Capítulo 2
Las clases se pasaron en un suspiro, su compañera de clase le tuvo que pasar los apuntes y tareas que tendría que hacer para el día siguiente ya que no presto atención a clase por una razón de ojos azules tan profundos como el mar.
Y sin darse cuenta está ahí su amigo Céfiro sonriéndole, no sabe la razón pero esa sonrisa hace que su corazón lata más rápido. Charlan tranquilamente mientras salen del instituto en dirección a una cafetería cercan donde le asegura que se comen las mejores tortitas de toda la ciudad.
-No te creo, las de mi abuela estarán mejor. Hagamos una apuesta-dice en tono retador Céfiro.
-Vale, si gano saldrás conmigo a ver el parque botánico- responde con autosuficiencia Helio.
-Y si gano yo aceptaras lo que te proponga sin replicas, ¿trato?-le mira con la mano tendida y una sonrisa en los labios-
-Trato-se la coge y ahí está otra vez esa corriente eléctrica que hace que sus mejillas se tiñan de rojo, su corazón parezca un coche de carreras; no le suelta y le mira a los ojos perdiéndose en ellos totalmente.
Céfiro le mira sin querer que sus manos se suelten, carraspea un poco y pregunta si entran ya que empieza a hacer frío, Helio asiente y entran al local sin soltarse de las manos.
Se sientan en una mesa algo apartada y piden dos coca-colas y tortitas. Comentan sus gustos, a Helio le gusta pintar, pasar tiempo con su mascota, un perro de un año llamado Rex, visitar el jardín botánico y escuchar música tipo Sonata Arctica, Green Day y de ese estilo. En cambio a Céfiro le gusta más leer, entender a los grandes filósofos, explorar otras áreas del conocimiento, pasear solo por la playa y no tiene ninguna mascota ya que su madre tiene alergia al pelo de animal, en cuanto a la música se parecen bastante ya que él también le gusta ese género. En eso que llegan las tortitas y Helio comenta que va a perder seguro mas esta vez gana Céfiro ya que según él las toritas de su abuela están más esponjosas, Helio suspira derrotado y le mira.
-¿Qué quieres que haga ahora?
Le mira y sonríe ufano por su victoria y esa alegría tan desbordante hace que pida aquello que ha deseado desde que conoció a Helio sin ni siquiera pensárselo mucho ya que si lo hace puede arrepentirse de su acción.
-Lo que quiero en este momento es algo muy especial pero prefiero que no haya nadie viéndonos a ser posible
Helio le mira intrigado y asiente, paga la cuenta y le invita a su casa ya que no hay nadie y ahí tienen la intimidad que Céfiro quiere.
Céfiro asiente feliz y le sigue mientras Helio le enseña los diferentes lugares de su ciudad. Llegan a la casa de Helio, se quitan los abrigos y zapatos, suben a la habitación y Céfiro se queda maravillado de los dibujos que hay colgados en las paredes.
Helio le mira y sonríe, carraspea un poco y le mira
-¿Qué es lo que quieres ahora que estamos solos?
Céfiro se gira y se acerca a él quedando a escasos centímetros y le susurra” Bésame” .