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Déjate llevar. por Vipampira20

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Notas del capitulo:

Eh tenido un dia muy duro, descubri algo no muy grato que me devasto por un momento, y luego alguien muy especial para mi paso un dia muy dificil tambien. Me eh dado cuenta que no soy muy buena alentando y dando animos cuando tengo tan mala reseña de mi misma aveces, ultimamente no entiendo muchas cosas y nunca tengo las palabras adecuadas para ayudar del todo, pero, si se una manera de animar y alegrar un poco sacando aunque sea una leve sonrisa a alguien, y este One Short es para ese alguien cuyo nombre me reservare, que se que leera esto, yo misma me encargare que lo haga.

Es curioso que hoy siendo un dia tan gris pude pensar en esto, aca uni algunas cosas muy importantes para mi, y agregandole algunas cosas mas salio mejor de lo que esperaba. Acabo de encontrar  una forma de callar lo que siento mostrando escritos que puedan causar alguna emocion en las demas personas que gusten de leer.

Y sin mas, a leer♥

¡Vive en una piña debajo del mar! ¡¡Bob-Esponja!! ¡Su cuerpo absorbe y sin estallar! ¡¡Bob-Esponja!! ¡El mejor amigo que podrías desear! ¡¡Bob-Esponja!! ¡Y como a un pez le es fácil flotar! ¡¡Bob-Esponja!!

Dio un salto en su lugar cayendo de la cama, a veces me pregunto ¿por qué diablos mi celular suena tan alto? ¿Quién diablos me llama a esta horas de la noche? Hellow, interrumpen mi siesta reparadora, este hermoso rostro no se conserva por sí solo, amigos. Pensaba mientras gateaba hasta la mesita de noche donde sonaba y vibraba su celular con tanta insistencia, otra pregunta que rondaba su mente en ese momento es ¿Por qué tengo ese sonido? Ah, sí, es que amo con mi vida a Bob Esponja, maldito pantalones cuadrados tan amarillamente adorable. Al fin llegando al aparato sin ver de quien se trataba tomo la llamada.

-¿aja? –Respondió con un notorio desagrado, es que por favor, son como las 3:00 a.m. ¿Quién en su sano juicio llama a esa hora?

-Adivino, olvidaste que hoy regresaba. Anda hombre que poca importancia me das. –Escucho una voz burlona responder desde el otro lado de la llamada. Medio soñoliento escuchaba, aun no con quien habla.

-¿ah?.

-Jiyong, ya vine.

-Que bien.

-¿escuchaste lo que acabo de decir?

-Aja, que llegaste.
-¿y qué esperas para venirme a buscar?

-seeee, seeee. Ya voy.

-Te espero aquí flaquito.

El pelinegro cerro la llamada, Jiyong por su parte no entendía nada, y como si nada hubiera pasado gateando subió a su cama y se deslizo sobre las sabanas acurrucándose en esta, tenía muchas cosas pendientes para que un extraño llamara y dijera que llego, ja, que bueno que llego. Debo dormir bien, mañana llega Yong Bae y no quiero llegar tarde al aeropuerto, le hice un muy lindo cárter que dice ‘Te doy una gran Bienvenida enano.’ Por qué osea ‘Gran Bienvenida enano’ jejejeje ‘enano’. Abrazo su peluche enorme de Bob Esponja acorrucándose más bajo las sabanas, sí que estaban buenas.

-¡CO—O, YOUNG BAE LLEGO! –Todo llego de golpe a su mente, se lanzó de la cama con torpeza, choco con el mueble pegándose justo en ese dedo pequeño del pie, ese que sufre todos los golpes, parecía tener un amor imposible con el mueble, todos los días se golpeaba con él, mínimo era el beso diario a su amado inmobiliario. Cojeando fue directo al baño.

Fin del Pov.


Un sinfín de emociones revoloteaban su cabeza, su estómago, su páncreas, su hígado y cualquier parte del cuerpo, ni sabía dónde era que sentía las emociones, ¿en el culo se siente emociones?. Ya hace dos años que no ve a Bae, se había ido al Miami a una prestigiosa academia de baile para reforzar y pulir más su baile, aunque para JiYong era perfecto así, Young Bae creía que aún le faltaba movimientos y bla bla bla, hablaban todas las noches vía Skype, por Whatsapp todo el día, y horas y horas de llamadas cuando tenían tiempo.

JiYong era el mejor amigo de Bae, pero por su parte Jiyong hace un tiempo había comenzado a sentir cosas extrañas por Bae, a veces se sorprendía así mismo mirándolo atentamente mientras bailaba, recorría todo el formado y más que marcado cuerpo del moreno con la mirada, se perdía de vez en cuando en su mirada, y no podía explicar lo que se formaba en su estómago cuando le escuchaba cantar, de vez en cuando hasta soñaba con él, hasta que llego a la conclusión de que le gustaba, le gustaba Young Bae.


Cuando este se fue del país, los primero meses se dio cuenta que no le gustaba, estaba más bien locamente enamorado de él, ¿Cuándo paso esto? Ni el mismo lo sabía. No era capaz de mencionarle nada a Bae, primero era que juraba que este no era homosexual ni bisexual, y también temía que luego de dar a conocer sus sentimientos su relación y su lazo de amistad se acabara, así que solo prefería guardarse todo y tratar de no delatarse solo, algún día se le iba a pasar, ¿no? O en el peor de los casos vería al moreno casarse, sacaría una segunda versión de Wedding dress que sería más o menos ¿Wedding Suit?. Faltaba solo minutos para llegar al aeropuerto.

-¿Por qué mierdas hay tantos autos a estas horas de la madrugada? Joder mundo, ¡duérmanse! Voy tarde, Bae me mata, me mata.

Se comentó así mismo relajando las manos en el volante que justo se dio cuenta que lo agarraba como si estuviera en pleno parto tomando la mano de su esposo mientras el doctor gritaba eufórico ¡pujaaaa! Y JiYong pujaba. Detuvo sus pensamientos, ¿Qué diablos estaba pensando? Sentía una revolución de sentimientos, nervios, emoción, adrenalina, pasión, nervios, amor, nervios, euforia, nervios, emoción y mucho más nervios.

Al fin el transito avanzo, se tomó unos segundos para reprocharse mentalmente que se calme. Vamos JiYong, imagina un lugar bonito, flores, conejitos, patos que vuelan, una bocina de un auto que explota los oídos, mas autos que suenan la bocina.

-¡AVER PENDEJO MUEVASE! –El conductor de atrás tocaba el claxon con insistencia, JiYong no se movía.

-¡PENDEJO SU ABUELO! VIEJO DECREPITO. –Grito el rubio desde su auto, y puso en marcha rápidamente, valla y ese viejo era un militar exiliado todo gruñón.
Conducía a toda velocidad, pero con cuidado, mantenía la distancia adecuada de los autos. Llego al aeropuerto y rápidamente encontró un lugar donde estacionarse, se estaciono y abriendo la puerta de su Lamborghini Aventador amarillo capto inmediatamente la atención de algunas personas, no solo por el auto, también por su aspecto; vestido con unos jeans negros ajustados a esas hermosas y esbeltas piernas, una playera blanca levemente apretada que mostraba parte de su pecho en un corte V pero igual dejaba a la imaginación lo demás, una camisa de cuadros manga larga azul con negro remangada hasta los codos y abrochada solo de algunos botones, unos converse clásicos negros con blanco, su pelo perfectamente peinado con un flequillo que cubría su frente, su tono rubio resaltaba el claro color de sus ojos, sus pómulos ligeramente rosas y esos labios un rosa un poco más intenso, delgados, pero tan llamativos, una fina línea de lápiz en los ojos y para finalizar tenía un perfume embriagador, sus respectivas joyas, un reloj, unos anillos, dos brazaletes, oro puro.

Caminaba aparentemente tranquilo por el lugar, aunque por dentro sentía no mariposas, no, más bien todo un pijama party de dinosaurios. Finalmente llego al lugar donde se supone que se espera al que llega, paseo la mirada por el lugar y nada. De repente sentía pánico ¿y si se cansó de esperar y se fue? ¿Y si conoció a una azafata sexy y se casaron y tendrán hijos que se llamen Estroncio Bae y Cleopatra Gunkg? ¿Y si se volvió a ir? ¿Y si el avión…

-¿a quién buscas? –Cuestiono una voz curiosa a espalda del rubio interrumpiendo su muy interesantes conclusiones.

-A mi amigo que creo que me abandono por ser un babo y no leer bien a.m. y p.m. cuando me dijo la hora que llegaba. –Respondió casi por inercia sin darle mucha importancia a la voz a su espalda, tenía la mirada fija en algún lugar, una mirada aterrada.

-Ommo ¿y cómo es? Así te ayudo a buscarlo.

-Es medio broceado, enano y tiene el mejor……. –se giró despacio para dirigir la charla a quien le preguntaba, paro en seco abriendo de par en par los ojos, no dijo nada más, simplemente formo la sonrisa más grande que podía, brillante.

-Tenía la esperanza de crecer más, pero no pude. –Bromeo el moreno frente a él, para luego culminar en una cálida sonrisa, alineando sus ojos bajo sus pestañas casi al desparecer, y sin más preámbulos se abalanzo sobre su amigo, estrechándolo fuertemente en un abrazo.


JiYong se tensó al instante ¿Cuánto tiempo sin verle, sin sentir esos abrazos? Tenía la esperanza de que el contrario no se diera cuenta de cómo su corazón se aceleró, desde que noto con quien hablaba latía de una forma incontrolable, no dudo ni un momento en corresponder el abrazo, deslizo sus brazos sobre los hombros de este haciendo la unión más fuerte, en silencio permanecieron así unos segundos, Bae se separó despacio con una sincera sonrisa, estaba muy contento de volver a ver su amigo, lo extrañaba tanto.

Entre comentarios sobre su viaje y preguntas sobre qué tal la experiencia caminaban hacia el auto, Ji le ayudaba con una maleta, y ponía plena atención a cada palabra del pelinegro. ¿Desde cuándo su aroma es tan delicioso? No podía dejar de sonreír, ya ni sentía las mejillas. Llegando al auto acomodaron las maletas en la cajuela.

-Después de usted, enano. –le abrió la puerta, se sintió un poco cursi por el gesto y la palabras que salieron sin darse cuenta de sus labios, el mayor sonrió divertido y entro sin decir ni una palabra. Ji rodeo el auto subiendo del lado del conductor e inmediatamente se puso en marcha.

-Vamos a tu casa, ¿sí? –comento el mayor mirando con una sonrisa al rubio, este respondió con una pequeña risilla desde su lugar sin mover la vista.

-¿y tu casa que tiene? Eh.

-Quiero pasar tiempo con mi amigo que tengo dos años sin ver ¿alguna otra explicación? –Reto el pelinegro con un tono burlón.

-Mi casa está hecha un caos. Tuve millones de fiestas hard’s todas estas noches, ah.

-¡ommo! ¡Don G-Dragón tiene su casa hecha un caos! ¡La diva kwon tiene su casa hecha un caos! Eso es algo que tengo que ver.

-Baboso.

-También te quiero.

Y ambos rieron, luego de unos minutos llegaron al apartamento de JiYong, y ayudando a su amigo con el equipaje entraron al lugar, el pelinegro inmediatamente dejo la maleta en el suelo se echó a correr al baño a lo que esto le causo risa al menor.

-Alguien se estaba haciendo pis. –Dijo fuerte en plan de que el mayor le escuchara, y se soltó a reír un poco más caminando hacia la cocina, fue directo al refrigerador, soltó un relajante suspiro mientras vertía agua en un vaso, se dirigió al sofá sentándose en este.

Ya estaba más calmado, menos nervioso, pero con ese aroma que aun inundaba sus fosas nasales, por suerte no era tan obvio cuando se ponía nervioso, en sus labios se dibujó una sonrisa landina mientras se relajaba más en el sofá cerrando los ojos, tomo un trago de agua.

-La ducha estaba deliciosa. –se escuchó la voz del moreno muy cerca, Ji abrió los ojos para dirigir la mirada a donde provenía la voz, algo salió mal y termino tosiendo como loco expulsando toda el agua sobre la mesita frente al sofá.

El agua le escurría por el pecho, delineando como si le esculpiera ese hermoso tatuaje en forma de cruz en su costado, haciendo una línea imaginaria desde los hombros hasta sus pies, el cabello algo revuelto y solo cubierto por una mini toalla sobre la cintura. El mayor se acerca al rubio mientras tosía desesperadamente en busca de aire, se sentó a su lado dando pequeños golpes en su espalda media posando una mano en la rodilla de este.

-Ji... –susurro algo preocupado, el menor de a poco se fue calmando hasta lograr estar normal, se aclaró la garganta y miro al mayor, justo a los ojos, estaba tan cerca, sentía su respiración chocar un poco en su cara, pero no soporto mucho y desvió la mirada asintiendo con torpeza, justo allí se dio cuenta de donde Bae tenía la mano colocada, en su pierna derecha y paso saliva muy despacio. ¿Y si se me para?, por favor dios que no se me pare, te lo suplico. Una corriente inexplicable termino por culminar cada parte del cuerpo del menor dejando un leve calor, no dijo nada.
Prontamente sintió como el pelinegro se levantada del sofá y estallo en risa, Ji subió la mirada, allí estaba Bae riendo alto, el menor le achico los ojos lanzando una mirada fulminante al contrario.

-Ya, ya, ya. Perdón. Es que te habías visto, creo que hasta por la nariz te salió agua. –Y siguió riendo.

-Idiota.

JiYong se paró de golpe, dirigió una última mirada fulminante y se cruzó de brazos dándose la vuelta comenzando a caminar. Pero fue detenido por unos fuertes brazos que rodearos sus hombros, se estremeció un poco ante el calor que emanaba ese cuerpo en su espalda y entre abrió los labios parpadeando con torpeza mirando incrédulo cualquier cosa a su frente.

-No te enojes conmigo, ya no me rio, ya no. –Y Bae estrechó más el abrazo. –Ya no me rio.

Y luego sintió un fugaz rose húmedo en su mejilla derecha, le había dado un beso allí. Sus nervios hacían el juego de querer fallarles, por poco y sus piernas flaquean, su corazón inicio una carrera de velocidad en su pecho y solo soltó un silencioso suspiro.

-tarado. –Rio un poco tratando de disimular el sin fin de sensaciones que sentía, continuo cambiando drásticamente de tema. -¿recuerdas esa playa que te dije que encontré?

-ajamshi.

-Pues… ¿Qué tal si vamos a ella?

El mayor soltó el agarre posicionándose frente al rubio y asintió emocionando luego corriendo a sus maletas se fue a cambiar dejando al menor solo en la sala.
Dios mío JiYong contrólate, trata de controlarte, vamos, 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11…
.
.
.

La brisa tropical ya se sentía, ese aroma salado era exquisito, y ya a los lejos se veía la inmensa capa de agua azul. Llegando al lugar ambos se bajan, JiYong sonríe amplio, había encontrado ese lugar por andar divagando en buscar un lugar inspirador para componer, le había comentado a su amigo sobre ello.

-La denomine, MI playa. Hasta que no sepa quién es el dueño es oficialmente mía mía mía. –Dirigió la mirada al mayor con una deslumbrante sonrisa. Este le devolvió la sonrisa.

El atardecer era hermoso, ya siendo bajas horas de la tarde el sol tenía el lugar teñido de un hermoso y tenue color anaranjado, ambos sentados a pocos pasos de la orilla del mar miraban el horizonte, la luz iluminaba perfectamente la mirada soñadora y tierna del menor, los rayos débiles que aún permanecían a esas horas acariciaba el rostro de este. El mayor pos su parte se percató de esa hermosa imagen de su amigo, sonrió mirándole de reojo por unos segundos y luego dirigió la vista nuevamente al horizonte donde el sol ya casi oculto iba dejando paso a la brillante luna llena de esa noche.

JiYong no decía nada, se sentía completamente en paz, perdía la mirada en el horizonte del mar actualmente iluminando por la brillante luz de la más grande estrella de la noche, la luna. Era como sentirse lejos del mundo por un momento, cerró los ojos despacio, ese aroma salado indescriptible, el sonido de las olas al chocar con la costa…

-¿Qué haces? –Pregunto curioso el moreno mirando al menor, le estaba mirando hace unos segundos, otra vez.

-cegar mi visión, agudizar mis demás sentidos. –Respondió con calma devolviendo la mirada.

-¿ah? –ladeo la cabeza tal cachorro, formo un leve puchero, el rubio sonrió enternecido.

-A ver, deja y te muestro. –Se sentó de frente al pelinegro, le sonrió nueva vez mientras mostraba ambas palmas insinuándole posar sus manos en ellas.

El moreno en silencio y curioso se acomodó en su lugar sentándose de frente al chico, y poso ambas manos donde le parecía ser indicado, parpadeo atento algo incrédulo prestando la mayor atención.

-Bien, cierra los ojos, suspira hondo y… déjate llevar. –Susurro despacio y tranquilo JiYong.

Y así mismo fue, este cerro sus ojos, aspiro aire dejándolo ir luego muy despacio haciendo un profundo suspiro, y fue como descubrir algo nuevo, su olfato se intensifico sintiendo más de en lleno el aroma a yodo del aire, y era como si escuchaba las olas justo a su lado, como si estuviera en ellas, la suave brisa un poco fría golpeaba sus mejillas y fue como si volara, su mente se nublo por un momento, un calma difícil de explicar.

¿Qué suena? suena como si algo se escabullera en el agua ¿son los peces? Las palmeras hacen música al chocar sus hojas unas con las otras, ¿Qué es eso? suena como la respiración de alguien.

Y de a poco la curiosidad fue más fuerte y abrió los ojos despacio encontrándose con una imagen nunca antes deducida, miro atentamente la estructura ósea del rostro de JiYong, sus ojos tranquilamente cerrados, esas mejillas levemente rosas relajadas, la nariz perfectamente perfilada, esa pequeña sonrisa dibujada en esos delgados labios rosas que inspiraban ser tocados. Sintió un deseo incontrolable de besarlo, y como si estuviera encantado se fue acercando de a poco hasta rosarlos.

JiYong abrió los ojos de golpe ante el suave contacto húmedo donde culmino abriéndolos más aun cuando noto que lo que pensaba no era su imaginación jugando con su mente, noto que el mayor había cerrado los ojos, no sabía qué hacer y como por inercia entre abrió los labios dando acceso, el mayor se removió un poco hasta estar más pegado al rubio, no sabía que hacia pero no podía detenerse, acuno la mejilla de Ji en su mano diestra moviendo sus labios despacio, el menor por su parte siguió el ritmo dejándose llevar por el ritmo del adverso, abrían y cerraban los labios sellando varias pausas entre sus labios, pausas donde más bien se disfrutaba el rose, volvían a unir sus labios, Ji deslizo la mano entre el cuello del moreno, enredando sus dedos en su cabello repartiendo caricias en ese sector, Bae ladeo un poco la cabeza buscando más contacto intensifico el beso, a estas alturas sostenía al menor por esa delgada cintura, el beso llego a un punto donde quería más y con timidez pidió permiso de introducir su extensión húmeda en la cavidad bucal del menor, dando este el permiso iniciaron un lento juego de lenguas, sin prisa.

‘Si estoy soñando por favor no quiero despertar jamás.’

la brisa era un poco más fría pero no incomoda, la luz rodeaba cada parte a su alcance de ambos unidos por el beso el cual seguía siendo sostenido un poco más, pero ya por falta de aire el menor se detuvo, el moreno podía seguir más, deseaba seguir mas pero ya había caído en cuenta lo que estaba haciendo, mas no se arrepintió, dejo un lento y corto beso sobre esos comprobados deliciosos labios y se separó despacio pero no mucho, abrió los ojos donde inmediatamente noto un sonrojo nunca ante visto en JiYong.

Ji miraba hacia sus propias piernas, temía subir la mirada y provoco un sonrisa tierna en el mayor.

-Ji…

-….

-¿Ji? –y tomo su carita por la barbilla subiendo su mirada, y al toparse con esta no pudo evitar sonreír hermosamente, esos orbes color avellanas perfectamente iluminados con la brillante luz de la noche eran de la gloria. El rubio aun no dijo nada, solo se dedicó a mírale fijo mientras luchaba en no perderse en su mirada.

-Ji… -volvió a llamarle, en un susurro muy suave.

-¿s-si?

-¿me regalas otro beso?
Notas finales:

Aqui deje un pedasito de mi corazon, espero les halla gustado.♥


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