¿KAKAROTTO?
-¿Kakarotto? ¿Eres tú?
-Turles.
-¿Turles?
-Soy Turles.
Desde que la raza Saiyajin fue exterminada y Bardock diera el acto heroico de enfrentar cara a cara a Freezer sin temerle un pelo, la reputación sobre él fue aumentando hasta que el mismísimo Rey Vegeta sabia de él. Infierno.
Eso era completamente un infierno, y no solo por el hecho de estar en el sino más bien todas las almas que en antaño eran guerreros feroces, se deshacían a su pasar. A Bardock se le hacía molesto, y con razón.
Odiaba ser el centro de atención, siempre lo ha odiado. Cuando estaba aún en vida se le hacía pesado que todos los otros capitanes de escuadrón le remarcaran sus logros, ¡era su trabajo! ¡No un concurso!
De su esposa Gine, ni de qué hablar. Perdió totalmente la fe en ella, odiaba su “amabilidad no típica en los Saiyajin”. Y estaba en lo cierto, ella era fuera de lo común y ese era otro tema por estar debajo del foco de atención de todos los demás.
Bardock pasaba su eterna estadía en el Infierno apartado de todos los que fueron sus compatriotas, no quería nadie cerca de él. Hasta un día.
-Soy Turles. ¿Conoces a Kakarotto? ¿Fue acaso quien te mandó a la muerte?
-No te importa… aunque él es mi hijo. Mi hijo más débil.
Bardock en tan solo recordar el mísero poder de pelea de su hijo más pequeño se le revolvían las tripas. Bajo la mirada al suelo.
-2.
-¿2?
-¡Un 2 mísero de poder de pelea! ¡Qué deshonra!
Turles comenzó a reír.
-No te angusties. Ahora supera las 30.000 unidades de poder.
El padre sorprendido alzó rápidamente la mirada hacia el sujeto que le hablaba.
-…C…¡¿Cómo rayos es posible!? –exclamó-
Turles se acercó a Bardock y le susurró en el oído:
-Pregúntaselo a él.
Bardock al tener ese sujeto tan cerca suyo sintió algo nuevo en su interior, algo no experimentado aun…
-¡Aparta!
El empujón que Bardock propinó a Turles fue tan fuerte que quebrantó una roca de allí cerca.
-Tranquilo, machito.
La seguida provocación de Turles hacia Bardock no hizo efecto.
-Ahora entiendo porque estás aquí, Turles.
Turles hizo un signo con la mano para que prosiguiera.
-Eres un débil de m**rda. Ya deja de ser tan pu*o.
Turles comenzó a reír de una forma molesta para Bardock.
-Bien, papito. Lo que usted diga, estaré detrás de esa roca si me necesitas.
Turles emprendió el vuelo hacia una roca a unos 100 metros de distancia al lugar de Bardock.
-¡Maldito ma**con! Espera…
Bardock rozó sin querer su entrepierna y la notó sumamente erecta, bajo la vista y...
-¡Qué carajo! ¡Se va enterar!
Bardock cabreado emprendió el vuelo hacia donde dijo Turles que estaba. Estaba harto de las humillaciones que había sufrido anteriormente pero esa fue grave, ¿Quería decir entonces que sentía atracción hacia ese sujeto? ¿Olía a hembra?
Ideas confusas comenzaron a brotar en la cabeza del guerrero, ahora estaba confuso pero ya había llegado al lugar.
-¡¿Turles ahora por qué coñ* me luces así?!