EL PLAN
Bardock encima de Turles y Turles debajo de Bardock. 69
Turles le entregaba todo a su enamorado. Bardock lo hacía por puro instinto, no podía aceptar tener sexo con un hombre. Pero ese hombre olía a hebra en celo, cosa que le volvía loco y sacaba su ser más salvaje.
Turles ponía los ojos en blanco del placer que su amante le proporcionaba, sabía como tenerlo sometido, estaba encaprichado de él. Bardock poco a poco iba disminuyendo sus desenfrenadas embestidas, sentía en el cuerpo que estaba por terminar.
Turles notó su disminución, para impedir el orgasmo de su acompañante, lo asustó.
Bardock se detuvo, no eyaculó. Turles cambió de posición, se puso de 4 patas. Bardock tentado por la alteración de sus hormonas, su yo salvaje volvía a salir.
Sin pensarlo más, ¡ZAS! Volvió a entrar en Turles.
Turles se olvidó de un mínimo detalle, los Saiyajin cuando tienen sexo su yo salvaje los hace volver tremendamente agresivos y posesivos. Sus ojos se volvían de un color rojo brillante, Bardock en ese instante los tenía. Comenzó a temer que pudiera llegar a morderlo en el cuello.
Bardock se detuvo, dio un fuerte aullido de animal salvaje. Todo había terminado.
No pasó nada, Turles se salvó de una condición de malos tratos e infravaloración por parte de la sociedad Sayiajin. Todos sabían cómo era una mordida de un macho, era más amplia y profunda respecto a las mujeres. Si llegara a pasar eso el Infierno se volvería un verdadero calvario para él.
Al pensar que Bardock inicialmente venía a pegarlo…
Bardock volaba a una furiosa velocidad hacia el lugar de Turles. Lo vio sentado en una roca, en la sombra.
Descendió lentamente hasta parar en el piso, enfrente de él. Estaba dispuesto a pegarle para recuperar lo que es suyo pero ese olor, su olor hizo erecto su miembro otra vez.
Turles se le tiró encima, impactó sus labios con los de Bardock. Coló su mano por debajo de su pantalón, rozó con el dedo la punta del pene, mientras lo hacía le iba gimiendo en el oído. Bardock poco a poco se iba cegando por su apetito sexual.
De repente agarró a Turles y lo estampó fuertemente contra la roca, la armadura del accidentado se quebró y se rompió de par en par.
Los esculpidos y morenos pectorales fueron confundidos con unos senos de mujer, Bardock vio a una versión suya en hembra. El instinto salvaje de Bardock salió al exterior, se comprometía en fecundar esa mujer. Pero todo volvió a la normalidad en cuanto Turles, por sorpresa suya, le arreó un guantazo.
Se le notaba ofendido, molesto por el anterior trato recibido. ¡Además de que le había roto su ropa! Bueno, parte de su ropa.
-¡¿La Banda?!
-¿Banda? Ah…
-Ah… ¿¡Qué!?
Turles se bajó el bóxer, su miembro moreno estaba tenia atado un lazo ¿¡Rojo!? ¡La banda!
Eso fue un insulto para Bardock, la arrancó bruscamente.
-Maldito… Gusano…
Turles se plantó enfrente de él, observaba a su posible oponente rabioso, una mirada de odio hacia él…
Pero todo terminó tal y como el ingenioso Turles había planeado. Era todo un estratega sea en batalla o en el sexo.
Pero el plan no terminaba allí.