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Vacío por RotMond

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Notas del capitulo:

¡Sorpresa!

Decidí adelantar el fic :D

**

En el cap anterior, Aizen va por el rey espíritu, Tousen lo acompaña y Gin se quedó en Hueco Mundo.

Ichigo y Ulquiorra tienen su pelea final, ambos usan su máximo poder pero Ulquiorra perdió...

Aunque su poder permaneció en alguna parte de Hueco Mundo, asegurando su existencia. Incluso comenzó a recordar su pasado.

ALGO QUE ESTÁN A PUNTO DE VER

Mundo Humano (Londres, 1918)

 

La nieve se acumulaba en las calles de la gran ciudad, cubriendo los desesperados pasos de una mujer embarazada que se encontraba huyendo a toda velocidad. Ella perdió las botas en la nieve y se encontraba descalza, cada paso lastimaba su piel y notó que dejó de percibir el frío en sus pies; miró a su alrededor en busca de algún alma caritativa que la ayudara, pero no encontró a nadie, las calles estaba desiertas.

<<Es la primera vez que me atacan>> pensó con sorpresa y resignación. <<Si tan sólo los fantasmas pudieran ayudarme>> analizó al recordar a los espectros con cadenas en el pecho. Siempre sufrió al verlos morir en las manos de los monstruos negros de máscaras blancas, pero sabía de antemano que los fantasmas se transformaban en seres similares.

 

Ella siempre se sintió mal por ser la única en su familia que podía ver a esos seres, y jamás lo mencionó hasta que se volvió insoportable: uno de esos monstruos asesinó a su esposo justo frente a ella, y meses después, buscó hacerle lo mismo. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus enormes ojos color esmeralda, pues el monstruo comenzaba a acercarse cada vez más, por lo que ella sujetó su vientre de un modo protector, temiendo lo peor para ella y su hijo.

El monstruo medía alrededor de tres metros, era completamente negro y portaba una inmensa máscara blanca con grandes dientes y cuernos afilados, ella corría desesperada pero no encontraba la manera de escapar; giró en un callejón para tratar de escabullirse, pero la criatura decidió seguir sus pasos, abriéndose paso a través de la estructura a golpes. Ella avanzaba lo más rápido que podía pero debía tener cuidado con su bebé, pues le faltaban pocos días para nacer y no quería lastimarlo.

 

De pronto sintió que la sujetaban de un brazo, giró aterrada y vio que el monstruo la había alcanzado, poco después, su brazo se cubrió de sangre por culpa de las garras que la aprisionaban. Ella se liberó pero perdió parte del brazo en el proceso, luego dio la vuelta y siguió corriendo hasta alcanzar el otro lado del callejón. Corrió tratando de no caerse para no perder la poca ventaja que le llevaba al monstruo, y por eso recordó las palabras del doctor, quien le pedía que guardara reposo en el último trimestre de embarazo, pero no contaba con que la aparición de cierto monstruo le impediría descansar.

Bajó la mirada para pisar con cuidado, pero al observar sus pies se horrorizó al notar el color morado en su piel y sus dedos de un color tan negro como el monstruo que la iba persiguiendo. Después miró hacia atrás para comprobar que la criatura infernal no se cansaba, al contrario, saboreaba la sangre en sus garras y corría en busca de más. Ella jadeaba sin control, la herida en su brazo comenzaba a dolerle muchísimo y comenzó a tambalearse conforme perdía la sensibilidad en sus pies, pero ella se mantuvo firme. “Hijo mío, mi niño…” canturreaba mientras sentía las patadas en su interior, sabía que su hijo quería nacer pero tenía que esforzarse para mantenerlo a salvo.

 

Buscó refugio en otro sitio aún más estrecho, una especie de túnel que los pobladores utilizaban como desagüe, con la esperanza de mantenerse a salvo. Se desplomó en el suelo y trató de encogerse al máximo, pero el monstruo encontró su escondite y comenzó a golpear la estructura para alcanzarla, por suerte para ella, era más resistente que el callejón del viejo edificio que tuvo que atravesar. El monstruo comenzó a aullar frenéticamente y a golpear con mayor ímpetu, ella sollozaba inquieta ante esa situación, ya que su escondite no tenía salida.

El monstruo hizo algo impensable, se tumbó boca abajo y comenzó a arrastrarse a través de la nieve para tratar de alcanzarla, incluso rompió el casco en el proceso, desprendiéndose de los cuernos. Ella se pegó aún más a la pared pero la criatura logró asomar la cabeza, abrió la boca y la enterró en sus piernas. La pobre mujer soltó un grito de dolor y comenzó a pedir clemencia, pero la criatura seguía mordiéndola, destrozando su carne y huesos; ella encontró uno de los cuernos que la criatura había dejado caer, y con toda la fuerza que pudo reunir, lo clavó justo en el ojo del monstruo.

 

La criatura retrocedió rápidamente sin soltarla, arrastrándola sobre la nieve para arrojarla a un lado, después se irguió y buscó la manera de quitarse el cuerno del ojo, dejando una estela de sangre negra en su máscara.

 

Cuando se dio la vuelta y se lanzó hacia ella, finalmente supo que su vida había terminado.

 

Con sus brazos, y lo que le quedaba de piernas, rodeó su vientre con firmeza y cerró los ojos. Una última lágrima rodó por su pálida piel mientras rogaba la salvación para su bebé, pero sabía que sería imposible. Los dientes del monstruo comenzaron a desgarrar su garganta y la vida empezó a fluir a través de esas gigantescas heridas. Y justo cuando estaba a punto de morir, vio una ráfaga de luz atravesar el cielo y después observó una estela cortando el aire hasta dar contra el monstruo, el cual quedó reducido a cenizas. Ella suspiró aliviada, al menos su hijo no moriría a manos de esa criatura.

Poco después llegaron los vecinos, alarmados por los gritos de una mujer, pero al llegar la observaron agonizando en la nieve; entre los presentes se encontraba un médico, quien pidió ayuda para trasladarla a su consultorio y así salvar la vida del bebé, por lo que todos se apresuraron a mover el cuerpo. La mujer falleció en el traslado pero en el consultorio se le practicó una cesárea de emergencia, y de esta forma, el médico pudo recibir a un bebé de cabello negro, ojos verdes y piel blanca. Los presentes lamentaron el fallecimiento de su madre y felicitaron al médico, quien elogió los hermosos ojos del niño.

 

—Ulia, tuvo un hermoso bebé. —Comentó un hombre vestido con un traje oriental de color negro, quien después se presentó ante la mujer como shinigami—. Disculpe que la presione, pero debe partir.

—Entiendo, gracias por salvar a mi hijo. —Respondió Ulia.

El shinigami colocó la base de su espada en su frente para transformarla en una mariposa, la cual revoloteó sobre la cabeza del niño para calmar su llanto antes de irse. El shinigami notó que el bebé sonreía y seguía con la mirada a la mariposa, lo que significaba que poseía suficiente poder espiritual para ver el alma de su madre.

“Lamento no haber llegado a tiempo para salvar a tu madre, pero te reservaré cosas grandes en esta vida, tienes demasiado reiryoku para ser un humano” susurró el shinigami antes de irse, y por la mirada del niño, juraría que había entendido sus palabras.

 

Por fortuna, el bebé había nacido al final de la primera guerra mundial, en un apartado pueblo del Reino Unido.

 

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Mundo Humano (Londres, 1926)

 

Bastaron cuatro años de guerra ininterrumpida (1914-1918) para debilitar a las naciones europeas, cobrando la vida de miles de soldados en los campos de batalla. Algunas naciones se vieron menos afectadas, especialmente las que resultaron vencedoras y lograron amortiguar los efectos de la guerra en cuanto a su posición económica.

En el Reino Unido, algunos hombres no pudieron enlistarse para combatir, pues se encontraban atendiendo las necesidades de su nación. Entre estos hombres se destacaba el doctor Schiffer —cuya ascendencia alemana jamás le había dado problemas hasta ese entonces—, quien decidió mostrar su lealtad a su nación sanando a los heridos que regresaban de los campos de batalla. Con apenas treinta años, había logrado abrir y dirigir diversas clínicas en todo el país, atendiendo con mayor rapidez a los soldados. El destino lo llevó justo al final de la guerra, para que una de estas clínicas le cambiara la vida, convirtiéndose en padre por primera vez a los 34 años; y desde entonces, transcurrieron ocho años con grandes cambios, para él y su nación.

 

Cierto día se encontraba en su despacho, ya con 42 años, y no deseaba ver a nadie para terminar sus reportes; sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida en cuanto escuchó un llamado a su puerta, por lo que no tuvo más remedio que recibir la visita. Se trataba de la dama que lo ayudaba a dirigir las clínicas que permanecían abiertas, quien además era su más reciente esposa, pues había quedado viudo al inicio de la guerra y no se buscó pareja hasta mucho después.

 

—Se trata de Uruki.

— ¿De nuevo? —Respondió Schiffer, su esposa no dejaba de quejarse de su hijo—. Dime, ¿qué sucede?

—No dejo de recibir reportes de la escuela, es un niño demasiado problemático…

—Es brillante, ese es el único problema que tiene.

Reconoció Schiffer mientras se levantaba para ponerse frente a su esposa, una bella mujer inglesa de menor edad y buena familia, cuyo único defecto podría ser el desprecio que sentía por el niño.

—Admito que es muy inteligente, a veces me impresiona la facilidad con la que se expresa, pero su escuela me envió un informe… —ella tomó una ligera pausa antes de continuar, su esposo era un hombre muy tranquilo pero se disgustaba cuando la gente tomaba decisiones sin consultarlo.

— ¿Qué tipo de informe? ¿Quieres decir que la escuela le realizó un Psicodiagnóstico sin mi consentimiento? —Ella no dijo nada, tan sólo le tendió un trozo de papel con el sello de la escuela; el doctor ignoró las formalidades para empezar a leer los resultados:

 

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“Los maestros reportan el mismo comportamiento al especialista: una vez que terminan las primeras clases, los niños asisten al patio para descansar, sin embargo, Uruki prefiere pasar todo el tiempo leyendo, lo cual genera una interacción nula con otros niños. El especialista concluye que Uruki padece de cierta incapacidad para hacer o mantener amigos de su misma edad”.

“Por otro lado, algunos niños tratan de acercarse a él, pero el resultado siempre es el mismo, Uruki ignora las muestras de afecto de sus compañeros y termina por herir sus sentimientos. En este punto, el especialista concluyó que Uruki presenta un grave caso de falta de empatía al ignorar deliberadamente los sentimientos e intenciones de otros”.

“Aunque hay algo que nos parece destacable, los profesores están de acuerdo con la asombrosa memoria del niño para recordar detalles sumamente específicos, exponiendo patrones de lenguaje poco usuales que implican observaciones impropias de su edad; evidentemente, Uruki es un alumno destacado y adelantado a su edad, sin embargo, él muestra interés por determinados temas, ignorando al profesor en turno si no le parece importante la clase que imparte”.

“La institución sugiere tomar medidas para asegurar una correcta inserción del estudiante Uruki Schiffer con el resto la sociedad”.

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—Son exageraciones propias de una escuela religiosa. —Arrugó el papel y lo lanzó a la chimenea—. Yo era igual a su edad, Uruki sólo necesita enfocarse en sus estudios.

— ¿De qué estás hablando?, no es igual que tú, no eres su padre. —Ella se arrepintió de utilizar esas palabras, mas no obtuvo respuesta, el doctor dio la vuelta y contempló las vivaces llamas de la chimenea.

—Lo sé, y él lo supo desde que recibimos la visita de la fundadora de la asociación nacional de adopción de niños, pero no es necesario que me lo recuerdes a cada momento, y tampoco a él.

—Su adopción no fue legal, sabes que sus padres podrían reclamar sus derechos y quitártelo. —Respondió ella, el doctor no le tomó importancia a su argumento.

—Alguien en mi posición no toma riesgos innecesarios, yo atendí el parto en el que su madre perdió la vida, después traté de localizar a su padre pero supe que había muerto meses atrás.

— De acuerdo, ¿y el resto de su familia? —Ella se cruzó de brazos y tomó asiento frente al escritorio.

—Seguí investigando lo suficiente para saber que su padre era de origen japonés, pero fue rechazado por su familia al desposar a una mujer rusa sin familiares. Como puedes ver, la familia de su padre no sabe de su existencia y la familia de su madre no existe.

— Sus padres… ¿de ahí tomaste el nombre para el niño? —Inquirió su esposa, Schiffer empezaba a perder la paciencia pero decidió dejar las cosas en claro de una vez por todas.

—Sí, al menos en el origen del nombre y en la primera letra, pues “Uruki” es japonés y su madre se llamaba Ulia. Ahora, si me lo permites, necesito informarte algo —el doctor sacó un papel de su gabinete y se lo mostró—, se han aprobado leyes para legalizar la adopción, y antes de que empezaran las investigaciones para todas las que sucedieron antes de 1926, acabo de enviar un informe detallado de mi caso…

 

— ¿Doctor Schiffer? —Apareció un pequeño niño en la puerta, con cabello negro y vivaces ojos verdes—. ¿Quería verme?

—Adelante Uruki —el pequeño se aproximó al escritorio, ignorando a la enfadada mujer que se encontraba cerca de él—, ¿te gustaría cambiar de escuela?

La mujer lo miró aterrada ante esa pregunta, pues era una de las escuelas más prestigiosas del Reino Unido y en donde había estudiado su familia durante generaciones; la idea era un insulto para ella.

—Bastante, el intelecto de mis compañeros deja mucho que desear. —Respondió el niño, dejando boquiabierta a la mujer, el doctor lo miró encantado y le respondió:

—Perfecto, ningún Schiffer volverá a una escuela de ese tipo…

 

La mujer empezó a reclamarle pero el doctor se levantó, tomó al niño de la mano y salieron a caminar al jardín; el aire estaba tan contaminado como siempre, pero a ellos les parecía grato tomar “un respiro.”

—Debería estar agradecido por tener tal muestra de respeto de tu parte —interrumpió el doctor—, pero no estaría mal escucharte decir “papá” de vez en cuando. —Uruki lo miró un instante y giró el rostro.

—No es apropiado dirigirse de esa manera a un adulto de su posición.

—Vaya, realmente haces honor a tus raíces. —Uruki volvió a mirarlo rápidamente.

— ¿Me hablará de mis padres biológicos?

—No sé si sea buena idea, aún eres muy pequeño… —Uruki volvió a posar sus grandes ojos en el doctor, él sonrió y continuó—: tienes razón, podrás comprenderlo sin problemas.

 

El doctor estaba encantado con su hijo, era obediente, cortés y muy inteligente; sin embargo, el niño tenía problemas para expresar sus emociones, además, le era imposible procesar la muestra de afecto más simple, como cuando él agitaba su cabello con ternura o tomaba su mano para llevarlo al parque. Uruki simplemente asentía con la cabeza, jamás sonreía, reía o mostraba felicidad en su rostro.

<<Negar los supuestos de la vida es algo que se observó en el siglo pasado. Uruki, incluso llevas en tu sangre el nihilismo ruso>>. Pensó el doctor, con cierto orgullo, antes de llevar a Uruki a su despacho para explicarle lo que había encontrado acerca de sus padres biológicos.

Y aunque el pequeño fuera muy inteligente, preferiría evitar mencionarle el estado de su madre al momento de dar a luz, ni siquiera él se explica lo que sucedió ese día… ¿quién sería capaz de dañar a una mujer embarazada?

Notas finales:

¿Saben? Sólo quería acortar su nombre para que fuera semejante, pero por curiosidad busqué "Uruki" y me salió el nombre de una estrella, así que mi invento no salió tan mal XD

Por otro lado, al principió pensé que Ulia era de origen ruso... en fin, significa "joya del océano" y me surgió la idea con esta canción 

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Por cierto, la alimaña del spam volvió a atacar esta semana, por lo que necesito que vean QUÉ TIPO DE SPAM aparece en esta página (ya borré el review, pero dejé una captura de pantalla).

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Y bueno, veremos qué está pasando en Hueco Mundo en el siguiente cap, iré alternando el pasado de Ulquiorra con lo que dejé pendiente.

Siguiente capítulo: Justo al inicio del año!!! 1ero de enero de 2017

FELICES FIESTAS!

 


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