Hueco mundo
-Y…Yylforte… bastardo, ¿qué me hiciste? –Yylforte siguió masturbándolo mientras le contestaba con una suave voz llena de deseo y éxtasis; sus labios se encontraba húmedos y sus mejillas sonrosadas:
-Mi delicioso rey pantera… - arrastraba las palabras con tranquilidad y lujuria, lo que irritó a Grimmjow- estuviste bebiendo mucho, es normal que estés cansado.
Mientras se volvía a recostar en él aceleró la masturbación, arrancándole un ligero jadeo a Grimmjow; sorprendiéndolo y enfureciéndolo más. El fino cabello rubio le hacía cosquillas en el pecho mientras Yylforte lo besaba en el cuello y se frotaba contra él: con una mano seguía masturbándolo y con la otra se poyaba en el sillón para frotar su erección contra la entrada de Grimmjow.
-Más te vale que no sigas con esto… -dijo al sentir el glande frotar su entrada- ¡¡soy tu maldito rey!! No me vas a joder…
-Mi rey… te había dicho que te quería follar… además te va a gustar, tú relájate y aprovecha el dulce efecto del sake.
-El sake no me derriba, imbécil ¡y ya quítate o te dejaré tirado en un charco de sangre!
-¡Ah el sake…! pero no notaste lo último que bebiste, ¿verdad? Ya no era sake, era una bebida mucho más fuerte, y combinada con sake resulta mortal.
-Tú…
Abrió los ojos y cerró los puños con rabia incrementando su reiatsu, se enfureció a tal grado que se le bajó la borrachera y recuperó fuerza suficiente para asestarle un puñetazo a Yylforte y tirarlo del sillón.
Grimmjow se levantó y lo tomó del cabello arrastrándolo hasta el respaldo, le dio un estruendoso puñetazo en la nariz que le hizo sangrar mientras sentía el cartílago romperse. Luego le rompió el labio y siguió golpeándolo hasta dejarle los ojos morados y un par de dientes menos, le soltó varios rodillazos en el vientre hasta sacarle el aire y bastante sangre de la boca.
-Grimmjow ¿qué está pasando? –le preguntó Shawlong recién despierto por el ruido, Di Roy se encontraba en el piso mirando divertido la escena mientras los otros dos se limitaban a mirar con lástima al rubio.
-Un castigo, eso es todo, lárguense a sus cuartos y no vuelvan a molestarme si no quieren quedar igual. -Ninguno se atrevió a protestar, Shawlong hizo una reverencia y dio la vuelta, los demás hicieron lo mismo con rapidez. Jamás habían visto a Grimmjow tan enojado y a alguien de los suyos siendo golpeado por él con tanta furia.
Grimmjow tomó a Yylforte y lo volteó para empinarlo en el respaldo del sillón, él extendió sus manos hacia el piso para no caer. Grimmjow levantó su cadera y comenzó a penetrarlo violentamente sin ningún tipo de preparación, con una fuerza tal que no tardo en salir de Yylforte cubierto de sangre. Siguió embistiéndolo a mayor velocidad ignorando las súplicas y sollozos de Yylforte, incapaz de sentir placer alguno por el dolor de la ruda penetración, la golpiza recién recibida y por la incapacidad de tener una erección por estar acostado en el respaldo del sillón.
-No vas a poder sentarte en semanas, ¡ese será tu castigo por tratar de joderme! Con el rey no se juega, ¡dilo!
-Por f-favor… -Balbuceó Yylforte, incapaz de hablar.
-¡Dilo! –Grimmjow lo embistió con fuerza y sintió que el cuerpo de Yylforte quedaba inerte, lo levantó para comprobar que siguiera vivo y siguió follándolo hasta correrse. No escuchó los pasos que se aproximaban a la habitación ni el crujido de la puerta al abrirse.
-¿Grimm… Grimmjow? –Escuchó una voz femenina a su espalda, volteó y vio a Mila Rose.
-¿Qué? –Respondió, mirándola con indiferencia, ella lo veía con los ojos muy abiertos, con una expresión entre sorpresa, horror y asco
-¿¡Pero qué haces!?
-¿Eh? –Terminó de follarse a Yylforte y lo dejó tirado en el respaldo del sillón, él fue en busca de su hakama y se la puso mientras decía-: Estaba castigando a ese idiota, ¿y?
-Así que… ¿eres…? ¿Tú…? ¿Por eso dejaste de verme?
-Vivo como quiero, punto. Y dejé de verte porque quise.
-Eres… eres…
-Un maldito patán miserable mal nacido cruel hijo de puta, y más, ya lárgate. –Le dijo Grimmjow mientras se daba la vuelta, Mila Rose salió lo más rápido que pudo y cuando su reiatsu desapareció Grimmjow notó algo más.
Se giró al sentirse observado y observó una sombra desplazarse por las paredes, él sabía que era Sonido y sólo alguien podía alcanzar esa velocidad, se irritó al suponer que lo habían estado espiando. Con gran esfuerzo se dirigió a su habitación.
Transcurrió un rato antes de que pudiera acercarse un par de siluetas al golpeado hollow que yacía moribundo en el sillón.
-Te dije que no es asunto nuestro.
-Lo sé, por favor perdóneme pero no podía dejarlo así, morirá si no hacemos algo.
-¿Exactamente por qué quieres ayudarlo? –dijo mientras tomaba a Yylforte en sus brazos y caminaba a la salida.
-No lo sé.
-Es piedad Mila Rose, algo que no va con un hollow.
-Sí, no lo entiendo.
-Tampoco yo pero no importa, vamos a llevarlo a la enfermería.
-Gracias, Harribel-sama –una vez lejos de la estancia de Grimmjow, mirando a su fracción le dijo:
-Ahora necesito pedirte un favor –Mila Rose la miró con curiosidad, Harribel desvió la mirada hacia Yylforte, quien estaba irreconocible, y le dijo a Mila:
-Observa a este arrancar y mira lo que las acciones impulsivas e idiotas pueden provocar, no quiero que te pase lo mismo, prométeme que te alejarás de Grimmjow.
-Pe-pero… dijo que lo estaba castigando… tal vez… -Harribel la interrumpió:
-Date prisa, está perdiendo mucha sangre. –Al llegar las recibieron unas cuantas enfermeras, y sin hacer preguntas, recogieron al maltratado arrancar y cerraron la puerta.
Caminaron por el pasillo de vuelta a su estancia, Mila de vez en cuando miraba a su líder sin saber qué decir, hasta que se atrevió a preguntar:
-Harribel-sama, ¿hablaba en serio, debo alejarme de Grimmjow? –Harribel frenó en seco:
-Por lo que me dijiste… escucha, no quiero herirte pero una dolorosa verdad te evitará un mayor sufrimiento más adelante –la tomó de los hombros y le dijo con voz solemne y firme-: él no quiere saber nada de ti, además, no sabes lo que Yylforte le hizo así que no sabes lo que tú puedes hacer para hacerlo enojar.
Comenzaron a caer lágrimas de los ojos de Mila, Harribel la abrazó pero al mismo tiempo subió el tono de voz y le dijo:
-Promételo, ya no es un favor es una orden.
-S-sí Harribel-sama, lo prometo.
-Bien, ahora vámonos ya es tarde. –Mila sonrió y le dijo:
-¡Siempre voy a estar a sus órdenes, Harribel-sama! <<Aunque me duelan sus decisiones>> pensó Mila con cierta tristeza.
-Y yo siempre voy a sacrificarme...
………………………
(Más tarde)
“Entrenamiento suspendido hasta nuevo aviso”
Ulquiorra leyó la nota que le entregó un arrancar poco después de llegar al área de entrenamiento, la arrojó al aire y la cortó a la mitad con un rápido movimiento de su espada, luego se puso a lanzar tajos y estocadas.
Había perdido el tiempo en llegar hasta ese lugar para ver que Tousen lo había dejado plantado, al menos debería desenvainar la espada y entrenar. A lo lejos se acercó una figura alta e imponente, Ulquiorra no se movió de su lugar hasta que escuchó:
-4ta Espada. –Dijo…
Había aparecido repentinamente frente a él, Ulquiorra no se encontraba de humor, así que se dio la vuelta y le dio la espalda al alejarse del lugar; Zommari lo tomó como una falta de respeto y desenvainó la espada. Ulquiorra volteó y lo observó desvanecerse, acercándose más a él, Ulquiorra frunció el ceño << ¿me estará retando?>> pensó.
Zommari era mucho más alto, pero Ulquiorra notó la forma en que lo miraba, recorriéndolo lentamente de pies a cabeza. Eso fue suficiente. Cerró los puños y apretó los labios con fuerza mientras aumentaba peligrosamente su reiatsu al grado de llegar a materializarlo en un intenso resplandor verdoso rodeado por oscuridad.
Zommari retrocedió un poco, agobiado por el intenso poder que despedía Ulquiorra, en seguida se hizo a un lado y exclamó:
-Disculpa, creo que te he hecho enojar. –Y en un segundo desapareció.
<<¿Esto era enojo? Necesito controlar estas malditas emociones, nadie debe saber que soy tan fácil de provocar>> pensaba Ulquiorra mientras daba la vuelta y se marchaba. Zommari lo vigilaba a una distancia prudente, luego se desplazó a toda velocidad sin dejar rastro de su presencia para buscar a alguien más débil.
<<Es más poderoso de lo que aparenta, creo que lo subestimé>> pensó mientras giraba a su derecha para entrar a un pasillo demasiado estrecho, justo el que estaba buscando. En menos de un segundo atravesó la edificación, pasó junto a varios arrancar fracción y se situó justo delante de él.
-¡¿Otra vez tú?!
-No me diste otra opción. –Lo tomó entre sus brazos ante la sorpresiva mirada de su fracción y salió con prisa del lugar hasta su propia habitación.
Su “presa” no dejaba de patearlo para liberarse, así que él lo rodeó con un solo brazo y lo pegó a su cuerpo, inmovilizándolo por completo. Con la otra mano lo agarró con fuerza del cabello rosa y le metió la lengua hasta lo más profundo de la garganta.
-GahhMmmFfff!!!!!! –Trataba de gritar pero su voz no tenía por donde salir.
Zommari lo soltó una milésima de segundo para quitarle la espada, amarrarle las manos por detrás de la espalda y ponerle una cinta en la boca, fue a su sofá y se sentó con Szayel encima de sus piernas. Él le devolvía la mirada con furia y algo de temor mientras sentía las manos de Zommari recorrer cada centímetro de su cuerpo y observaba sus ojos clavados en su rostro.
-Te dije que aceptaras mi amor… -susurraba mientras lo desvestía lentamente con los dientes- ahora vas a aceptarlo quieras o no.
Szayel trató de liberarse pero sólo consiguió que Zommari lo tomara con firmeza de las piernas y le quitara el resto de la ropa, por suerte no podía usar la cursi técnica de su resurrección pero no le haría falta contra Szayel amordazado y sin su espada. Zommari lo acercó y comenzó a lamer su pecho con suavidad, saboreándolo y besándolo con sus gigantescos labios; Szayel trataba de gritar pero la cinta en su boca le estorbaba.
Comenzó a sentir el miembro de Zommari bajo su ropa interior, el otro siguió saboreándolo y comenzó a morderlo, al principio con gentileza… entonces, sus dientes empezaron a dejar marcas más profundas y dolorosas en la piel.
<<Malnacido, ¡sueltame ya! ¡¡Ahhh!!>> pensaba Szyael, sus ojos dorados comenzaban a llenarse de lágrimas de dolor.
<<Zommari… bastardo persistente, si te hubiera dicho que sí igual y te quitaba lo idiota, ¡pero no eres mi tipo!>> pensó Szayel, él siempre lo había rechazado.
Cada caricia, beso y lamida le eran absolutamente repugnantes, y aun así no podía hacer nada. Zommari lo tomó de la cintura y se lo llevó a su cama, Szayel pataleó hasta asestarle varios golpes en las piernas y en su reciente erección, pero nada de eso lo disuadió, él lo puso boca abajo y comenzó a golpearlo con un cinturón.
Szayel resistió cada golpe, la sangre no tardó en brotar abundantemente y manchar las sábanas golpe tras golpe.
<<Te mataré… juro que esta deuda de sangre me la vas a pagar con tu vida>>. Zommari se reía con saña y se acercaba para lamer la sangre, después lo siguió flagelando, rápido, más rápido, más fuerte y con mayor fiereza…
De repente los golpes cesaron y él se sobresaltó cuando una mano extraña se coló hacia su flácido pene tratando de revivirlo un buen rato; el asco que sentía Szayel le impidió sentir algún tipo de placer aunque su pene estuviera erecto. Zommari retiró su mano y le abrió las piernas levantándole la cadera, este trató de quitarse pero una gigantesca mano en su espalda se lo impidió.
Zommari le colocó las rodillas para que Szyael se apoyara en la cama por su propia cuenta, pero al tener los brazos tras su espalda, debió apoyar su rostro en el colchón <<al menos no me verá llorar>> pensó Szayel y siguió tratando de levantarse hasta que Zommari le sujetó las rodillas a la cama con algo extraño, metálico.
Seguía peleando cuando sintió la primera estocada, sus ojos se inundaron aún más de lágrimas, <<¡¡¡Arrrrrrhhhhhg!!!>> gritaba inútilmente por la cinta que sellaba su boca. El líquido pre-seminal de Zommari había sido insuficiente para lubricarlo y tuvo dificultad en la entrada, provocándole fuertes espasmos de dolor a Szayel, quien lo maldijo en silencio mientras sentía su trasero arder con fuerza.
<<¡¡Maldito bastardo eso duele!! ¿Es tu primera jodida vez o qué?>> la longitud y grosor de Zommari eran superiores a los otros arrancar con los que había estado, por lo que necesitaba algo de preparación… que no le fue dada.
-Ahhh Szayel, -dijo mientras le acariciaba las piernas, penetrando más profundamente hasta llegar al fondo. Zommari trató de salir demasiado rápido y eso terminó por generar fricción <<duele, duele demasiado, ya basta…>>.
El dolor hizo temblar a Szayel, quien terminó sangrando como si fuera la primera vez. <<No… ¡No más, ya no, por favor! Esto… no durará, no debe durar ¡¡Arrrgh, ya no, por favor!! Por favor…>>.
Pero el rudo e inexperto vaivén de Zommari se repitió una y otra vez.
Una y otra vez.
Y otra vez.
Y otra vez.
Y otra vez.
Szayel se sentía cansado, adolorido y tan mareado que percibió el rancio sabor a vómito en la boca mientras sentía su sudoroso cuerpo ser mancillado, fue perdiendo fuerza y terminó gritando de dolor mientras sentía su interior desgarrarse y arder debido a las cantidades industriales de semen que Zommari expulsó. Jadeó con desesperación cuando sintió el pesado cuerpo de Zommari acercarse a él, susurrando:
-Szayel, no he terminado contigo, me queda toda la noche para darte mi amor.
Salió de él salpicándolo de semen, luego liberó sus rodillas y lo tomó de las manos para tumbarlo de espaldas, Szayel lo miró con asco cuando él comenzó a masturbarse mientras se agachaba hasta ponerse entre sus piernas. Un escalofrío le recorrió toda la columna mientras sentía la babosa lengua de Zommari en su miembro, sus labios de pescado besaban y succionaban con demasiada fuerza, e incluso utilizó los dientes. Szayel echó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos y trató de olvidar el sitio en donde estaba, pero oleada tras oleada de dolor lo traían a la repugnante realidad.
Levantó la mirada y observó su gigantesca cabeza sobresalir de su entrepierna, de repente los ojos de Zommari se abrieron sobrehumanamente y se posaron en los suyos, volvió a sentir asco y su estómago se revolvió con tal intensidad cuando lo vio arrastrarse hacia él con su lengua dejando un grotesco rastro de saliva sobre su piel.
Sintió frustración por su incapacidad de pelea, ira contra el asqueroso ser que lo estaba poseyendo, tristeza por verse ultrajado de esa manera, y al final se llenó de ira que fue escondida poco a poco por el miedo junto al dolor físico y emocional.
Trató de gritar desesperadamente mientras sentía aquel sudoroso cuerpo encima del suyo, listo para comenzar a bombear dentro de él, acercándose, penetrándolo salvajemente, golpeándolo en el rostro mientas lo embestía, clavándose en su interior más y más…
A la mañana siguiente Szyael despertó adolorido, miró a su alrededor y se encontró en su habitación. Se levantó con mucho esfuerzo y se frotó la cabeza, caminó hasta el espejo y observó que no tenía ninguna herida, aunque sentía muchísimo dolor. Volvió a recostarse sin poder recordar lo que había pasado la noche anterior.
-Lumina… -Al escuchar el llamado uno de los miembros de su fracción se acercó, Szayel lo tomó con fuerza de la cabeza y le arrancó un trozo de músculo con los dientes, normalmente los convertía en materia espiritual sin consciencia pero ahora quiso devorarlo en su forma humanoide, ignorando los gritos de dolor y las súplicas.