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Mi Esposo Desea a Otro por Pocky Beagle

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Notas del capitulo:

¡Hola! Se que me he tardado mucho mucho y ando atrasada con todas mis historias, pero es que ya volvi a clases y... no me acostumbro xD 

Por suerte termine este capitulo que había iniciado pero que no se por que no tenía energías para continuar. Sigo esperando que los siguientes salgan más fáciles ¬¬

En fin, ojala les guste.

Aliviándose



Había ciertas cosas para las cuales Hugh ya estaba viejo. Intentar llevar a un ebrio Michael Fassbender de nuevo al hotel era una de ellas. Y no sabía que era peor: el borracho alegre Michael que minutos antes había intentado irse detrás de una chica, o... el que cargaba ahora que estaba demasiado deprimido y compartiendole sus problemas. O al menos suponía que era eso, él no se caracterizaba por ser un experto en alemán. Aunque si había entendido algunas palabras sueltas como:

“Liebe” “Kuss” “Er ist perfekt” “Freund” y varios ”James”.
(Amor – Beso – él es perfecto – amigo)

No quería mal interpretar las cosas, prefería suponer que no estaba entendiendo bien. Aunque del poco alemán que sabía no podía evitar notar que Michael había dicho “Er ist perfekt”... Er, en vez de Sie. “Sie es perfekt”. Así debería ser... a menos que no estén hablando de una mujer. Pero entonces ¿por qué estaba hablando de amar y de besar? También prefería ignorar que el nombre de James se repetía demasiado en las oraciones, optaba por creer que eran problema de amigos, quizás había una mujer metida de por medio. Michael era heterosexual, de eso estaba seguro, James también... el bromance era solo un juego. Él lo había visto, los había visto interactuar... era una de las amistades más fuertes y sinceras que había presenciado. 

Y ahora estaban distanciados... no podían ni disimularlo. Todos se habían dado cuenta. ¿Qué carajos estaba pasando allí?

-Hugh cuidado creo que va a...-la voz de Jenn le llegó demasiado tarde, Mike intentó apartarse de él pero no duró demasiado... ni bien lo hizo sus pies se enredaron solos, sus rodillas le fallaron, y terminó cayendo al piso. El golpe de sus rodillas contra el suelo se escuchó demasiado seco y por suerte alcanzó a poner las manos, sino iba a terminar con el rostro contra el asfalto. ¡Menos mal que habían decidido salir por la puerta de atrás del bar sino el día siguiente eso iba a ser primicia!

-Eso va a doler mañana-acotó Nick, apresurándose a su lado y ayudándolo a levantar al irlandés. Jeniffer al parecer estaba en uno de esos momentos incómodos donde no sabia si reír o preocuparse, la chica también estaba algo bebida aunque obviamente no tanto como el pelirrojo-. Dios, no se calla...

-Inglés Mike, habla en inglés-recalcó la rubia, caminando más rápido para ir con los otros hombres. Había preferido irse con ellos en vez de quedarse con las otras personas del reparto que no conocía tanto, si bien eran agradables mejor se marchaba con sus “amigos”. Ademas no quería perderse de ese momento escandaloso.

-Er ist so schön... Ich mönchte ihn küssen.... Bevor wir freunde... aber es ist so sexy...-continuó el otro, dejando que tanto Hugh como Nick le cargaran desde los hombros. El actor de Wolverine empezaba a tener algo de pena. Realmente se lo veía afligido, no sabía que podía haberle afectado tanto. 

-No entiendo un carajo de lo que dice... oh, un taxy-la chica hizo una seña con la mano, ni bien el coche se frenó Nick se apresuró a ponerse una capucha, no le interesaba para nada ser reconocido. Jenn tenía unos lentes de sol y Hugh solo pudo desear que a ellos dos no los reconocieran. No había pensado irse en estas condiciones. ¡Él iba a irse temprano y sin escándalos! Por suerte cuando entraron al carro el taxista ni los miró, ellos le dijeron la dirección del hotel y el viaje fue tranquilo... no estaban lejos así que llegaron en unos minutos. Bien podrían haber ido caminando si el irlandés no estuviera tan ebrio.

Entraron al hotel tan tranquilos como pudieron, Michael parecía haber hecho una pausa de su pena incontenible. Hugh se lo agradeció... ya estaba viejo para ciertas cosas, aguantar a un ebrio Michael y aun no-tan-obvio-pero-si-muy-obvio Nick que al parecer pensaba en como terminar a solas con Jenn, no era algo que estuviera preparado para lidiar. Decidió ser amable y ni bien se abrió la puerta del ascensor se apresuró a salir arrastrando a su compañero.

-Bueno chicos, voy a acostarlo, descansen-el brillo en los ojos celestes del joven actor había sido indisimulable. Joder con los jóvenes y los no tan jóvenes-¿Tienes la tarjeta?-Michael hurgó sus bolsillos hasta que finalmente le extendió su billetera. Cuando entraron el pelirrojo se escapó de sus brazos y fue corriendo al baño. Durante un instante él no supo que hacer, aun le daba desconfianza dejarlo solo. Encima de todo estaba muerto de cansancio, ojala tuviera suerte y se durmiera rápido así se podía marchar a su cuarto. Por suerte dormían al lado. 

Cuando Fassy salió del baño tuvo que apresurarse a sujetarlo para que no volviera a caer, aún tenía los pantalones desabrochados y se veía más desarreglado de lo que lo hubiera visto nunca. Caminaron hasta la cama, donde lo dejó sentarse. Queriendo acabar con las cosas rápido le quitó los zapatos, la camisa y los pantalones, lo cual no fue precisamente fácil. Michael se había dejado caer en la cama y ante su semi desnudes había buscado abrigarse con una sabana, seguía hablando en alemán, así que realmente Hugh no entendía nada. Suponía que no le estaba pidiendo nada porque por el tono creía que seguía hablando de sus problemas. Y de James. 

-Mike, duermete, me voy a mi cuarto asi d...

-Aufenthalt(Quedate)-la mano ajena le tomó con rapidez de la muñeca, y él no pudo evitar asombrarse de sus reflejos a pesar de que estuviera ebrio. Intentó soltarse, no había entendido que le había dicho y realmente estaba cansado.

-¿Necesitas algo, agua, una aspirina, que abra una ventana?

-Aufenthalt... aufen.... quédate-finalmente las neuronas ajenas parecieron conectar y al fin dijo algo en inglés. Hugh miró incómodamente la habitación, ¿quedarse? Joder, estaba viejo para soportar a un ebrio toda la noche pero la expresión ajena daba pena. Suspiró y resignadamente se tiró a su lado en la cama, que por suerte era lo suficientemente grande. Mike no dudó en hacerle lugar y Hugh pateó sus zapatos para acomodarse mejor-Realmente no puedo creer como la cague... Ich ruiniert (lo arruine).. va a odiarme für immer (por siempre)-el mayor sólo atinó a palmearle el hombro, sin saber que más hacer.

-No va a odiarte-murmuró, aunque no sabía de que carajos estaba hablando.

JA, es wird!(Si, lo hara)-Michael se removió hasta que quedó boca abajo. Hugh ya no entendió más nada, el pseudo inglés/alemán ahogado por una almohada no era precisamente su idioma fuerte. Igualmente sintió pena al ver la espalda ajena convulsionarse en un claro llanto. Extendió la mano para acariciarle, queriendo que eso le alivie.

-Ya, Mike, tienes que calmarte. Las cosas se solucionaran-al parecer el otro le respondía, pero seguía sin atender. Decidió ser un buen samaritano y seguir acariciándole y diciéndole que todo iba a estar bien. No supo cuanto tiempo paso, de a poco el llanto ajeno se fue calmando y la respiración de Michael le indico que ya estaba dormido. Él estaba muy cansado y también algo adormilado como para marcharse. 

Y allí se iba su noche “tranquila”, en el cuarto de alguien más, intentando calmar a un ebrio que no dejaba de llorar y lo único que podía entender de todo lo que decía era “James”. Esta película iba a volverle loco, por suerte era la ultima. 


**


Cuando abrió los ojos la luz del sol le quemó, se removió, enterrando el rostro en la almohada y quejándose por lo bajo. Maldito dolor de cabeza, no le dejaba pensar. Sentía los ojos hinchados y le ardían de manera insoportable. Al girarse un poco en la cama y chocarse con una botella su memoria volvió a activarse. Mierda, anoche había salido, había fingido pasarla bien, luego la pasó realmente bien con la boca de Fassbender en su pene, luego lo trato muy mal, y después vino a su habitación, tuvo la brillante idea de beber, y una vez ebrio tuvo la aun más brillante idea de llamar a su esposa y contarle que la había engañado. 

No pudo evitar quejarse y abrazar su almohada. ¿Por qué carajos había llamado a Anne? No debió decirle nada. Bueno, por suerte no le dijo que era lo que había pasado con exactitud. De solo recordar la boca de su amigo sobre su virilidad le ardían las mejillas. Se había sentido tan delicioso... una parte de él odiaba que los hubieran interrumpido, había ansiado regar la boca ajena con su simiente. Pero ese tipo de pensamientos no estaba bien, nada bien. Él no podía hacer esas cosas. Él y Mike era amigos. ¡Amigos! Joder, joder... ese maldito trío había arruinado todo. Había hecho que se comportaran raro, que se distanciaran, que ya no pudieran ser los de antes. Y él no ayudó mucho cuando la noche anterior le había gritado todas esas cosas en la cara. En el momento había querido ser tan cruel, que entendiera lo que se sentía el miedo de perderlo todo, pero ahora sabía que había sido infantil.

Con poca ganas tomó su teléfono, una parte de él no quería, pero la otra exigía saber si Anne había llamado. Eran las once y no tenía ni una llama perdida. La noche anterior había sido memorable: había arruinado una amistad y su matrimonio en un lapso menor a tres horas. Deberían premiarlo, realmente deberían hacerlo. Anne iba a dejarlo, estaba seguro de ello, y Michael no volvería hablarle. No podría ver a su hijo, y no se concentraría en el trabajo, y actuaria mal, y su carrera se iría por el caño, y terminaría solo y deprimido sin nada por hacer.

Sacudió la cabeza sintiéndose patético por la linea de pensamientos que había tenido. ¡Joder, no debía ser tan tonto! Tenía que calmarse y pensar como solucionar todo. Primero lo primero: una aspirina. Se levantó a buscar un vaso de agua, sacó una pastilla del cajón y la tomó, deseando que le hiciera efecto pronto. Por suerte su estomago no se sentía descompuesto. Al menos una cosa estaba a su favor. Mientras esperaba que la pastilla funcionara se fue al baño, se duchó y luego se arregló lo más correctamente posible para que su imagen no dijera: me emborrache anoche y arruine mi vida. Quería parecer positivo y las cosas saldrían bien.

Cuando el dolor de cabeza se fue, dio el siguiente paso en su lista: tomó el teléfono y llamó a Anne. La ducha siempre era un excelente lugar para pensar y ya tenía preparado todo un discurso sobre lo que iba a decir. Iba recordarle cuanto la amaban, la vida que tenían juntos, lo felices que eran, lo perfecto que era todo (aunque una parte en su cabeza le recordaba una y otra vez que nada era perfecto y que su matrimonio estaba yendo al desastre), iba a suplicarle si era necesario... le diría que iba a cambiar, que iba a ser más atento, que la noche anterior y el miedo a perderla la habían vuelto un nuevo hombre y había entendido cuan importante era su familia. Que lo de Mike fue un error, que realmente no había pasado nada, NADA, pero que casi, y pudo detenerse antes. No era como si le mintiera, pudo detenerse antes... antes de venirse, porque alguien les interrumpió. ¿Contaba como engaño? Sabiendo que tanto el pensamiento como la pregunta eran absurdos y se estaba engañando a si mismo, prefirió no pensar más, tomó el teléfono y marcó.

Y sonó, y sonó, y... sonó. 

Paso al correo de voz pero evitó sentirse desanimado. Se sentó en la cama mientras volvía a llamar, el optimismo iba muriendo muy muy lentamente. La tercera vez que llamó ya estaba tironeándose el cabello, pensando que definitivamente el plan no iba a funcionar. Se detuvo a si mismo antes de llamar una cuarta. Anne le había dicho que iba a llamarla cuando estuviera lista, no podía forzarla... lo mejor era dejarla calmarse así también entendía todo mejor. Iba a darle tiempo... si, iba a esperar que ella estuviera lista. Dejó el teléfono a un lado, sintiéndose algo desilusionado, mucho menos optimista que minutos antes. 

Ese paso quedó en suspenso y decidió pasar al siguiente: hablar con Mike. También tenía el discurso preparado, le pediría perdón, le diría que la noche anterior estaba ebrio y le dijo cosas horribles y que se tenía bien merecido un golpe. ¡incluso iba a dejarse golpear si hacía falta! (aunque esperaba que no) Iba a recordarle que tan buenos amigos solían ser, lo hermoso y perfecto de su relación, lo unido que estaban, lo felices que fueron. Iba a decirle que lo apreciaba demasiado como amigo, que lo necesitaba en su vida... e iba a sugerirle que olvidaran el pasado, que no podían dejar que cosas como esas arruinaran lo que ellos tenían. 

Si... básicamente los dos discursos eran iguales. Recordar el pasado, pedir disculpas por ser un tonto y recalcar lo importante de la relación. 

Aun queriendo mantenerse optimista se apresuró hacía la salida, no pudo evitar mirarse en el espejo antes de salir, quería verse confiado. Abrió la puerta y estuvo a punto de salir pero se quedo estático. Hugh estaba saliendo del cuarto de Michael, acomodándose la camisa. Ni bien lo vio sintió su cuerpo tensarse y algo desagradable removerse en su vientre. ¿Acaso luego de fracasar con él Mike... se había acostado con Hugh? El primer pensamiento fue negarlo: Hugh era heterosexual. Bueno... él también, y eso no había sido impedimento para que Fassy le follara. 

Su mano se apretó contra el picaporte, se sentía jodidamente molesto, aún más al ver a Hugh entrar a su cuarto, el perfil dejaba ver su rostro aún medio adormilado y el cabello revuelto. ¡Tenía la bragueta desprendida el muy hijo de...!

Gruñendo cerró la puerta fuertemente. El rostro le ardía de pura molestia y mientras más pensaba más molesto estaba. ¡No podía creer que Michael se hubiera acostado con Hugh! Estaba furioso e indignado. ¿Acaso podía ser remplazado tan rápido? Frotándose la sien se repitió a si mismo que no eran celos lo que sentía... era pura molestia porque... porque... porque Michael era una puta. ¡Una jodida puta calentona que...! Se obligó a detener el pensamiento. Suspiró al recordar lo triste que lo dejó anoche y se reprendió a si mismo. No, no podía pensar eso de su amigo. La noche anterior había estado ebrio y deprimido, él lo trato muy mal.... seguramente necesitaba consuelo. ¡Hugh era el puto por aprovecharse! Por tocar lo que era suy...

Joder, antes de terminar el pensamiento supo que estaba muy jodido. Estaba celoso. Esto pintaba cada vez peor. ¿Qué carajos iba a hacer? Se dejó caer en la cama, pensando que aunque le pusiera todo la positividad del mundo, su vida se estaba yendo a la mierda.

No supo exactamente cuánto tiempo se quedo así, mirando el techo, pensando en todo lo que le estaba pasando. No quería pensar pero al mismo tiempo era imposible no hacerlo. Quería desesperadamente arreglar las cosas, volver el tiempo atrás, regresar a lo de antes cuando todo era más simple. 

Se resignó a que no solucionaría nada, su estomago rugiendo fue una buena distracción. Necesitaba algo para comer. Miró la hora y ya era el mediodía, seguramente en el restaurante del hotel ya habría algo.

Se levantó y salió del cuarto, de camino al restaurante agradeció mentalmente que no hubiera nadie cerca. No quería estar rodeado de gente, no quería enfrentar a nadie. Ni bien entró al lugar supo que el mundo le odiaba. Todos estaban allí. Incluido Hugh, y verlo sólo hacía que el estomago le ardiera más... pero tenía que superarlo, todos eran adultos allí, era hora de ignorar esas horribles sensaciones y actuar como si nada.

-Ey, chicos ¿que tal todo?-se acercó a ellos, que estaban sentado en la mesa grande que el hotel siempre tenía reservada por si ellos se quedaban a comer. 

-¡James! ¡Anoche te fuiste temprano!-Jenn lo miraba con una sonrisa, estaba al lado de Nick, que se veía bastante feliz. No pudo evitar sentir un poco de envidia al pensar que ellos si habían arreglado las cosas. ¿Qué pasaba ese día? Había querido ser optimista pero puros pensamientos negativos embriagaban su cabeza. 

-Estaba cansado-respondió, sentándose y agarrando agua para servirse en el baso. Luego de que todos le saludaran el bullicio volvió a hacerse escuchar, cada uno murmurando sus propias cosas, conversando en pequeños grupos. El escocés prefirió ignorar que Hugh le miraba algo curioso.

-¿Todo bien?-preguntó el mayor, él no quiso mirarle, simplemente se forzó a sonreír y asentir con la cabeza. Tenía que actuar normal, tenía que ser profesional, no tenía que dejarse llevar por los celos.

-¡Ey Mike, dios... puedes caminar! Pensamos que después de lo de anoche no ibas a poder ni moverte. Hugh es un poco torpe-de nuevo la voz de Jenn se hizo escuchar, como siempre bromista. Pero por primera vez a James no le hizo nada de gracia. Miró al recién llegado que sonreía algo incomodo. 

-Hola a todos, ¿qué tal?-Michael recorrió con la mirada la mesa, y James no pudo evitar notar que a él apenas y lo miró. Las sensaciones desagradables sólo aumentaron cuando el irlandés se sentó al lado de Jackman. Esto iba de mal en peor, sentía demasiada ganas de golpearlos... a ambos. ¡No podía creer que actuaran como si nada! Dios santo, Jennifer acababa de anunciar en voz alta que Michael no debería poder mover. ¡No poder moverse por culpa de Hugh! ¡¡Por culpa del sexo con Hugh!! Se obligó a tomar agua para calmarse, sentía que en algún momento la vena de la frente le iba a estallar, pero se recordó que tenía que seguir como si nada. 

-La caída fue épica, ibamos caminando lo más bien y de pronto...

-¡De pronto estaba en el piso! ¡En cuatro! Y suerte que puso las manos, que sino termina su bonita carita estrellada contra el asfalto y tendríamos un Magneto un poquito desfigurado... como para seguir jodiendo la linea de tiempo y argumentos-interrumpió Jenn a Nick, estallando en carcajadas. Todos rieron, James miroó de reojo al pelirrojo que se reía aunque aun lucia algo avergonzado, quizás había esperado que eso se mantuviera en secreto. Hugh a su lado negaba con la cabeza, aunque se reía también. Cuando su mano rodeó, por un momento, los hombros de Michael, James no pudo evitar fulminar ese brazo con la mirada.

-Mike, no sabía que fueras un hombre que abusa del alcohol a tal punto-comentó Olivia, que si bien no los había acompañado la noche anterior sabía todo lo que había pasado ya que el chisme parecía haberse extendido rápidamente.

-Oh no, anoche el alcohol abuso de mi-respondió él con una sonrisa, esperando que dejaran de lado ese momento incomodo. La chica se rió mirándolo divertida. La conversación continuó con temas triviales, James no podía evitar mirar de reojo al pelirrojo, a pesar de que aun ardía de celos, la parte más centrada de su cabeza sabía que todavía tenía que disculparse. 


El resto del almuerzo/desayuno intentó actuar como si nada. Tenía que encontrar un momento certero en el que acercarse a Mike para poder hablar y aclarar las cosas. Era consciente de como los ojos celestes le evitaban, aunque en parte lo prefería, no estaba listo para enfrentarlo. Encima escucharlo hablar con Hugh no ayudaba para nada, los celos aumentaban haciendole hervir la sangre y eso no era nada bueno. ¡No tenía por que sentirse celoso! Tenía que calmarse, ser sensato, esa mañana había prometido ordenar las cosas, y “ordenar las cosas” incluía tener a Michael como amigo y a Anne como esposa. ¡No podía celarlo porque sus planes se iban al carajo!

Siguió revolviendo la comida mientras pensaba, si alguien lo noto apagado y callado no menciono nada, y realmente lo agradeció. Ese día simplemente no tenía ganas de hablar. Luego de un rato Michael se levantó, ya varios se habían retirado, el irlandés se despidió cortesmente de los aún presentes antes de marcharse. James vio su oportunidad aunque no quiso ser tan obvio, dio unos últimos bocados, bebió un poco de agua, y se calmo a si mismo repitiéndose que debía tranquilizarse que no podía ser tan evidente e irse corriendo detrás suyo como desesperado.

Contó hasta veinte y luego se levanto tan tranquilo como pudo, se despidió de los presentes con la mejor de las sonrisas esperando que eso fuera suficiente para que nadie pensara que estaba actuando raro. Después de todo, había estado tan callado todo el tiempo que quizás hasta se olvidaron que el estaba allí. Como al pasar, y queriendo ser natural, le dijo a Nick que si querían luego tomaban unas cervezas y finalmente se marchó.

Ni bien estuvo fuera del restaurante dejó de fingir un andar tranquilo y prácticamente hecho a correr... quería llegar con Mike antes de que se metiera en su habitación. Cuando llegó al ascensor vio que estaban ambos ocupados, seguramente en uno iba el irlandés. Estaban en el cuarto piso, así que a decir verdad no era tanto... antes de pensarlo más hecho a correr por las escaleras. Iba en el segundo piso cuando se arrepintió de haberlo hecho. Quizás hubiera sido mejor esperar, sentía que el rostro le ardía y seguramente estaba colorado, cuando llegara no iba a verse muy agradable. Igualmente ya estaba a medio camino así que siguió corriendo. Llegar al cuarto piso fue un verdadero alivio, durante un segundo pensó que las rodillas le fallarían y rodaría por las escaleras, y ciertamente no necesitaba más drama en su vida.

-¡Mike!-ni bien llegó al pasillo lo vio a escasos metros de su habitación, dejó escapar todo el aire al llamarlo, sonando más exaltado de lo que pretendía. El aludido se giró a mirarlo, un tanto sorprendido, y al verlo su expresión fue de pura confusión.

-¿James, esta todo bien?-el mayor se había girado por completo y con algo de cautela se acercó un par de pasos. El escocés no pudo evitar preguntarse si se veía muy mal, ya que aun sentía el rostro ardiendo y estaba ligeramente sudado. Acomodó su cabello hacía atrás, intentando refrescarse y calmarse, mientras tanto apoyó su otra mano en la pared, recargándose en esta, intentando verse casual. Definitivamente no lo estaba logrando porque Michael lo miraba cada vez más raro.

-Todo bien-respondió, aún intentando recuperar el aire. El pelirrojo sólo alzó la ceja, estudiandole rápidamente con la mirada-. Sólo que... necesito hablar contigo-fue imposible no notar la forma en la que la expresión del otro cambio, poniéndose un poco más brusca. James se mordió el labio inferior, sintiéndose inseguro, ¿y si le mandaba al carajo en ese presido instante? Realmente no se acordaba muy bien del discurso y estaba tan nervioso que no creía que pudiera hilar dos oraciones. ¿Desde cuando la mirada de su amigo lo afectaba tanto?

-Bien-el irlandés pareció resignarse, aunque no se veía muy animado ante la idea de hablar. También se recargó en la pared, los brazos cruzados sobre el pecho y su mirada (más severa de lo que había visto jamas) lo estudió unos momentos-¿De qué quieres hablar?

James sintió el corazón galopando en su pecho, tal cual predijo se olvido de todo lo que quería decir, y eso sólo lo puso más en pánico. Se removió inquieto, despegándose de la pared y acercándose algo inseguro, acortando la distancia que momentos antes había sido demasiada para la conversación “intima” que iban a tener. Se detuvo cuando estuvo a pocos metros, la cercanía no ayudaba para nada. Ver a Michael molesto, o algo similar, no era común y no sabía cómo lidiar con ello.

-¿Podemos entrar a tu cuarto?

-No creo que sea buena idea-respondió el otro inmediatamente, sin sentir un mínimo de culpa ni piedad ante lo nervioso que se veía James. 

-Ja, ¿anoche hicieron mucho desorden?-no, no pudo callarse el comentario. Aún tenía lo de Hugh dando vueltas, que Michael no le dejara entrar era... anormal, y sus nervios estaban cada vez peor así que empezaba a pensar que todo eso iba a terminar en un desastre. El mayor le miró confundido, mas no acotó nada al respecto. Al no obtener respuesta volvió a removerse y se acercó unos pasos más-¿Por favor?-los ojos de Michael volvieron a estudiarle, cuando sus miradas se encontraron pudo notar tantas emociones en esa mirada celeste que se sintió algo perturbado. Finalmente el hombre suspiró, sin poder negarse a algo que el menor le pidiera. Apenas asintió antes de buscar la tarjeta y abrir la puerta.

Ni bien entraron la mirada del castaño barrió el lugar. Estaba desordenado, sobre todo la cama. El revoltijo en el vientre y el peso en el pecho aumentaron, y se obligó a respirar hondo para calmarse. Con quien durmiera Michael no era asunto suyo. 

-¿Y bien?-la voz le hizo girarse, le dio la espalda a la cama y enfrento a su... amigo. Había pasado tiempo desde la ultima vez que estuvieron juntos y a solas. A su cabeza vino la imagen de su cumpleaños, donde se quedaron solos en la cocina... en donde casi se habían besado. Era imposible negar la química que tenían, siempre lo atribuyó a una perfecta amistad que los volvía perfectos para trabajar juntos; pero luego de todo lo que habían pasado empezaba a dudar de que tipo de química compartían. Pero no quería pensar en eso, no quería pensar que la comodidad que habían compartido antes se había transformado en una tensión sumamente palpable.

-Quiero pedirte disculpas-murmuró, sin atreverse a acercarse. Los ojos de Michael se clavaron en los suyos y de nuevo sintió esa presión en el pecho, que era sumamente desagradable. Esos ojos eran fríos, como no los había visto nunca... tan acostumbrado estaba a su mirada cristalina y sincera, dulce y divertida; a la sonrisa siempre dispuesta en sus labios, a la cercanía de sus cuerpos que nunca resulto incorrecta.¿Por qué se había atrevido a arriesgar todo eso?

-A decir verdad yo quiero que nos ahorremos esto. Si solo era eso...

Las alarmas sonaron en su cabeza al escuchar aquello. Si ellos no hablaban, si no aclaraban todo eso nunca iban a recuperar lo que tenían antes. Y en ese momento James no se sentía preparado para hacerle frente al fin de su relación-No, no... no quiero ahorrar nada-le cortó, finalmente su cuerpo pareció despertar y se acercó varios pasos. Pero Michael se apartó, retrocediendo hasta poder apoyarse en la pared y cruzó los brazos sobre el pecho. Era obvio por su expresión que no quería discutir sobre aquello, los ojos claros estaban evasivos-. Quiero aclararlo, todo esto que esta pasando entre nosotros no...

-Nada esta pasando entre nosotros, James.-la voz fue cortante y fría, el escocés no pudo evitar apretar los labios al escucharle. La tristeza y el enojo hirvieron en su pecho:

-¡Por dios! Claro que si, estamos distanciados, casi ni nos hablamos, huyes cada vez que me ves cerca... y es horrible, sinceramente, horrible-la voz se le quebró al final. Se sorprendió a si mismo cuando notó que los ojos le ardían, que el dolor en el pecho se había transformado en un nudo en la garganta. Ahora que exteriorizaba sus penas se volvían mas reales, era increíble lo profundo que Michael podía afectarlo.

-Ah, eso-el irlandés le miró y suspiró al ver sus ojos rojos. James notó que él no era el único afectado al respecto. El otro hombre quería parecer desinteresado, pero su postura había cambiado, sus músculos se veían tensos, como si estuviera conteniéndose. Finalmente suspiró, su posición se relajó y se revolvió el cabello, mientras hablaba. -No era mi intensión hacerte sentir mal, no había notado que estábamos dist...

-¡Claro que lo notaste!-el mayor se sobresalto un poco ante la interrupción, sus ojos mostraron culpa, abrió la boca como para decir algo, pero el castaño prosiguió-Joder, desde que nosotros... desde que paso eso me evades-se revolvió el cabello mientras hablaba, sentía que las manos le temblaban, realmente no estaba controlando su tono de voz, olvidando que estaba en un hotel y que cualquiera que pasara podría escuchar sus palabras. En ese momento no estaba para sutilezas, había empezado a hablar y ahora como un volcán en erupción no podía contener nada-. ¡No quería que afectara nuestra amistad a tal punto, Michael! Ere mi mejor amigo, y no quiero que dejes de hablarme sólo porque... porque nosotros.... porque...

-Porque nos acostamos.-concluyó el otro, resignado, queriendo aliviar al menor que sólo boqueaba buscando la expresión correcta.

-¡Porque hicimos un trío!-corrigió, sintiendo las mejillas arder al haberle escuchado. Michael bufó, lo había dicho aquello como si fuera la gran diferencia, como si el pecado fuera menor.

-Es lo mismo-respondió fastidiado. 

-No, no exactamente...

-Bien, llámalo como quieras. Pero mi pene estuvo en tu culo, James-soltó sin tacto alguno. Al instante la cara del menor se puso roja y sus ojos se abrieron enormemente. Si la situación fuera menos tensa, Michael se hubiera reído. Los ojos azules se veían escandalizados y el rubor descendía hasta su cuello. Sintió algo de pena cuando lo vio boquear nuevamente, sin saber que responder-. Mira, James, no quise lastimarte con mis actitudes, pero... pero luego de lo que paso, no sé, las cosas cambiaron...

-No era la idea, no era lo que quería...-le cortó, sintiendo los labios temblarle. En ese momento odio su voz, odio que se le quebrara tras pocas palabras; ¿por qué no podía actuar en ese momento? Se sentía desarmado, actuar era imposible... no podía cuando se conocían tanto. 

-¿No estaba en tus planes y en los de Anne arruinar la amistad sólo por agregar algo de diversión a la cama? ¿Un nuevo “condimento”?-el mayor le miró con la ceja alzada. La cara roja de James se puso pálida a una velocidad asombrosa. Ese comentario le había tomado por sorpresa y le había dejado helado, su corazón latía lentamente. De pronto los pensamientos estaban muy enredados en su cabeza, no sabía que responder. ¿De dónde había sacado esas ideas?

-¡¿De qué carajo estas...?!-se quedó callado al notar que era verdad... que Anne y él (no podía negarlo), habían querido avivar la flama a costa del pelirrojo. Y había funcionado, porque James luego estuvo mucho más interesado en el sexo, sobre todo cuando hablaban de él. Joder, sin Michael de por medio quizás ni volvía a tocarle un pelo a su esposa. Eso sonaba triste, trágico, pero no quiso pensarlo demasiado-Te juro que yo no lo plané, esa primera vez... yo... no tenía idea que... por dios, yo nunca había pensado en...

-Yo no te interesaba en lo mas mínimo.-el castaño arrugó las cejas. Era innegable que la voz se había escuchado cansada, cargada de sentimientos, incluso resignada. James recordó nuevamente como Michael había intentado besarlo en la cocina, y la noche anterior en el baño... la forma en la que sollozó cuando él le giró el rostro. Su corazón se acelero, ¿él le interesaba al pelirrojo? ¿le interesaba de verdad? Se obligó a respirar profundo, queriendo calmarse, intentando empujar lejos de su cabeza esos pensamientos.

-No, no así-¿nunca le había interesado así? De pronto las mil formas en las que él y Michael siempre buscaban tocarse parecían simples excusas. ¿Y qué tal si eso siempre había estado allí pero ellos habían preferido ignorarlo estando más felices en la oscuridad?-. ¡Pero si como un amigo, eras mi mejor amigo! Lo eres-recalcó, mirándolo con seriedad. El irlandés apretó los labios y luego bajó la mirada al piso, sus ojos se cerraron con fuerza al escuchar sus siguientes palabras-. No quiero perderte por esto, yo... lo que paso... yo realmente... yo... no se como... y....

-Vale, vale, deja de avergonzarte-murmuró, masajeando su sien antes de suspirar. Quería terminar con todo esto, no había querido hablar y la conversación se estaba alargando demasiado. Básicamente James había venido a refregarle que no estaba interesado en él y que sólo eran amigos. No estaba con ánimos de escuchar aquello, el fuerte rechazo de la noche anterior aun estaba muy sensible en sus recuerdos-. Ya entendí, no estaba en tus planes. no... no hace falta que hablemos de ello-quizás si hacía falta, pero simplemente no podía hacerlo. No podía hablar, ya no quería escuchar más nada de aquello. Preferiría arrancar esas noches de su cabeza, los momentos en los que la imagen de James cambio de ser una sonrisa divertida a una mueca sensual previa al orgasmo. Cuando “tocarlo” dejó de ser un pensamiento de camaradería y quiso volverse algo intimo. Si él pudiera olvidar todo volverían a ser lo de antes, justo como James quería. 

-Si hace falta, quiero aclarar las cosas-recalcó algo inseguro, se acercó un par de pasos. La mirada ajena lo estudio muy atentamente, haciéndolo sentirse aun más inseguro. Todo era tan extraño...-. Quiero pedirte perdón por lo que paso anoche... por... por como te trate.

La expresión de Michael cambio, una sonrisa algo malvada se dibujó en sus labios (tan atípica de él, a excepción de que sea en una película), luego alzó la ceja-¿El empujón?-inmediatamente se puso rojo, supo que lo había dicho a propósito. Estaba buscando incomodarle. 

-¡Mike, basta!-protestó rápidamente, los pocos pasos que se había acercado los volvió a retroceder. Ya era bastante malo querer disculparse por lo mal que lo trato, como para también añadirle lo nervioso que le ponía recordar lo que habían estado haciendo momentos antes de que eso pasara. La boca de Michael, tan cálida y húmeda y...-No... no-repitió, sacudiendo la cabeza para apartar los pensamientos-. No hablemos de eso-su voz se escuchó como un ruego y a modo de respuesta hubo un suspiro- . Hablaba de lo otro, de lo que te dije, fue cruel y...

-Me dijiste que no tenía una vida.-acotó, sin poder evitar el resentimiento en su voz.

-Dios santo, lo sé-escuchar sus propias palabras fue feo, de nuevo la culpabilidad se removió dentro suyo-. Fui cruel, me asuste muchísimo y yo... no pensé-se quedó callado, Michael estaba mirando el piso, durante un segundo se preguntó si estaba escuchándole, si realmente entendería que de verdad estaba arrepentido-. Sabes que no es algo que realmente crea ¿verdad? Eres un hombre maravilloso, una de las mejores personas que conozco, todos te adoran. Solo estaba enojado, no pienso eso. ¿Lo sabes, verdad?

-Supongo-los ojos ajenos volvieron a mirarle. Se contemplaron en silencio unos segundos, los orbes azules del menor trasmitían verdadera pena y Michael no pudo evitar sentir piedad. Sabía que James no era malo, siempre lo supo, de hecho se llevaban bien por eso... él no podría ser tan amigo de alguien que tuviera malos sentimientos. Todo eso sólo había sido una cadena de cosas inoportunas que los habían arrastrado aquellos. Ya lo había dicho James: él nunca tuvo la intención de que se acostaran, mucho menos quiso que Michael se enamorara y obviamente no era su culpa no saber como lidiar con lo que estaba pasando. Las palabras ajenas, la noche anterior, no habían sido tan erradas después de todo. Michael no tenía mucho que perder, no tenía una vida armada, pero el escocés si. Lo mas doloroso de que esos labios rojos le hubieran dicho aquello... era que sus palabras eran verdad. ¿Qué más tenía el que a sus padres, a sus amigos y nada más? No tenía una relación verdadera desde hacía demasiados años, no tenía la posibilidad de perder nada. Toda persona que llegaba a su vida parecía ser pasajera, excepto James... que era lo único estable y profundo que parecía perdurar. Para ser justos, tampoco era culpa suya. No fue su intención que sus sentimientos cambiaran, todo hubiera sido más fácil si eso no pasara. ¡Pero él no era un santo! No era cruel por entender que James era perfecto para él y querer retenerlo. Era lo normal ¿verdad? Cualquier persona querría retener a su lado a alguien que te hacía sentir asi. No era su culpa, no era la de James... sólo fue el destino.

-No supongas, eres importante en mi vida y lo que dije fue un montón de mierda. Tu eres tan p...

-Bueno-le cortó porque no tenía energías para escucharlo. ¿Qué era peor: que viniera y le refregara que no le interesaba o que hablara de lo mucho que lo apreciaba “como amigo”? Lo mejor era ya dar por terminada esa charla, que James se fuera y él poder acostarse. Quería dormir para dejar de pensar, necesitaba callar su cabeza-. Supongo que debo pedirte disculpas por lo que yo hice. No sé que carajos estaba pensando...

-Bueno, no importa. No hablemos de eso...-fue el turno de James de interrumpir por no querer escucharle. No quería hablar de anoche, no quería hablar de nada que implicara a él y a Michael y sexualidad. Pensar en ello sólo lo confundía, sólo generaba un montón de sensaciones extrañas y no tenía energías para descubrir y ordenar a todas ellas-. Mejor sigamos como si nada, NADA de esto hubiera pasado-agregó. Empezaba a sentirse más en confianza, luego de intercambiar disculpas podrían ser como antes. Las cosas habían sido solucionadas, su amistad regresaría- Volvamos a lo de antes, te extraño-las palabras abandonaron sus labios con demasiada sinceridad. Sus mejillas se sonrojaron un poco al darse cuenta. Carraspeó y luego soltó una sonrisa nerviosa-. Extraño a mi amigo.

Michael le observó en silencio, estudió la expresión ajena. A sus ojos no paso desapercibido el sutil sonrojo de esas blancas mejillas, pero no sabía como interpretarlo. No quería seguir haciéndose la cabeza. Cuando el descubrimiento de esa atracción era aún reciente pensó que su amigo podía sentir lo mismo... ahora ya tenía más en claro cómo era todo. Esto era unidireccional, para James había sido sólo sexo. No había cosas que interpretar, no había esperanzar que alimentar. Y, como necesitaba matar esas falsas esperanzas que habían nacido previamente, no podía mantenerse demasiado cerca. No como antes...-No sé si pueda-se sinceró, estaba en duda de cuanto revelarle. ¿Qué tan patetico quedaba decirle que se sentía atraído? Lo conocía, sabía que si no le daba una razón iba a insistir e insistir, ¡y el realmente no podía estar jugando los mismos jueguitos de antes, no con todo lo que sentía ahora! Quizás lo mejor era ser sincero, si... sería incomodo pero se ahorraría grandes problemas-. James, yo....

-Por favor, realmente eres importante para mi-el menor se había acercado. La posibilidad de un rechazo lo había asustado bastante. No quería que el irlandés le rechazara, necesitaba ordenar su vida, necesitaba retornar a su zona de confort. No iba a dejar que Michael se alejara, no iba a permitirlo-. Saber que estamos distanciados o peleados me destroza-se sorprendió a si mismo por lo angustiada que salió su voz. No lo estaba fingiendo, eso realmente le afectaba, pero escuchar su voz tomada, sentir el nudo en su garganta, le hizo entender cuan duro era. El pelirrojo ahora lo veía con algo de sorpresa, él tampoco pudo disimular su propia sorpresa... de pronto notó que los labios le temblaban y que los ojos le ardían. Sonrió de nuevo, forzadamente, y dio unos pasos atrás volteando el rostro, queriendo recomponerse. Su corazón había vuelto a latir muy rápido, presa del nerviosismo-. Yo no sé si te pasara igual pero...

-Por dios-Michael le interrumpió, también volteó el rostro para evitar mirarle. Ver su expresión de tristeza, prácticamente de llanto, le había tomado por sorpresa y le había afligido. Mierda, no le gustaba ver mal a James... en cualquier otra circunstancia querría acercarse a consolarlo pero ahora no podía lidiar con eso. No podía lidiar con sus propias emociones, mucho menos con las ajenas-. Claro que me pasa igual. Es mucho peor de lo que te imaginas-se sinceró. Y claro que era peor, ¡él era el que estaba enamorado! Él era el que preferiría estar en circunstancias completamente distintas, preferiría no haberse enganchado, o más bien preferiría que James le correspondiera, preferiría no tener que lidiar con esto en medio del trabajo, preferiría no tener que tenerle cerca. Pero todas esas cosas no podía evitarlas, ya habían ocurrido, eran irreversibles. Lo que sí podía evitar era que el sufrimiento se prolongara, y para ello necesitaba tiempo y distancia-. ¡Claro que te extraño! Es rarísimo estar filmando esta película y no tenerte cerca, a ti y a tus ridículas bromas. Pero James, realmente en este momento no sé si puedo hacer... “esto”.

-¿"Esto"?-los ojos azules volvieron a clavarse en los celestes. Aun estaban rojos y al escuchar esas palabras su piel había palidecido por completo. No le había gustado para nada cómo Michael había pronunciado “esto”. 

-Si, "esto"-recalcó, apartando la vista ya que no estaba en condiciones de enfrentar los ojos ajenos. ¿Por qué James tenía que hacérselo tan complicado? Todo esto iba a arrastrarlo a la locura. La propia tristeza ya no era contenible en su voz-. Ser tu amigo, ser como siempre, seguir tonteando como antaño.-aclaró y a medida que lo decía le dolía más, porque en su cabeza revivía los momentos, recordando lo perfecto que siempre fue todo. ¿Cómo hizo para no enamorarse antes? ¿Cómo hizo para no notar que siempre hubo algo que estuvo allí?

James había soltado un quejido indecoroso al escuchar esas palabras. Cuando Michael le miró los ojos azules estaban anormalmente grandes y la mirada era turbia, cargada de emociones. Se sintió algo culpable pero joder... debía mantenerse firme-¿No puedes o no quieres ser mi amigo?-la pregunta incluso sonó algo infantil, pero la atmósfera era tan densa, tan deprimente, que ninguno lo percato. El castaño estaba respirando más difícultosamente, como si quisiera calmarse, como si estuviera conteniéndose.

“Quizás un poco de ambas”, no pudo evitar pensar, y se sintió culpable al respecto. Estaba siendo egoísta, estaba alejándose porque no podía obtener lo que quería de James. Pero tampoco podía ser masoquista, no podía tenerlo a su lado y actuar como si nada. No era tan fuerte-No es eso, sólo que luego de todo lo que paso...

-¡Por dios, ¿no puedes olvidarlo?!-el repentino grito le hizo sobresaltarse, el menor estaba respirando algo agitado, el color había vuelto a su rostro. James erraticamente se revolvía el cabello, al parecer sin saber que hacer con las manos. El intento por calmarse había fracasado, temblaba sutilmente, tomó aire con una inhalación casi desesperada-¿Vas a dejar que nuestra relación se destruya sólo por eso?-los ojos azules eran insistentes, no querían dar tregua. James se acercó un par de pasos, más que nada porque necesitaba moverse, necesitaba descargar su energía de alguna manera. Necesitaba algo para ignorar el nudo que cada vez crecía más en su pecho, dificultándole la respiración, haciendo que se sienta atrapado. El pánico empezaba a crecer en su cabeza, quería retener al mayor y no sabía cómo. Su boca continuó hablando antes de que pudiera evitarlo-Sé que he sido un imbécil, sé que me merezco que me ignores, pero Mike por favor... no puedo seguir así, sabiendo que pasas de mi, notando como desapareces cuando me ves, actuando como si no nos conociéramos-a cada palabra su respiración se agitaba. A pesar de que había ensayado eso como parte del discurso, ahora, cada palabra era sincera. Estaba abriendo su corazó, y a cada segundo se sentía más vulnerable-. Esto me esta matando...-su voz se quebró, se llevó la mano a la boca intentando contener el sollozo que le asaltó por sorpresa. Su cuerpo tembló y bajó el rostro afligido, queriendo ocultarse un poco, queriendo evitar que las lagrimas cayeran.

-¿Tanto te afecta?-Michael no se había ni movido, su voz se escuchaba preocupada, pero más que nada sorprendida.

-Muchísimo-aceptó aún con la voz tomada por el llanto. Las lágrimas habían empezado a caer por sus mejillas y aunque quisiera retenerlas no podía-. Te extraño.-repitió, animándose a alzar el rostro para mirarle. Michael arrugó sus cejas al ver su rostro de llanto, apretó los labios un momento y luego bajó la cabeza... joder, esto se le salía cada vez más de las manos.

Se quedó mirando el piso, pensando, era consciente de que James aun estaba a unos pasos de él, intentando lidiar con su tristeza. Pero necesitaba calmar su cabeza para saber como actuar. ¿Cómo carajos iba a hacer esto? ¿Cómo iba a fingir ser su amigo si ahora no lo ve como tal... sino como mucho más? ¿Cómo iba a contenerse de besarlo? No sabía si podía hacerlo, no creía ser tan buen actor para estar como si nada. Pero al mismo tiempo ver esos ojos azules lo estaba destruyendo. No le gustaba ver a James afligido, no le gusta verlo mal y mucho menos soportaba que le suplique que le perdone. Porque con sólo ver esos ojos azules con lagrimas se sentía miserable y ya sabía que ha perdido la batalla, que iba a darle lo que quería porque no soportaba verlo así. Sólo podía desear que el sufrimiento no sea tanto, que no sea tan difícil fingir... pero si tenía que esforzarse iba a hacerlo, lo que sea con tal de no verlo asi de mal de nuevo. Suspiró y volvió a enfrentarle-Esta bien, tratare de que... de que sea como antes-concluyó. El menor volvió a mirarle, la sorpresa y un pequeño brillo de felicidad aparecieron en sus ojos. Michael le miró, conteniéndose de acercarse. James aún temblaba un poco y a pesar de la felicidad que empezaba a aparecer en su expresión, sus lagrimas no dejaban de caer-. Por dios, James ya no llores, todo estará bien...-susurró, descruzando los brazos, sin saber que hacer. 

-¡No estoy llorando!-protestó, limpiando sus lagrimas con el dorso, pero aún no dejaba de temblar. El mayor suspiró, aún incomodo ya que lidiaba con sus ganas de consolarlo y su sensatez de mantenerse alejado. Lo vio temblar de nuevo y sin saber que más hacer estiró la mano para palmearle el hombro... fue casi instantáneo, sus cuerpos se pusieron en contacto y James accionó instintivamente, acercándose hasta pegarse al cuerpo ajeno. A pesar de la felicidad de que le hubiera aceptado, no podía calmarse aún. Ahora que había quebrado en llanto sentía que no podía dejarlo, todo estaba mal en su vida... y no tenía nadie con quien hablar. Una cosa se había acomodado, de nuevo tenía a Michael, pero todo lo de más era un desastre. Su rostro terminó enterrado en el pecho ajeno y sentir su calidez sólo lo hizo sentirse más sensible. Se apretó tanto como pudo contra él. 

Michael estaba estático, había sido tomado por sorpresa. Había esperado que el menor se calmara, pero sólo pareció empeorar. Lo tenía temblando contra su pecho y su propio corazón se había oprimido de pura angustia. Estaba tenso porque no sabía que hacer, James se le apretaba más y cuando lo escuchó sollozar ya no pudo contenerse y sus brazos le rodearon de inmediato, con fuerza. Ese hombre iba a a ser su perdición.

-Ey, ey... James, calma. Estamos bien-susurró sin saber que más decir. El menor se acurrucó entre sus brazos, alentado por la cercanía y el calor. Michael sólo respondió apretándole más y más. Era contradictorio porque ese abrazo le hacía sentir a salvo y completo de nuevo, pero sólo incrementaba sus ganas de llorar. Al fin se sentía contenido, cuando tantas cosas en su vida estaban mal, al fin encontraba algo de alivio... y sólo quería dejarse llevar por el remolino de emociones, quería dejarse ir y ver si encontraba algo de calma. Los susurros suaves del pelirrojo, que querían aliviarlo, de a poco fueron surgiendo efecto. Se recargó más contra él, dejándose calmar por su calidez, aroma, y por el tamboriteo de su corazón. De ser posible se quedaría allí por siempre, donde parecía no haber problemas. Fassy siempre había tenido ese poder de calmarlo, y ahora le hacía tanta falta-¿Estas mejor?-susurró bajito, cuando el chico dejo de temblar entre sus brazos. James suspiró, asintiendo apenas con la cabeza, pero sin apartarse en lo más mínimo. Las manos de Michael habían empezado a vagar por su espalda en algún momento y cuando él se apretó más, estas se detuvieron en su cintura, jalandole incluso más cerca. 

-Mejor-aceptó, suspirando con algo de alivio. Su voz aún sonaba algo afligida, pero ya no temblaba... era asombroso como estando así parecía que no había ningún problema en su vida. Había necesitado tanto de un abrazo como ese. Sus manos se enrollaron en el cuello ajeno, no pudo evitar un suspiró cuando Michael apretó las manos contra su piel. Todo era tan perfecto y agradable, y adecuado. Al fin, al fin podía dejarse ir, calmarse, descargarse-. Te necesitaba-notó el estremecimiento que surcó el cuerpo ajeno, pero no lo pensó demasiado... sólo quería hablar-. Últimamente todo est...

-Ey, no sabía que te habías vuelto tan nenasa-soltó Mike, apartando a James suavemente. No había querido cortarle el discurso, ni mucho menos parecer desinteresado pero cuando le escucho decir que “Lo necesitaba”, una descarga había bajado por su columna y si no quería hacer alguna tontería necesitaba apartarse. El castaño le miró confundido, Fassy sonrió y le golpeó el hombro juguetonamente-. Vamos amigo, se hombre...

James parpadeó varias veces, cuando sintió una cachetada suave en su mejilla terminó por sonreír y le pegó en el brazo a Fassy-Eres un idiota-dijo sin borrar la sonrisa.

-Cuidado, no te rompas una uña-el castaño soltó una carcajada. Era una tontería, pero de pronto la felicidad había burbujeado en su pecho y al menos por ahora había olvidado lo triste que estaba. Michael tenía esa habilidad... dios, era tan fácil ser feliz a su lado. El pelirrojo se desperezó y bostezó-. Tengo sueño-murmuró con una mueca graciosa en el rostro-. Me voy a acostar a dormir y...

-¿A dormir?-preguntó algo asombrado, se giró para ver la habitación y al ver la cama revuelta recordó que había visto a Hugh salir en la mañana-Así que.... ¿noche movida?-preguntó, forzando una sonrisa. Quería saber si había pasado algo, tenía la absurda esperanza de que Michael le dijera algo. Una tontería, no era como si fuera a decirle “Si, me acosté con Hugh”.

-Algo.-respondió con simpleza.

-¿Te emborrachaste?-el pelirrojo sonrió algo avergonzado y se revolvió el cabello. James no pudo evitar admirar esa sonrisa, Michael avergonzado era... lindo.

-Un poco, aun me duele algo la cabeza... No te molesta si me acuesto ¿verdad?-Michael ya había comenzado a moverse rumbo a la cama. James notó que estaba siendo “sutilmente” echado, pero se contuvo de acotar algo al respecto. Caminó con pocas ganas hacía la puerta.

-Esta todo bien entre nosotros ¿verdad?-se detuvo y se giró a mirarle. Michael aún espaldas a él se estaba quitando la remara y durante un segundo se quedo atontado por esa imagen. El cuerpo trabajado, la piel blanca salpicada de pecas. El mismo cuerpo contra el que se había recargado luego de...

-Claro que si, solo quiero dormir-el irlandés se giroóhacía a él y James no pudo evitar estudiarle el pecho. Cuando se dio cuenta de la forma tonta en la que miraba los abdominales ajenos se sonrojó y subió de nuevo los ojos, para chocarlos con los celestes ajenos. Michael lo miraba con curiosidad-¿Todo bien?

-Si, si-respondió ansiosamente y volteó el rostro para distraerse. Se forzó a sonreír y se giró dispuesto a marcharse-¿Te veo en la cena?

-¡Claro! Duerme un poco, nena-fue la respuesta que alcanzo a escuchar cuando salió y cerró la puerta tras de si. No pudo evitar sonreír a la nada, mientras a paso lento caminaba hacía su cuarto. Hubiera preferido quedarse un poco más con su amigo, pero bueno... por lo menos se había descargado un poco y ya habían arreglado las cosas. Era sumamente aliviador, se sentía más relajado, y quizás seguiría el consejo ajeno y se acostaría a dormir. Después de todo, esa noche no había descansado demasiado.

Una vez en el cuarto comenzó a sacarse la ropa; encontró la agradable sorpresa de que las sabanas habían sido cambiadas así que podría descansar mucho mejor. Se dejó caer contra el mullido colchón y no tardo mucho en atraer la almohada contra su cuerpo. Cuando la abrazó no pudo evitar pensar que estaría mucho más cómodo si fuera a Michael a quien estuviera abrazando.

Se fue dejando arrastrar por la conciencia del sueño, su cabeza siendo inundada por pensamiento que si estuviera más consciente quizás le perturbarían un poco. Cuando estaba al borde del sueño, el ruido del teléfono celular lo hizo sobresaltarse. Se levantó de golpe y se estiró para tomar el aparato que estaba sobre la mesa de noche. 

-¿Hola?-no pudo evitar que su voz se escuchara algo comprometida por el sueño. El saludo del otro lado le tomó por sorpresa, no había visto quien era antes de atender, así que no pudo evitar sentirse algo nervioso-¡Anne! Por dios, estuve esperando tu llamado, lo de anoch...

-Realmente no quiero escucharlo James.

-No, no, no. Por favor escúchame. Anoche estaba ebrio, lo que te dije no era verdad, no paso nada. Sólo había bebido demasiado y...

-¡No quiero saber, James!

-Pero no paso nada, por favor, por favor... ¡dime que me crees!

-¡Bien, James, te creo, pero ya no sigas con ese tema!-la voz era sumamente cortante, molesta. El castaño se quedo en silencio, sin saber que más decir. Boqueó un par de veces, pero se quedó callado al escuchar un suspiro del otro lado-quiero preguntarte algo...

-Dime-respondió inseguro.

-Tu.... tu.... ¿Estas enamorado de Michael, James?-la pregunta le tomó por sorpresa y se quedó estático. La mente se le puso en blanco, el recuerdo de los brazos del pelirrojo alrededor suyo lleno su cabeza y no pudo pensar en nada más afuera de ello. 

El silencio se prolongo varios segundos, no tuvo instinto de responder hasta que escuchó un sollozo del otro lado-¡Claro que no, por dios, Anne! ¡¿Por qué caraj...?

-Porque si nada paso... haz estado fantaseandolo. Y tu y él... dios, no sé. James, piénsalo-fue la respuesta molesta del otro lado. Estuvo por decir algo pero la voz ajena le interrumpió antes-. No me respondas nada, sólo... piénsalo. Tomate tu tiempo y piénsalo.

-¡Anne, ¿de qué carajos me estas hablando?! Por dios yo no...

-¡Sólo piensalo, James!-fue un grito, y el castaño tuvo que apartar un poco el teléfono. Su corazón había empezado a latir rápido, no sabía que decir, y esa acusación le había llegado de repente y de pronto su cabeza estaba hecha un lío-. Sólo... sólo era eso. Tomate tu tiempo y piensa. Adiós.

-Espera am...-el sonido de la llamada finalizada fue su respuesta. Inmediatamente volvió a marcar pero su esposa no atendió. El teléfono sonó, sonó y sonó. Él llamó reiteradas veces, esperando distinto resultado pero sin conseguirlo. Cuando finalmente se cansó, tiró el aparato a un lado y se quedó mirando el techo. El sueño y la paz que había sentido momentos antes habían desparecido. Cerró los ojos intentando dormir pero sus pensamientos se enredaban cada vez más y más. 

Esa pregunta no dejaba de sonar en su cabeza:

¿Estas enamorado de Michael?

Enamorado. Enamorado. De Michel.

….¿Acaso eso era una opción?...

Notas finales:


Ojala les haya gustado.

¿Review? ¿Sugerencias? ¿Amor?


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