Capítulo No. 15
El tiempo pasó volando.
Hacía más de un mes que L’arc en Ciel había reanudado sus actividades, habían empezado a trabajar en la reedición. Además, habían decidido incluir un single inédito, aún trabajaban en él.
Para los chicos, el trabajo en el estudio era muy importante y se lo tomaban muy en serio y, como casi siempre, este consumía todo su tiempo. Apenas podían comer, e ir a dormir, a veces lo hacían en el estudio.
Así que Kaz había decidido darle espacio a Hyde para trabajar tranquilamente. Para empezar había decidido regresar a su departamento. Aunque no por eso dejaban de verse.
En cambio, Tetsuya nunca perdía oportunidad con Hyde. Quería recuperarlo y haría cualquier cosa para volver a estar con él. Aun así, comenzó a sentirse frutado pues no parecía haber avances.
-Hyde… Hyde…- lo llamó Tetsu. Ya era de madrugada y ellos seguían trabajando, Hyde no soportó y se quedó dormido en el sofá. Se veía tan lindo… -Hyde, despierta.
-Déjalo, Tetchan. El enano se veía muy cansado. Déjalo dormir un poco más.- Intervino Ken, quien estaba en los controles.
Tetsuya sonrió cuando notó que también Yukihiro dormitaba recargado en el hombro de Ken. Se sentó a un lado de Hyde y comenzó a acariciar el cabello del vocalista.
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-Entonces… ¿qué les parece si nos reunimos en la casa de alguno para continuar con la composición? La verdad estoy un poco cansado de trabajar en el estudio- propuso Tetsuya, recargado en la mesa de trabajo, observando el montón de hojas regadas, las que aún tenía que revisar.
-¿En tu casa, Tetsu?- preguntó Ken, recostado en el sofá, con la guitarra recargada en su estómago, y Yukihiro sentado a su lado, con los pies de Ken descansando en sus piernas.
-No. Mejor en la tuya.- Tetsu lo observó con cierto recelo.
-No lo creo, Tetsuya.- dijo levantándose para poder observar de frente a su líder. –Yuki me tiene castigado, ¿sabes?- observó pícaramente a su pareja, quien sólo bajó la mirada para poder esconder su sonrojo –Y mi castigo consiste en limpiar todo el departamento yo solo. Así que olvídalo. Si nos reunimos ahí, me llevará semanas poder limpiar todo…
-¿Y por qué te castigó Yuki, qué le hiciste?- preguntó Hyde, que había notado el sonrojo en su compañero.
-Pregúntale a él…- Ken miró a Yukihiro al señalarlo. Y rio al ver la mirada de desaprobación que le lanzó.
-…S-se lo merecía, Hyde. Ya, no preguntes, ¿quieres?- agregó el baterista al ver que Hyde estaba a punto de seguir con su interrogatorio.
-El punto es,- retomó Ken la palabra –La última reunión fue en el departamento del enano, y en nuestro departamento no se puede, así que… quieras o no, sólo quedas tú.- dijo con aire de sabelotodo. –Además, hay que reinaugurarlo, ¿no crees?- Sonrió.
-De acuerdo. Entonces los veo más tarde. –Les indicó el líder, vencido. -Ustedes llevan la comida, no lo olviden.- Les recordó, levantándose de su lugar y saliendo del estudio.
-¡Y las cervezas!- gritó Ken.
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-¡Detengan el ascensor!- Gritó Ken que iba corriendo para alcanzarlo.
En cuanto lo escuchó Hyde apretó el botón para evitar que las puertas se cerraran.
-Gracias…- dijo Ken jadeando. -¿Enano?, creí que ya estarías con Tetsu, seguro está enojado.- Justo en ese momento Yukihiro cruzó la puerta del ascensor.
-Hola, Hyde.- Saludó en cuento lo vio.
-Hola Yuki, ¿Y cuál es su excusa para llegar tarde?- preguntó Hyde al notar las bolsas de plástico que traía Ken.
-¿Cuál es la tuya?- contraatacó el guitarrista.
-Yo soy Hyde, ¿recuerdas?- dijo con simpleza, con una gran sonrisa.
-Ah, es cierto, lo había olvidado. Nuestra excusa…- lo pensó un momento -Ya sabes cómo es Yuki…- le guiñó el ojo. Yukihiro sólo negó resignado.
Justo cuando el baterista se disponía a replicar el comentario de su pareja, las puertas del ascensor se abrieron.
Caminaron juntos, entre bromas y risas.
-Llegan tarde…- fue el saludo que recibieron por parte del líder.
-“Es culpa de Yukihiro, ya sabes cómo es…”- Repitió Hyde riendo por la cara de desconcierto que había puesto el baterista. -¿Cierto Ken?- al notarlo Ken estalló en carcajadas. Las mismas que murieron al notar la mirada de enojo que le lanzaba Yukihiro. Tendría que prepararse para su próximo castigo.
-Ken recorrió cuatro tiendas buscando la cerveza que te gusta, Tetsu.- Se defendió el baterista. –A pesar que le dije que venimos a trabajar no a divertirnos, ya lo conoces.
-Sí, ya lo conozco.- dijo sacando las cervezas de la bolsa y disponiéndose a beber la primera. –Por cierto, gracias, Ken-chan.
Se pasaron el resto de la tarde trabajando. Hyde tenía apago el celular. Reglas de Tetsuya, cuando trabajan en alguna composición, cuando están en el estudio o cuando están grabando, los celulares debían apagarse. Nada debía perturbarlos.
Esa mañana lo había apagado en el estudio y había olvidado encenderlo después, la costumbre tal vez. Así que no se dio cuenta de la cantidad de veces que Kaz había intentado comunicarse con él. Tampoco había leído los mensajes que le había enviado.
Kaz, al no poder comunicarse con Hyde, por un segundo se había preocupado, luego apareció ese pinchazo de celos que lo venía atacando desde hacía tiempo, desde que Tetsuya había vuelto a aparecer en la vida del cantante. Se comunicó al estudio pero la recepcionista le informó que habían salido temprano, a media tarde.
Justo antes de colgar la bocina la recepcionista agregó, “Sabe, escuché a Hyde-san que se reuniría con Tetsuya-san en su departamento. No sé, tal vez estén trabajando allí”. Kaz había susurrado un “gracias” antes de colgar. Su mente comenzaba a divagar…
Salió del departamento, necesitaba distraerse, despejarse no quería pensar. La mente era capaz de jugarle muy malas pasadas y no se lo permitiría.
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-Ken, estoy cansado y tengo mucho sueño.- se quejaba el baterista, que se encontraba sentado a su lado, recargado en el hombro, bostezando de vez en vez.
Pasaba de la una de la mañana. Habían perdido la noción del tiempo. Algo que les pasaba muy a menudo cuando trabajaban.
-Lo siento chicos, no me había dado cuenta de la hora. ¿Dónde está Haido?- Tetsuya comenzó a buscarlo con la mirada alrededor de la habitación. Lo encontró dormido en el sofá, sonrió. Hyde nunca cambiaría.
-Yo lo despierto- Yukihiro se levantó de su lugar y caminó decidido hacía Hyde.
-No, déjalo. Yo lo despierto después.- Dijo Tetsuya sentándose al lado del vocalista, observándolo. –Sólo… déjalo dormir otro poco…
Yukihiro miró interrogante a Ken, este sólo se encogió de hombros y le dio las buenas noches a Tetsuya antes de salir del departamento. Yukihiro lo siguió.
Ya a solas, Tetsuya se sentó al lado de Hyde, ¿cuánto había deseado verlo nuevamente en su departamento? Como cuando comenzaban su relación. Comenzó por acariciarle el cabello, lo observaba, deleitándose con el rostro sereno, dormido del vocalista. Realmente parecía un ángel.
Repentinamente Hyde comenzó a retorcerse en su lugar, sonrió adormilado al sentir las caricias en su cabello, se sentían bien. Luego, las caricias se detuvieron, Hyde hizo un puchero, Tetsuya sonrió complacido.
Entonces comenzó a acariciar la mejilla y al notar la nueva sonrisa en el rostro del vocalista, sonrió. Lentamente se acercó para dejar un ligero beso en los labios. Hyde no lo rechazó. Así que Tetsuya volvió a besarlo, pero esta vez se aventuró un poco y profundizó el beso.
Seguían besándose, y en medio del beso Hyde había rodeado el cuello del bajista. Tetsuya estaba maravillado, hipnotizado por cómo Hyde se dejaba llevar. Una vez más se aventuró, coló las manos por debajo de la camisa del cantante. Hyde gimió ante el contacto. Tetsuya sonrió complacido. Lentamente le sacó la camisa y comenzó a besar la zona descubierta, dándose el lujo de dejar marcas. Hyde seguía aferrado a su espalda, Tetsuya había comenzado a jugar con los bordes del pantalón. Estaba a punto de deshacerse de ellos cuando…
-Ah... Kaz…- Gimió el vocalista aún con los ojos cerrados.
Tetsuya se detuvo en seco. “Kaz…” había susurrado el nombre del guitarrista... el mundo comenzaba a derrumbarse a sus pies.
Completamente derrotado, comenzó a levantarse de sobre el cuerpo del vocalista, sentándose a su lado. Había esperado tanto por poder escuchar su nombre de los labios de Hyde en estas circunstancias, y éste había susurrado… “Kaz”.
Hyde por fin abrió los ojos, las caricias se habían detenido y pensaba protestar, entonces lo vio.
-¿Dónde está Kaz?- preguntó aún amodorrado.
-Debe estar en tu departamento, esperándote…- dijo en tono frío, parecía molesto. El tono infantil que siempre estaba impregnado en su voz, se había perdido por completo.
-Pero…- balbuceó confundido. No pudo continuar, los labios de Tetsuya se lo impidieron.
Tetsuya lo había tomado de la nuca y lo besaba casi violentamente. Hyde no tuvo tiempo para reaccionar. Para cuando se dio cuenta ya estaba tendido, otra vez, en el sofá.
-No, Tetsu, detente…- se removió pero el bajista lo tenía bien sujeto. Había tomado sus manos y las había aferrado sobre su cabeza.
Hyde comenzó a luchar, algo estaba mal, este no era Tetsuya, él...
-Yo sé que quieres Hyde, deja de pelear…- Le decía mientras comenzaba a desabotonar el pantalón. Ahora pasaba su mano por sobre la entrepierna del vocalista. –Puedo sentirlo, tú también lo quieres.
-No, Tetsu, por favor, no hagas esto- comenzó a suplicar, estaba horrorizado. Repentinamente Tetsu le separó las piernas con violencia, sintió un miedo terrible, nunca había visto a Tetsuya de esa manera. –Por favor, Tetsu, por favor, no…
-Deja de pelear, vas a disfrutarlo…- estaba fuera de sí.
Tetsuya le había dado vuelta y ahora intentaba levantarle las caderas, Hyde sabía lo que estaba a punto de pasar, y sintió unas ganas enormes de llorar. Comenzó a temblar cuando escuchó que el bajista había comenzado a desabotonar su propio pantalón.
-…Tetchan, no... – sollozó.
El terror impregnado en su voz hizo eco en su mente. Lo dejó a medias. Por un segundo recuperó la cordura y se detuvo. Se levantó de pronto y lo miró aterrado. ¿Qué estaba haciendo, qué estuvo a punto de hacer? Ese no era él, él jamás lastimaría a Hyde y menos de esa manera.
-Hyde… perdóname, yo…- pidió con voz lastimera, suplicante.
Hyde se había hecho un ovillo en el sofá. Tetsuya lo observaba preocupado. Cuando hizo el amague de acercarse, Hyde se levantó rápidamente, apartándose de él. Se acomodó la ropa y el cabello lo mejor que pudo. Miró a Tetsuya con recelo, con lágrimas en los ojos, y salió del departamento en completo silencio.
Tetsuya pensó en seguirlo pero, ¿qué le diría? No, decidió que lo dejaría en paz por hoy, mañana intentaría hablar con él, arreglar las cosas, pedirle, no, suplicarle por perdón.
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Pasaban las dos de la mañana cuando regresó al departamento, la verdad con la esperanza de que Hyde estuviera ahí, esperándole.
Pero no, no había nadie. En su mente, desfilaban un sinfín de imágenes perversas. “Hyde besando a Tetsuya, como aquel día en el evento. Hyde y Tetsuya juntos en el departamento de este último. Hyde y Tetsuya en la habitación del bajista. Hyde y Tetsuya en la cama. Hyde jadeando el nombre de Tetsuya, gimiendo ante las caricias que el bajista le proporcionaba”. Estaba volviéndose loco.
Entonces lo escuchó. El ruido seco de la puerta principal cerrándose. Miró el reloj, pasaban las tres de la mañana. Caminó hacía la estancia para encontrarlo sentado en el sofá con el rostro escondido entre las manos.
-Kaz…- se escuchó a penas, en un hilo de voz. Cuando lo vio frente a él se levantó y estuvo a punto de arrojarse a sus brazos cuando notó la mirada furiosa, entornada del guitarrista. Se quedó en shock.
-¿Dónde estabas?- preguntó frío. Estaba tan concentrado en los celos que no notó la mirada turbia, suplicante, necesitada en los ojos de Hyde.
-Kaz… yo…- cómo decírselo, se sentía estúpido, él... –Estuvimos trabajando, nosotros…- la voz le fallaba, comenzaba a quebrarse.
-¿Nosotros? O sea, Ogawa y tú- Hyde lo miró e intentó acercarse al guitarrista, pero este retrocedió instintivamente. –Tienes su olor impregnado en todas partes…
-Kaz-kun… no…- pero Hyde, en las prisas, se había abotonado mal la camisa. La clavícula derecha estaba descubierta, donde Tetsuya había dejado una marca. La misma que Kaz logró divisar.
-¿Ah, no?- dijo acercándose. Tomándolo por el brazo. -¿Y esto?- Hyde iba a empezar a decir algo pero el guitarrista lo interrumpió –No te entiendo, Hyde. Después de todo lo que Ogawa te hizo, tú lo sigues queriendo, tú... ¿sabes qué? No importa.
Hyde sólo lo escuchaba. Estaba cansado, triste, se sentía sucio, había tenido tanto miedo, y lo único que quería era que Kaz lo abrazara, pero…
-Realmente espero que seas feliz.- Comenzó a caminar hacía la salida, y justo antes de cruzar la puerta, agregó. –Escucha, si esta vez Ogawa te hace feliz, si realmente te corresponde, entonces… yo seré feliz.
La puerta se cerró.