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EVANESCE (SiHan/ Super Junior) por Karmilla46664

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Aquella mañana de invierno parecía más decadente que ninguna. Aunque el cielo estaba con un sol demasiado radiante para ser 24 de Enero, aquel paisaje era una clara ironía del brillante día invernal. Como un eco taciturno se alzaba la voz del sacerdote leyendo un pasaje sobre la resurrección de Jesús acompañado del desconsolado llanto de Youngwoon. Nadie esperaba aquello y mucho menos él: nadie se esperaba que el siempre sonriente Jungsoo se suicidase a una edad tan temprana. Era sujetado por Hyukjae, que lloraba en silencio al escuchar los desgarradores gritos del viudo. Porque, puede que no estuviesen casados, pero desde luego eran la pareja más sólida de todos los presentes.

Hangeng sujetaba a Heechul, que miraba en estado de shock la corona de flores que adornaba el ataúd del que fue su mejor amigo. Tenía los ojos muy abiertos y la vista desenfocada, totalmente concentrado en no llorar delante de sus amigos, era demasiado orgulloso para eso. Habían decidido que la ceremonia fuese privada, sólo para los amigos íntimos del fallecido. Cuando Jongwoon, Kyuhyun, Sungmin y Shindong cargaron con el ataúd, Heechul fue a abrazar a Youngwoon y, sin poder aguantarlo más, lloró en silencio en los brazos de su apenado amigo. Esa fue la única vez que se permitió el lujo de llorar delante de sus allegados, tenía que ser fuerte por Youngwoon, él era el que necesitaba consuelo.

Habían pasado dos meses desde el suicidio de su mejor amigo y ahora comenzaba a pasar las consecuencias de no haberse desahogado en su momento. Aunque había estado las primeras noches durmiendo con Youngwoon para que no se sintiera sólo, había vuelto a su casa con Hangeng pero no podía continuar con su vida. No había ni un solo día que no se acostase pensando en Jungsoo, en que quizás podría haber hecho las cosas con él de forma diferente si supiera que su amigo no estaba bien. Cada noche se quedaba dormido llorando y por la mañana se despertaba con los ojos hinchados y ojeras. Su rutina de sueño había cambiado durante esos dos meses: los primeros días sólo pudo dormir un par de horas; al mes comenzó a tener pesadillas diarias en las que se le aparecía Jungsoo; ahora había recaído en el insomnio que ya superó años atrás. Se pasaba el día en la cama a pesar de que dormir era lo que menos hacía. Había dejado su trabajo por lo que era Hangeng quien mantenía a ambos y sabía que eso estresaba al chino. Pero simplemente no podía seguir con su vida, no cuando su mejor amigo, su prácticamente hermano se había ido de esa forma. A veces deseaba que todo fuese un mal sueño, a pesar de haber visto el ataúd no podía creer que su amigo se hubiese cortado las venas. Él no era tan fuerte como Youngwoon que intentaba seguir con su vida, sino que se había sumido en una depresión que lo único que le importaba era dormir o salir a beber. Había vuelto a fumar y salía con sus amigos ajenos a Jungsoo para no recordarle. Sabía que debía ir al psicólogo pero no tenía fuerzas para desahogarse, ya lo hizo en su momento con Hangeng y, por supuesto, con Youngwoon. Al principio comenzó a comer compulsivamente por la ansiedad, pero desde hacía un mes hasta entonces había dejado de comer, quedándose mucho más delgado. Sus problemas con la comida, sus constantes subidas y bajadas de peso, así como su apatía eran claros síntomas de que no estaba bien.

 

 

-¿Cómo está Heechul?

Siwon le tendió un café a Hangeng que se peinó con nerviosismo el cabello.

-Sigue enterrado en sábanas, se niega a comer y sólo sale de la cama para irse a la calle con sus amigos. Estoy harto de esta situación. Entiendo que le duela, era su mejor amigo, pero estoy conviviendo con un muerto viviente, siento que pierdo a mi pareja-se desahogó el chino con su compañero de trabajo.

-Sabes que no muestra sus sentimientos, al menos los ha estado ocultando por dos meses, es normal que el guardárselo haya empezado a afectarle.

-Me siento como el mayor cabrón del mundo. Jungsoo también era mi amigo y me duele, pero por suerte tengo una vida que no pienso desperdiciar encerrado entre cuatro paredes. Heechul sólo deja pasar los días, dice que sólo piensa en escapar, en irse lejos y dejar todo atrás. Siwon, ¿cómo te sentirías si tu pareja te dice eso? Cuando me acuesto a su lado es como si un enorme muro nos separase, se siente tan distante… Las cosas han cambiado, ya no hay calidez. Se pasa el día tomando pastillas porque le dan ataques de migraña o cuando no, viene apestando a alcohol y tabaco. Se está destruyendo por no saber llevarlo y no puedo permitir que me arrastre con él, tiene que ir al psicólogo. No gano suficiente para mantenernos a ambos pero parece estar ajeno a todo, como si el dinero ya no valiese nada.

El coreano escuchaba atentamente las palabras de su amigo.

-Y tú, ¿estás bien? Siempre te pregunto por Heenim porque sé que él parece estar llevándolo peor, pero tú tienes que tirar con el peso del trabajo y de un novio depresivo.

-Discutimos constantemente, nos echamos en cara cosas del pasado que no vienen a cuento sólo porque él se desahoga discutiendo conmigo. Estoy cansado de sus gritos y sus desplantes. Si lo que necesita es salir, ¿por qué mierda no cuenta conmigo? Soy su jodido novio: ni Gunhee, ni Hongki, ni Geun Suk, yo soy su pareja. Es como si quisiese deshacerse de todo lo que le recuerde a Jungsoo, y yo estoy metido en el saco. Ya no llama a nuestros amigos, ni siquiera ha vuelto a visitar a Youngwoon porque comenzaron a darle ataques de ansiedad y tiene que evitar los sentimientos fuertes. Me siento inseguro, no sé si de verdad va a hacer sus maletas y se va a ir, no es la primera vez que tengo que quitarle los zapatos mientras se los ponía porque estaba convencido en que quería irse a otro sitio. Pasó unos días en el campo con sus amigos y parecía que había mejorado su actitud, llegó muy sonriente, pero volvió a recaer a los dos días. ¿Qué debería de hacer, ser paciente con él y esperar que pase la mala racha o dar por terminada esta relación que hace aguas?

-Si fuese tú le pediría un tiempo: es obvio que no estáis bien y él no está en condiciones de tener una relación. Sientes que vives con un desconocido y encima tienes que hacer de tripas corazón y ser el fuerte de la pareja. Aunque pueda parecer cruel, debes de mirar por ti. Él ya es mayorcito y sabe que tiene que ir al psicólogo y solucionar su depresión, si no lo hace que no te arrastre con él a su mundo depresivo.

-Le quiero, o eso creo, estoy confuso. Ahora mismo no siento nada por él, porque yo no me enamoré de ese Heechul. Quiero creer que cambiará su actitud y volveremos a estar bien, pero de mientras la espera se me va a hacer eterna.

Sintió la mano de Siwon acariciando su muslo y no pudo evitar mirarle confuso.

-Si necesitas desahogarte estos meses, puedes contar conmigo.

Hangeng no era idiota, la mirada del coreano le había dejado bien claro qué clase de desahogo era el que ofrecía, lo extraño fue que él le siguiese el juego sin ningún tipo de remordimiento. Posó su mano sobre la de Siwon y la guió hasta su entrepierna, que se estremeció al sentir los dedos del menor acariciándole. Estaban en la oficina, expuestos a que en cualquier momento algún compañero entrase y les pillase en ese sórdido juego, pero la verdad es que les importaba poco. Siwon estaba enamorado en secreto del chino desde hacía años y veía su oportunidad. Acariciaba el miembro del chino por encima de los pantalones, disfrutando de la respiración agitada y las muecas de placer de éste.

-Vamos al baño-susurró con la voz ronca el mayor.

Salieron de la oficina y, con discreción entraron en el baño de caballeros. En cuanto cerraron la puerta, sus bocas se juntaron para dar paso a un necesitado beso. Hangeng estaba falta de tacto y sabía que Siwon era discreto. No podía sentirse un cabrón por serle infiel a Heechul, necesitaba un poco de cariño y calor humano, no era simplemente sexo por desesperación. Se trataba de un hombre que veía que su pareja se convertía lentamente en la sombra de lo que fue, simplemente tomaba esa oportunidad como una vía de escape para poder continuar y hacer más llevadera la convivencia con el mayor. Deslizó sus manos por el torso del menor hasta llegar al filo de la camisa, que poco tardó en estar en el suelo del baño. Contemplar aquel apolíneo cuerpo esculpido por dioses y saber que iban a hacerlo pudiendo ser pillados le daba una sensación de adrenalina y eufória que le  recordaba que seguía vivo. Devoró el cuello del coreano con lujuria, si para Heechul el alcohol y las pastillas eran su forma de llevar la pérdida, para él el cuerpo de Siwon se había convertido en su nueva adicción. El coreano le bajó los pantalones y comenzó a bombear su erguido miembro antes de arrodillarse frente a él para chupar con lujuria aquel falo con el que tantas fantasías había tenido. Posó sus manos en el cabello de Siwon, marcando el ritmo e intentando que profundizase más. Echó la cabeza hacia atrás y se mordió el labio para no gritar de gusto: llevaba demasiado sin ser tocado por nadie. Se observó en el espejo, no podía evitar perderse en su rostro reflejado: no, no había ni pizca de arrepentimiento, sólo él con una mueca de lujuria. Hizo que Siwon se levantase para poder disfrutar los dos.

-¿Cómo quieres que lo hagamos?-preguntó el coreano con la respiración acelerada por la excitación.

-Quiero que nos corramos sólo rozando nuestros miembros. Quiero que lo hagamos, pero no en un cuarto de baño cutre, mejor quedamos en tu casa.

Siwon lo miró con una sonrisa tierna antes de besar al chino. Lo atrajo hacia sí por la cintura y comenzó a mecerse como si estuviesen bailando pegados. Hangeng siguió a su compañero y se unió a ese movimiento pélvico que hacía que sus miembros friccionasen deliciosamente. El coreano gemía quedamente en su oído mientras que él se mordía el labio para no gritar. Le encantaba la seguridad con la que Siwon agarraba su cintura, sus grandes manos sujetando con firmeza su cadera mientras se movía deliciosamente contra él. Si aquello estaba mal, ¿por qué se sentía tan bien? Aceleró el ritmo de los movimientos pélvicos hasta que se corrió entre sus cuerpos. Se agachó y tomó el miembro de Siwon y se lo llevó a la boca, quería agradecerle aquel favor que le estaba haciendo. El coreano no pudo evitar jadear a un volumen más alto del debido cuando se corrió en la boca de su amor platónico. No era ningún oportunista ni un destroza-hogares, sólo había hecho una proposición desinteresada y Hangeng lo había aceptado. Sabía que su amigo no estaba bien con Heechul, se le notaba en su cara larga y la mirada apagada. Y no es que el sexo fuese a quitarle los problemas de un plumazo, pero al menos sería una vía de escape para el chino. Se abrochó los pantalones y recuperó su camisa que había quedado arrugada en una esquina, mientras observaba a Hangeng enjuagarse repetidas veces la boca.

-¿Te sientes mal por lo que hemos hecho?-preguntó preocupado, era su amigo y no quería que se sintiese culpable por aquello.

Hangeng se giró y le dedicó una cálida sonrisa.

-No te preocupes, estoy bien. Como ya te dije, en estos momentos no siento nada por Heechul porque me resulta un completo desconocido. Ha estado bien-dijo robándole un fugaz beso al menor, que lo miró sorprendido por aquel beso.

-Si quieres puedes venir a mi casa después del trabajo-propuso con cierta inseguridad, aún no se creía que el chino hubiese aceptado tan fácilmente su proposición.

-De acuerdo, llamaré a Heechul para decirle que no voy a almorzar en casa, aunque probablemente lo tenga apagado y esté durmiendo-marcó el número de su hyung pero no contestó nadie.-Lo que yo me temía, está acostado. No hay problema entonces, vamos a tu casa y terminamos lo que hemos empezado.

Aquella tarde sus cuerpos se fundieron en una danza candente de gemidos mientras sus cuerpos sudados convulsionaban por el placer. Habían descubierto que su vínculo se había fortalecido, no sólo aquellos dos últimos meses en los que ambos de habían abierto más el uno con el otro, sino que ahora había ido un paso más allá, llevando su amistad a otro nivel. No se podía hablar de amor, al menos no por parte de Hangeng,  aunque el chino estaba sintiendo de nuevo cosas que hacía demasiado no sentía.

 

Cuando Hangeng llegó a casa se encontró con una nota en el frigorífico “No voy a dormir en casa, puede que mañana tampoco venga. Hay comida en el congelador. Besos: Heechul.” Tomó despreocupadamente una cerveza de la nevera y se puso a ver un partido de fútbol. Cenó y, cuando subió al dormitorio se dio cuenta de que no había nada de Heechul, tampoco las maletas estaban en el armario. Se sentó en la cama con frustración: definitivamente el mayor se había decidido a dejarle. Extrañamente sintió cierto alivio, ya no tenía por qué sentirse culpable con lo de Siwon. Al menos esperaba que el cambiar de aires le sentase bien y no hiciese alguna locura.

Notas finales:

Llevo tiempo queriendo escribir un SiHan pero no tengo buenas ideas para un fanfic de ellos, por lo que se me ha ocurrido este shot. Sé que es un poco oscuro en comparación con las otras cosas que escribo, pero ha sido liberador poder desahogarme con un shot tan diferente. Espero que os haya gustado, prometo actualizar pronto The Last Man Standing!


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