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STAY OVER por Sakurako

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Notas del capitulo:

Como dije en un principio, este fic está dedicado aTorao, espero te haya gustado. Gracias por haberme metido la idea en la cabeza. 

Gracias a todas las personas que se tomaron la molestia de leerlo. Espero no haberlas desepcionado.

Este capítulo quedó bastante largo, espero lo disfruten.  

 

Capítulo No. 21

 

-¿Y bien?- preguntó Ju-Ken desesperado.

-Se lo daré mañana, ¿de acuerdo?- contestó distraído.

Ju-Ken había llegado demasiado temprano esa mañana. No es que lo hubiera despertado, pero Kaz tenía mucho qué hacer, y el bajista en lugar de ayudar sólo lo entretenía.

-¿A qué hora llega el enano?- Preguntó mientras caminaba a través de la cocina y asaltaba el refrigerador y sacaba una botella de agua, tan fresco, como si estuviese en su propia casa.

-Yo pasaré por él al teatro.- Respondió Kaz. Salió de la cocina y se dirigió a la habitación. Tomó su chaqueta, los lentes; comprobó que trajera la cartera y el celular en los bolsillos, tomó las llaves del auto y con un gesto le indicó al bajista que salieran. –Ken me dijo que querían llevarlo a celebrar, así que me les uniré allá.- Continuó mientras caminaban por los pasillos que daban al ascensor. –Por cierto, me pidió que les avisara. ¿Puedes llamar a los chicos por mí?

-Claro. Yo les diré a los chicos. ¿El bar de la última vez? Baraku, ¿cierto?

-Sí.- en ese momento llegaron al estacionamiento. Cada uno caminó hasta su propio auto.

-Entonces, nos vemos allá. Será mejor que me dé prisa, aún tengo que comprar el regalo del demonio, si no quiero hacerlo enojar y que descargue toda su furia en mí…- lo había dicho en juego, con miedo fingido en la voz y tan dramáticamente que hizo que Kaz riera a carcajadas. No precisamente por lo dicho, sino porque de hecho, Hyde sería capaz de vengarse si alguno de ellos se presentaba sin regalo.

Un gran suspiro lleno de nostalgia abandonó su garganta. Hacía casi un mes que no se veían y ya lo extrañaba demasiado. Quería verlo, besarlo, acariciarlo, escuchar su voz, su risa; extrañaba tanto ver su propio reflejo en los ojos, eternamente melancólicos, de Hyde… volvió a suspirar.

Sólo una semana después de que saliera del hospital, L’arc en Ciel había reanudado sus labores. Y poco más de mes y medio después comenzaron la gira. Habían dado quince conciertos en doce distritos diferentes, además de un sinfín de entrevistas y presentaciones en programas de televisión.

Esta noche sería el último concierto de dicha gira e increíblemente sería en el mismo Teatro en que Vamps terminara su gira aquella noche, la noche en que Tetsuya volviera a la vida de Hyde.

Sonrió. Qué distante parecían ahora aquellos días…

 

*******

 

-Fue un gran concierto, realmente extrañaba sentirme así de cansado.- Les dijo Tetsuya con una gran sonrisa en el rostro, aún llevaba la toalla en el cuello, pues acababa de salir de la ducha.

Ya sólo él faltaba, los demás ya estaban listos para partir.

Ken estaba en un rincón hablando de no sé qué con Hyde, quien lo miraba atento a sus palabras. Sonrió al verlo. Parecía un niño escuchando las historias del abuelo con un tierno gesto de asombro. 

Yukihiro estaba en el sofá individual, con la cabeza recargada en el respaldo y con los ojos cerrados, realmente parecía cansado, y era obvio, el baterista siempre se exigía demasiado.

Los tres dirigieron su atención hacia el líder, al escucharlo.

-Sí, tienes razón. Yo también extrañaba sentirme tan satisfecho- dijo Yukihiro con una gran sonrisa en el rostro.

-Oye, Yuki, eso dolió…- le replicó Ken, con un falso gesto de ofensa. Se levantó de su lugar y fue hasta el baterista. –Yo te satisfago más y mejor… ¿no?- le dijo con guasa, guiñándole un ojo de manera coqueta.

-¡Ken…!- le reclamó completamente sonrojado. Todos comenzaron a reír.

Justo en ese momento alguien tocó la puerta. Hyde se acercó para ver de quien se trataba. Al abrir no pudo dejar de sorprenderse, aun cuando lo esperaba.

-¡KAZ!- gritó Hyde al verlo. El rostro se le iluminó y reprimió el impulso de saltar a sus brazos y besarlo.

-Hola, Haido- Kaz no quiso reprimirse y lo besó. Un beso ligero, pero que le serviría de consuelo mientras podía darle uno más intenso. –No sabes cuánto te extrañé.- le dijo sonriente.

-Y yo a ti.

Los demás miraban encantados. Incluso Tetsuya, los observaba con una sonrisa. Le gustaba ver a Hyde tan feliz.

-¡Oigan, par de tórtolos…!- gritó Ken, llamando su atención. –Será mejor que nos vayamos o se nos terminará la noche…

 

*******

 

Cuando llegaron al bar, Ju-Ken, Arimatsu y Jin, ya los esperaban. Tenían la mesa llena de bebidas, todas bebidas extrañas y extravagantes, pero todas sin alcohol. Hyde sonrió enternecido por ese detalle.

La fiesta comenzó.

-Vamos chicos, no tienen que hacer esto por mí.- les alegaba Hyde, pues notaba que sus amigos se morían por algo de alcohol. –Los conozco y sé que no son tan fuertes como yo.- lo había dicho con una gran sonrisa. Orgulloso. Entonces se levantó de su lugar, fue a la barra y pidió exactamente lo mismo que la orden anterior sólo que con alcohol.

-¿Cómo te sientes?- Kaz se había acercado, pues Hyde se había quedado parado, mirando a sus compañeros. Los chicos al ver llegar las demás bebidas se habían abalanzado sobre ellas. Hyde reía divertido por las reacciones de estos.

Hyde se volvió para mirarlo a los ojos, feliz. –Genial, joven y muy fuerte…- dijo mostrando sus bíceps. Kaz rio y en un impulso le acarició la mejilla. Lo habría besado intensamente pero logró controlarse a tiempo.

En ese momento, Kaz, miró su reloj de pulsera, notando que pasaban diez minutos después de las doce. Le sonrió.

-Oficialmente, ya es tu cumpleaños.- Se acercó y lo abrazó. Hyde aceptó el abrazo y lo correspondió. –Feliz cumpleaños, Haido…- le susurró al oído, al momento en que dejaba un beso en su mejilla.

Los chicos, al notar esto, se acercaron a Hyde y lo abrazaron en grupo. Todos le gritaban “Feliz cumpleaños” mientras Hyde se quejaba, entre risas, de que lo asfixiaban… Kaz reía divertido al ver el mohín de falsa indignación que Hyde les dedicaba.

Cuando se separaron, Yukihiro se acercó a darle el abrazo, seguido de Ken y por último Tetsuya. “Te deseo muchas felicidades, Doiha…” le había dicho Tetsuya y le pareció tan sincero que se animó a alargar el abrazo.

Cuando se separaron todos comenzaron a cantar el feliz cumpleaños en un inglés tan malo que no se les entendía prácticamente nada. Era su mala dicción o lo borrachos que ya estaban. Hyde no estaba muy seguro.

-Bueno, bueno, basta de canciones.- Les pidió el vocalista muy seriamente. –Ahora lo importante,- se acomodó en una silla y cruzó los brazos. -¡Mis regalos!- dijo con la sonrisa de un niño, estirando los brazos, moviendo los dedos ansiosamente.

Luego de los regalos, todos pidieron otra ronda de bebidas.

Justo ahora, en la mesa estaban los regalos de Hyde, y las bebidas, todas a medias, Tetsuya, Jin y Yukihiro estaban  platicando. Hyde y Kaz estaban en el extremo de la mesa que daba a la pista, observando la multitud bailando.

Ju-Ken estaba en la pista de baile, con una chica que le había estado coqueteando toda la noche, bailando.

-¡Jin, vamos a bailar!- Le gritó repentinamente Hyde. Se había levantado tan rápido que Kaz se asustó.

-¿Por qué no se lo pides a Kaz?- Le apuntó con el dedo de manera acusadora. Hyde frunció el ceño.

-Kaz-kun no sabe bailar, pensé que lo sabías…- dijo con un gran puchero. -¡Vamos, levántate! ¡Tú también Yuki, levántate!- tomó al baterista de las manos y comenzó a tirar de él.

-Pero, Hyde…- intentó objetar. Pero Hyde ya lo llevaba casi a rastras.

Jin al ver esto, se levantó de su asiento y los siguió entretenido en el forcejeo del baterista.  

Cuando llegaron a la pista, comenzaron a moverse al ritmo de la música. Movimientos erráticos, torpes, bastante graciosos.

En la mesa, Tetsuya y Kaz reían divertidos.

En la barra, estaban Ken y Arimatsu, bebiendo la… no sé, la décima cuarta cerveza, tal vez, y hablando de tonterías. Al verlos comenzaron a reír.

-Oye, Ken, ¿puedo hacerte una pregunta?- Esta vez Arimatsu se había acercado lo suficiente para que Ken lo escuchara bien, por sobre el estridente sonido local.

-Claro…- contestó curioso. Arimatsu se volvió para mirar en dirección a la pista. Ken siguió su mirada, le causaba cierta gracia la actitud del baterista.

-¿Tú sabes si Yukihiro está saliendo con alguien?- Ken lo miró extrañado, o mejor dicho, sorprendido.

-¿Por qué?- respondió con otra pregunta.

-Bueno, ¿Tú crees que yo tenga alguna oportunidad con él?- continuó el baterista.

-No. No creo que tengas oportunidad con él.- Le respondió directamente.

-¿Por qué…?- comenzó a replicar Arimatsu, luego se dio cuenta de su error. –Oh, ¿no me digas que tú y él….?

-Sí.- Le sostuvo la mirada mientras se llevaba la cerveza a los labios.

-Lo siento, Ken. No sabía, yo…

-Descuida,- hizo un movimiento con las manos, restándole importancia. -Pero, ni se te ocurra acercártele, ¿eh?- Arimatsu simplemente rio.

-Siempre llego tarde, amigo.- se quejó. –Siempre…

Comenzaron a caminar a la mesa, Ken se sentó al lado de Yukihiro, quien había abandonado a los otros en la pista. Al notarlo, simplemente le sonrió.

Hyde y Jin también regresaron, entre risas y bromas, se acomodaron en sus lugares, Hyde al lado de Kaz. Minutos más tarde Ju-Ken apareció.

Pasaban de las cuatro de la mañana cuando decidieron que era hora de retirarse.

 

*******

 

Cuando llegaron al departamento del guitarrista. Al cruzar la puerta Hyde lanzó el abrigo al sofá más cercano y se abalanzó hacía el guitarrista, besándolo desesperadamente.

Kaz rio ante la actitud de Hyde. Lo besaba torpemente, intentaba acariciarlo por sobre la ropa con cierta desesperación.

-Hyde…- susurró en medio del beso. Hyde se separó y lo miró a los ojos, esos ojos suplicantes llenos de deseo. Sonrió de nuevo. -¿A caso no estás cansado?- preguntó.

-No. Además, no me diste mi regalo, y lo quiero ahora.- le dijo con una sonrisa ladeada, con una vocecita inocente, de esas que Kaz tanto adoraba.

-Vamos…- lo tomó de la mano y lo guio hasta la habitación. Hyde se dejaba hacer tan dócil que Kaz tuvo el deseo de tomarlo ahí, en el pasillo, en el piso frío, pero se controló.

Al entrar, cerró la puerta a sus espaldas. Hyde seguía de pie frente a él. Kaz lo miró profundamente, antes de levantar las manos y acariciarle el rostro. Hyde cerró los ojos ante el contacto, era una caricia suave, tierna, típica de Kaz.

Kaz se acercó despacio, sin despegar la mirada de él, lo besó, pero ahora lentamente, saboreando, disfrutando de los labios de Hyde. Comenzó a quitarle la ropa, la chaqueta, la camisa y el pantalón cayeron al suelo. Se separó del beso para poder admirarlo, Hyde abrió los ojos y se ruborizó al notar la intensidad con la que lo miraba.

Entones hizo lo propio. Hyde también comenzó a desvestir a Kaz, le quitó el sweater, la camisa y el pantalón con lentitud. Volvieron a besarse.

En medio del beso, Kaz comenzó a guiar al vocalista hasta la cama, dejándolo caer lentamente. Una vez tendido, comenzó a acariciarlo. Mientras lo besaba, repartía caricias por sus costados. Las manos del guitarrista tocaron una de las zonas erógenas del vocalista, lo que ocasionó que se separara del beso para poder gemir libremente. Kaz aprovechó esto para atacar su cuello, con besos y ligeras mordidas. Hyde se mordía los labios, reprimiendo los gemidos, pues Kaz ahora viajaba por su pecho hasta su abdomen.

Comenzó a jugar con el borde del bóxer mientras le acariciaba las piernas. Hyde elevó ligeramente las caderas para que Kaz los quitara, ya no aguantaba más, le molestaban. Kaz entendió el mensaje y así lo hizo.

Hyde lo tomó del rostro y lo atrajo para besarlo de nuevo. “Te extrañé tanto…” le susurró. Kaz no respondió, al menos no con palabras, pues ahora lo besaba más intensamente.

Hyde había envuelto sus piernas en las caderas del guitarrista, Kaz comenzó a acariciar sus muslos, subiendo un poco cada vez, hasta llegar a los glúteos, tentando la entrada, sintiendo cómo esto hacía estremecer al cantante.

Kaz se separó un poco e iba a estirar el brazo hacia la cómoda, pero Hyde se lo impidió, tomando el brazo y llevando la mano hacía su propia boca para comenzar a lamer un par de dedos enérgicamente, sensualmente. El guitarrista no podía dejar de mirarlo, se veía hermoso, sexy e inocente a la vez.

Hyde soltó la mano del guitarrista y se aferró a la espalda de este, escondiendo el rostro en su hombro. Kaz llevó su mano a la entrada para comenzar a dilatarla. Hyde gimió ante la intromisión.

-…¿Estás bien?...- preguntó el guitarrista, preocupado al sentir la repentina tensión.

-S-si… continúa- suspiraba –es sólo que hacía mucho que no hacíamos el amor…- Kaz le sonrió, y lo besó intentando distraer su atención.

Luego de un rato, Kaz sintió como Hyde comenzaba a desprenderlo de la última prenda, comprendió lo que el vocalista quería, y se acomodó mejor, retiró sus dedos y antes de iniciar la invasión lo observó…

-¿Estás listo?- Hyde simplemente asintió. Kaz comenzó a besarlo, acariciarlo, luego, lentamente, comenzó a penetrarlo. Una vez completamente dentro, se contuvo un momento. –Te amo tanto, Hyde, no sabes cuánto te quiero…- le susurraba al oído para luego morder el lóbulo de su oreja y  viajar con besos, por las mejillas hasta llegar a sus labios.  

-Yo también te quiero…- respondió dificultosamente, comenzando a mover las caderas, Kaz le siguió el ritmo, hasta que impuso el propio.

No pasó mucho tiempo para que ambos, cayeran exhaustos luego del orgasmo que los había invadido. Habían alcanzado el climax juntos, al mismo tiempo.

Justo ahora, Kaz descansaba en el pecho de Hyde, aún estaba dentro de él. Intentando regularizar su respiración. Cuando se regularizó un poco, se retiró amablemente.

Y como era costumbre, comenzó a besarlo tiernamente, la frente, los ojos, las mejillas, la nariz, el mentón y finalmente, los labios. Hyde se perdía en esas sensaciones… sonreía embelesado. Entonces sintió cómo jalaba ligeramente de él para girar y dejarlo descansar en su pecho, para luego sentir cómo retiraba los mechones rebeldes adheridos a su frente y los pasaba detrás de su oreja. Se estremecía al sentir sus dedos viajar por toda su espalda, en una caricia apenas perceptible.

Hyde se dejaba hacer. La ternura de Kaz, nunca dejaría de maravillarlo. Todo en él era así, Kaz era tranquilidad, quietud, paz, suavidad, ternura… Jamás creyó poder a enamorarse de esta manera.

Pero repentinamente, Kaz deshizo el abrazo y se incorporó un poco para sacar algo del cajón de la mesita de noche. Hyde lo miraba extrañado, quizá un poco molesto.

-Feliz cumpleaños, Hyde…- le dijo el guitarrista aún con la voz ronca, mientras le tendía un sobre, acomodándose de nuevo, para dejar a Hyde sobre su pecho.

-¿Qué es esto?- se incorporó un poco para tomarlo.

 -Tu regalo de cumpleaños.- dijo sin dejar de mirarlo, quería ver su reacción.

-Yo creí que… esto… había sido mi regalo…- esa mirada inocente, hizo contraste con la sonrisa pícara que se dibujó en su rostro.

-Ábrelo.- le incitó, impaciente. Absorto en los gestos del cantante.

Hyde abrió el sobre… Eran los papeles de un nuevo departamento a nombre de ambos. Hyde lo leyó y luego lo miró curioso, sorprendido, feliz…

-¿Es en serio? ¿Quieres que nos mudemos juntos? ¿Sabes lo que esto significa?

-Sí. A todas tus preguntas, la respuesta es sí.- le dijo incorporándose un poco para besarlo en los labios con cariño, con todo el amor que sentía. –Sólo falta tu firma…

Hyde se acercó con la intensión de iniciar un nuevo beso pero… En ese momento su celular sonó. Lo tomó y leyó el mensaje que le había llegado. Sonrió, mientras escribía la respuesta.

-Entonces, ¿Cuándo nos mudamos?- preguntó mientras dejaba el aparato otra vez en la mesita.

-¿Quién era?- preguntó curioso.

-Gacchan, que me felicita por mi cumpleaños.- Hyde sonreía malicioso. –No contestaste mi pregunta…

-“Gacchan…”- repitió, extrañado.

-Ya se disculpó conmigo.- Suspiró. –Fue a uno de los live y se disculpó. Y le agradecí que me llevara al hospital. ¡¿No me digas que estás celoso…?!- se separó un poco para poder mirarlo mejor. Lo miraba con el ceño fruncido y una mueca entre divertida e incrédula.

-No, claro que no.- sonrió y lo abrazó, atrayéndolo para quedar recostados otra vez. –Me alegra que hayas resuelto las cosas con él también.- Le besó el cabello. –Nos mudaremos cuando quieras… ahora mismo si tú quieres...- Estrechó más el abrazo.

-Kaz-kun… estoy cansado. Tú absorbiste todas mis fuerzas…- reclamó cariñosamente.

-Pues durmamos un poco…- dijo mientras atraía las cobijas para cubrirlos del frio del amanecer.

-Kaz-kun…- llamó quedamente, recibiendo un “hum” como respuesta. –Te amo.- le dijo antes de cerrar los ojos.

-Y yo a ti, Haido…

Ambos se quedaron profundamente dormidos…

 

 

FIN

Notas finales:

¿Les gustó? ¿Qué les pareció?

Bueno eso fue todo por ahora. 

Si el tiempo y la cabeza me dan para otra historia... Espero algún día volver a leernos. 

Gracias por todos sus reviews. 

Realmente me dieron ánimos para escribir más rápido. 

Gracias. 

 


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