que vivía junto a sus dos mejores amigos. 

-¿Estas cansado?-le preguntó Michael, arrodillándose detrás suyo y masajeándole los hombros. Ya estaban por acostarse, Brendan seguramente estaba dormido, y el cansancio estaba haciendo que James cerrara los ojos sin terminar de cambiarse. 

-Un poco-respondió, ronroneando al sentir esas cálidas manos masajear sus músculos y aflojarlos. El pelirrojo se arrimo aún más, inclinándose un poco para poder enterrar su nariz en los castaños cabellos. James sintió un escalofrió y se obligó a alejarse-. Mike, sabes que...

-Sí, sí. Los fines de semana no-respondió-. Pero quiero abrazarte un rato-al instante esas manos le rodearon, y James sintió como su cuerpo se relajaba. Una parte de él se había vuelto adicto al contacto con su pareja. Sí, podía vivir sin él, pero tanto su cuerpo como su mente se sentían mil veces mejor teniéndolo cerca. James cerró los ojos para disfrutar mejor del contacto, antes de darse cuenta, estaba dormitándose, pero Michael lo movió un poco para que reaccione-. Cámbiate así nos dormimos-le susurró al oído. Él asintió y se obligó a levantarse.

Para cuando volvió a la cama, Michael ya estaba recostado con sus pantalones de yogin grises. Durante algún momento de la relación, el irlandés se había acostumbrado a dormir desnudo, pero los fines de semana siempre se obligaba a ponerse algo ya que muchas veces Brendan venía en medio de la noche para dormir con ellos o porque los extrañaba o porque había tenido una pesadilla. James se recostó a su lado e inmediatamente se fundieron en un abrazo. No paso mucho, antes de que ambos se quedaran dormidos. 

A la madrugada, sintió unos pequeños ruidos, apenas alcanzó a abrir los ojos cuando sintió una voz cercana-¿Papá?-se volteó para mirar a su hijo, que estaba parado a un lado de la cama, arrastrando consigo a un osito de peluche. Se refregó los ojos mientras se sentaba.

-¿Tuviste una pesadilla, cariño?-preguntó en un susurró para no despertar a su pareja. Le menor asintió y James estiró la mano para acariciarle el cabello-¿Quieres quedarte aquí con nosotros?-no terminó de formular la pregunta cuando el niño ya estaba trepándose en la cama y buscando un lugar entre su cuerpo y el de Michael. El pelirrojo, que tenía la cabeza enterrada en la almohada, apenas abrió un ojo para mirarlo.

-¿Pesadillas?-preguntó en un tono adormilado, con su acento excesivamente marcado. Brenan asintió mientras James se acostaba. Ni bien se acomodaron, el brazo del irlandés los rodeó a ambos, atrayéndolos más en un cálido abrazo. Brenan se acomodó mejor, con su cabeza volteada hacía el lado de Michael, una de sus manos sujetaba la mano de James mientras otra agarraba el brazo con el que Michael los rodeaba. James sintió una caricia sutil de la mano que estaba apoyada en su cintura, pero tan rápido como inició se detuvo. Cuando miró a sus acompañantes, ambos ya estaban dormidos. Se quedó contemplándolos un momento. Allí, en esa cama, estaba todo lo que necesitaba en esta vida. El resto del mundo podría desaparecer, pero mientras ellos siguieran juntos y tranquilos como ahora, la vida, para James, sería perfecta. 

Todo había cambiado, tiempo atrás él tenía una vida que simulaba ser perfecta, un matrimonio que simulaba ser perfecto, una carrera, una familia.... todo eso se había derrumbado. Y de la desesperación, los problemas y afrontar la realidad, había resurgido una nueva vida. De las cenizas, salió ese nuevo mundo donde ahora no tenía duda alguna en decir que era feliz. 

Era gracioso, porque todo había empezado como un juego. Un juego perverso, que se transformo en adicción. Y, para su suerte, algunas adicciones pueden arrastrarte a la felicidad. Sobre todo, si es una a Michael Fassbender. 

James era un adicto y era feliz, y al mundo no le podía pedir nada más. Bueno, sólo, quizás, si podía congelar ese momento para siempre. Se durmió con el pensamiento de que todo lo que realmente es valioso en esta vida entra en una cama, y si tú también eres importante, seguro va a abrazarte. La mano pequeña que sujetaba la suya y la mano más grande que abrazaba su cadera, se lo confirmaban.

FIN
 
Notas finales:

De nuevo, gracias a todos los que llegaron hasta aquí. Espero les gustara el final y como se acomodo cada personaje.

Gracias a Lupis por mirarlo.

Un besaso y espero que nos leamos pronto en otros fics ;*


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