Las Noches (La noche anterior)
Él se paseaba por la habitación muy lentamente y con muchísimo sigilo, buscando...
Sabía que cualquier detalle, por más pequeño o insignificante que fuera, le serviría para conocerlo un poco más. Observó los libros pero eso no le serviría de mucho, Aizen se los había dado. Giró el cuello para asegurarse de que sus pisadas no lo habían despertado.
Dio la vuelta y siguió inspeccionando, aunque seguía mirándolo ocasionalmente, completamente incapaz de quitarle los ojos de encima. Revisó la música y se percató de que había seleccionado varios artistas. “La música que escucha es muy elegante y sofisticada, como él” pensó lleno de dicha; sonrió ligeramente y siguió buscando.
Se aproximó a su escritorio y abrió un cajón, encontrando un auténtico tesoro. “Una bitácora… pues, podría ser algo parecido a un diario” la hojeó toda la noche sin hacer el menor ruido, interesándose en sus observaciones acerca del comportamiento. “Ha estado observando al resto de Espadas, tomando como sujetos de prueba a unos cuantos” pensó mientras leía sus notas acerca de los celos de Nnoitra o del tímido Tesra… Apretó los puños con fiereza al notar que Tesra se había enamorado.
Leyó con interés sus observaciones acerca del “intento de apareamiento” entre Szayel y Aaroniero… así que, parece que le interesan las emociones humanas, pero si los hollows también tenían emociones, no le debería de causarle tanto interés.
Era una realidad que un hollow como él mismo cayera rendido ante sus hermosos ojos verdes la primera vez que lo vio. Puso la bitácora en el escritorio y se aproximó a su cabecera, él seguía durmiendo. “Mi pequeño, precioso mío, tan pequeño y tan frágil, tan hermoso…” pensaba mientras lo miraba dormir.
Observó su cabello aún más negro debido a la falta de luz, sus labios entreabiertos y su ligera respiración; sus estigmas ahora parecían de color negro por el efecto de su blanca piel. No lo había pensado antes, pero se asemejaban demasiado a las lágrimas.
Lo miró completamente extasiado por la deslumbrante y enigmática belleza del Espada durmiente, así que permaneció en esa posición durante largas horas.
Sus estigmas le seguían generando conflictos internos, sabía que no estaba llorando pero aun así no quería que llorara, no soportaría verlo. Estiró una mano y acarició ligeramente su cabello pasando la yema de los dedos con suavidad. Atesoró cada segundo y retiró la mano con muchísimo cuidado.
“Mi pequeño, mi precioso Ulquiorra” pensó con infinita tristeza mientras retrocedía lentamente. Desapareció en cuanto el sol artificial amenazaba con inundar la estancia con su luz.
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Seireitei (en la madrugada)
—La sociedad de almas se encuentra en un estado de alerta, cinco intrusos han ingresado al Seireitei. –Esta alarma alertó a los 13 escuadrones para iniciar la búsqueda de los intrusos. Ya habían localizado a dos, pero el resto del grupo se hallaba escondido.
Un par se encontraba en una bodega vacía, la chica de cabello rojizo murmuraba entre sueños:
—Kurosaki-kun… kurosaki-kun…
— ¿Inoue-san?
— ¡¡Ah!! –Ella se levantó y le soltó un cabezazo por accidente—. Ishida-kun, me asustaste.
—Lo siento, no soy Kurosaki… —“¿Acaso te gusta Kurosaki? Vaya, ¿cómo no me di cuenta antes? También por eso vino a buscar a Kuchiki-san. Inoue-san y kurosaki son completamente diferentes, ¿qué vio ella en él que lo hizo elegirlo?” pensó Ishida, después controló su voz para que no saliera cortada y temblorosa:
—Debemos irnos, con todo el ruido que hicimos podríamos atraer a los shinigamis.
—Está bien Ishida-kun. –Le respondió con una gran sonrisa.
Mientras recorrían los estrechos corredores del Seireite, Ishida trataba de razonar lo que estaba sucediendo: “En primer lugar ¿qué hago aquí? Casi no conozco a Kuchiki-san, lo cual carece de importancia al tratarse de un Shinigami” dieron la vuelta y evadieron a un escuadrón que pasaba por el mismo sitio, ocultándose detrás de unas cajas. “Inoue-san está aquí por Kurosaki, y… ¿yo estoy aquí por ella?” la tomó del brazo para evitar que siguiera caminando y le indicó que subiera a una azotea.
“Es hermosa, inteligente y gentil, pero… ¿en realidad estoy aquí por un idiota sentido de compañerismo?” su corazón latía con normalidad estando con Inoue, y al tomarla del brazo no sintió nada. En la azotea la miró de reojo y notó que no se ruborizaba. “Está bien, admito que no me gusta, pero es mi amiga y prefiero que esté con alguien mejor que Kurosaki, tengo que averiguar por qué le gusta”.
Ellos fueron mucho más inteligentes al evadir a los shinigamis, mientras que Ichigo y Ganju pescaron a un integrante del 4to escuadrón como rehén, sin imaginar que el otro escuadrón preferiría verlo muerto. Salieron disparados con el chico, quien los llevó por el sistema de ductos subterráneos. Al salir, y aproximarse a la torre del arrepentimiento, se encontraron con otro enemigo, uno más familiar para Ichigo:
—Renji…
Este le lanzó un ataque con su espada en modo shikai, Ichigo lo detuvo con la espada al frente y se impactó contra un almacén. Apenas se podía mantener en pie sin caer inconsciente, pero alcanzó a reclamarle:
— ¿Conoces a Rukia y vas a dejarla morir? La vida de tu amiga debería ser más importante que un montón de reglas. —Ichigo saltó a un tejado mientras Renji lo atacaba.
“Las reglas… No lo entenderías, imbécil, estoy contra la espada y la pared, ¡y por tu culpa! No puedo ir contra las reglas del Seireitei, mi capitán no me lo perdonaría, mi capitán…” pensó mientras seguía atacando a distancia, en un momento Zabimaru volvió a su forma original y fue atacado por Ichigo. “Demasiado lento” lo esquivó sin problemas y lo atravesó, hiriéndolo de gravedad.
Ichigo subió su reiatsu y se levantó, su herida había dejado de sangrar. “¿Cómo hace para sacar tanta fuerza?” pensó Renji mientras levantaba su espada.
—Lo siento, Renji. –Se disculpó Ichigo después de atacarlo, Renji comenzó a sangrar por un corte que le atravesó el torso y parte del rostro. El dolor fue demasiado.
“Bya…kuya” pensó Renji antes de que Kira lo encontrara.
…
El atardecer dio paso a la noche, y con ella, aumentó el nerviosismo de los habitantes del Seireitei, algunos capitanes ya habían comenzado a buscar a los intrusos y otros empezarían al día siguiente. El capitán del 5to escuadrón se encontraba en su habitación, activó una ligera barrera de reishi y después sacó su dispositivo especial para realizar llamadas a Hueco Mundo, también conocido como “celular”.
—Tousen, regresa al Seireitei, empezaremos con el plan.
— ¿Quién se quedará en “Las Noches”?
—Tú, el shikai de mi espada “Kyouka suigetsu” puede funcionar en varios sitios a la vez.
Aizen terminó la llamada y siguió escribiendo una carta antes de abrir la puerta a su teniente, era realmente impactante la lealtad que muchos shinigamis le profesaban, lealtad que podría llevarlos a la locura si se enteraran de quién era él en realidad.
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Hueco Mundo (simultáneo a la llegada de Ichigo, en la madrugada)
Grimmjow recién había acabado con sus clones, cuando vio a lo lejos la última pelea de Ulquiorra, era un combate a gran velocidad que no había sido mencionado en el pequeño reporte que Aizen les había mandado. Ni él ni Nnoitra habían utilizado Sonido para enfrentarse a sus clones, pero el último clon de Ulquiorra lo estaba utilizando, y él tuvo que contraatacar de la misma manera.
“Mmm, se moverá igual de bien en… ¿qué estoy pensando?”. Ulquiorra esgrimía la espada con fuerza y lanzaba golpes muy certeros, era muy fuerte. “Ese maldito tan… tan… maldita sea, ¡Grimmjow! ¿Qué mierda ibas a pensar?”. Con ese pensamiento comenzó a sentir un agradable cosquilleo en la entrepierna, de repente se dio cuenta que no había pensado en Ulquiorra de esa forma.
Siempre que lo veía pensaba en la forma de humillarlo, en sus entrenamientos le gritaba una cantidad de insultos para desconcentrarlo, a ver si Tousen lo partía en dos, pero no funcionó. Y dejó de hacerlo al ver la mejoría de Ulquiorra con la espada, por lo que tuvo que pensar en otra forma para burlarse de él.
En otra ocasión se encontraban con varias Espadas y él le dijo “niño emo”, la mayoría de los presentes soltó la carcajada pero Ulquiorra no se enojó o le reclamó el insulto, tan sólo le preguntó “¿Qué es un emo?”, quitándole toda la gracia a la broma.
En otro momento introdujeron una bebida del mundo humano conocida como café, y él trató de hacer quedar mal a todos bebiendo la mayor cantidad posible; a Ulquiorra no le hizo ningún efecto, pero él comenzó a sentirse ansioso, corriendo por todo el palacio gritando que era el rey, saltando y derribando al que se le pusiera enfrente.
No lo veía atractivo, o eso había pensado… Mirada vacía y actitud arrogante, tan delgado y pálido, se veía como si estuviera a punto de romperse; Grimmjow era más alto y por eso le decía enano. Pero era posible que no fuera tan malo, después de todo, le quemó el cabello a Charlotte con un cero y había dejado en ridículo a Szayel, más de una vez, al esquivar sus constantes acosos.
Eso pensaba mientras Ulquiorra se aproximaba lentamente a él, después levantó la mirada y observó detenidamente a Grimmjow antes de besarlo débilmente, saboreando sus labios con la punta de la lengua mientras lo tocaba por encima de su hakama. Grimmjow se sorprendió bastante, pero sólo sonrió mientras Ulquiorra lo seguía acariciando con la misma inexpresiva mirada, había algo en sus delicadas caricias que le resultaba sencillamente perverso y delicioso.
Grimmjow pensó en tomarlo de la nuca para saborear el interior de su boca y desnudarlo, pero antes de que lo hiciera, Ulquiorra se arrodilló y comenzó a acariciarlo con más fuerza y a besarlo por encima de la ropa, acariciándole suavemente las piernas, subiendo sus delicadas manos hasta estrujar con cierta fuerza sus torneados glúteos.
Grimmjow comenzó a ronronear, y siguió sonriendo mientras se le iba endureciendo cada vez más y más… deseaba arrancarle la ropa al pálido espada y follárselo ahí mismo enfrente de todos, pero también quería ver hasta donde llegaba, así que no lo interrumpió. Ulquiorra levantó la cabeza y lo miró con sus inmensos ojos color esmeralda, mientras le desataba su hakama, para comenzar a saborearlo lenta y tortuosamente
Sentía su lengua alrededor del glande mientras una de sus manos subía y bajaba girando con rapidez a lo largo de su palpitante erección, la otra mano acariciaba la erizada piel de sus piernas y subió hasta sus testículos, tocándolos con suavidad e incrementando la fuerza hasta hacerlo jadear. Ulquiorra bajó la cabeza y le saboreó los gemelos, mientras sus manos seguían atendiendo su erección hasta hacerlo gotear.
Ulquiorra siguió bajando, más y más, hasta encontrarse con el pequeño espacio entre sus testículos y su entrada. Utilizó su lengua en ese espacio, el “perineo”, mientras una deliciosa sensación se extendía por todo el musculoso cuerpo de Grimmjow. Ulquiorra subió por sus testículos lamiendo y besando, llegó hasta el pene y se lo introdujo por completo en la boca.
Grimmjow gruñó más fuerte como gesto de aprobación y trató de tomarle la cabeza para follarle la boca, pero no se podía mover. Entonces trató de mover las caderas pero tampoco pudo, y sólo así se dio cuenta de que estaba pasando algo raro. “Esto no tiene ningún sentido” pensó. La prueba había sido hace dos días.
“Ulquiorra no me la chuparía ni aunque Aizen se lo ordenara, o bueno, tal vez sí…” pensó y casi soltó una carcajada, pero lo que escapó de sus labios fue un inconfundible jadeo entrecortado. Ulquiorra aumentaba la velocidad mientras le masajeaba los testículos, lamía delicadamente el glande mientras succionaba con avidez, y presionaba un poco con la boca la erección de Grimmjow, luego le introdujo un dedo en la entrada…
“¡¡Pero qué!! Aunque su boca se siente tan jodidamente bien…. pero es el bastardo orgulloso de Ulquiorra… OE… ¿esto es un sueño?”. Si era un sueño se podía despertar, aunque en el fondo no quería; ver al orgulloso Espada lamiéndosela era algo invaluable, aunque le preocupaba el hecho de sentir ciertas cosas.
Por ejemplo, jamás le habían logrado meter un dedo en el culo y Ulquiorra ya le había metido dos y los estaba moviendo; Grimmjow no debería de saber cómo se siente y aun así percibía incomodidad y cierto placer en ello. Pero si era un sueño no debería sentir eso, únicamente el placer por la boca de Ulquiorra.
Cerró los ojos fuertemente tratando de despertar, y al ver que no podía, incrementó su reiatsu para lanzar un “Gran cero”. Su sueño se disolvió y se encontró mirando hacia el techo de la guarida que compartía con su fracción, giró la cabeza y los vio desmayados en la mesita y en el piso, pero él estaba en una superficie acolchonada, el sillón roto.
Oleadas de placer lo seguían recorriendo de pies a cabeza, trató de incorporarse pero se sentía muy débil por el uso de reiatsu y mareado por culpa del sake, logró levantar la cabeza un poco y vio a Yylforte lamiendo su entrepierna; alcanzaba a ver su largo cabello rubio cubriéndole parte de la espalda, incluso su piel brillaba por las perlas de sudor que lo adornaban.
Podía sentir la humedad de su lengua recorriendo su miembro con gula y desesperación, sus dedos moviéndose suavemente, dilatando su esfínter. Yylforte se levantó por completo para mirar a Grimmjow, luego sonrió mostrándole su creciente erección, diciendo:
—Te aseguro que lo vas a disfrutar.
Retiró los dedos y se aproximó lentamente...