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Vacío por RotMond

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Notas del capitulo:

Comienza la vida de Ulquiorra en el palacio de Las Noches, pero empieza con el pie izquierdo debido a uno de sus camaradas...

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Nota: es posible que vean cambios en el texto (uso y falta de sangrías, uso de raya, etc.) y se debe a reediciones o sencillamente porque se me olvidó.

Disculpen

¡A leer!

Ojos azules llenos de furia y energía, reflejando la naturaleza violenta y destructiva del portador. Cabello del mismo tono, incluso más intenso, desordenado, corto, con tres mechones decorando su frente. Su amplia sonrisa resulta sarcástica y despectiva; alto, musculoso, vestía las mismas ropas blancas aunque la diferencia radicaba en su chaleco, que deja ver un abdomen marcado con su hollow, la cavidad que los identificaba como criaturas de Hueco Mundo, y en la espalda baja el número 6.

Ulquiorra tan solo metió las manos en los bolsillos y ladeó la cabeza al momento de responder con aquella voz monótona e indiferente:

—No tienes autoridad para cuestionar las decisiones de tu superior, así que tu opinión resulta irrelevante e innecesaria.

Aizen sonreía y el resto de los Espadas miraba con curiosidad la expresión de Grimmjow, mientras éste montaba en cólera: su rostro enrojeció mientras apretaba los puños con fuerza, chasqueando la lengua con fuerza.

—¡Innecesaria! Mocoso estúpido, me da igual si te nombran 4ta Espada o no, un número significa una mierda para mí, sé que soy más fuerte que tú.

—Si no significara nada, no estarías discutiendo en este momento, y al parecer tu escaso intelecto no te permite reconocer la diferencia de poder existente entre 4ta y 6ta. –Ulquiorra mantuvo su mirada fija en aquellos ojos azules todo el tiempo.

Grimmjow frunció el ceño y desvió la mirada, cerrando los ojos se inclinó hacia adelante, dispuesto a irse.

—No tolero las faltas a las reuniones. —Le recordó la suave voz de Aizen.

Frenó en seco y abrió los ojos de repente, por lo que se desplomó en el asiento, gruñendo:

—Bien, no me interesa tu puesto, “Ulquiorra”. —Una voz burlona se unió a ellos.

— ¿No te interesa, sexta Espada? —Grimmjow volvió a gruñir, casi escupiendo el nombre:

—Ichimaru…

Ulquiorra miró al recién llegado, un alto y delgado shinigami con los ojos cerrados, cabello rosáceo e inquietante sonrisa, quien se detuvo frente a él y giró la cabeza en su dirección, volviendo a sonreír, luego se dirigió a Aizen:

—Taicho, creo que deberíamos demostrar el poder de nuestra más reciente Espada.

—Cierto. Mis Espadas, acompáñenme al campo de entrenamiento.

 

En ese momento, todos los Espadas se levantaron de su asiento, mientras Aizen e Ichimaru junto a otro Shinigami, Tousen, dieron la vuelta y caminaron a la puerta. Ulquiorra los siguió de cerca, vigilando cualquier acción por parte de los Espadas, quienes únicamente se limitaron a caminar sin decir palabra, tan sólo distinguió el colérico ceño fruncido de Grimmjow y la extraña sonrisa de otros dos espadas, a quienes no se tomó la molestia de considerar como amenaza.

 Las Noches era un lugar imponente visto desde afuera, por dentro era como cualquier otro reciento, a excepción de las múltiples cámaras que albergaban a todos los residentes y, por supuesto, del cielo falso. Ulquiorra vió por primera vez esta extraña adaptación hecha por Aizen, la cual cubría la extensa área en donde entrenaban los Espadas, preguntándose la función de la misma.

Se detuvieron en una gran arena y el resto de los Espadas se retiró a gran velocidad utilizando la contraparte hollow del shunpo, sonido. Aizen se dirigió a Ulquiorra, solemnemente:

—Tu forma anterior y tus poderes han sido sellados en tu espada, por ello se llama Resurrección, cada una tiene un nombre en particular. Además, puedes condensar todo tu poder en un único cero, Cero oscuras. —Sonrió y miró a su alrededor, luego agregó, dirigiéndose a Ulquiorra:

>>Cada nuevo Espada por debajo del 3er puesto debe mostrar su resurrección y cero oscuras sólo una vez dentro de Las Noches, en adelante estará prohibido. Esta fortaleza puede soportar esa magnitud de poder, pero sólo en ocasiones especiales.

>>Al final podrás tener un grupo de menor categoría a tu servicio, son las fracciones de cada Espada.

Ulquiorra miró a su alrededor, a lo lejos se distinguía un grupo de Hollows acompañando a cada Espada, y dijo:

—Estoy a sus órdenes, Aizen-sama, pero prefiero prescindir de un grupo fracción.       

—Como gustes, empieza cuando estés listo. –Aizen se retiró del lugar.

 

En las gradas, lejos de ahí, una fracción discutía entre sí aún en presencia de la única Espada femenina a cargo de ellas, Tier Harribel. Una Arrancar de cabello azul y corto, con un estigma rojo alrededor de un ojo discutía con otra de largo cabello castaño, que se cubría la boca con la manga:

— ¿En serio es un Espada? Es demasiado pequeño… bah, qué más da, se ve pervertible —agregó, sonriendo con cierta malicia.

—Tus comentarios no dejan ser ridículos, Apache.

—¡Sun-sun eres una diota!

—Es la verdad, además, ¿quién te dio permiso de quedártelo? –Las interrumpió la tercera, de cabello castaño oscuro y ondulado, notablemente más morena que ellas y con menos ropa:

—¿Quieren callarse? Además ni siquiera sé que le ven a ese Espada. —Ambas respondieron al mismo tiempo:

—¡¡Tú no te metas, Mila Rose!! —Cansada de escucharlas, Tier Harribel interfirió:

—Compórtense, estamos a punto de presenciar la resurrección de la cuarta Espada. —El resto bajó la cabeza, apenadas, respondiendo al unísono:

—Sí señora. —Miraron de nuevo la arena, dispuestas a presenciar la liberación de Ulquiorra; aunque, para sorpresa de ellas y del resto de Espadas, Ulquiorra no se encontraba solo en la arena.

Kaname Tousen, antiguo Shinigami, se encontraba en la arena con Ulquiorra, ambos hablaban en voz baja, no se escuchaba lo que decían, al final, Tousen se alejó del lugar y volvió con Aizen.

—Tousen, ¿Qué te motivó repentinamente para hablar con nuestra Espada?

—El poder no lo es todo, Aizen-san, también debe saber usarlo y expresarlo, recuerde que algunos Espadas tardaron en liberar sus resurreciones, pero confío en que él no tenga ese problema.

—¿Cómo estás tan seguro? –Quiso saber Ichimaru.

—Ha ganado incontables peleas en Hueco mundo, pero en ninguna recuerda otra forma que no sea la de Vasto Lorde.

A lo lejos, comenzaba la resurrección.

El reiryoku de Ulquiorra se podía percibir a lo lejos, en el aire… su reiatsu, el cual comenzaba a materializarse, inundando el lugar con una intensa oscuridad rodeada de luz verde, la cual se extendió por su cuerpo, tragándolo por completo. La oscuridad regresó a Ulquiorra y desapareció, dejando ver unas majestuosas alas negras abriéndose paso a través de su espalda baja, cubiertas de un hermoso cabello  negro que surgía por encima y por debajo de ellas.

Su atuendo había cambiado, adaptándose a su resurrección; su hakama se extendía hasta sus tobillos y se abría, dando completa libertad a sus piernas. La parte superior conectaba con su hollow y cubría su delgado cuello, pero dejaba sus hombros y espalda al descubierto.

Sus ojos seguían siendo de color verde, pero sus estigmas se volvieron más gruesos y su color se tornó grisáceo. Su cabello había crecido lo suficiente para que varios mechones tocaran sus pálidos hombros. Su casco tomaba el lugar de su máscara, adornado con tres gruesas marcas que surgían de la mitad del borde y se bifurcaban, además, sobresalían dos largos cuernos en la parte superior y dos prolongaciones en la parte inferior.

Juntó las manos y una deslumbrante lanza, del mismo color que sus ojos, apareció ante ellas, luego la condensó en sus manos y la arrojó hacia arriba mientras lanzaba un poderoso cero desde su dedo índice, el cual voló en pedazos parte del techo, provocando la admiración de las fracciones de los Espadas y ciertas miradas llenas de curiosidad por parte de algunos de ellos.

De nuevo expandió su reiatsu a su alrededor, volviendo a su forma original. Aizen volvió a su lado y le indicó sus habitaciones, posteriormente se convocaría otra reunión para ciertas misiones en el mundo humano. Algunos espadas se retiraron del lugar junto a sus fracciones, pero otros permanecían en su lugar hasta que Ulquiorra pasó junto a ellos, uno le cerró el paso y le dirigió una curiosa mirada.

—Szayelaporro Granz, 8va Espada, Ulquiorra, ¿cierto?

—¿Acaso es importante? —Ulquiorra rodeó al Espada, pero Szayel le cortó el paso.

—Vamos, no seas tan rígido. —Se acercó más a Ulquiorra, quien comenzaba a fastidiarse por la presencia del extraño Espada de cabello rosa—. Me interesa muchísimo tu resurrección y me encantaría hacer algunas… pruebas, ¿me entiendes? —Le guiñó el ojo y acercó el rostro lo suficiente como para que Ulquiorra percibiera su respiración—. ¿Le has puesto nombre?

—No es de tu incumbencia.

—Vaya. ¡Qué frío! No importa, eso me gusta.

Szayel le sonrió mientras le tomaba de los hombros, Ulquiorra lo apartó con un brazo mientras caminaba al frente, Szayel trató de cerrarle el camino de nuevo. En ese momento apareció otro Espada junto a ellos, uno alto, moreno y exageradamente fornido, con una sonrisa sarcástica y burlona, luego les gritó:

—¡Hey, Szayel! ¿No te cansas de acosar a los nuevos? ¡No se te va a hacer con él! —Szayel se sonrojó y despareció rápidamente, en seguida el Espada se dirigió a Ulquiorra:

>> Si no quieres que Szayel te moleste, sólo lánzale un cero a la cara. —Lanzó una carcajada y se presentó—: Yammy Llargo, 10ma espada.

Se dio la vuelta y se fue junto a los Espadas restantes, a Ulquiorra le dio igual si los seguía de cerca o no, debía buscar su habitación, tan sólo para optimizar el tiempo y hacer algo útil. Siguió las instrucciones tal y como le indicó Aizen, pero los corredores no parecían cambiar, caminó otros 15 minutos y no encontró diferencia alguna, hasta que una voz lo llamó desde un altoparlante:

— ¡¡¡Uuuuuuuuuuulquiooooooooooorraaaaaaaaaaaa!!! ¿Sabías que cambié varios pasillos? —Cerró los ojos con evidente disgusto, la voz era de Szayel–. Buena suerte, ¡ojitos de esmeralda! –Rió por unos minutos y luego volvió el silencio.

<<Debí matarlo en cuanto tuve la oportunidad>> pensó, luego soltó un suspiro y siguió caminando, tratando de encontrar el patrón para los cambios en el edificio. Dio la vuelta siguió caminando, subió algunas escaleras y salió nuevamente al cielo falso que Aizen había colocado, atravesó un puente que lo llevó a otra estancia, una en forma de cúpula con una amplia puerta, la cual abrió sin esfuerzo y se adentró al lugar.

Se encontró un Espada, el que usaba un casco durante su resurrección, el cual no tardó en presentarse.

—Aaroniero Arruruerie, 9na Espada, único Adjuchas entre los Espadas.

—¿Adjuchas? Ciertamente, no lo pareces.

—¿Lo dices por esto? —Se pasó una mano enguantada por el fino rostro, pasándola por su desordenado cabello—. Es una forma que tomé prestada, y me queda bastante bien, creo yo.

>>Por cierto, si estás buscando tu habitación, Szayel invirtió el orden, vuelve a la arena, pero hazlo a la inversa de las órdenes que te dio Aizen-sama.

—De acuerdo.

—Y… esta es mi habitación, vuelve cuando quieras—. Aaroniero le sonrió con picardía.

 

<<Al parecer, se han puesto de acuerdo para fastidiarme>> pensó, dio la vuelta y se alejó mientras percibía los ojos del Adjuchas clavados en su espalda. A pesar de eso, lo que le indicó Aaroniero fue cierto, y así pudo llegar finalmente a su habitación. Era más grande de lo que llegó a suponer, y muy oscura.

Ulquiorra encendió la luz y lo que vio casi pudo asombrarlo. Se encontraba en una inmensa biblioteca adaptada a modo de dormitorio, en las 4 paredes se hallaban repisas llenas de libros, mientras su cama y un escritorio se encontraban en un rincón, casi ajenos a su entorno.

Colgó su espada y revisó los libros con cuidado, había autores de diversas fuentes, tanto humanos, hollows y shinigamis. A Ulquiorra le intrigó esto, de alguna forma siempre se formuló múltiples preguntas, a las cuales les fue encontrando respuesta con base en su razonamiento y lógica. Ahora se enfrentaba a la opinión de múltiples autores, cuya razón y pensamiento le eran ajenos a sus ojos, aquellos que podían verlo todo.

 

Recordando los hechos anteriores, buscó el tema comportamiento y escogió un libro de cada tipo de autor, luego tomó asiento para examinar los ejemplares encontrados, que eran bastantes. Al final se percató de la similitud entre lo que decían los humanos y shinigamis, lo cual era de esperarse, ya que los shinigamis son una forma extra-corporal de los humanos.

Cansado de la silla, se acomodó en su cama, optando por leer a fondo el libro humano, en donde se encontró con un capítulo de reproducción: contenía temas como los aparatos reproductores, las hormonas liberadas durante el encuentro sexual y las fases del mismo.

Así llegó a cuestionarse acerca del impulso de apareamiento. ¿Era algo tan ridículo la fuente de su reciente fastidio? Ese par de espadas parecía hallarse bajo los efectos de este fenómeno. ¿Afectará a todos?

—No, no puede, debe ser imposible.

¿Qué es imposible? —La suave melodía en forma de voz llenó su habitación…         

Ulquiorra giró la cabeza para observar al arrancar de cabello rubio desde el otro extremo de su habitación, parado frente a su puerta, quien lo miró sorprendido y bajó la mirada, mientras se sonrojaba:

—Eeeesto… ¡4ta Espada, Ulquiorra-sama!, disculpe que haya pensado en voz alta, soy Tesra Lindocruz, fracción de la 5ta Espada, Nnoitra Gilga-sama, como no tiene fracción, me enviaron para entregarle una nota por parte de Aizen-sam…

—El hecho de entregar un mensaje de Aizen-sama no quiere decir que puedas entrar a mi habitación sin mi consentimiento. —Tesra comenzó a sudar; habló tratando de controlar su voz, pero apenas se escuchó un ligero murmullo.

—Esperé afuera de su puerta, incluso toqué varias veces pero no tuve respuesta. —Ulquiorra lo miró con indiferencia, ni siquiera recordaba los golpes a la puerta, luego volvió a su lectura, agregando:

—Entrégame el mensaje.

Tesra se quedó inmóvil, su rostro cobró un vivo color rojo y el creciente temblor en su cuerpo se hizo presente, se aproximó a Ulquiorra lentamente, tan lentamente para poder observar sus enigmáticos ojos verdes, lo cual provocó que tropezara con todos los muebles a su paso. Al estar junto a él, le tendió el papel sonriendo tímidamente, Ulquiorra no lo miró, se limitó a tomar el mensaje diciendo:

—Haz el favor de retirarte.

—¿Se le ofrece alguna otra cosa, Ulquiorra-sama? —Su voz tembló suavemente al decir su nombre. Ulquiorra se desvió del libro y lo miró.

–Retírate.

Tesra no se movió, seguía observándolo. Ulquiorra cerró los ojos, suspiró y con cierto fastidio le dijo:

—Retírate, he dicho. 

Finalmente, Tesra salió del trance y se encaminó a la puerta, mirando sobre su hombro a la 4ta Espada. Salió al corredor y echó a correr por los pasillos, tratando de entender lo que pasó, su nerviosismo, su corazón latiendo a mil por hora, su temblorosa voz junto al leve sonrojo en su rostro.

Jadeando, se detuvo frente a la cámara en donde estaba Nnoitra, no podía dejar que lo viera en ese estado, así que se dio la vuelta y, para su desgracia, lo encontró frente a él, mirándolo con curiosidad.

— ¡¿Y tú en donde te habías metido!? —Tesra lo miró aterrado:

—Nnoitra-sama, yo… f-fui a dejar el aviso a la 4ta Espada, fueron órdenes directas de Aizen-sama.

— ¿Ah, sí? —Nnoitra lo tomó con fuerza y lo arrastró consigo a la recámara, luego lo tomó de la cintura con un brazo, lo levantó y pegó a la pared. Frente a frente, se acercó a él y le pasó su larga lengua por la barbilla subiendo hasta su oído, murmurando:

—Tesra… Tú me rindes cuentas a mí antes que a nadie, ¿Te queda claro? Me perteneces, y si me fallas...

No necesitaba completar la frase, Tesra sabía muy bien a qué se refería: la fracción de Nnoitra estaba formada por otros dos arrancar, el primero trató de escapar de sus constantes abusos y el segundo incluso trató de matar a Nnoitra. Él se mantuvo leal y asesinó a sus compañeros, manchando sus manos con la sangre de ambos. Aunque eso no le interesó demasiado a Nnoitra, quien sigue utilizando a Tesra como le plazca.

Tesra recordaba a sus viejos camaradas mientras Nnoitra mordía con rabia su cuello, abriendo su traje de un jalón, exponiendo la suave piel de su pecho y marcándola con sus dientes; de su pecho subió a su rostro, lo besó con fuerza y le arrancó el resto del traje.

Notó la erección de Nnoitra contra la suya, la sintió acercarse a su entrada y se abrió paso de una sola estocada, él se aferró a su espalda para no caer y hundió su rostro en el torso de Nnoitra para no gritar. No era la primera vez, pero en aquel momento se sentía muy confundido, incluso cerró los ojos tratando de disfrutarlo pero no podía.

Hasta que recordó un singular resplandor esmeralda, aquel color que le gustaba tanto, fue entonces cuando su interior comenzó a vibrar. Tuvo que apartar sus pensamientos para no terminar antes que Nnoitra; y cuando lo sintió en su interior, se dio permiso para recordar la tonalidad esmeralda en los ojos de...

—Vaya, vaya, Nnoitra, no pierdes el tiempo, ¿eh?

Sorprendidos, abrieron los ojos y voltearon a ver al intruso, quien les sonreía con burla.

—Piérdete Grimmjow. –Le gruñó Nnoitra.

—Tranquilo idiota, yo sólo pasaba por aquí y miré por la puerta, la dejaste abierta.

— ¡Grimmjow, lárgate!

—Está bien, bien. —Se dio la vuelta, frenó, miró sobre su hombro directo a Tesra y dijo—: Pero préstamelo la próxima vez.

Escuchó los gritos e insultos de Nnoitra y salió con sonido, era muy gracioso molestar a Nnoitra, de hecho era divertido molestar a cualquiera de los Espadas, excepto a los tres primeros. A pesar de la diferencia de poder o jerarquía, simplemente no le llamaban la atención. Baraggan fue rey de Hueco Mundo, a él lo respetaba; Coyote Starrk tenía un inmenso poder, no lo negaba, pero el idiota nunca quería pelear; y Harribel sólo hablaba con Aizen y sus fracciones, y a ellas las molestaba de un modo diferente.

Ocasionalmente se veía con Mila Rose, porque Apacci y Sung-sun lo odiaban, y odiaban a Mila por verse con él y esto lo divertía mucho. Aunque comenzaba a cansarse de ella por demandarle tiempo que él no quería darle. Grimmjow vivía entrenando, humillando a los arrancar inferiores, bebiendo o escuchando música que tomaba del mundo humano.

<<¡Mierda, mis discos!>> pensó, apresurando el paso para llegar a su guarida.

— ¡Imbéciles! Les dije que no los usaran, ¡los van a rayar!

Su fracción pegó un grito, asustados por la repentina aparición de Grimmjow. Di Roy Rinker tiró el disco que traía entre manos, Shawlong Koufang se cayó del sillón, Edrad Liones le hizo un corte a Nakeem Grindina, quien se distrajo y bajó la guardia, mientras que Yylforte Granz derramó café en todo su traje.

Grimmjow se quedó parado en la puerta, mirando la escena, luego soltó la carcajada mientras se llevaba las manos al vientre, y dijo, tratando de aguantar la risa:

—Los perdono por idiotas. —Luego dejó de reír en un instante—. Di Roy, levanta eso.

—Grimmjow, te llegó este mensaje. —Edrad le dio un sobre, Grimmjow frunció el ceño al ver quien lo había enviado, luego vio a su fracción mirándolo con curiosidad.

—Ninguno leyó el maldito mensaje, ¿verdad?

—Para nada. —Le confirmó Shawlong—. ¿Sabe algo de la reunión de esta semana?

—Sí, que faltan cuatro días. —La fracción se echó a reír por la respuesta de Grimmjow, pero se detuvieron cuando Shawlong los volteó a ver, eso les recordó que él los dirigía mientras Grimmjow no estaba.

—Grimmjow, yo pregunto porque me intriga la ausencia de los líderes, aunque siempre se queda uno, pero eso no es normal.

—Formará parte de los temas a discutir. –Dijo Yylforte, sonriendo.

— ¿Y tú cómo sabes? —Quiso saber Shawlong.

—Me lo dijo mi hermanito.

— ¡Tú y tu hermanito me...! –Empezó a decir Di Roy, pero lo interrumpió Grimmjow.

— Ya dejen de flojear, vamos al campo de entrenamiento. —Todos lo miraron con evidente cansancio.

—¿Otra vez? Pero si llevamos toda la semana entrenando, Grimmjow, danos un descanso –Le dijo Nakeem, bostezando.

— ¿Y qué estuvieron haciendo cuando me fui? ¡¡Andando, dije!!   —Los miró hasta que salieron arrastrando los pies, atravesó la puerta y  se encontró con Yylforte recargado en la pared.

—Te vas a quedar entrenando hasta mañana si no te mueves.

—En realidad… me gustaría hacer ejercicio contigo toda la noche, dime, ¿viste algo interesante hace un rato? Tus ojos tenían cierto brillo.

—Te voy a romper la nariz si vuelves a decir algo estúpido, ya te dije que el ejercicio será cuando yo quiera. Pero bueno, vi a Nnoitra follándose a Tesra.

—¿En serio, el muchachito que te gusta molestar? —Grimmjow sonrió al recordar todas las veces que le cerró el paso  a Tesra en los pasillos, o cuando le sonreía enfrente de Nnoitra, haciéndolo enojar—. No te entiendo Grimmjow, puedes tener a todos los arrancar de menor rango, fracciones e incluso ciertas Espadas, pero estás tan ocupado peleando, o siempre terminas molestando a Tesra.

—Idiota… Me divierte molestarlo, nada más.

—No va a poder reemplazar a Nelliel, ¿verdad? —Grimmjow le lanzó una mirada asesina, Yylforte bajó la vista.

—Ya te dije que sólo me divierte fastidiar a Tesra porque eso molesta a Nnoitra. En cuanto a Nelliel… espera, ¿y por qué mierda estoy hablando contigo de esto?

—No sé, muchos hablan conmigo. Por cierto, ¿nunca has sentido nada por nadie?

—Me estás empezando a molestar…

—¿Algún día sentirás algo, por mí?

—Siento ganas de matarte. ¡Corre!

Es un castigo, cuando Grimmjow le dice Corre a alguno de sus fracciones, significa que empezó la cacería. Si logran escapar, Grimmjow les da un día de descanso —sólo ha pasado dos veces—, pero si los atrapa, empezará una violenta pelea cuerpo a cuerpo, en donde todos han terminado inconscientes en un charco de sangre, menos Grimmjow. <<Nooo, maldita sea>> pensó Yylforte, y utilizó sonido para tratar de escapar; llegó a la zona de entrenamiento, vio a los demás y enseguida sintió la fría tierra contra su rostro, Grimmjow lo había derribado.

—¿Corre? —Le preguntaron los otros a Yylforte.

—¡¡¡¡Grimmy!!!! Qué violento eres con mi hermanito. —Grimmjow levantó la cabeza para mirar a Szayel, quien lo miraba felizmente.

—Tranquilo, no me interesa si le partes el culo en dos, es tu fracción, yo me como a los míos, jeje, aunque creo que tú también lo haces.

>>Quería decirte que se adelantó la reunión, el idiota de Aaroniero no transmitió el mensaje, así que debemos ir a la sala en 15 minutos.

 

Notas finales:

Algunos nombres de los personajes se modifican constantemente en el anime, manga, libros, debates entre fanáticos:

Bleach-wikia

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¡Gracias, nos leemos pronto!


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