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Vacío por RotMond

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Notas del capitulo:

Empiezo a escribir un poco del seireitei, después meteré a otros personajes :D 

la traducción del nombre de este cap viene al final

 

Abrió los ojos.

 

Esperaba encontrar el suave cabello castaño de Aizen contra su pecho, o tal vez sus exquisitos ojos mirándolo amablemente.

Pero sólo vio oscuridad ante sí, escuchando además el sonido de la música acompañándolo en esa lúgubre situación.

Se sentía incómodo, percibía los músculos agarrotados y el antebrazo le punzaba ligeramente. Levantó la cabeza y advirtió su penosa realidad; estaba sentado frente a su escritorio, aparentemente se había quedado dormido.

<<Maldición>> pensó y haló la silla hacia atrás para levantarse; se tambaleó ligeramente, ya que seguía embriagado por la amplia variedad de sensaciones que se había apoderado de su cuerpo durante el sueño…

 

<< ¿¡Un sueño!? ¿Desde cuándo soy capaz de recrear tales imágenes durante mi descanso? >> pensó sobresaltado. Ni siquiera recordaba haber tenido un sueño durante su vida.

 

Como pudo, se dirigió al baño y su reflejo lo impactó: Su cabello revuelto y aplastado era lo de menos, su sudoroso rostro había tomado una coloración sonrosada en sus mejillas que se negaba a desaparecer; un color resaltado por la palidez de su piel… de pronto recordó las palabras del fracción “sonrojado te has de ver precioso”.

 

Apoyó ambas manos en el lavabo y bajó la mirada, sin poder soportar lo que observaba en el espejo; entonces notó las palpitaciones que provenían del resto de su cuerpo <<no, tiene que ser un error, no puedo, no…>> pensó, pero era evidente lo que pasaba en su entrepierna. Con una mano temblorosa, bajó su hakama para observar mejor; la imagen de su erección lo impresionó tanto que terminó por perder el equilibrio y cayó de espaldas, golpeándose la cabeza contra la pared.

Cerró los ojos y recargó la espalda sobre la fría superficie para tranquilizarse. La oscuridad no reinó mucho tiempo ante él, de pronto se encontró recordando el rostro de Aizen: sus labios gruesos y su cálida sonrisa, sus altos pómulos, nariz respingada y ojos castaños. Un latigazo eléctrico recorrió su cuerpo mientras un recuerdo llevaba a otro, enfrentándose a los besos y luego a las suaves caricias…

De pronto percibió humedad en sí, miró de nuevo y vio que tenía un líquido viscoso en la punta del pene, el cual palpitaba incesantemente. Por si fuera poco, los testículos le comenzaban a doler.

 

<<Yo, pero… soy un hollow, ¿cómo puedo? No, ¡no tiene sentido! ¿Por qué…?>>

Levantó la cabeza y apuntó la mirada al techo, cerró los ojos y dirigió su mano hacia el pene erecto, decidido a comprobar los efectos que podría tener en él. Acarició levemente el glande humedecido y se sorprendió de emitir un jadeo, casi un gemido, debido a la agradable sensación que le provocaba aquel acto. Luego recordó las cosas extrañas que hacían los otros Espadas y decidió imitar el movimiento: recorrió todo el pene con la mano en un suave movimiento, ascendiendo y descendiendo, apretando con ligereza.

Con ello casi se dejó caer; las sensaciones eran mucho más fuertes de lo que hubiera imaginado. Se detuvo, tal vez pensado que no era propio de él rebajarse al nivel de sus salvajes camaradas, sobre todo al servicio de alguien como Aizen....

 

<<Aizen-sama...>> pensó Ulquiorra.

 

Su cuerpo vibró con tan sólo recordarlo, volvió a tomar el pene y reanudó el masajeo con mayor velocidad y fuerza, pero ahora pensando en su líder.

Su cuerpo entero se estremeció al liberar su peculiar contenido en la palma de la mano, apoderándose de él una sensación inimaginable e indescriptiblemente increíble. Se desplomó en el suelo del baño, jadeando.

 

Al parecer, no era tan diferente de los demás Espadas, cosa que no pareció agradarle en lo absoluto…

.

.

.                                                                    

Las espadas entonaban la canción del acero mientras sus propietarios danzaban con su música; Tousen siempre llevaba la iniciativa, indicando a su contrincante la mejor manera de atacar y defenderse del adversario, no con palabras, sin no con el baile mortal en el que lo estaba involucrando. Le lanzó una estocada al vientre que fue desviada con agilidad, pero no tardó en reponerse para lanzar un segundo ataque, que terminó por teñir su espada con la sangre de Ulquiorra.

-4ta Espada, llevamos dos semanas entrenando desde que pasaste la primera prueba, pero… aunque tu mejoría es aún superior a la que esperaba, tu actitud ha dejado mucho que desear: atacas poco y te mantienes en la espera de tu oponente ¿acaso Aizen no te dejó en claro que necesita un líder capaz de tomar iniciativa en combate?

 

<<Aizen-sama…>> pensó, percibiendo un extraño vacío en su interior. Desde el sueño que tuvo no había podido ser capaz de mirarlo a la cara, lo cual no fue muy difícil ya que Aizen se ausentaba muy a menudo, pero aun así la intriga lo devoraba por dentro… <<¿Pude sentir? Y ahora, ¿qué es lo que siento, que estoy percibiendo?>>.

-Lo comprendo, administrador Tousen, déjeme corregir ese error. –Dijo Ulquiorra, en seguida levantó la espada y se lanzó contra Tousen, permitiéndole probar la ira de su espada en cada tajo y estocada que lanzaba en un intento por infringirle el mayor daño posible.

 

Tousen comenzó a defenderse esquivando cada ataque, parando el siguiente, danzando a su alrededor para confundirlo, esperando la oportunidad para lanzar un golpe.

Observó que la herida de Ulquiorra se había curado, como evidencia de su ataque sólo quedaba la sangre en su espada. Tousen no podía ver a Ulquiorra pero percibía la sed de sangre en su espada y en cada uno de sus ataques. Se negó a complacerlo cuando levantó el acero y lo volvió a esgrimir, Ulquiorra se hizo a un lado, se agachó y lanzó un golpe horizontal contra las piernas de Tousen.

 

Desgarró su vestimenta y observó la sangre brotar de sus heridas; Tousen dio un paso de costado, se colocó frente a Ulquiorra y descargó la espada en un corte vertical, con la clara intención de partirlo en dos. Ulquiorra no quiso apartarse y levantó la espada horizontalmente para detener el ataque, utilizando una gran cantidad de reiatsu para fortalecer el acero y soportar el impacto.

Tousen había hecho lo mismo al elevar su reiatsu, por lo que el choque provocó un estallido acompañado de un intenso resplandor debido a la confrontación de poder espiritual. Los testigos del entrenamiento se cubrieron los ojos y después observaron al Espada frente al shinigami, ambos irradiando poder.

-Ulquiorra, si sigues incrementando tu reiatsu morirás, así que baja la espada, terminamos por hoy. –Tousen envainó el acero y dio la vuelta, echó a andar pero se detuvo-. Aizen-sama estará complacido de escuchar tu progreso, tiene un gran interés en llevar a cabo la segunda prueba cuanto antes, así que pronto tendrás noticias.

 

Como siempre, los que presenciaron su entrenamiento se retiraron junto a Tousen, dejándolo solo en la Arena; antes escuchaba gritos de burla, incitándolo a fallar y a perder una extremidad o la vida misma. Pero sus avances eran tan notorios que muy pronto dejó de oír esos comentarios, enfrentándose a los ceños fruncidos de sus camaradas.

No obstante, después de terminar de entrenar siempre se sentía observado a pesar de estar completamente solo en la Arena. Era posible que fuera producto de su propia imaginación, pero era un presentimiento demasiado fuerte para ser ignorado. Envainó la espada y caminó en dirección a su estancia; se detuvo cuando oyó el inconfundible “Sonido” de algún Espada alejándose del lugar.

<<Lo sabía>> pensó él.

 

++++++++++++++++++++

 

Seireitei 

 

-Aizen-taicho, ¿me va a decir cómo le va a nuestro querido amigo con su entrenamiento?

-Gin, te he dicho que no hables de esas cosas.

-Pero si aquí todos están borrachos –hizo un ademán con el brazo para señalar a todos los presentes- nadie está prestando atención.

-Nunca sabes quién puede estar escuchando, aunque, en parte tienes razón.

 

Se encontraban en un bar del Seireitei, pero ante la insistencia de Gin, Aizen se levantó y le indicó que lo siguiera hasta una de las salas reservadas para capitanes, creadas con el fin de mantener las conversaciones en privado. Ahí, con un trago de sake en la mano, se sintió lo suficientemente confiado para hablar con cierta libertad:

-Sabes que no tengo manera de rastrear el paradero del “sombrerero” –Gin le había puesto nombres clave a algunos enemigos y aliados, el sombrerero era Urahara Kisuke-, así que no sé exactamente el progreso de la “fresa”, aunque sé que ha recuperado su espada y ha ganado el poder que había predicho.

-Muy bien taicho, -Gin sonreía ampliamente mientras Aizen bebía un sorbo del sake, le dijo en un murmullo- pero yo hablaba de nuestro otro amigo –Aizen lo miró con curiosidad-:

-De acuerdo -<<no vuelvo a dejarte a cargo de los nombres clave>> pensó Aizen y continuó-: “Malaquita” superó la primera prueba, teniendo todas las respuestas que esperaba de un líder, mientras que “Zafiro” y “Obsidiana” fallaron por completo.

 

Gin trataba de contener la risa, sólo sonreía mientras Aizen lo miraba detrás de los gruesos lentes; dejó de reír y le preguntó:

-¿Y cuando será la siguiente prueba? Ya que, sencillamente tenemos el tiempo encima.

-Será hoy en la noche, pero nosotros nos quedaremos aquí; mañana la “fresa” encontrará la manera de entrar en cuanto cerremos las puertas, ¿me entiendes? Por eso tenemos que apresurar las cosas por acá. Ahora volvamos a nuestros escuadrones, Gin.

 

Al salir se tropezaron con un pequeño grupo de tenientes, Gin se giró y saludó a los presentes, despertando el pánico de su gracioso teniente alcoholizado:

-¡Taicho! Sólo, eeeto, sólo estaba tomando un breve…

-No me molesta Izuru, también estoy en un bar; sigue con tus compañeros, te veré en el escuadrón  -En cuanto se fueron, Hisagi le comentó a Kira Izuru entre risas:

-Te… ¡hip! ¡Te salvaste Kira! –También estaban Rangiku y Renji, aunque después de ver a los capitanes se pusieron a pensar en los suyos y salieron tambaleándose a buscarlos, justo en la salida se encontraron a Hinamori, quien tuvo que ayudarlos a salir.

-Ca… ca… cállate ¡y síguele! –Le acercó una botella de sake, pero Hisagi la rechazó.

-Noooo puedo, ¿crees que ¡hip! soy un barril sin fondo como Ikkaku? Tengo muuuchas cosas que hacer. –Se levantó y dejó dinero para la cuenta-. Anda, vámonos.

 

Hisagi lo tomó del brazo y lo arrastró a la salida; había perdido la noción del tiempo y se sorprendió de encontrar todo tan oscuro, la noche había caído sin previo aviso, y con ella, un poco de lluvia. Tomó un camino poco transitado para que el resto de shinigamis no vieran la condición de Kira.

-Hisagiiii-san, ¿dónde está tu capitán? –Kira se colgó aún más del hombro de Hisagi,

-Ennn una misión, recorriendo el… ¿qué? ¡Ah! El distrito este del Rukongai.

-Ennntonces te puedes quedar un rato másss. –Se balanceó apoyándose de su hombro para estar frente a él y lo besó.

–¡OE! -La impresión le hizo tirar a kira al suelo, este lo miró con una sonrisa ebria-. Jaja, tranquilo, Matsumoto-san no se enterará.

-¿M-matsumoto-san? ¿Crees que me gusta?

-¿Eh? ¿Y quién si no es ella? Oe, ¿me vas a dejar aquí? –Hisagi le tendió la mano para ayudarlo a levantarse, Kira lo jaló con fuerza hasta hacerlo caer encima de él-. ¿Te gusto yo? –Volvió a besarlo, ahora tomándolo torpemente de la espalda para tratar de profundizar el beso, Hisagi se separó de él y le gritó:

-¡No, ni tú ni ella! Y ya suéltame, idiota. –Se revolvieron en el lodo mientras uno trataba de escapar y el otro de retenerlo por la fuerza-. ¡Que me sueltes! No me gustas tú, me gusta... y no, imbécil, no es mi capitán.

 

Escuchó pasos detrás de ellos, giró la cabeza y lo vio.

Él lucía una mirada indiferente, a pesar de saber lo que Hisagi sentía por él; les dijo: 

-¿Acaso son tenientes? ¿O cerdos? Qué ridículos. –Se alejó del lugar, Hisagi se levantó apartándose de Kira con fuerza y corrió para tratar de alcanzarlo, cuando lo tuvo a su alcance miró que había desenvainado su espada y la sostenía frente a su cara para impedir que se acercara más.

-Yumichika…

-¿Ehhh? –Se giró para quedar de frente a Hisagi, frunció el ceño- no me voy a mojar en la lluvia escuchando tus tonterías, adiós.

-No, escucha, Kira y yo estábamos…

-En el lodo, ¿y?, ¿crees que a mí me importa? Sé que te gusto, ya me lo habías dicho, pero tú a mí no, no eres hermoso. No tienes ninguna oportunidad conmigo, ya ríndete.

 

Yumichika dio la vuelta y corrió graciosamente por la lluvia. <<Las palabras hieren más que el acero… desearía que me hubiera cortado la cabeza en lugar de haberme dicho eso>> pensó Hisagi; jamás se había sentido tan vulnerable y se odió a sí mismo por ese ridículo estado de ánimo, incluso se había dejado caer de rodillas mientras sentía el frío beso de la lluvia sobre sus mejillas. <<La lluvia es cálida comparada con su corazón… al final, parece que mis sueños no se harán realidad>>.

En seguida sintió vergüenza y la ira no tardó en llegar; despreciado y humillado, decidió levantarse y superar sus palabras, el dolor se iría en algún momento, sabía que tomaría tiempo, pero era un shinigami, si algo tenía, era tiempo.

Pero antes… como había dejado tirado a Kira en el barro tuvo que regresar por su ebrio amigo, y cuando lo vio dormido tendido de espaldas completamente sucio, supo que tendría que llevarlo a su escuadrón cargándolo en sus brazos como a una maldita princesa <<y a quien quería tomar en mis brazos… no, no debo pensar en eso, al diablo>>.

En lugar de eso lo tomó de los pies y lo jaló hasta llegar al escuadrón, en donde se lo entregó a dos shinigamis para que se hicieran cargo de él, <<a ver si logra limpiarse antes de que lo vea su capitán>> pensó con cierta malicia antes de irse a su escuadrón.

 

++++++++++++++

 

Mientras tanto, en el mundo humano se formaba una extraña alianza entre dos humanos, un Quincy, un shinigami y… ¿un gato?

Todos dispuestos a llegar a la sociedad de almas al día siguiente.

Notas finales:

Süße Träume: Dulces sueños 

 

Todos llegamos a soñar, dormidos o despiertos.

Los sueños de Ulquiorra y los de Hisagi.

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Si querían GrimmUlqui, perdón, pero es Aizen :D


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