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Solo Soy Un Adolescente. por Reiko Luna Mundo

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Notas del capitulo:

HOLO GENTE!!!

No tardé tanto, dos semanas :3 Espero no tardar más de 2 semanas en actualizar, el 30 iré a ver Miss Peregrine y Los Niños Peculiares al cine!!! Soy Feliz *w* es mi segundo libro favorito, por lo que vi en los trailers se ve que no será tan fiel al libro pero a Tim Burtom le perdono TODO así que no importa :3

Saqué 6 en Recursos Humanos :,v ya me recuperaré en los otros 2 bloques :P

Y bueno, ojalá les gusté el cap, trabajé mucho en él.

ALE

 

-Mamá...

 

Todo pasaba lento en mi cabeza, tenía tantas cosas que decir justo en este momento, pero no podía hacer que me salieran de a garganta. Estaba justo ahí parada en esos tacones que siempre le han hecho aparentar ser un par de centímetros más alta que yo, tiene el cabello del mismo color "uva" (que yo siempre le digo que es vino), lo cual dice que no se lo ha teñido en mucho tiempo, pues es el mismo que tenía cuando me fui de la casa. Mi madre siempre ha sido delgada, pero ahora está un poco más que antes, al menos no es un esqueleto andante, no lleva más que ese bolso en que puedes llegar a Narnia si buscas profundo. Por encima de esas ojeras, tiene una mirada... que me toma un tiempo buscar entre mis recuerdos si la he visto antes; No era esa mirada fría del día de la boda, tampoco la de decepción de cuando la directora les dijo lo que sucedió en el baño. Simplemente no la encuentro.

Siento mucho pánico cuando se acerca a mí, no sé qué hará, espero cualquier cosa: gritos, indiferencia, tal vez una cachetada.

En su lugar me rodea con sus brazos.

Entro en shock, y al principio no sé cómo reaccionar, me quedo completamente congelado, sin pensar nada. Pero un sentimiento de calidez empieza a envolverme. Su voz, rota y algo chillona, me avisa que está llorando, pero lo que más me conmociona es lo que llega hasta mis oídos.

 

-Cariño... te extrañé mucho.

 

Reacciono y enseguida me aprehendo a ella correspondiéndole el abrazo. Estoy a punto de romper en llanto y decirle todas las cosas que he querido explicarle todos estos meses, pero decido no hacerlo ahora, prefiero seguir abrazándola... por qué es lo que anhelé todo este tiempo, aún más que todas las palabras... lo que quería era poder abrazarla. No me importa si todos nos están viendo.

Nos separamos un momento y ella me acaricia la mejilla, el tacto me hace sentir tan feliz, que podría llorar como ella. Luego saca unos pañuelos de su bolsa y se limpia la cara, y me sigue sonriendo. Veo que el cuarto está vacío y Lucy cierra la puerta, después de sonreírnos. Se lo agradezco, porque necesitaba este momento a solas sin que nadie lo interrumpiera.

 

-pero... ¿Cómo supiste? Y por favor no me digas que fue el instinto de madre. –creí haber arruinado el momento, quizá lo hice, pero ella se río así que no estuvo mal.

-no exactamente. –mi cama (o lo que sea) tiene el suficiente espacio para que ella se siente o incluso se recueste junto a mí, aunque opta por la primera. –Recibí una llamada de Ed. Tenía que venir. –Ahora acaricia mi cabello, pero no mucho, solo las pasa tenuemente. –y antes de que preguntes, si, tú padre también vino pero se quedó estacionando el auto, vendrá después.

-Oh, genial. –quiero mucho a mi padre, pero sinceramente me había olvidado por completo de su existencia.

 

No hubo más conversación por unos segundos, no hubo silencio incomodo, solo queríamos disfrutar nuestra compañía por unos momentos. Sin embargo, a ambos nos quedaba muy claro que teníamos que conversar, la interrogante era: ¿Quién iniciaría? Lo pienso mucho, de todas las cosas que quería decirle, no sé con cual comenzar. Cuando me decido una contracción me obliga a callarme, cierro los puños y los ojos tratando de contenerla. Creo que ella no lo nota, después de que pasa se me olvida lo que quería decir, aunque ella retoma la conversación.

 

-lo siento, amor. –está vez ya no llora, pero se nota que tiene ganas, y me confundo. –lamento haberte dejado solo. –se pone la mano en la boca, pero al hablar se entiende lo que dice. –es que... me sentía tan culpable. –ahora si rompe en llanto y yo me acerco a ella, diciéndole que no fue su culpa ¿Cómo podía ella creer eso? –si no te hubiera dejado para irme a esa tonta boda... no debí hacerlo, no estarías aquí.

-mamá no es cierto, no es tu culpa, yo debí quedarme en casa. –expliqué y ella se ríe un poco.

-ni siquiera te dejé explicarte... -el aliento se me va, y bajó un poco la mirada. –no te pregunté... que querías hacer, si querías criarlo o darlo en adopción... o... ya sabes. Tendría que haberte apoyado, no hacer que te casaras...

 

La idea de tener esa conversación con mis padres me produce un escalofrió. Sería muy fácil decir que hubiera querido arlo en adopción, aunque en realidad... no estoy e l todo seguro, trato de evaluar qué es lo que pasaría, podría haberles dicho a mis padres lo mismo que le dije a Ed cuando me propuso deshacerme de él, pero quizá... con el tiempo, lo hubiera pensado mejor, y haberlo aceptado.

En cuanto a la adopción... tal vez hubiera sido de mis mejores decisiones, solo que el hecho de que lo cuiden unos completos desconocidos se quedaría en mi mente toda la vida.

Si me hubiera decidido quedarme con él estoy seguro de que me portaría aun peor con el chiquito, quizás lo culparía e mi situación, o solo estaría muy mal porque no sabría quién es su padre.

Entonces me doy cuenta... de que en realidad estoy muy aliviado de que Dereck llegara. Tal vez no fue lo mejor el hacer que me casara con él, aunque sí que aceptara sus responsabilidades.

 

-Mamá, está bien. –la tomo de los hombros para hacer que me vea, le doy una pequeña sonrisa para convencerla. –yo no necesito que andes siempre detrás de mí, tuve que cuidarme. –ella levanta la comisura de os labios y me da un beso en la frente. –También... comprendo que fui una decepción, entiendo porque no querías verme-

-cielo, no eres una decepción. –no podía creer lo que me decía, debía ser una broma, debe serlo. –cometiste un error, pero no te dejare de querer por eso. –dice con la voz quebrada. –yo me sentía tan culpable, yo también soy responsable de esto, no te cuidé como debería. Por eso no podía verte, sentía vergüenza de mi misma. Siempre quise mantenerte seguro, que ningún chico se te acercara. –Reí un poco, porque ahora que lo pienso es muy cierto.

-Recuerdo cuando llegaste más temprano del trabajo para vigilar a Jason. –ella sonríe.

-Tenía que asegurarme de que no te hiciera nada. –y su felicidad se esfumó. –y aun así te hice casarte con ese chico, ay mi amor, lo siento. –vuelve a abrazarme pero yo la separo para que me mire.

-Ya te dije que no estoy molesto ni nada así contigo, yo fui el que cometía este... "tropiezo". –ambos nos sonreímos. -¿puede entrar papá?

-por supuesto. –me da un beso en la frente y abre la puerta.

 

 

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DERECK

En cuanto la mamá de Ale abre la puerta todos regresamos al cuarto. Primero se acerca el padre de Ale y le da un abrazo no muy fuerte, aunque cariñoso. Veo a Ale con más ánimo, aunque aún sigue tratando de ocultar lo mucho que le duelen las contracciones, quisiera acercarme pero no quiero arruinar ese momento padre e hijo. Así que me voy a la pequeña sala, y escucho una pequeña conversación entre Natalia y su tía.

 

-Fue bueno que vinieras. –se escucha un poco fría. –Ale estaba muy triste sin ti, él pensaba que nunca volverías a hablarle. –La mayor baja la mirada.

-Me arrepiento de no haber estado a su lado.

-Deberías. –se cruza de brazos. –voy a la cafetería, ¿quieres algo? –la mujer niega con la cabeza.

 

A varias personas puede parecerles que Natalia actuó muy dura con su tía, yo en cambio creo que estuvo bien, no es que se merezca una tortura, aunque si algo de verdad. Y ella no es la única persona que debe decircela.

 

-Disculpa. –digo llamando su atención, ella se gira y sus ojos, del mismo color y magnitud que los de Ale, me observan con apocamiento, me da un poco de pena hacer esto, después de todo es mi suegra (legalmente), sin embargo es necesario. -¿podemos hablar un minuto, afuera? –empieza a caminar hacia la salida y yo voy detrás de ella, Ale está distraído así que no se da cuenta. Una vez en el pasillo pudimos comenzar. –Veo que te decidiste a venir.

-Es que... tienes razón... -empieza a llorar, y siento lastima por ella pero alguien tiene que decirle la situación. –No podía dejarlos, ambos son mi sangre... y más que eso, Ale es la razón de mi vida, y lo amo tanto, es lo más preciado que tengo. Y ese bebito... también lo es. –saca unos pañuelos de su bolsa y se limpia las mejilla (también se suena discretamente la nariz). –Gracias por llamarme y hacerme entrar en razón.

-Lo hice porque usted tenía que conocer a su nieto, y hablar con Ale. Te necesita más que en cualquier otro momento. –hago una breve pausa. –Si usted cree que ha tenido meses difíciles, no tiene idea de todo lo que ha pasado Ale.

-Me arrepiento de haberlo dejado solo... -dice mirando por la ventana de la puerta mientras pone su puño en su pecho. Y ahora tengo empatía.

-Yo también... -susurré casi inaudible, después agité mi cabeza. –pero tiene la oportunidad de... bueno, no puedo decir "remediar" porque eso no se puede. Aunque si de estar con su hijo, y apoyarlo como no hizo al principio. –Asiente y hace un pequeño silencio. –solo quería decir eso, ahora volvamos.

-¡Dereck! –eso hizo que me detuviera y le prestara atención. –Em... -se aclara la garganta. –gracias por hacerme entrar en razón y por estar al lado de mi hijo. –le sonreí y la dejé entrar primero.

 

 

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ALE

 

Me siento sofocado. Hay demasiada gente a mi alrededor, agradezco que todos estén aquí pero ahora... con los nervios de punta me estresa ver a todos caminando alrededor, hablando demasiado y entrando y saliendo de la habitación. En serio estoy feliz de que hayan venido a conocer al bebé, sin embargo ahora mismo quisiera que solo estuvieran pocas o de plano ninguna persona.

Jason se acerca (mientras Dereck está distraído) y yo disimulo lo mejor posible para que no note mi inconformidad. Se sienta en una esquina de la cama, e iniciamos una pequeña conversación.

 

-wow, no puedo creer que hayas llegado hasta aquí. –me sonríe un poco.

-sí, yo tampoco. –hago una media sonrisa, después pregunto. -¿Por qué me colgaste así el teléfono? Eso me desconcertó. –por no decir que me hirió, un poco.

-así... bueno... la cuestión es... -se rasca la nuca con timidez. –lo que realmente sucedió fue...

 

 

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(N/A: ahora con todos ustedes quisiera incluir una pequeña sección –temporal, o no si es que les gusta. –llamada:)

 

¿Qué estaba haciendo Jason cuando... Ale le escribía desde el hospital?

 

-¡No es justo Cris! ¡Tú tienes más experiencia en esto! –dijo acomodándose la camisa. La chica lo había dejado completamente agotado. Aplicó demasiada fuerza durante el acto y sus músculos estaban muy adoloridos.

-Lo siento amor, nunca podrás superarme. –decía la chica poniéndose de pie. –eres lindo, pero admitelo, eres débil.

-¡¿Debil?! ¡Ahora verás! ¡Quiero la revancha¡ -dijo volviéndose a sentar.

-¿Ahora? ¿No quieres hacer algo más? Sé que te dejé adolorido. –hizo un puchero fingiendo que se compadecía del chico, pero solo se burlaba.

-¡Revancha dije! –Habló fuerte y ella puso los ojos en blanco.

-De acuerdo.

 

Se pusieron en posición, entrelazaron sus manos y con todas sus fuerzas Jason intentaba doblar el brazo de su novia hacia el lado izquierda, ella aplicando fuerza media lograba mantener su mano en medio, solo bastó un poco más para que la chica girara el brazo de Jason al lado contrario, ganando por cuarta vez. Se soltaron y el chico doblo una y otra vez la muñeca para destensarla, luego miro a la chica con asombro.

 

-perdedor. –dijo melodiosamente para después sacarle la lengua al muchacho. – ¿ahora quieres hacer otra cosa? –él se dio por vencido y acepto pasar a otra actividad.

-Veamos una serie. –dijo y ambos se fueron a la pequeña sala de la chica y se sentaron en la alfombra, aunque había un sillón individual y una doble les gustaba estar en el suelo, era más frio y al estar la televisión más arriba a veces fantaseaban que estaban en un auto-cinema, y que la alfombra era el cofre de un carro.

 

La chica no tenía televisión por cable, como ya es costumbre de la mayoría de los hogares contemporáneos, ni siquiera tenía contratado algún servicio que le permitiera rentar películas. Lo único que había en aquel pequeño departamento eran internet y una vieja televisión analógica que era imposible conectar a una laptop. Pusieron la T. V abierta, y buscaron entre Noticias, porno e infomerciales algún programa medio decente, hasta que al final se decidieron por una ópera grabada en vivo. Se acercaron un poco más, ella recostó su cabeza en el hombro del chico e intentaron entender lo que cantaba (o mejor dicho gritaba) aquella mujer con una gran papada en su televisor.

 

-Sé que es horrible estar aquí... pero gracias por pasar la noche mientras mi mamá está afuera. –dijo la chica entrelazando sus dedos con el muchacho de cabello largo.

-No hay problema, me gusta este lugar, es chico y acogedor, me encantan este tipo de lugares.

 

Ella sabía que Jason mentía, él era fan de espacios abiertos con mucha naturaleza, una hermosa casa con un patio y jardín preciosos, pero eso no le importaba ya que al estar él ahí significaba que le importaba. No como esos otros chicos con los que había estado, que solo la querían para follar. Lo cierto es que ella no había tenido tanto sexo como los rumores decían, únicamente fueron dos chicos.

El primero la había hecho ilusionarse y se entregó a él, y después de un par de acostones no hizo más que dejarla de lado, se sintió tan mal... y lo peor es que en una de esas dos ocasiones el chico ni se molestó en usar condón, se había quedado embarazada. Creyendo que la apoyaría, le dijo a su madre, pero esta al día siguiente la llevó a una clínica para sacarle a "ese estorbo", así se había referido a su propio nieto. Cristal siendo llenada por las crueles palabras y sin un sentimiento claro hacia el fruto que llevaba dentro se sentó en aquella fría mesa. Todo acabo más rápido que su relación con aquel idiota. Se sentía tan triste y molesta, que se desquitó con otras personas a su alrededor, con la chica rellenita del salón, con el disléxico de la clase de a lado, y de vez en cuando con el "rarito" ese que se sentaba hasta atrás, que no hablaba con muchas personas y por algún motivo sus profesores siempre lo ponían con chicas.

Y un tiempo después, llegó un nuevo vecino, increíblemente apuesto, y también mayor que ella por tres años. Se toparon varias veces y cada que lo hacían él le coqueteaba, Cristal no se molestaba para nada. Cuando se quedó por segunda vez se volvió a sentir estúpida, pero ahora lo tenía claro, amaba a su bebé, no dejaría que su madre se lo arrebatara de nuevo. Una tarde fue a buscar al vecino, siempre salía a correr, si el chico era sincero con lo que sucedía con ellos hasta ahora entonces la apoyaría con el bebé, pero para su sorpresa; lo que encontró fue a él besando y manoseando a otra mujer en el parque. La impresión fue tan fuerte que sintió un horrible dolor en el estómago, fue tan intenso que se desmayó. Despertó un día después, con una noticia que le rompió el corazón de nuevo.

Por eso tuvo mucho miedo al iniciar esta relación con el chico de cabello largo y de hecho, quería asegurarse de que era estable antes de tener relaciones, y bueno, hasta ahora lo eran. Ocho meses (más o menos) tomándose la mano, de pequeños besos y de varias batallas de fuercitas, la mayoría ganadas por la chica. Pero aún no estaba del todo convencida, y a Jason no le molestaba para nada, ni siquiera hablaba del tema o lanzaba indirectas, eso o ella nunca las captó, pero era casi imposible pues al tener la etiqueta de "zorra" era muy común que los chicos hicieran aquellas acciones. Por lo mientras eso no le importaba, solo quería disfrutar de su relación con aquel chico.

 

-Oye em... ¿qué has sabido de Ale? –dice algo tímida.

 

Pues su relación con el virmu era extraña, ella lo molestaba, por su culpa toda la escuela se enteró de su secreto, y también sentía que por su culpa ahora Ale estaba donde estaba; si ella no le hubiera pedido a Jason irse con ella esa noche, entonces él habría evitado que Dereck se aprovechara de Alexis, esa era solo una de la larga lista de cosas de las que se arrepentía, pero al mismo tiempo está feliz de haberlo hecho, porque ahora está con un chico que la respeta y la trata bien, eso como consecuencia la hace sentir peor, porque piensa que se comporta egoísta.

 

-estuvimos mensajeándonos en la tarde, pero luego se desconectó dejándome en visto. –sacó su teléfono para contarle un poco de las cosas que el otro chico le decía, pero se dio cuenta de una cosa: los puntos suspendidos en el chat de Alexis parpadeaban. -¿Qué hace despierto a esta hora? Eso le hace mal. –dijo el chico e inició una llamada por medio del Messenger. Cristal puso el programa en silencio para que su novio pudiera escuchar. -¿Qué pasa? –preguntó en el instante en que Ale contestó la llamada.

-nada, ¿Por qué?

-Nunca contestas a esta hora. –Tenía una extraña sensación, algo le decía que algo le pasaba a su amigo. -¿está todo bien? –en ese momento Cristal hizo mímica para indicar que iría por algo en la cocina, realmente quería darle privacidad al chico.

-sí, solo me aburrí y ya que vi tus mensajes decidí contestarte.

-oh... ya veo. –no le creía nada. –oye em... ¿Cómo está el bebé?

 

Esperaba que realmente no hubiera sucedido nada grave, Ale era su amigo y se preocupaba demasiado por él, y también por ese bebito y –aunque le costara admitirlo –también por Dereck –pero en mucha menor medida. Ale no era fácil de tratar, Jason lo veía como alguien demasiado frágil y tenía la intención de ayudarlo.

 

-wow, nunca preguntas del bebé. –eso era porque había un temor a tocar una línea muy degalda sin querer, y que eso causara el fin de su amistad. Claro, no es lo que iba a decirle.

-pues... eres mi amigo, me interesa saber sobre ti, ¿ya estás a término, cier...? –pero fue interrumpido por una voz fémina llamando a un tal "Doctor Hastinghs" para que fuera urgencias. En ese instante Jason creyó que sus preocupaciones eran ciertas. -¿Estás en un hospital?

-em... si, bueno verás... -hizo una pausa que lo que logró fue poner más preocupado a Jason. –es que empecé con contracciones hace una hora y-

-¡¿ESTÁS DE PARTO?! –de un momento a otro la preocupación se esfumó siendo remplazada por una conmoción, estaba completamente shockeado, podía escuchar a Ale del otro lado de la línea pero Jason estaba en su propio mundo así que no escuchaba. –Ale, lo siento, tengo que irme.

-Ep, bueno está bien, ¿te llamó más tarde?

-No estaré así que mejor no me llames. –y le colgó de golpe.

 

Se quedó sentado unos minutos aun en su propio mundo. Su mejor amigo iba a tener un bebé, uno real, wow, era raro, pero le llenaba de emoción. Él se dio cuenta de que su amigo estaba presentando extraños síntomas, había estado presente cuando su amigo se hizo la prueba de embarazo, estaba del otro lado del cubículo, y realmente él no llegó a ver el resultado, vio cómo su pancita le empezaba a crecer hasta el punto en que ya no se podía sentar. Si, estuvo en todo el desarrollo de ese bebé prácticamente desde el comienzo, y ahora iba a poder conocerlo.

 

-¿Jas? –llegó su novia y le tocó el hombro, pero no la estaba viendo. -¿Qué pasó? ¿Está todo bien con Alexis?

-seré tio... -es lo único que pudo decir y la chica se quedó pasmada. -¡Cristal, seré tio! –y se paró de un salto con mucha energía.

 

Con una sonrisa de emoción pura. Cristal se emocionó junto con él y se abrazaron muy fuerte, cuando se separaron Jason sabía que tenía que ir, si estuvo desde el inicio acompañando a su amigo la mayoría del tiempo entonces no se perdería el nacimiento (claro, solo se perdería la parte en la que Ale pujaba hasta que saliera, de ahí en fuera quería estar para cargar al pequeñín).

 

-Tenemos que ir.

-¿Tenemos? Jason... es un momento muy importante para Ale, creo que es mejor que solo vayas tú, que eres su mejor amigo, yo solo estaría de más. –él chico se acercó y depositó un suave beso en sus labios, ella no se lo esperaba pero correspondió.

-Ale no se molestará, le agradas. Además, ya estuviste en su boda, no le importara que asistas al nacimiento de su hijo. –ella se puso un poco roja y levantó las curvaturas de los labios. –Vamos.

-Está bien.

 

 

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-Después de eso llamamos un taxi, nos detuvimos en una tienda de regalos para comprar esos peluches... fue una suerte encontrarla abierta está hora. –dice con esa boba sonrisa que siempre tiene.

-Wow... no sé qué decir... -pero una sonrisa me sale. –gracias por venir.

-Es mi sobrino ¿cierto? Tenía que venir. –me reí.

-sí, es tu sobrino. Pero no le digas a Dereck. –él gira la vista hacia Dereck, le hace una mueca (aunque él no se da cuenta) y luego me sonríe. –que maduro.

-lo sé. Pero ojalá el bebé se parezca a ti, ¡él es un reptil!

-lo dice el chico que empató con él como el chico más guapo de la secundaria. –rodo los ojos. –pero en fin, ¿Cómo supieron en que hospital estaba? Y no me salgas con cosas como que hiciste estadísticas o algo así.

-Le quitas lo divertido a la vida. –dice con un puchero. –Pues la vez del accidente te trajeron aquí, y escuche decir al doctor que tendrías todas tus consultas aquí, así que por lógica...

-oh, ya entiendo.

 

Seguimos hablando unos minutos, de vez en cuando otras personas se unían a la conversación .Pero ya no quería ver a nadie, tenía mucho dolor y solo quería estar solo y gritar patéticamente. Por suerte Ed vino a cumplir eso... o algo parecido.

Les dijo a todos que tenían que salir para volver a checar mi dilatación. Odio eso, no me gusta que me toquen allá abajo cada hora, es horrible y siento mucho asco, solo trato de mirar hacia otro lado y distraer mi mente con algo más. Ahora mismo veo la puerta imaginando un cuarto completamente blanco.

"no tarda más de cinco minutos". –es lo que me dice una vocecita en mi mente, pero siento que pasan horas y me pongo cada vez más estresado.

Cuando Ed al fin termina está a punto de hacerme las mismas preguntas que hace una hora, pero me le adelanto.

 

-no, no he sentido nada líquido; y sí, las contracciones se están haciendo cada vez más dolorosas y frecuentes, diría que cada cinco minutos; No, no quiero epidural. –Aunque si estaba muy adolorido, creo que debo pasar por él.

-tienes ocho centímetros, si la bolsa no se rompe sola en la siguiente hora tendremos que hacerlo nosotros. También es mejor que te llevemos a la sala de partos. –dice dándose un pequeño masaje de cuello. –Solo podrán estar dos personas máximo ahí ¿a quienes quieres?

 

De forma instantánea mi mente dijo "Dereck" y me abochorné. Agité la cabeza, si está a mi lado será porque... bueno, es su bebé, no porque realmente lo necesite aquí (es lo que digo para convencerme a mí mismo), así que será mejor que espere afuera hasta que "eso" momento pase de verdad. En cambio hay otra persona a la que si necesito en lo que queda por esperar, y la necesito mucho.

 

-Mi mamá. Por ahora solo la quiero a ella. –asiente y va hacia la salida.

 

 

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A los minutos ya estemos en la dichosa sala de patos, si mi cuarto olía a medicina esta cosa es un frasco de diferentes tipos de medicamentos.

Me pusieron el cardiotocógrafo (el coso ese para checar las contracciones y el latido del bebé) por lo cual ahora mi panza está expuesta, solo la cubren ese par de correas en la parte superior e inferior. Mi mamá está sentada en un pequeño sofá a mi derecha. Platicamos de cosas triviales, una conversación tranquila y amena. Luego por cierto motivo nos quedamos en silencio, ambos revisamos nuestros teléfonos, aunque luego de un rato noto que ella ya no lo ve, me está viendo a mí, aunque... no exactamente a mí.

 

-¿Qué pasa? –ella sonríe y niega con la cabeza.

-nada, es solo... -se detiene por unos segundos y se aclara la garganta. –que cuando estábamos separados... Es decir. Cuando yo me alejé. –la sonrisa se le borra por un instante pero después vuelve. –no podía imaginarte con una pancita, y ahora que lo hago... aun no lo creo del todo, pero cariño... te ves tan lindo.

 

"Lindo", de nuevo esa palabra. No es mi adjetivo favorito, cuando alguien la usa para describirme; no me lo creo para nada. Sé que no soy feo, pero las palabras "lindo", "bonito" y "mono" (la última es más usada por Lucy) siento que son para describir a niñas con coletas comiendo alguna golosina, un perro con su disfraz de Halloween, o algún objeto con muchos brillos y colores. Yo no soy ninguna de esas cosas, mi ola de negatividad dispara morado por todos lados, nada de gris o blanco*.

(N/A: se refiere al significado de los colores, el gris simboliza estabilidad y el blanco optimismo –bueno también inocencia y pureza pero Ale se centra únicamente en la primera mención. –mientras que el morado quiere decir serenidad pero en exceso causa pensamientos negativos, quise representarlo como que Ale siempre trata de guardarse todo y parecer tranquilo, sin embargo la verdad es que está ahogándose.)

No lo dijo para que yo me sintiera incomodo así que disfracé dicha sensación y le pregunté.

 

-¿quieres... quieres tocarlo? –ella parece sorprendida y un poco nerviosa asiente. Se levanta y camina hasta a mí.

 

La buena noticia es que no tengo tanto dolor ahora (tal vez sea más en dos minutos, que son la frecuencia con la que llegan ahora). Así que no tengo que cerrar mis manos con fuerza por causa de estos, dejo que las ponga y enseguida puedo notar el contacto frio. A diferencia de los demás yo tengo mucho calor, y sudo un poco a causa del trabajo que realiza mi cuerpo ahora, mientras todos los demás se congelan. Mamá parece tan feliz de hacer esto, debí pedirle que lo hiciera hace mucho, pero estaba tan emocionado de verla que se me pasó.

Noto un movimiento y mamá chilla fascinada.

 

-No se había movido en unos días, o no mucho. –explico jugando con mis manos.

-creo que quería saludarme. –voltea hacia la máquina que está registrando todo. –Me encantaba oír tus latidos, para mí era una cosa tan especial. –le respondo solo con un ¿En serio? Y ella dice "aja" con una media sonrisa, y sé que ella esperaba que dijera algo respecto a cómo me siento yo con eso de los latidos, o alguna otra cosa. Sin embargo prefiero reservarme esas cosas, porque no son lo que uno espera oír de una mamá.

 

Empiezo a sentí una contracción, cierro mis puños, me muerdo la mejilla y empiezo a respirar entrecortadamente, sin embargo trato de controlarme para que no sea tan notorio. Cada una parece más dolora y larga que la anterior.

 

-Toma mi mano. –oigo decir a mamá, eso me sorprende un poco y la miró, aun con el dolor en mi espalda baja, me extiende su mano y yo niego con la cabeza. –tienes una contracción ¿no?

-claro que no. –con un gran esfuerzo me obligo a zona lo más normal, aunque creo que el volumen se me fue un poco. Mi mamá suelta un resoplido y deja caer su mano, luego de unos minutos el dolor se me pasa.

-Hacías lo mismo cuando niño. –la observo extrañado. -¿recuerdas cuando te torciste la mano? Te empeñaste demasiado en ocultarlo, cerrando los puños, y los labios, incluso intestaste ser surdo. –lo recuerdo, pero finjo no hacerlo alzando los hombros. Ella suspira. –Ale, sé que estuve ausente, que no te apoyé en todo éste tiempo. Ahora estoy aquí, tarde pero... dispuesta a ayudarte en lo que pueda.

-mamá, estoy bien.

-¡no lo estás! –me asusté, no esperaba que levantara la voz. –Te reprimes igual que siempre, ¡ya no quiero que nos ocultemos cosas! ¡Soy tu madre y quiero que confíes en mí!

 

Se me estrujó el pecho. Durante años les he contado lo básico a mis padres: como fueron las clases, lo que me molestó de los maestros, los nuevos mitos que logré encontrar. Jamás hablé... de cómo me sentía con mis compañeros, además de Jason nunca les conté de ningún otro amigo, no hablaba de mi "biología" para no incomodarlos. No les conté cuando un chico se me confesó, evadí el que me había emborrachado y perdido mi virginidad cuando se fueron de viaje, no les dije que creía que estaba embarazado y quizá, si no les hubiera avisado la directora, yo lo habría ocultado el mayor tiempo posible.

No les tenía confianza. Pero eso se cambiara en este instante.

Tengo un nudo en la garganta, y al ver a mamá se ve algo sorprendida, puede ser porque desde hace años que no me veía así. Por un lado lo hago porque tengo mucho dolor, pero también es porque al fin sé que puedo decirle muchas cosas.

 

-Ya no lo soporto... -digo rompiendo a llorar. – ¡me duele mucho! ¡Quiero que pare! –mi mamá me toma entre sus brazos pegándome a su pecho. Ella me tomó entre sus brazos y me sentí ligeramente mejor.

-Lo sé amor. –Lo cierto es que no lo sabe, yo nací por cesaría, mamá no sabe lo que es pasar por esto, aunque aprecio su esfuerzo por intentar hacerme sentir mejor. –Pero mira, la recompensa es que tendrás a tu bebe contigo pronto.

-No lo quiero... -en cuanto lo dije me cubrí la boca.

 

No fue mi intención decirlo, salió como si nada. Mamá me mira, y no sé si interpretar su rostro como una sorpresa de lo que dije o como un gesto de "¿puedes repetirlo?" porque no escuchó bien.

 

-Quiero decir... -pero entonces me sentí extraño... tenía la sensación de que algo húmedo resbalaba por mis piernas. –mamá... creo que... acabo de derramar líquido. –Digo y siento calor en las mejillas. Mi mamá se levantó enseguida y corrió hacia el teléfono de la pared que conectaba con la recepción.

-Tranquilo cariño, tú solo respira. –asentí e hice lo que me indicó.

 

No solo era que había roto fuente, tengo una presión en las caderas, similar a la sensación de querer ir al baño, sin embargo se perfectamente que no es para eso. El bebé se encajaba, podía sentir su cabeza algo más abajo. Trataba de acomodarme en una posición más cómoda lo que era demasiado doloroso, cada pequeño movimiento hacia que quisiera gritar de dolor, lo hice lo más calmado y lento posible, hasta que logré abandonar la posición fetal y quedar boca arriba, era un poco más confortable, solamente procuraba no pegar mucho mi espalda baja a la cama, la presión era lacerante.

Pocos minutos después Ed entró y una vez más revisó allá abajo. Con mamá me daba un poco menos de pena que con todos los demás así que dejé que se quedara.

 

-Ale, necesito que bajes tus caderas, pegalas a la cama por favor. –Justo lo que no quería hacer, no hice casi ningún cambio. –Ale... sé que es difícil pero por favor hazlo. Si no lo haces, no podre ver si ya rompiste la fuente por completo o si solo fue una fisura. –miré a mi mamá que movía sus labios diciendo "vamos", y fue bajando mis caderas poco a poco.

-¡AHG! –grité en cuanto hice contacto con la camilla. Mamá fue a mi lado y me tomó del hombro tratando de calmarme. Ed se concentró en revisar por lo que ya no dijo nada, hasta segundos después que sacó su mano de ahí. –No fue una fisura, aun tienes ocho centímetros, será mejor que nos preparemos ese bebé estará aquí en poco tiempo, dentro de poco.

-bi-bien. –dije con voz quebrada. –Dereck... ¿Dereck va a entrar?

-Solo si tú quieres, no pueden haber más de dos familiares dentro. –Miré mi abdomen, y pensé en lo él sentiría si se lo perdiera. Es algo que él ha esperado mucho más que yo, ya que él si lo quiere, y está emocionado. También admito que lo quiero a mi lado, solo por la compañía.

-quiero que venga. –Ed deja la sala una vez más y yo solo espero.

 

 

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Estaba hablando con Lucy cuando el doctor me dijo que fuera a la sala de partos. Ahora estaba justo en frente de la puerta, respiré profundo y pasé.

Ale estaba retorciéndose en la camilla y aferrándose de las varillas de los extremos. Ahora si daba uno que otro grito o gemido, incluso llegaba a soltar alguna maldición. Me rompía el corazón verlo pasar por tanto dolor, y no puedo hacer nada otra vez. Me arrimé a su izquierda y hablé relajado para no alterarlo.

 

-Juro que en este momento quiero golpearte la cara. –gruñó apretando los puños. Reí con nerviosismo pero la mirada asesina de Ale me dijo que no estaba bromeando así que me callé. -¡ANG-H! ¡rayos! –dijo sosteniéndose el vientre. –Tengo suficiente dolor como para que ahora me estés dando patadas. –le reclamó a su panza, para después acariciarla. –Parece que alguien está de tu lado. –Sonreí un poco, con eso supe que no era una contracción lo que había pasado.

-Claro que lo está. –Ale se calma y relaja sus cejas, también baja sus hombros. –Hey. –llamé su atención. –Todo saldrá bien ¿Deacuerdo? Puedes hacerlo.

-No estoy tan seguro. –iba darle ánimos, fui interrumpido por las enfermeras y el doctor, trayendo algunas cosas, entre ellas el cunero provisional y los instrumentos que se utilizarían. –Ed... el bebé está más bajo. –Dijo con miedo.

-Estás a nada de coronar, cuando eso pase pujaras. Sé que no te gusta pero tendrás que abrir tus piernas todo lo que puedas, con ayuda de Dereck y tu madre las mantendremos así. –él asintió con la cabeza, mientras su mamá y yo pusimos nuestra manos en uno de los pliegues de sus rodillas, yo en la izquierda y ella en la derecha. –Ya tienes diez centímetros, el bebé está cooperando.

-Entonces... -pero no pudo continuar ya que la contracción comenzó

-¡Ya, Alexis! ¡Empieza!

 

Pasaron diez segundos en los que Alexis pujó, después soltó el aire que contuvo en sus pulmones y se echó al respaldo de la camilla ya que se había inclinado hacia adelante, mientras trataba de recuperar el oxígeno Edward le daba ánimos; los latidos se incrementaron una vez más, indicando que otra contracción empezaba.

Ale pegó la barbilla a su pecho volviendo a empujar y a mitad del camino se detuvo.

 

-No te detengas, ya está coronando. – él quería ignorarlo, pero aun así siguió. Tenía un poco de curiosidad por ver que sucedía ahí abajo, pero en algunos momentos Ale me miraba y solo con eso sé que me estaba rogando que no lo hiciera y así lo hice.

 

 

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ALE

Sentía que la cabeza estaba enterrada en mi pelvis ya no quiero seguir con esto, a pesar de que tengo muchas ganas de pujar.

 

-Ale tienes que seguir, ya salió la cabeza, limpiamos las fosas nasales ahora tienes que seguir.

-n-no... ya no p-puedo. –logré deci apenas.

 

Me miré en el vidrio hacia la ventana, soy tan patético. Tengo los labios morados, estoy cubierto de sudor e incluso lagrimeo. Lo único que quiero es mandar todo al diablo, cerrar los ojos y no saber nada más de esto que sucede.

 

-¡Tienes que hacerlo! –negué una y otra vez con la cabeza.

 

Pero entonces sentí que alguien tomaba mi mano izquierda, al abrir los ojos seguí el brazo de esa persona hasta que me topé con los ojos de Dereck, brillaban más fuerte que en otras ocasiones, estaban cristalinos, bajé la mirada a sus labios leyendo lo que decían:

"Puedes hacerlo".

También sentí como mi madre me limpiaba el sudor de la frente con ayuda de una toalla. Al igual que Dereck me estaba dando apoyo.

 

-Es el bebé el que está sufriendo.

 

Fui lo último que necesitaba para reaccionar. Volví a pujar unas tres o cuatro veces diez segundos cada que esos calambres regresaban. Casi no tenía fuerzas y me estaba doliendo horrores. Pero tenía que recordar:

 

"No te esperaba, sé que soy un miedoso y que no estoy seguro sobre lo que siento por ti. Pero tengo muy clara una cosa; no mereces ningún sufrimiento, quisiera que cualquier persona tenga dolor mientras no seas tú. Porque no tienes la culpa de nada. Y al menos... tengo que hacer esto por ti."

 

-¡Ya está aquí! –Oí chillar a mi madre en cuanto Ed levantó a un pequeñó bebé, que lloraba con fuerza.

 

Fue lo último que escuché antes de desmayarme.

 

 

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DERECK

 

Sentía que mi pecho se iba a salir en cuanto escuché ese fuerte llanto, no podía creerlo. Simplemente de la nada ahí estaba, una pequeña lágrima se me resbaló del rabillo del ojo llegando hasta la mejilla. Giré la vista viendo a la mamá de Ale con su mano juntas cubriendo su nariz y boca y ella a punto de llorar de la emoción. Pero cuando miré a Ale con los ojos cerrados mi felicidad se esfumó.

 

-¿Q-que le pasa a Ale? –me acerqué un poco a él, aún tenía su mano sostenida, pero está no era firme, había perdido la consciencia por completo.

-Tranquilizate. –me dijo el médico. –Su pulso está bien, no tuvo un sangrado tan abundante, solo está cansado. –Suspiré con completo alivio. –mejor ven y corta el cordón de tu hijo.

 

Me dirigí hasta ahí con nerviosismo, pero con mis manos firmes corté lo que conectaba a mi esposo con nuestro hijo (claro, de la forma literal). Después lo revisaron, lo envolvieron en una manta azul y me lo dieron. Su piel pasaba del azul al rosado ya que estaba entrando en calor; no tenía mucho cabello, y sus ojitos estaban cerrados, movía los brazos desesperadamente únicamente por reflejo. Era simplemente hermoso.

 

-Felicidades, papi. –dijo la señora aun a lado de Ale, yo solo sonreí.

-Tenemos que llevarlo para revisarlo mejor. –Asentí y muy a mi pesar lo dejé en brazos de una enfermera. Y entonces recordé algo.

-Pero... ¿Qué es? Es un niño o... -la muchacha me sonrió y con voz amable mencionó:

-Es un virmu.

 

No sé como se lo tomará Ale al despertar, solo espero que no reaccione tan mal. Sin embargo a mi eso no me importaba, yo era inmensamente feliz de tener a mi hijo, lo esperé por mucho tiempo y ahora que está aquí es tan... maravilloso. Hay más palabras pero justo ahora la que más me gusta es esa.

Maravilloso.

 

-Creo que yo iré a avisarle a los demás. –la detuve con la mano.

-No se preocupe, quédese a lado de su hijo.

-Gracias. –dice con los labios curveados hacia arriba, yo me retiro.

 

Al salir todos se levantan desesperados a preguntarme cuanta cosa se les ocurría (Las de Natalia sobresalían del resto). Después de un gran trabajo para callarlos sin levantar la voz les expliqué como habían salido las cosas. Hubo abrazos, lágrimas y demás cosas. Lucy se acercó para darme un beso en la mejilla, la tia loca (no es insulto, eso es lo que dice su camisa) un abrazo y un pellizco en la mejilla (ya empieza a actuar como una tia), Cristal y el padre de Ale solo apretones de manos;

Masner solo me felicitó de palabra, y nos disculpamos por antiguos rencores (ojo, que esto no significa que vaya a fiarme de él y que nos volvamos los mejores amigos, eso nunca). Lo que me sorprendió fue lo que dijo después.

 

-Me sentí tan mal por haber dejado que Alexis se fuera contigo esa noche, eso significaba que era una mierda de mejor amigo. Y aun lo soy, pero... pienso que tú y Ale se ven bien juntos, y que no creo que ese niño sea un error.

-En otras palabras. ¿Estás feliz de haber dejado solo a Ale? –Masner se puso rojo.

-No exactamente. Solo digo que apruebo tu relación con Ale. –Eso no me importaba realmente. –Tenías la de los padres y la prima. Pero la única aprobación que realmente importa es la del mejor amigo. –dice con una sonrisa estúpida, y yo me dedico a rodar los ojos.

-Sí, lo que digas.

 

 

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ALE

 

Siento una mano pasar por mi cabello, la sensación es tan agradable que quiero seguir dormido aunque algo me dice que despierte. Cuando abro los ojos veo a mi madre, y me sorprende encontrar decepción en mis emociones, porque esperaba ver a Dereck.

Me traté de levantar pero al hacerlo mi cadera me ardía como nunca antes lo había hecho, solté un grito ahogado y mi mamá me sostuvo de los hombros para ayudar a acomodarme. Una vez que lo hizo entablamos una pequeña conversación de "Buenos días".

 

-¿Cuánto tiempo llevo dormido? –digo frotándome un ojo.

-Unas dos horas. Hiciste un gran esfuerzo, terminaste muy agotado. De hecho me sorprende que despertaras tan pronto, creí que tardarías más.

 

Exploré un poco mi cuerpo; de la cintura para abajo estaba hecho una mierda, apenas aplicaba una pequeña presión y tenía ganas de llorar. Mi pecho también dolía, incluso note que estaba algo pegajoso de ahí, metí la mano en la bata y era justo lo que creía.

 

-Qué asco. –dije y me limpie la mano en la bata, ya que no tenía otro lugar.

-No te expreses así, solo es un poco de leche. Se incrementa después de dar a luz, necesitas amamantar a tu bebé.

 

Bajé la vista al último lugar que me faltaba por revisar. Aún tenía mi abdomen inflamado, era más pequeño, es como si tuviera cuatro o cinco meses de nuevo... Solo que ahora está vacio, no hay nada ahí, al menos nada vivo.

 

-Me había acostumbrado a llevarlo conmigo... él... ¿está bien? –mi madre pasa uno de mis mechones por atrás de mi oreja.

-Está perfectamente. Pesó tres kilos con doscientos gramos, mide treinta centímetros, y todos sus órganos están bien desarrollados, sus pulmones son muy fuertes. –Ese comentario me alegró. –Dereck está con él. Voy a pedir que te lo traigan.

 

No tuve tiempo de objetar ya que en seguida se levantó y una enfermera entró por la puerta, y Dereck a lado suyo, quien traía un pequeño bulto en sus brazos que parecía retorcerse y hacía ruidos.

 

-Hola Ale. –dice y se acerca unos pasos, siento que el corazón se me sale.

-Es un... -no pude completar la frase.

-Es como tú. –apreté los labios y luego resoplé, no hay nada que se pueda hacer. –No te preocupes, podremos protegerlo ¿Sí? –asentí falsamente. –Ten. –dijo extendiendo sus brazos para entregármelo.

-p-pero...

 

Igual abrí los brazos para recibirlo, solo que... no lo sé, creo que el peso me ganó o no acomodé bien los brazos, no sé qué pasó. Me congelé. Mamá de lo asustada casi grita. Por suerte Dereck quien no lo había soltado del todo fue más rápido y lo sostuvo con ambas manos. El chiquito por el susto del brusco movimiento empezó a berrear. No sabía cómo reaccionar todo fue rápido, solo la fuerte voz enojada de Dereck me sacó del trance.

 

-¡Ale ten más cuidado! –casi se me cae... pude haberlo matado...

-llévatelo. –dije dejándolo en los brazos de Dereck, correctamente. -¡llévatelo! –repetí más fuerte.

-No quería gritarte, solo... -lo interrumpí.

-Dije que te lo llevarás... -como pude le di la espalda, me cubrí los oídos para no escuchar como lloraba. Me acomodé en posición fetal e ignoré lo que mi madre y Dereck decían. Hasta que al fin él se rindió y por el reflejo de la ventana vi como salía con el bebé.

Notas finales:

Ahora por escribir he tenido que dejar de ver anime :,v cuando termine todos mis libros pendientes lo retomaré. Es como:

 

en 2 días (maximo 4) leo un libro

luego en 1 o dos semanas escribo el cap

leo otro libro en 2 o 4 días

 

y así me la voy a llevar hasta que termine todos los libros que tengo pendientes :'v solo para que sepan cuanto los amo (ojo, no es reclamo ni nada como eso, solo es una demostración de cuanto los quiere Reiko-sensei :D)


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