DÍA 3
~AKAFURI~
Porque él era el León y yo un chihuahua…
Siempre me pregunte ¿Por qué Akashi-san me eligió a mí en vez de a otra persona? Él era una persona tan asombrosa, talentoso para todo, respetuoso, guapo, inteligente… entre muchas otras cosas ¿Y yo? Yo no era nada comparado con él, era muy común, no destacaba mucho, mis notas eran normales, tenía muchos defectos para resumir las cosas, y aun así… me eligió a mí.
Nuestro primer encuentro no fue el mejor que digamos, en ese momento los nervios me estaban consumiendo, me hablaste por un momento solo para pedirme que me retirara del lugar, tu voz era tan imponente, junto con tu mirada, tu presencia y poder tan grande como el de un León, que me era inevitable no temblar de miedo, gracias a ti le estaba haciendo honor a mi apodo, “Chihuahua”. Cuando intentaste clavarle unas tijeras en la cara de mi compañero Kagami, por un momento sentía que el alma se me iba del cuerpo… sin duda no fue nuestro mejor primer encuentro.
Causabas tanto miedo en mí…
Supongo que nuestro segundo encuentro fue en el partido de la final de la Winter Cup… Otra vez los nervios me invadían por completo, ahí fue donde Aomine-san hizo uso de mi apodo tan especial, porque una cosa era verte desde lejos y otra cosa era tener un enfrentamiento cara a cara, momento también mostré mi debilidad hacia usted pero aun así yo fui capaz de enfrentarlo. De alguna manera u otra lo hice y eso no pasó desapercibido por los ojos de nadie, y para beneficio de mi equipo logre hacer un tiro de tres puntos al frente de usted.
Y aun así, a pesar de mi miedo logre superarte…
Cuando nosotros ganamos el partido una gran felicidad lleno todo mi cuerpo que muchos de nosotros no pudimos contener las lágrimas a causa de esto. Y te vi a ti… llorando, mostrándote débil antes los ojos de los demás pero aun así le dedicaste una sonrisa de felicitaciones a Kuroko por ser el vencedor de aquel reñido partido y ahí fue que me percate de un detalle, tus ojos volvieron a ser del mismo color rojizo que tanto te caracterizaba. Al parecer habías vuelto a ser tu “Yo” normal, donde no eras un loco que querías asesinar a alguien que te desobedeciera. Pero poco después yo ignore este hecho, tanto como yo éramos personas muy diferentes y pensé que a partir de ese momento no nos íbamos a volver a ver. O eso creí.
Desde aquel momento cambiaste…
Nunca espere de que nos volviéramos a encontrar en una celebración de Navidad [*] Cuando me encontraba celebrando esa época tan especial donde la gente la pasaba en familia y amigos y ese año lo celebre con todo Seirin. Todo fue obra de nuestra entrenadora, de alguna manera u otra ella logro convencerte de ponerte un traje de Santa y venir a nuestro lugar de celebración, todo me tomo por sorpresa, y de por si le trajiste regalos a todos que irónico ¿no?
Cuando me tuviste que entregar mi regalo, como siempre, empecé a temblar mientras estaba bajo tu mirada penetrante, que traspasaba todo mi ser, no pude evitar sonrojarme por sentirme “escaneado” con tus ojos.
Una vez que me entregaste el regalo me aleje de ti después de haberte dado las gracias por el detalle. Me fui hacia el jardín de la residencia donde celebrábamos y me senté en un banco que estaba un tanto alejado de todo, ahí decidí abrir su regalo y cuando lo hice, me encontré con una tela de color rojizo, lo saque de la caja para admirarlo mejor y me di cuenta de que era una bufanda que tenía mi nombre tejido en marrón con detalles amarillos “Kouki”, no pude evitar sonreír ante tal regalo, pero había un pequeño papel dentro de la caja el cual estaba la escrito con una letra casi perfecta:
“Para: Furihata Kouki.
Por favor, sonríe.”
Me había sonrojado el tan solo pensar que El “Gran Akashi Seijuuro” escribiese eso, de seguro fue una broma, si eso debió ser. Lo malo es que nunca fue una broma, todo era verdad.
Poco a poco fui cayendo ante ti… Ante tus garras.
Mi otro encuentro con Akashi fue cuando me toco hacer un breve viaje a Kioto solo para hacer una visita a unos familiares que ni siquiera sabía que existían pero tuve que ir por obligación sin yo tener la idea de que estaba sentenciando mi propia tortura.
Al llegar a Kioto pude admirar toda la belleza que caracterizaba a esta ciudad, quería conocer más, por lo que mis padres me dieron el permiso para dar un vuelta por la cuidad… pero el universo quería que algo inesperado me pasara, y por inesperado me refiero a que nunca creí que con la persona que me chocaría por accidente sea el mismísimo Akashi Seijuuro.
Pensé que me mirarías extraño por haber chocado contigo y que después me ignorarías… Pero nunca lo hiciste, fuiste tan caballeroso al pedirme disculpas y sonreírme de una manera muy… Linda a mi parecer. Nunca espere que la persona que me terminara mostrando todo Kioto hayas sido tú. Fue un momento que pude guardar tanto en mi mente como en mi corazón.
No solo caía ante ti, también caía ante el amor…
Sin que me diera cuenta, nuestro número de encuentros iba en aumento cada encuentro era más alegre y furtivo que el anterior, llenabas mi corazón de felicidad y creo que también llenaba de vida tu corazón.
Y aquella tarde de Abril… El día donde me confesaste todos tus sentimientos ocultos siento yo el causante de ellos… Jamás lo olvidare.
– Kouki, por favor, necesito que respondas ante mi confesión – Akashi y yo nos encontrábamos en un pequeño parqué el cual lo visitaban poca gente, por lo que podíamos tener un poco de privacidad por el momento.
– A-Akashi-san… Yo… no puedo corresponder sus sentimientos – Pensé que mostraría molestia ante tal respuesta mía, pero nunca lo hizo, siguió con su misma mirada rojiza sobre mi sin cambiar su semblante.
– ¿Ha si? Kouki… yo sé lo que sientes por mí, Tú me am–
– Es cierto, yo lo amo. – Lo corte antes de que terminara de hablar. – Pero no puedo aceptar sus sentimientos… No de esta manera. – Sentía como unas pequeñas lágrimas se acumulaban en mis ojos. – Akashi-san… ¿Por qué usted elegiría a alguien como yo? Soy una persona tan común, no destaco en muchas cosas, mis notas son comunes, no soy tan guapo como usted y mucho menos popular, cuando tengo miedo siempre tiemblo y en casos extremos huyo, soy muy descuidado y algo desaliñado, soy un asco, un desastre, no valgo la pena y si estoy con usted lo más probable es que se aburra de mí y termine rompiéndome el corazón… ¿Necesita más razones para no estar conmigo? – Mientras soltaba todas las cosas malas de mí ya yo me encontraba derramando lagrimas sin parar, me había desahogado pero al mismo tiempo me dañaba mi propio orgullo.
Pensé que Akashi se alejaría de mí después de decirles todas las cosas malas que me pasaban por la mente con respecto a mi persona, nunca lo hizo. Se quedó en su sitio mostrando un poco de sorpresa por mis palabras antes dichas…
– Si tanto exiges una respuesta, pues te la daré. – Akashi tomo aire y empezó a hablar – Te elegí a ti porque tú eres diferente a los demás. Tú no eres común… Eres único, que no tengas muchas fans no significa que no seas guapo, al contrario, eres hermoso, aunque tú no te des cuenta, tienes la capacidad de mostrarle el camino correcto a los demás trayéndoles consigo la “iluminación” – Poco a poco se fue acercando hacia mi tomándome por el mentón para poder levantar la cabeza y hacer que nuestras miradas se unieran. –Te elijo a ti Kouki por ese simple hecho, sabias que yo te atraía pero tu aun así decidiste alejarte de mí por el simple hecho de ser un “Chihuahua” y yo un “León”. Eso me da a entender que tus sentimientos son sinceros y puros, no te acercas a mí solo por interés si no porque tú sientes la necesidad de hacerlo…
Estaría mintiendo si digo que no me gusto su respuesta, me encanto todas y cada una de las palabras que había dicho Seijuuro por hacerme entender que él me estaba eligiendo a mí y solo a mí. Esto solo logro provocar que me nacieran más lágrimas pero esta vez eran de alegría.
–Y una cosa más. – Volvió a hablar Akashi. – Para mí no eres un juego, es más, eres la primera persona a la cual le confieso todos mis sentimientos, nunca fui de las personas que les interesaba el romance y fuiste la primera persona es despertar mi interés en este tema ¿Necesitas más razones para demostrar que eres el indicado para mí? Porque aún me sobra un montón de cosas por decir lo cuan especial y esencial te has convertido en mi vida. – Atónito ante sus palabras solo pude negar con la cabeza, con todo lo que me había dicho hasta ahora me era suficiente.
Limpio mis lágrimas y de manera lenta fue acercando sus labios con los míos hasta fundirlos en un beso lleno de dulzura y sentimientos que jamás olvidare.
– Te Amo mi pequeño chihuahua, eso nunca lo olvides…
Sin duda había caído ante las garras del León… y jamás me arrepentiré de eso.