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El Corazón Mentiroso por Jesica Black

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Notas del capitulo:

Esta vez si es el fin de la historia, este es un capitulo especial que trascurre antes y después de la ultima parte del fic (la graduación) espero les guste.

Capítulo Especial

El caso de Jean Onasis

 

Jean Onasis siempre demostró ser diferente de su hermano mayor, el intelecto le superaba al igual que su fuerza física. A la edad de dieciocho años tenía una complexión delgada pero fuerte, buenas caderas, mal temperamento y una inteligencia que superaba los límites conocidos. Siempre estaba un paso por delante de sus compañeros de colegio y era el que resaltaba por su belleza y malhumor. Camus y Jean eran muy unidos, tanto que muchas veces parecían la misma persona, ambos tenían un temple bastante particular que ni Milo ni Alexander podían entender. 
El menor de los gemelos se caracterizaba por su lacio cabello rojo, sus hermosos ojos celestes y su cuerpo privilegiado, era muy bueno en biología y matemáticas, también pasaba la mayor parte del día frente a la computadora, con sus auriculares adheridos a los oídos e ignorando completamente a cualquier ser vivo a su alrededor, inclusive su hermano mayor quien muchas veces le gritaba de rabia al no ser escuchado.

Pero sobre toda las cosas, el muchacho carilindo de la secundaria Athenas tenía un secreto, uno que no revelaría jamás o al menos no quería que fuera revelado. 
Ese mismo día, era sábado, por lo que levantó a toda prisa y salió a correr por las enormes calles. Le gustaría vivir en la playa, para poder salir a correr en la arena, pero debido a que se encontraban bastante más apartados, se conformaba con escalar las ruinas de la antigüedad. Paso así su tarde, luego de bañarse y estar un rato en la computadora, tomó su mochila y se dispuso a irse.

—¿A dónde vas? —preguntó su hermano mayor apenas abrió la puerta, estaba allí en el pasillo, mirándolo fuertemente.

—¿Qué te importa?

—Mamá me dijo que te preguntara, últimamente sales mucho con ese viejo y comienzo a sospechar que mis burlas son reales —cruzó los brazos, Jean miró hacia otro lado e hizo un ademán.

—Escucha, esto no tiene nada que ver contigo, iré a ES-TU-DIAR, recuerda que quiero ser médico especialista en cirugías, por lo que debo aprender del mejor en su rama, Aspros Deliwan.

—Justamente ese viejo que te ayuda en matemáticas, física, química, biología, anatomía y no sé cuántas materias más —Jean frunció el ceño y bufó—. No te dejaré pasar.

—Vete a la mierda, Alex. ¿No hay un trasero de alguna chica a la que quieras conquistar?

—No, todas son muy fáciles en esta maldita ciudad, ahora dime ¿Sales con el viejo? —preguntó, Jean negó con la cabeza.

—No, no salgo con Aspros, ¿qué te piensas que soy? ¿Una zorra que busca hombres mayores por dinero? Por favor….Aspros merece alguien bueno, alguien que lo entienda —cruzó los brazos—. Es una gran persona y me ha ayudado desde que tengo conciencia con mis problemas con cálculo.

—No me hagas reír, eres el nerd más nerd de la historia, dudo que tengas problemas con cálculo. Tú vas a la casa de él para perder el tiempo o para estar con él.

—¿Y qué si quiero estar con él? Es algo que no te importa.

—¡La abuela tiene menos años que él! ¡Podría ser tranquilamente nuestro padre o peor aún, nuestro abuelo! —Jean volvió a fruncir el ceño y empuja a Alex, haciéndolo chocar contra la pared.

—Apártate de mí, me voy.

—¡Pero….!

—Dile a mamá que fui a casa de un amigo o invéntate algo, eres bueno mintiendo sobre dónde estás —caminó por los pasillos hasta salir de la casa.

 

Tomó el ómnibus para ir directamente a la casa de Aspros, el hombre tenía una especie de mansión, a pesar que vivía solo, se había hecho de un nombre en todos sus años de cirujano hasta convertirse en el mejor de toda Athenas. ¿Cómo no le gustaría pasar el tiempo con él? Desde que tenía diez años había ido a casa de Deliwan. El mayor de los gemelos Deliwan recibió al menor de los gemelos Onasis. El silencio reinaba en la casa mientras el mayor dejaba unas galletitas de animalitos en la mesa ratona y se sentaba en el sillón frente a ella, Jean estaba del otro extremo hasta que se levantó y se sentó encima de Aspros.

—Jean, ya hablamos de esto…—murmuró el muchacho y giró su cabeza hacia otro lado, Jean le pasó la mano por el cabello y le obligó a mirarle.

—¿Hablar de qué?

—Lo que pasó la otra semana….—suspiró—. Escucha, tal vez…..mira, no deberíamos…..

—¿No deberíamos qué? —nuevamente la insistentes preguntas del más joven hacia que Aspros perdiera su paciencia, tenerlo sentado encima de sus muslos, en una posición tan comprometedora, rozando su cuerpo con el suyo, era embriagante.

—Mira….siento que cometimos un TERRIBLE error —resaltó la palabra, Jean, prácticamente por gracia, se levantó un poco y usó toda su fuerza de los glúteos para golpear suavemente las caderas de Aspros, haciéndole reaccionar—. Jean, basta.

—¿Basta de qué?

—Sé lo que buscas y no lo encontrarás…

—¡Lo hicimos la semana pasada! —Levantó el rostro del hombre—. Y sé que te gustó…..lo sé mejor que nadie y también sé que este movimiento que hago te gusta, estás muy duro.

—Debe ser toda una bendición, a mi edad no se levanta con tanta agilidad —Jean volvió a frotarse contra él, Aspros solo frunce el ceño, pero sabe que su cuerpo está reaccionando—. Escucha Jean, no podemos…..

—¿Por qué no?

—Podría ser tu padre —se queja.

—¡No eres mi padre!

—Pero podría serlo, es más, tus padres son más jóvenes que yo —bufó enojado y luego se relajó cuando sintió aún más el trasero del chico contra su erección—. J-Jean, por favor le-levántate.

—¿Por qué? —preguntó y se agachó para besarle la mejilla suavemente. Aspros cierra los ojos.

—Porque…..me estoy excitando.

—¡Eso es lo que quiero!

—Tienes dieciocho años….

—Diecisiete —corrigió, Aspros abrió sus ojos.

—Mucho peor, sal de encima mío ¡Anda, salte!

—No decías eso cuando me follaste la semana pasada….—Deliwan se quería golpear la cabeza por haber cometido ese terrible error, pero le estaba encantando ese movimiento tan singular que hacía el chico.

—No debemos hacerlo…..—susurró bajito, en un especie de gemido.

—¿Entonces por qué lo hiciste antes? —Jean se detuvo, Aspros abrió los ojos y pensó en las palabras adecuadas.

—Escucha, durante mi vida, todo fue un fracaso tras otro en el amor; con una antigua novia, con Dégel, sin importar lo que hiciera siempre fracasaba y me miré al espejo diciendo: “no lograrás nada más que esto, confórmate”; decidí dedicarme más a mi trabajo…..a la cirugía, gané muchísimo dinero y vivía con lujos. Llegaste entonces tú, con ocho años, revolucionaste mi casa y mi vida, eres el hijo que siempre quise tener. Pensé que eso era suficiente, pero cuando me dijiste, con estas exactas palabras: “Soy tuyo” en el oído, con esa voz sensual y rasposa de haber tomado una copa de algún licor, mientras todos bailaban en la fiesta de mi cumpleaños….no pude. Mi miembro se habría endurecido rápidamente, erguido, nunca en la vida creí que lograría sentir aquello.

—¿Y….?

—Y…..—se detuvo—. Cuando eyaculé me arrepentí tanto, cuando fui consciente y te vi tendido en la cama, eras todo un niño pequeño, te miraba y miraba al tú de ocho años, no podía entender como había caído tan bajo, profanar a un chiquillo, es algo que no me perdonaré.

—¡Tengo diecisiete años, no ocho! Sé lo que hago, si tengo edad para beber algo de alcohol, tengo edad para tirarme a un viejo como tú —Jean parecía molesto, y no era para menos.

—Tengo cincuenta y seis años, Jean.  Cuando tú tengas 20, yo tendré 58; cuando tú tengas 30, yo tendré 68…..cuando tú tengas 40, yo tendré 78 y rézale a algún dios para que se me pare…..no tendrás futuro conmigo, no podrás tener hijos, no podrás envejecer a mi lado. Por favor Jean, búscate alguien de tu edad…..

—¡No quiero alguien de mi edad! ¡Te quiero a ti!

—¡Tengo cincuenta y seis años, Jean! ¡Tengo treinta y ocho años más que tú!

—Creo que dejé muy en claro que no me importa en lo absoluto la edad que tienes, viejo…—susurró y se acercó a los labios—. Además, me gusta la diferencia entre nuestras edades, me hacen sentir un alumno ante el profesor….quiero que me enseñes en todo, no solamente lo académico, quiero que me enseñes a vivir, a soñar, a tener sexo, la pasión entre sábanas….me encanta cuando me tocas, me miras, me besas, me hueles, me acaricias….

—Jean….—susurró.

—Por favor, házmelo, lo espero todos los días de mi vida…..todos y cada uno de ellos.

 

Probablemente Aspros se arrepentiría, ya se estaba arrepintiendo, pero no pude evitar tocarlo, besarlo, lamerlo, meter su lengua en la garganta, pasar sus amplias manos por el cuerpo, penetrarlo, moverse rápido como le encantaba al muchacho, duro, fuerte, imposibilitándolo a caminar luego de ello o al menos tendría que esperar unas cuantas horas antes de hacerlo. Lo escuchaba gemir, reír, lanzar un alarido al aire y eyacular, los dos, él adentro y el más joven fuera. Tal vez eso es lo que quiere para su vida.

 

El caso de Heart y Alexander.

 

Heart Onasis estaba cansado de Alexander, ese chico fumador, que le molestaba cada cinco minutos mientras intentaba hacer la tarea del día. Rezaba siempre para que su primo Jean llegara, pero últimamente siempre se iba y no regresaba hasta entrada a la noche, muchas veces cojeando de una pierna. Ese día, Camus y Milo miraban una película, y Dégel como Kardia habían llevado a su hermanita: Riley, a ver Disney On ice, por lo que se encontraba prácticamente solo con su desquiciado primo mayor. Gilles había ido a dormir a casa de unos amigos y como dijo anteriormente, Jean no volvería hasta más tarde.

—¿Puedes dejar de fumar? —Preguntó Heart y miró de solayo a su primo—. Me molesta y soy asmático.

—Ah cierto, que eras asmático —murmuró y caminó hasta la ventana—. No sé por qué quieres hacer la tarea….es sábado, y nos graduamos el próximo mes.

—Por qué soy responsable y el mejor promedio del colegio —sonrió para sus adentros y continuó—. A todo esto ¿dónde está Jean?

—Con Aspros, follando por ahí —bufó molesto.

—No deberías decir eso de ellos —continuó escribiendo sin importar lo que decía su primo.

—No sé cómo puede gustarle chupar ese miembro todo viejo o dejar que se lo meta por el culo, es tan asqueroso —Heart le miró.

—No estás hablando enserio ¿o sí?

—¡Claro que hablo en serio! ¿No viste que Jean llega cojeando de la casa de Aspros? Seguro que el idiota ni siquiera usa lubricante —Heart frunció el ceño.

—No hables así del señor Aspros, él nunca le haría algo así a tu hermano, acuérdate que fue él quien los hizo nacer…..él tenía a Jean en sus brazos el día que nació.

—Sí, ahora también lo tiene en sus brazos, follándoselo sin parar —Alex no parecía querer parar el tema—. Creo que pasó cuando el viejo cumplió los cincuenta y seis años, ¿te acuerdas? Fuimos todos a comer a su casa, con la fiesta, el sonido y todo lo demás.

—¿Y eso qué? —preguntó.

—¿Y eso qué? ¿No viste que de repente desaparecieron? Aspros y Jean, y no volvieron hasta muy tarde, antes del corte de pastel.

—Bueno si, pero Aspros dijo que Jean se había sentido mal y que fue a atenderlo, es digno de un profesional ¿no?

—¡Por favor! Había por lo menos siete médicos ahí y el único que lo llevó fue Aspros, a la cama, además estaba sudado ¡Tú lo viste!

—Hacía mucho calor allí.

—Y la ropa se le desacomodó por un huracán ¿verdad? —Heart suspiró y volvió a su tarea—. Además, yo soy gemelo de mi hermano, seguramente Deuteros también lo sintió en la fiesta….

—Deja a tu hermano en paz, al menos no está golpeando gente por ahí, descarga su ira en lo sexual.

—Dejándose romper el culo por un viejo —Heart intentó cambiar el tema, no quería saber más sobre la vida sexual de su primo.

—Mejor hablemos de otra cosa ¿quieres? Comienza a darme escalofríos.

—¿De qué quieres hablar? — Heart continuó con su tarea, Alex sonríe y se acerca, acariciándole la pierna, Heart se alerta pero no hace nada.

—No lo sé —bufó molesto.

—Podemos hablar del buen sexo que tienes conmigo….

—¡Vete a la mierda Alex! Eso pasó hace tres días y créeme, aun hoy me siento sucio —Alex suspira pero continúa tocándolo.

—Oh, vamos, no la pasaste tan mal —bufó molesto, Heart deja todo lo que hacía para mirarlo.

—No, no la pasé mal y por eso me da asco…

—No seas así, nadie se enteró, bueno, excepto Jean, pero él no hablará porque tengo pruebas irrefutables que se lo comió el viejo, tiene más que perder que de ganar.

—¿Chantajeas a tu hermano? —arqueo la ceja, Alex sonríe y se acerca para besarle—. ¿Qué haces?

—Besarte, supongo, anda ¡déjate al menos esta vez! No me la pongas difícil.

—No te la pongo nada, voy a estudiar a la biblioteca —toma algunos libros

—¡Ay por favor! Ya deja eso de hacerte el difícil conmigo, ya estamos grandes, te encantaba cuando te tiraba del cabello, aun ahora te encanta —el menor le mira con absoluto y abrumante odio—. Bueno, bueno, tranquilo….

—Alex, me gustaría por favor que me dejaras estudiar por una maldita vez…..gracias —murmuró y caminó hasta la puerta.

—¿No quieres darme un besito antes?

—¡No!

—¿Ni uno pequeño?

—¡No!

—Ay vamos, Heart, mi corazón se romperá por tu culpa —murmuró, el menos giró su cuerpo, se acercó a su primo y le dio un pequeño beso en los labios.

—¿Contento?

—No….—se levantó tomándolo de la nuca y le besó ardientemente, Heart le empujó con la mano donde no llevaba un libro y le miró con rechazo.

—Vete a la mierda, Alex —salió de la habitación azotando la puerta.

 

El caso Delian

 

Delian tenía dos años y vivía una vida diferente a la de cualquier pequeño de su edad. Había nacido de un error, o eso creía la mayoría que le observaba. Su cabello era rojizo y sus ojos celestes, muy parecido a su madre. 
Delian era un pequeño muy activo, amistoso e inteligente, siempre se encontraba en la casa de sus abuelos, rodeado tajantemente de lujos y de amor, recibida de sus dos tíos.

Delian era hijo de Jean Onasis y de Aspros Deliwan, haciéndolo el bebé de la discordia. Cuando se enteraron todos, pusieron el grito en el cielo y hasta Milo quiso ‘Cazar’ a su próximo yerno, Deuteros estaba completamente rebosando de alegría, no se hubiera imaginado que a los cincuenta y seis años iba a tener un sobrino recién nacido y que su hermano tenía la potencia aun para engendrar (ya había renunciado a ello hacía tiempo). Jean se había internado en la casa de Aspros, una vez que Deuteros la abandonó completamente con su familia: Asmita, Nikolas y Keanu. Jean era todo lo que nadie quisiera tener en casa, era un niño, un mocoso, gritaba, perseguía a su hijo para jugar, miraba anime en la televisión y estaba constantemente en la computadora. Aspros lo mantenía pero eso no significa que Jean no estudiara, estaba poniendo empeño para ser el mejor cirujano y estar al lado de Aspros con honor. 
Aunque muchos aun no daban crédito de ello, cuando nació Delian Deliwan se dieron cuenta que de verdad estaba pasando y que el mayor de los gemelos era padre de un niño pelirrojo.

Aspros amaba a su hijo, jugaba con él, se divertía, le recordaba bastante a Jean y le inundó de una absoluta felicidad cuando le llamaron ‘papá’ por primera vez. Su niño era lo más lindo que la vida le había regalado y todo el sufrimiento había valido la pena solo para verlo sonreír, cambiarle los pañales, llevarlo en sus hombros al parque.
Cuando llegó el segundo, eso sí fue una sorpresa, pensó que era imposible por lo que no se había estado cuidando, y nacieron gemelas: Aileen y Cherise.

—Aaaagh….—Jean intenta incorporarse luego de la cesaría de las dos gemelas—. Gemelas, genial….quiero morirme.

—¿Morirte? Trata de no hacerlo —murmuró Aspros meciendo a Charise—. Tienes que cuidar de las niñas.

—Tú la tienes fácil, ¿cuántos años más podrás vivir? Yo en cambio, tengo toda mi vida —eso fue un puñal para el corazón de su esposo.

—No soy tan viejo, tengo sesenta y un años….no tengo muchas arrugas en la piel, lo cual me resulta extraño a mi edad —es verdad, Aspros aun parecía joven y suponía que era Jean quien lo mantenía así, activo y atractivo para su edad.

—Por lo que veo sigues poniéndola a menudo —gruñó Alex mientras ingresaba al lugar junto a Heart—. ¿Tres hijos? ¿De verdad era necesario?

—¡Y yo que iba a saber que este viejo aun podía hacer que sus pececitos naden! —murmuró enojado—. No quiero volver a acostarme contigo, Aspros.

—¿Tan rápido? Pensé que te cansarías al año, pero duraste bastante….

—Debes estar feliz, dos niñas y un niño, es una bendición —susurró Heart, Jean le miró con odio.

—Cuando tengas un hijo, ven y dímelo en la cara nuevamente….

—Bueno, ahora sabes que el viejo está lleno de vitalidad, tal vez antes de pudrirse en un cajón te haga unos diez o veinte niños más….

—¡Muérete, Alex!

—Es porque estás enamorado, lo dice tu corazón.

—¡Corazón mentiroso! ¡No puedo amar a un viejo! ¡CORAZON MENTIROSO!

 

Fin.

 

Notas finales:

Gracias por los comentarios, ahora si FIN FIN FIIIIN Por cierto, ya está Painful love subido, los veo por allá


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